Nascimiento y
Y
PERSONALIDAD
CONÓZCASE A USTED MISMO
A PARTIR DE LA MANERA
EN QUE VINO AL MUNDO
SONDRA RAY
Nacimiento y personalidad nos remite a una realidad desconocida pero fascinante: cómo influyen los procedimientos empleado a la Hora del alumbramiento en la vida del ser Humano.
Ahora se sabe que no sólo las circunstancias externas repercuten en la conducta del individuo, sino que el método al dar a luz marcará la personalidad y la proyección social en el futuro.
A partir de un conocimiento profundo de usted mismo y de los demás, determinado por su forma de nacer, Nacimiento y personalidad le mostrará el camino para que usted pueda tomar las mejores decisiones en la vida.
CONTENIDO
Prefacio: Una definición de renacimiento
PRESENTACIONES
Capítulo 1: PRESENTANDO A SONDRA
Capítulo 2: PRESENTANDO A BOB
- ORIGENES PRENATALES
Capítulo 3: CONCEPCION
Capítulo 4: INFLUENCIA PRENATAL
Capítulo 5: CULPA PRIMARIA
Capítulo 6: EL SINDROME DEL OBSTETRA
- TIPOS DE NACIMIENTO Y RELACIONES
Capítulo 7: NACIMIENTOS NORMALES
Capítulo 8: INDESEADO, NO PLANEADO, ILEGITIMO
Capítulo 9: SEXO EQUIVOCADO
Capítulo 10: ABORTOS ACCIDENTALES, ABORTOS INDUCIDOS O
MUERTES FETALES ANTERIORES
Capítulo 11: RAPIDO O RETENIDO
Capítulo 12: PREMATURO TARDIO
Capítulo 13: CESAREA
Capítulo 14: PRESENTACION TRANSVERSAL
Capítulo 15: MEDICAMENTOS
Capítulo 16: INDUCIDO
Capítulo 17: PRESENTACION DE NALGAS
Capítulo 18: FORCEPS
Capítulo 19: CORDON UMBILICAL ALREDEDOR DEL CUELLO
Capítulo 20: GEMELOS
- INFLUENCIAS PERINATALES
Capítulo 21: ANSIEDAD POR LA SEPARACION
Capítulo 22: ADVERSIDADES ECONOMICAS
Capítulo 23: PRIMERA NUTRICION
Capítulo 24: NOMBRE DEL NIÑO
- FINAL: UN GRAN LUGAR DONDE EMPEZAR
PREFACIO
UNA DEFINICION DE
RENACIMIENTO
La información que se presenta fue recolectada de personas que exploran y reconsideran sus vidas mediante la técnica del renacimiento. Mientras que este último ha sido descrito en forma amplia en los libros de Sondra Ray y Bob Mandel, tal parece que aquí debería incluirse un comentario breve y actualizado acerca de dicha técnica y su filosofía.
La característica predominante del renacimiento es la sencillez. Cuando usted cesa todas las actividades momentáneas, no esenciales, prevalecen los elementos del renacimiento. Un antiguo dicho árabe dice: «Es mejor caminar que correr; mejor estar de pie que caminar; mejor sentarse que estar de pie; mejor acostarse que sentarse.» El renacimiento puede realizarse al caminar o al estar sentado, pero la manera más simple y profunda de llevarlo a cabo es al estar acostado. Entonces, la gravedad se hace cargo del cuerpo. La respiración prevalece como la única acción necesaria. El renacimiento comienza recostándose, relajándose y respirando. Finalmente, nos permitimos prestar toda nuestra atención a esta acción vital.
La atención prolongada y cuidadosa de la respiración revelará un patrón de inhibiciones y controles no esenciales a muchos niveles. Estos impedimentos de nuestra propia pulsación de vida son registros de las impresiones y decisiones que se relacionan con la supervivencia. La respiración del renacimiento toma en forma sistemática nuestras estrategias inconscientes d defensa ante el placer y la alegría de vivir. Cuando se reconocen -ya no son inconscientes- podemos neutralizar e integrar estos patrones de tensión de tiempos pasados, respirando a través de los mismos con una consciencia de seguridad del presente.
