Nutrigenética
Fuente Laboratorio Sabater
O cómo hacer de la alimentación nuestro mejor medicamento
Es bien conocido que los alimentos que comemos, los suplementos dietéticos que tomamos o el ejercicio que hacemos (o que no hacemos!) tienen un impacto importante en nuestra salud. Pero no todo el mundo sabe que nuestros genes también intervienen en este proceso.
Genómica Nutricional
La Genómica Nutricional estudia la interacción entre los alimentos y sus componentes con el genoma, a nivel molecular, celular y sistémico. El objetivo de la Genómica Nutricional es utilizar la dieta para prevenir y/o tratar enfermedades (1). Dentro de la Genómica Nutricional existen dos campos de acción y de investigación diferentes: la Nutrigenética y la Nutrigenómica (2).
La Nutrigenómica estudia el efecto de los alimentos, nutrientes y componentes alimentarios bioactivos sobre el genoma (el ADN), el proteoma (las proteínas) y el metaboloma (los metabolitos) (3). Es decir, analiza el efecto de los nutrientes en la expresión y respuesta de nuestros genes: si éstos se activan o se inactivan, y con qué frecuencia.
La Nutrigenética estudia el efecto de la variación genética en la interacción entre la dieta y la enfermedad. Esto incluye la identificación y caracterización de las variantes genéticas de cada persona, asociadas a las diferentes respuestas a los nutrientes. El objetivo de la Nutrigenética es elaborar recomendaciones sobre riesgos y bene-ficios de dietas concretas o de componentes dietéticos aislados para cada persona teniendo en cuenta sus genes. Por eso también se la conoce como «nutrición personalizada o individualizada». De los dos campos la Nutrigenética es la única que tiene una aplicación práctica para cada persona.
Una de las primeras referencias en la literatura científica a estas ciencias es de DellaPenna y data de 1999 (4). Ello nos da una idea de la juventud de estas ciencias y de la gran cantidad de estudios y de investigación en estos campos que se están llevando a cabo en la actualidad. La Genómica Nutricional es un área de investigación en rápido desarrollo, con un tremendo potencial de aportar resultados que podrían cambiar la manera en que se establezcan y se lleven a cabo las recomendaciones dietéticas y las recomendaciones personales en el futuro.
¿Qué es la Nutrigenética?
Pequeñas variaciones en ciertos genes, conocidas como polimorfismos, pueden influir en la capacidad de metabolización de los alimentos y de los nutrientes, así como también en la capacidad de inactivación y de eliminación de las sustancias dañinas. Así, estas pequeñas variaciones en nuestros genes influencian el modo en que nuestro cuerpo responde al ambiente, y la dieta es el factor ambiental más importante. El estudio de la interacción entre nuestros genes, nuestra dieta y nuestro estilo de vida se conoce como Nutrigenética.
El perfil genético de cada persona se determina en el momento de la concepción y no varía a lo largo de la vida. Todas las personas somos dife-rentes desde un punto de vista genético y reaccionamos de manera distinta a los alimentos. Aproximadamente el 10% de nuestro genoma puede ser diferente (5), y es responsable de la variabilidad entre las personas. Estas variaciones en nuestros genes son las responsables de las diferencias en la respuesta a los factores ambientales entre individuos. Existen muchos factores ambientales, pero el factor al que estamos todos expuestos de manera continua a lo largo de toda nuestra vida es la ingesta de alimentos. Por ello los hábitos dietéticos representan el factor ambiental más importante en la modulación de la expresión genética y en la modulación del fenotipo. De ahí la importancia de combinar la nutrición con la genética, y conocer la influencia de las variaciones genéticas en la respuesta de nuestro cuerpo a los nutrientes.
La dieta es el factor ambiental más importante, pero no existe una dieta que sea saludable para todo el mundo, la de cada persona será aquella que esté adaptada a su perfil genético, es decir, su perfil nutrigenético. Por consiguiente, el principal objetivo de la Nutrigenética es la dieta individualizada, es decir, la dieta idónea para cada persona en función de sus genes.