Las historias que se presentan en este libro son registros de observaciones realizadas por personas que emplearon su respiración consciente como una conexión para salir del laberinto de sus propios sistemas reactivos. Este paso es llamado «renacimiento» porque ofrece una manera gentil y efectiva de revelar el estado primitivo latente del cuerpo y la conciencia que todos experimentamos en el período prenatal la cual, progresivamente, fue eliminada por las impresiones del nacimiento y las primeras relaciones. Esa conciencia pura es nuestro derecho al nacer.
Si este libro constituye su introducción a estas técnicas, le recomendamos que continúe explorándolas. Encuentre un guía de renacimiento profesional y calificado e inicie el estudio de su propia respiración y la historia que ella puede revelarle. Aunque sencillo, el proceso es a la vez en extremo sutil y poderoso y no le aconsejo empezar solo. Puede conseguir los nombre de alguno guías de renacimiento muy capacitados contactando a la Oficina Internacional de Capacitación en Relaciones Amorosas, cuya dirección aparece al final de este libro. Lea Celebration of Breath (Celebración por Respirar) por Sondra Ray para conocer un estudio más detallado del arte y las técnicas del renacimiento.
Nuestras relaciones pueden ser claras y definidas solo cuando trascendemos la resistencia a tener esa condición ideal. Los recursos inconscientes del nacimiento obstruyen el camino como un portón cerrado cuando nos dirigimos de regreso a la dicha. Espero que la información de este libro te ayude a encontrar la llave que abre ese portón.
CAPITULO I
PRESENTANDO A SONDRA
Al leer este libro quizá tienda a pasar por alto aquellos tipos de nacimiento diferente al suyo y sólo preste atención al capítulo que describe el que usted tuvo. ¿Qué clase de nacimiento tuvieron su esposa, sus hijos, su jefe, sus colegas? Luego de estudiar cada uno de ellos, su relación con estas personas puede comenzar a tener sentido; de tal suerte que esperamos que ponga atención a todos los diferentes tipos. Si es un guía de renacimiento o un renacido, deseamos que esta obra contribuya a mejorar la calidad de su trabajo o sus sesiones; y lo alentamos para que nos envíe información más amplia. Si usted es un investigador en potencia en ésta u otras áreas afines, apreciaríamos su colaboración. Admitimos que esta investigación es sólo de carácter incipiente. El libro surgió de nuestras experiencias como guías de renacimiento y de las encuestas que hemos llevado a cabo. Aceptamos la posibilidad de que las afirmaciones que aquí hacemos no sean verdaderas en todos los casos… pero ésta es nuestra experiencia en la mayoría de ellos.
Nos impacto descubrir que realizar encuestas sobre el renacimiento y las relaciones era bastante difícil porque mucha gente «perdía el sentido» o se confundía y no seguía bien las instrucciones: casi como si hubieran estado «drogados». Lo que presenciamos y aprendimos durante renacimientos reales parecía ser mucho más confiable.
Nos satisfaría que se efectuara más investigación profesional. Ofrecemos este libro para «abrir el apetito» en relación con un tema muy interesante y de amplias perspectivas potenciales.
Es probable que algunos lectores critiquen esta obra porque no contiene estadísticas basadas en investigaciones. Como guías de renacimiento, no estamos capacitados para efectuar este tipo de trabajo, pero la aceptamos. Nuestro propósito es atraer a quienes puedan interesarse en llevarlo a cabo en forma profesional y científica.
El simple hecho de haber escrito este libro fue un gran logro porque lo encontramos excepcionalmente «motivador» y «difícil de darle vida». Con frecuencia nos vimos atrapados en la historia de nuestros propios nacimientos y sentíamos la incomodidad del canal del parto mientras intentábamos terminarlo.
Para mi, Sondra, este es uno de los libros más difíciles que he escrito y me resistía tremendamente a terminarlo. Lo atribuyo a que el nacimiento es una lucha. Mientras trabajaba en él, sufrí de obstrucción nasal durante seis meses y, constantemente, recordaba momentos precisos de mi nacimiento que han afectado mis relaciones -lea el reporte-; me referí por primera vez a él al final, justo cuando estábamos por terminar el libro y está de más decir que escribirlo constituye una experiencia que, una vez más, me he sanado.
Deseamos que esta información lo lleve a curarse de su nacimiento y mejore sus relaciones.