En función del perfil nutrigenético de cada persona, hay alimentos, nutrientes y componentes alimentarios bioactivos que tienen acción protectora frente a determinadas enfermedades, mientras que otros pueden aumentar el riesgo de desarrollarlas. En consecuencia, el análisis del perfil nutrigenético permite conocer qué alimentos aumentan y cuáles disminuyen el riesgo de desarrollar unas determinadas enfermedades en cada persona en particular. Por consiguiente, el objetivo final de la Nutrigenética es la prevención de las enfermedades frecuentes por medio de la alimentación.
«Somos lo que comemos». La alimentación es la base de nuestra salud. Una alimentación basada en nuestro perfil nutrigenético es uno de los principales medios para conservar la salud y prevenir algunas enfermedades.
Bases científicas de la Nutrigenética
Las recomendaciones dietéticas pasadas y presentes, que tienen como finalidad mejorar la salud de la población general y la de las personas con un riesgo elevado de desarrollar ciertas enfermedades, no tienen en cuenta la variabilidad individual (6). Esta variabilidad en la respuesta puede afectar enormemente la eficacia de estas recomendaciones a nivel individual.
El papel importante que tiene la dieta en la etiología de las enfermedades fue reconocido en primer lugar para las enfermedades monogénicas (enfermedades resultado de la alteración en un único gen), y posteriormente para las enfermedades multifac-toriales (las que son resultado de las interacciones entre varios genes y varios factores ambientales). Las enfermedades más frecuentes del adulto son mayoritariamente multifactoriales (7). En estas enfer-medades, quizás el avance más importante en el conocimiento nutrigenético se ha dado en las enfermedades cardiovasculares (8-9), pues también son el grupo de enfermedades frecuentes en que es posible medir más fácilmente las consecuencias de las interacciones gen–dieta (por ejemplo, concentraciones plasmáticas de colesterol). En consecuencia, la dieta puede ser el factor ambiental modulador del fenotipo, tanto para las enfermedades monogénicas como para las multifactoriales.
Si bien estamos todavía lejos de tener una comprensión completa de todos los mecanismos responsables de las diferencias interpersonales en la respuesta dietética, los datos preliminares sobre las interacciones gen–dieta en las enfermedades cardiovasculares y en el cáncer son reveladores y prome-tedores, y están sirviendo de orientación a las investigaciones actuales (10-11).
Así, por ejemplo, algunas de las interacciones gen–dieta más relevantes en la nutrigenética del cáncer son las de los genes de las glutation-S-transferasa (GSTs) y el gen de la N-acetil-transferasa (NAT). Las GSTs son enzimas citosólicas que intervienen en la detoxificación de carcinógenos. Existen varias clases: GSTA, GSTP, GSTM y GSTT, aunque los genes más estudiados en relación con el riesgo de cáncer son los GSTM1, GSTT1 y GSTP1. Se ha sugerido que los efectos protectores de un mayor consumo de verduras podrían deberse a una mayor activación de estas enzimas. Así, Lin et al (12), encuentran una interacción significativa entre la ingesta de verduras crucíferas (por ejemplo, brócoli, coliflor, coles de Bruselas o repollo) y el poli-morfismo del gen GSTM1 en el riesgo del cáncer de colon.
La NAT es una enzima detoxificadora de meta-bolitos de carcinógenos de la dieta. Existen dos isoformas: la NAT1 y la NAT2. La presencia de polimorfismos en el gen NAT2 se asocia a una menor capacidad de acetilación y de detoxificación (13). Se han realizado múltiples estudios en diversas loca-lizaciones de cáncer con resultados diversos, si bien existe mayor consistencia en los estudios que relacionan los polimorfismos del gen NAT2 con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, si el consumo de carne es elevado, y con el riesgo carcinogénico del tabaco (14-15).
Pero existen también muchas otras interacciones gen–dieta en la nutrigenética del cáncer, como también en la nutrigenética de otras enfermedades frecuentes de la edad adulta como, por ejemplo, osteoporosis, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, y diabetes tipo 2 entre otras.
Utilidad práctica de la Nutrigenética: nuestro perfil NUTRIGEN
La Nutrigenética posibilita utilizar la nutrición como una herramienta de prevención, tanto a nivel físico como psíquico. Las variaciones en ciertos genes pueden aumentar o disminuir las necesidades de determinados alimentos, nutrientes o componentes alimentarios bioactivos. En consecuencia, la imple-mentación de cambios en nuestra dieta y en nuestro estilo de vida, para alcanzar estas necesidades dietéticas, ayudará a reducir el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. La nutrición es el mecanismo más sencillo, más barato y más eficaz que tenemos a nuestro alcance para cuidar de nuestro cuerpo y de nuestro futuro bienestar (10).
No podemos modificar nuestros genes, pero sí podemos modificar su efecto sobre nuestra salud modificando nuestros factores de estilo de vida, y la dieta es el factor más importante. Podemos modificar nuestra dieta conociendo los alimentos, nutrientes o componentes alimentarios bioactivos más aconse-jables y aquellos que deberíamos evitar. Cuanto antes empecemos a adoptar la dieta y los estilos de vida saludables y las recomendaciones médicas preventi-vas, antes notaremos sus efectos sobre nuestra salud y evitaremos, en la medida de lo posible, el desarrollo de enfermedades para las que podamos presentar una mayor susceptibilidad genética (10). En consecuencia, la información que aporta el perfil nutrigenético es beneficiosa a cualquier edad, pues cuanto antes adaptemos nuestra dieta a nuestros genes antes notaremos el efecto beneficioso sobre nuestra salud.
En nuestro laboratorio realizamos el perfil nutri-genético NUTRIGEN que consiste en un chip de ADN de genotipado, diseñado para el análisis de 18 poli-morfismos en 14 genes (genes APOA1, APOE, MTHFR, VDR, GNB3, COMT, SOD2, CYP1A1, CYP1B1, GSTP1, GSTM1, GSTT1, NAT2 y IL6), relacionados con: el metabolismo de los lípidos, los procesos de metilación del ADN, el metabolismo óseo, la proliferación celular, el metabolismo de la glucosa/insulina, la inflamación crónica y la defensa antioxidante.
Se trata de un análisis con tecnología aplicada al estudio del genoma humano y con una gran utilidad práctica. Solamente se necesita una pequeña cantidad de muestra biológica y de forma prácticamente inocua. Se recogen unas gotas de sangre en un papel secante, que nuestro laboratorio proporciona en un kit de recogida de muestras. Es un análisis rápido, pues el informe está disponible en unas cuatro semanas (20 días laborables). Y muy importante: sus resultados sirven para toda la vida, pues los genes no cambian, no hay que volver a repetir los análisis.
Presente y Futuro de la Nutrigenética
En los próximos años, la Nutrigenética resultará crucial en el éxito de la nutrición individualizada y es previsible que modifique los hábitos alimentarios de la población. El consumidor se concienciará de su responsabilidad sobre su salud y sobre la importancia de sus hábitos y decisiones dietéticas. En los países del primer mundo habrá una exigencia real en la calidad de la alimentación y una demanda de pre-vención mediante la misma.
Así, es previsible que la Nutrigenética presente dos niveles de aplicación en el futuro: en el tratamiento de las enfermedades (por ejemplo, del metabolismo lipídico, de la diabetes, etc.), pero también en la prevención primaria de las enfermedades en la población general.
La Nutrigenética puede ser la piedra angular de la Medicina Predictiva en Medicina Antienvejecimiento, es decir, la utilización de la información contenida en nuestro genoma para conseguir un envejecimiento satisfactorio a través de cambios en nuestra conducta. Prevenir está bien, pero predecir el riesgo y luego prevenirlo está mucho mejor. La Nutrigenética predice qué hay que prevenir mediante la alimentación y cómo hacerlo.
De todas formas, la complejidad de los objetivos de la Nutrigenética, y de la Genómica Nutricional de forma global, es enorme y requerirá de la integración y colaboración de múltiples disciplinas entre sí. En nuestro laboratorio tenemos el compromiso de mantener nuestros conocimientos al día, para poder ir actualizando los informes de nuestros análisis en sintonía con los avances del conocimiento en el mundo científico, con el fin de dar el mejor servicio a nuestros clientes.