Sondra Ray
Presentación de Sondra al Mundo
Cuando estaba en el útero, traté de comunicar a mi madre que deseaba nacer en casa. Por fortuna, ella recibió mi mensaje y cumplió mis deseos. No obstante, el problema fue que nací sobre la mesa de la cocina. Aunque a mi madre le gustaba decir que «Sondra salió directo de la cocina» -como si fuera algún suculento postre- mi experiencia es que esta circunstancia determinó que fuera muy neurótica en lo referente a la comida durante toda mi vida. Siempre que comía, o con solo ver los platillos, me ponía nerviosa. Todos los «circuitos» relacionados con mi trauma del nacimiento se activaban: no podía probar bocado; tenía que retirarme de la mesa; temía comer mis propios alimentos; me sentía paranoica de una u otra forma en lo que a comida se refería.
Creo que esto afectó en gran medida mis relaciones. Viendo el lado negativo, mis amigos ponían a prueba su paciencia y comprensión cada vez que cenaban conmigo. El lado positivo y más humorístico es que me enamoré de varios propietarios de restaurantes. He tenido muchas vivencias poco comunes en esos establecimientos -desde experimentar renacimientos importantes terminando con la cabeza en el plato, hasta ser parte de sucesos llenos de vida, muy románticos y emocionantes.
Aparentemente, mi nacimiento fue muy «social». Los familiares llegaban de visita y mi madre caminaba por la casa silbando y conversando durante el trabajo de parto. Mi vida siempre ha sido muy social, casi en extremo. Hasta la fecha, cuando oigo a alguien silbar experimento una dicha prenatal.
Otro problema que tenía es que mi hermana (cuatro años mayor que yo) quería desesperadamente tener un hermano, estaba tan convencida de que así sería, que cuando nací -y vio que era niña- abrió la ventana y gritó a sus amigos, «¡Tuvimos un niño, pero salió una niña! De inmediato sentí la desilusión en el lugar y decidí que no era lo suficientemente buena como mujer. «Debería haber sido un niño,» pensé, y debo decir que esto afectó mucho mis relaciones futuras. Aun cuando todo iba de maravilla, nunca me sentí del todo bien siendo mujer; el renacimiento me lo curó. Mi relación con mi hermana tampoco fue fácil desde el principio.
Durante mi nacimiento, se dio una situación muy curiosa que estoy segura afectó mi carrera. Un médico y una partera atendieron el parto. La «partera» era la mejor amiga de mi madre. Había sido novia de mi padre en la secundaria y todavía estaba enamorada de él. En secreto, deseaba que yo fuera su bebé. Ambas, al parecer, tuvieron una discusión sobre cuál sería mi nombre. Podía darme cuenta de todo esto dentro del útero y cuando nací, aunque todos decían «disparates», yo estaba ahí diciéndoles con la mente: «Por favor ¿podrían decir la verdad y dejar claras las relaciones?»
Quería un nacimiento perfecto y que todos los que estaban en esa habitación fueran absolutamente claros. Estaba tratando de que cambiaran sus pensamientos negativos limitantes por medio de mis poderes mágicos, pero no lo logré. De modo que no me quedó mas alternativa que nacer. Entonces adopté un pensamiento negativo limitante acerca de mi misma: «Debo engañar» y: «No puedo hacer que las cosas sean como quiero». También pensaba: «No puedo ser perfecta». Estos tres pensamientos me han afectado muchísimo durante toda mi vida. He decepcionado a la gene, a hombres y mujeres, pero por lo regular a los hombres. Traicioné mi capacidad. Además me propuse no lograr la perfección. Siempre inventaba algo… un pequeño detalle impedía que me acercara a ella, y nunca lograba que las cosas fueran como deseaba.
Cuando nací, se produjo un milagro. Mi abuelo había estado internado en una institución mental debido a una severa depresión, consecuencia de la muerte de su hijo (mi tío). Le permitieron salir para que me conociera. Dicen que cuando me vio por primera vez, se curó instantáneamente y nunca regresó. Yo no sabía esto y lo escuché por accidente e una conversación entre unos parientes durante una reunión, cuando tenía seis años. Entonces mi abuela dijo, «Sshh…» Era obvio que no se suponía que yo lo escuchara porque lo consideraban extraño. En ese momento pensé que si se había recuperado gracias a mí era un hecho poco común y decidí que sería mejor no tener poderes, ni ser la curandera que en realidad era. Nací siéndolo, pero durante años lo reprimí por lo que ya mencioné. Mi abuelo y yo teníamos una relación maravillosa. Cuando me convertí en una estrella del baloncesto, él siempre fue mi más grande admirador.
Todos en el pueblo (300 habitantes) se enteraron de mi nacimiento. Los partos en las casas no eran comunes, de modo que fue un gran acontecimiento. Mas tarde, las personas me contaban que incluso recordaban lo que estaban haciendo cuando supieron que había nacido. La esposa del tendero me dijo: «Cuando supe que habías nacido, estaba lavándome los pies en el lavabo de la cocina». No hay duda que todo esto debió haberme preparado para ser una celebridad. Siempre he estado acostumbrada a que todos sepan todo acerca de mí. Me parece normal.
De hecho, me siento muy afortunada porque no me separaron de mi madre en absoluto durante las primeras semanas de mi vida. Pienso que esto contribuyó a mi autoestima. Me pusieron en una canasta que utilizaban para poner la ropa que ya estaba lavada y se iban a planchar. Durante toda mi vida he sido muy compulsiva a ese respecto y a las prendas en general. Haber nacido bajo el signo de Virgo también me hizo compulsiva por la limpieza. Me he pasado la vida limpiando todo. ¡Limpiando los lugares y la mente de las personas!
El año en que empecé a surgir como una figura pública, me impresionó la manera en que tuve recuerdos mucho más profundos de mi nacimiento y pensamientos más precisos. En ocasiones, en realidad sentía que mi cabeza era sacada del canal del parto. Entonces, el día de mi cumpleaños, casi a la misma hora en que nací, sin ningún motivo experimenté un bloqueo repentino de los senos de la nariz. No fue sino hasta más adelante que lo relacioné con ni nacimiento. Me decían que sólo estaba «agotada» por haber trabajado en trece países durante ese año. En parte era verdad y todo activó ese recuerdo. Cierto, pero ¿no era interesante que los síntomas fueran cada vez más intensos aproximadamente a la hora de mi nacimiento?
Varios meses más tarde, tuve el privilegio de impartir un seminario sobre renacimiento con un obstetra. El Dr. Bob Doughton de Portland, quien es también un guía de renacimiento. En su presencia pude recordar en forma precisa la posición exacta de las manos de mi obstetra en mi cabeza cuando me jaló. Me provocó un traumatismo importante en la parte superior de la cavidad del seno nasal, abajo del ojo. ¿Por qué no recordé esto en años, en anteriores renacimientos? ¡No quería hacerlo! Era algo muy terrible para enfrentar.
Pero ese año, en particular, estaba «surgiendo» tanto que no podía evitarlo. El recuerdo se hacía presente, ya fuera que lo deseara o no. Por supuesto que podía culpara al médico por haber sido tan brusco y colocar mal las manos y además pasar el resto de mi vida en una campaña para prevenir que esto siga sucediendo -lo que probablemente haré-; sin embargo, yo también soy responsable. Quizá todas las personas que creen en vidas anteriores pensarían que es un karma, relacionado con traumatismos en la cara durante otras vidas -lo que tal vez sea verdad-. No obstante, estaba muy triste por ello. Siempre había pensado que mi nacimiento había sido «normal». Para ellos si lo fue, pero me sentía magullada.
¡Intenté comunicar a las personas que asistieron el parto que sólo me sostuvieran! Definitivamente, no quería en absoluto que jalaran mi cabeza. Me molestó que lo hicieran y lo volvía a sentir en varios renacimientos. Me detuve después de que mi cabeza se bloqueó y no quiso continuar. Así había sido mi vida hasta entonces; también estaba a medias en el mundo. En ningún sitio me sentía tan distante como necesitaba estar. Me resistía a la televisión. Era conocida en algunos grupos, pero en definitiva no quería convertirme en una figura pública, aunque obviamente ese era mi destino.