Dra. Marta Carrera
Intolerancia Alimentaria
Test A200 Tecnología microchip
Recordamos el Test A100
En nuestras Notas Informativas nº 49 nos ocupamos de la Intolerancia Alimentaria, y su detección mediante el Test A100
Nuestro Test A100 para la detección de intole-rancias alimentarias, después de cuatro años de haberlo introducido en el mercado, se ha convertido en la prueba líder en este sector, tanto por la fiabilidad de los resultados, como por la información post-análisis que ofrecemos a los médicos, fruto de nuestra amplia experiencia y capacidad de estar al día de las publicaciones mundiales sobre este tema.
Para la detección de intolerancias alimentarias hay fundamentalmente dos grupos de pruebas «in vitro»: la más antigua, del año 1994, se basa en la modificación de la forma de los leucocitos, debido a las proteínas de los alimentos que, en caso de positividad, se unen a su membrana y otras, más recientes, a partir del año 1999, que se basan en la determinación de anti-cuerpos IgG en suero frente a proteínas de los alimentos. A nuestro juicio, la ventaja de estas últimas pruebas es que requieren muy poca muestra –unos 0.2 ml de suero frente a los 10 ml de sangre total en la basada en la deformación de leucocitos–, lo que también facilita la conservación de la muestra y las condiciones de envío al laboratorio así como, otras ventajas técnicas y de interpretación de los resultados, que no son del caso exponer.
Al principio, en el año 1996, nosotros empezamos realizando la primera técnica, pero a partir del año 2000, nos decidimos por las razones expuestas anteriormente, sustituirlo por el Test A100, que pertenece al segundo grupo, es decir técnicas que valoran anti-cuerpos IgG específicos frente a determinadas proteínas características de los alimentos, lo que, en caso de positividad, puede ser un criterio para sospechar una intolerancia alimentaria.
Nace el A200
Recientemente, en el mundo de laboratorio de biotecnología, ha surgido una gran novedad: la tecnología microchip. Principalmente, por su alta capacidad analítica, se ha venido aplicando a la detección de polimorfismos genéticos, estudios del genoma humano y mutaciones genéticas entre otras. Conocedores de este gran avance tecnológico, hemos desarrollado con una empresa de bio-tecnología, un microchip aplicado a la detección de anticuerpos frente a proteínas de más de 200 alimentos, nuestro A200.
Mediante el mismo, la placa dispone de 500 puntos de reacción, podemos detectar anticuerpos, es decir una posible intolerancia alimentaria, frente a más de 200 alimentos, pudiendo hacer las determinaciones por duplicado y procesar al mismo tiempo varios controles por duplicado, lo que da mucha fiabilidad a los resultados. Es decir en vez de 96 determinaciones del Test A100 en microplaca, pasamos a unas 500 determinaciones por paciente con la tecnología microchip.
De esta nueva técnica tenemos la exclusiva para España, Portugal y Andorra. El proceso de validación para obtener la marca CE, se ha realizado en nuestro laboratorio. Hay que resaltar que el esfuerzo tecnológico de estos dos años, no ha sido solamente poner a punto la unión de las proteínas de los alimentos al microchip y adaptar al mismo todo el proceso analítico, sino que se han obtenido unos 100 extractos de proteínas de 100 alimentos más, para ampliar la posibilidades diagnósticas.
Hasta la fecha, ninguna empresa en todo el mundo, ha desarrollado un microchip adaptado a la detección de intolerancias alimentarias, lo que avala nuestro compromiso con el I+Di y con ser pioneros en el sector de los análisis clínicos, actitud que ha caracterizado a nuestro laboratorio desde su fundación en al año 1960.
Ponemos al servicio de los médicos y pacientes este nuevo test, que amplía en gran manera las posibilidades diagnósticas en el contexto de las intolerancias alimentarias.
La presentación de los informes, así como el contenido de los comentarios, fruto de la experiencia de estos seis años con el Test A100, con más de 20.000 determinaciones realizadas, está acorde con la nueva tecnología incorporada.
Dra. Gloria Sabater