Ya que siendo bebé -que en realidad es un ser pensante- no logré comunicarme con el equipo que asistió el parto, decidí que «era difícil hacer que la gente comprendiera lo fácil que esto podía ser». Tampoco estaba consciente de tal decisión, la cual me creó una gran lucha innecesaria: afectó mi relación con mi personal. A veces, inconscientemente, los veía como a mi equipo de parto y con esta proyección de mi parte parecía que nadie me comprendía y me frustraba.
Otra decisión que había tomado de la que cobré conciencia el mismo año fue: «La gente está muriendo…. debo trabajar el doble.» El instinto de muerte de mi padre ya estaba en él y lo sentí en mi nacimiento -le habían diagnosticado una enfermedad cardíaca reumática-. El siguiente pensamiento que tuve fue: «¡Oh no! Tengo que vivir con la muerte.» Los dos pensamientos anteriores se activaron ese año de una manera muy intensa. Empecé a trabajar el doble. Tenía miedo de detenerme. Debía evitar la muerte de las personas. Laboré tanto que casi me consumí. Ni siquiera pensé en tomar unas vacaciones; tampoco podía reducir el ritmo.
Me estremecía al pensar en todas las ramificaciones de la decisión «tengo que vivir con la muerte» Apenas comienzo a descubrir la confusión que este pensamiento ha producido en mi mente. Aparentemente, me confundí tanto con esto que terminé con algo como: «Si me rindo a la muerte, moriré». Lo que me asombra era que yo tuviera tales pensamientos casi a la hora exacta en que habían apretado mi seno nasal. ¡Qué hermoso había sido nacer sobre un cojín estando mi madre de cuclillas, o bajo el agua! ¡Eso me habría encantado!
Es muy fácil darse cuenta de cómo esas decisiones afectaron mis relaciones -«Me voy a vengar», «No se dan cuenta» y «Debo trabajar el doble»-. No estaba dando todo lo que tenía que dar al mundo -gente- No esperaba que las personas vieran las cosas fácilmente -lucha- y las volvía locas con mi constante precipitación e incapacidad aun para considerar el descanso.
Quizá el pensamiento limitante de mayor influencia que tuve de mi renacimiento fue: «No soy perfecta porque soy una niña -debería haber sido niño para complacer a todos»-. Por esta razón, mi vida giraba en forma constante en torno al intento por sobrecompensar este pensamiento y era «imperfecta» como niña; de ahí que, la perfección -que era lo que más deseaba por ser Virgo- me aterraba, porque mi vida se relacionaba con la imperfección.
¿Se imaginan la diferencia cuando tuve la capacidad de percatarme de estos pensamientos y cambiarlos a: «Puedo relajarme y la gente vivirá» y: me cuestiono ¿»Soy perfecta como una niña?
Liberarse del trauma del nacimiento es una gloria. El tiempo que toma concientizar estos pensamientos vale realmente la pena. Continuar reprimiéndolos tiene como consecuencia dolor físico y dificultad en las relaciones; le aseguro que es mucho más fácil hacerles frente. Enfrentar la impotencia de nacer totalmente por mi misma me entristecía de modo increíble. Yo solo quería nacer volando y que ellos me sostuvieran. Eso parecía correcto.
Pero aparentemente mi hombro se atoró cuando me frustró el hecho de que todos tenían pensamientos que yo creía que no debían tener. De modo que provoqué que tuvieran que jalar mi cabeza. Cuando no pude salir completamente por mi misma sentí una impotencia increíble. Durante años evité volverlo a experimentar y sentir. Yo, la líder, siempre a cargo de todo, siempre capaz de hacer y de lograr que se hicieran las cosas. Aun así, muy seguido, me involucré en situaciones que me hacían sentir indefensa de las que parecía no poder salir. Tenía que encontrar ayuda, no tenía la capacidad de hacerlo sola. Me preguntaba como podía haberme involucrado en tales líos. No sabía que mi latente trauma de nacimiento así se manifestaba. Finalmente, sólo necesité hundirme en la impotencia durante mis renacimientos. Sólo tuve que vivirlo.
Tal vez se pregunte por qué alguien querría recordar estos momentos. Para mí, fue un gran alivio descubrir las respuestas a comportamientos que me habían afectado. Conocer la verdad sobre algo tiende a ser curativo y todo lo que yo deseaba era sanarme. Una vez que hice las asociaciones, pude olvidarlo. Lo anterior me dio liberación, libertad, dicha y comprensión de mis relaciones, además, cambié para bien. Me sentí más sana, más viva y mucho más feliz. Desperté. Tuve mayor conciencia de todo. Comencé a lograr que mis relaciones fueran como yo deseaba. Para mí, valió absolutamente la pena.
Capítulo 2
PRESENTANDO A BOB
Hoy doy a luz un libro
y siento la pérdida
como si una parte de mi alma
me fuera arrancada
y expuesta para lectura pública…
Puedo ver a toda la gente leyéndolo
buscando aún otra llave
para una vieja puerta familiar,
respuestas a preguntas como
«¿para que estamos aquí?»
Mas para mí, del otro lado del espejo,
estoy expuesto, un bebé recién nacido para el espectador,
y el terror a ser visto me invade
como un obstetra…
Soy la madre y el hijo,
divididos en el acto del parto;
sí, soy ambivalente pues sé que
esta parte de mí tiene un destino
propio que debe cumplir;
se cortarán los cordones
y quizás sangre un poco
antes de rendirme a la voluntad de Dios.
Bob Mandel
Todos sufrimos «El trauma de la presentación»; nos ponemos nerviosos cuando conocemos a otras personas. ¿Les agradaremos? ¿Se pondrán ellas tan nerviosas como nosotros? ¿Daremos una buena impresión? ¿Nos agradarán? Este nerviosismo se intensifica cuando me presentan a un grupo de gente. Sentimos temor de encontrarnos en una situación embarazosa, de que nos engañen, de que nos critiquen o ridiculicen.
Los actores llaman a este sentimiento «terror escénico». Nosotros, gente normal, podríamos describirlo como: no desear ser visto; querer correr y esconderse; temor a la censura, incluso a ser desagradable; a las situaciones agobiantes; a desaparecer; al deseo de desaparecer; miedo al temor…
La manera en que nos presentamos al mundo está gobernada por nuestra primera presentación en la vida -cuando nos deslumbrarlos las luces y la gente se regocijó con nuestro nacimiento- y la ambivalencia que sentimos al presentarnos a personas y situaciones nuevas se ve influenciada por el recuerdo subconsciente de esta vivencia.
Con todo, las sorpresas más extraordinarias de la vida resultan de los inicios. ¿Cómo podemos encontrar nuevos amigos, nuevo amor y nueva felicidad, si nos aferramos a lo antiguo por temor a la presentación de alguien o a dar cabida a algo nuevo en nuestras vidas porque podría hacer que todo en nuestro mundo se tornara un desastre absoluto? Necesitamos el valor de aprovechar las oportunidades, correr el riesgo que representa lo desconocido y aventurarnos a las nuevas experiencias -si queremos descubrir cosas maravillosas.
Si deseamos alcanzar lo sublime, debemos aprender a olvidar.
Este libro puede dar lugar a más preguntas de las que responde. Esta bien. De hecho, nuestro propósito es inducir a investigaciones más profundas, tanto en la búsqueda individual de mayor autocomprensión, como por parte de la comunidad de investigadores con el fin de lograr una más amplia comprensión de la vida.
PREFACIO DE BOB
¿Qué hace que una persona sea como es?
¿Qué da a un ser su personalidad?
¿Es la genética? ¿Somos quienes somos debido a los límites de la herencia? ¿Descubrimos finalmente alguna fórmula científica que explique el porqué?
¿O se trata de algo condicional? ¿Es nuestra conducta en la vida un reflejo directo de lo que aprendemos e imitados de nuestros padres, hermanos, maestros y compañeros?
¿Quizá las causas sean más metafísicas que físicas? ¿Depende totalmente la manera en que nos relacionamos en la vida de la calidad de los pensamientos -en gran medida inconscientes-, los cuales atraen experiencias correspondientes para confirmar nuestros deseos secretos? ¿Tenemos un escenario escondido, una profecía que se cumple por sí misma y que proyectamos en la vida? ¿Se trata de vidas anteriores? ¿Karma? ¿Genética espiritual?
Si nuestros pensamientos son creativos, como parecen ser, y somos nosotros los pensadores, como parecemos ser, es lógico que nuestros primeros pensamientos sobre nosotros mismos y las relaciones serían el contexto para todas nuestras opciones futuras en las relaciones. Las conclusiones que hacemos al nacer se convierten en el legado inconsciente de nuestras vidas. La insensatez de cómo llegamos a la vida dicta la noción peculiar de sensatez que buscamos en las relaciones.
¡Esa es la premisa de este libro!
Al recopilarlo, entrevistamos a cientos de personas que han renacido al punto de ver su nacimiento, las decisiones que tomaron y como influyeron éstas en sus relaciones futuras.
Agradecemos profundamente a todos aquellos individuos que investigaron sus propios orígenes en colaboración con nosotros.
Nuestra intención al escribir este libro es que usted, el lector, sea más consciente del contexto que ha escogido para experimentar amor en la vida, el que está limitado a la medida que usted lo decide. No obstante, puede transformarse una vez que lo relaciona con el hecho de que lo eligió al nacer porque en ese momento parecía lógico. Pero lo lógico era circunstancial y las circunstancias han cambiado.
Por ejemplo, su padre estaba en el ejército cuando usted nació. Entonces llegó a la conclusión: «Los hombres no están aquí cuando los necesito». Crece y atrae una serie de hombres que son agentes de ventas foráneos, adictos al trabajo, viven lejos o tienen otros compromisos fuera de la ciudad. Simplemente no están cuando los necesita.
Su madre experimentó dolor al dar a luz, entonces usted concluyó: «Mi vida lastima a las mujeres.» Como adulto siente que las daña siempre que expresa su alegría por la existencia, o bien se contiene para proteger a las mujeres que ama y luego se resiente porque lo limitan. ¡La vida imita al nacimiento!
Su obstetra, un hombre amable y amoroso, lo manipula cuando nace -en su esfuerzo por ayudarlo, lo lastima-. De modo que llega a la conclusión de que la ayuda equivale a control y dolor y, como consecuencia, desconfía de todas las formas de apoyo en sus relaciones de la edad adulta. Como reacción, su actitud ante la vida es: «Debería hacer todo por mi mismo».
El cuerpo recuerda -aun cuando la mente olvida- las impresiones del nacimiento porque están registradas en su banco de memoria celular. Al nacer, nos encontramos literalmente en shock y nuestras relaciones en la vida futura tienden a absorberlo. Percatarnos de las decisiones iniciales que tomamos -así como de la desconfianza que aún abrigamos en nuestro tejido físico- puede ser un gran paso para liberar la principal ansiedad que transmitimos a nuestra vida amorosa.
Somos libres al grado de sentirnos seguros de explorar el cambio. Ya que el nacimiento fue el primer cambio importante, cualquier temor persistente e inconsciente desde éste afecta la seguridad que sentimos ante cualquier cambio: de empleo, a una casa nueva, al dejar una relación y demás.
Podemos experimentar más amor y alegría en nuestras relaciones al grado de sentirnos seguros de fluir ante la energía de la vida -a la que, cuando nacemos, aprendemos a temer-. Liberarnos de nuestras inhibiciones primarias nos abre un mundo de mayor alegría, creatividad, inocencia y espiritualidad.
Ahora, miles de personas han visto su nacimiento y las sombras con que habían cubierto su vida han despertado y quitado los velos. Viven bajo la luz del sol… con seguridad… en amor.
Usted también puede hacer que sus relaciones renazcan. Permita que este libro sea la partera de sus relaciones amorosas ideales.
PRESENTACION DE BOB AL MUNDO
Cuando nací, no tuve muchas relaciones, de modo que las primeras que establecí -con mi madre, mi padre, mi obstetra y mis enfermeras- fueron útiles al definir mis patrones básicos para relacionarme como adulto.
Vine al mundo en diciembre, un día frío y ventoso. Mis padres habían pensado en la posibilidad de llamarme «Ventarrón», lo que quizá pueda explicar muchas relaciones tormentosas en mi vida. O mi obsesión por el clima cuando cursaba la secundaria. Planeaba ser meteorólogo y completé un proyecto de cuatro años que registraba todos los huracanes importantes que habían sucedido en el mundo. Mi madre siempre me recordaba que mi padre había olvidado llevarle su abrigo y cuando fue a recogernos al hospital para regresar a casa y todos tuvimos que esperar un taxi en el frío; yo con sólo una manta que me separaba de la masa de aire ártico.
Mi nacimiento fue lo que podría llamarse «normal, es decir, con la avalancha promedio de emociones, sensaciones e impresiones. Había escasez de enfermeras, pues nací durante la guerra en un hospital judío, las de la orden del Padre Divino ayudaron en el parto. Esto podría explicar, en parte, mi posterior confusión religiosa y la interminable búsqueda de mi identidad divina. Imagínese haber nacido con la ayuda de un católico italiano, Dr. Bruno, en el Hospital Israelí Zion, con la colaboración de esas graciosas enfermeras con hábitos. Cuando le dije a mi madre que estaba renaciendo recuerdo que me preguntó por qué lo hacia. Al explicarle comenzó a llamarme su «divino loco» -lo que tal vez sea una descripción exacta de cualquier persona en búsqueda de la divinidad.
Mi nacimiento fue rápido y fácil. Llegamos al hospital cerca de las ocho de la mañana y nací a las nueve. No fue problemático. El único inconveniente fue que, tan pronto nací, me separaron de mi madre quien durante horas no tuvo una cama. El hospital estaba sobrepoblado, de manera que ella esperó interminablemente hasta que se desocupó una cama. No hace falta decir que cada vez estaba más frustrada. Creo que, desde muy temprano en la vida, tuve la idea de que no valía la pena ser rápido. Siempre parecía serlo de modo natural, pero eso causaba incomodidad a las mujeres que amaba y entonces terminé por esperarlas cada vez que yo estaba por concluir. Parte de mi lección en la vida ha sido disminuir la velocidad.
Mi madre y yo pasamos siete días en el hospital, tiempo en que establecimos vínculos amorosos. Ella me amamantaba y jugaba conmigo y yo dormía en la sala de cunas y en su cama. Siento que esa semana me proporcionó un buen equilibrio de amor e independencia, mismo que siempre he llevado conmigo.
Fui el segundo en nacer y el primer hijo varón. Creo que mi madre tenía miedo de modo que la anestesiaron, lo que quizá explique, en parte, por qué ella y mi recuerdo del parto permanecieron tan confusos durante tanto tiempo, así como el hecho de que me convertí en un miembro de la generación de las drogas. Pienso que existe una correlación directa entre el incremento de anestesia en los partos durante la Segunda Guerra Mundial y la aparición de los drogadictos en la década de los sesentas. Desde mi nacimiento fue claro que los sedantes eran necesarios para vivir.
Cuando nací, el obstetra -debido a su ignorancia- cortó el cordón umbilical con rapidez, me volteó de cabeza, me dio una buena nalgada para que respirara y me separó de mi madre que se encontraba atontada, llevándome a la sala de cunas. Esto afectó en gran medida mis relaciones futuras, tanto que el temor a revivir esta separación inicial de mi madre -que fue la fuente de amor y alimento durante esos preciosos nueve meses- gobernó gran parte de mi actitud inconsciente hacia las mujeres. Al mismo tiempo, mi deseo de curarme me hacía crear situaciones en las que era abandonado por las que amaba, aprendiendo de modo gradual -mediante dos divorcios- que no necesitaba de ellas para sobrevivir.
Cuando nací, mi padre trabajaba en el astillero de Brooklyn. Siendo judíos, existía en mi familia un gran temor en relación con la Segunda Guerra Mundial. Sabía que era deseado como varón, pero también que mis padres nunca querrían que fuera soldado o que interviniera en un combate. Pienso que haber sido un bebé de la guerra contribuyó a mi pasión por la paz, durante la época del conflicto bélico en Vietnam. Me convertí en líder activista del movimiento de resistencia al reclutamiento e incluso pasó un par de noches en prisión por mis protestas. Rehuí el reclutamiento, salí del país y busqué paz exterior. Después de la guerra, cuando regresé a casa me había dado cuenta de que la única paz duradera es la interior y mi búsqueda política se tornó espiritual.
Cuando nací, mi hermana, que tenía seis años de edad, desarrolló un caso serio de urticaria alrededor de los ojos -tal vez no quería verme-. Esto aumentaba la culpa que ya sentía por haber lastimado a mi madre y, a través de mis relaciones, mi temor a dañar a las mujeres hacía que reprimiera mi alegría por la existencia para proteger a las que amaba. A menudo, cuando mi alegría de vivir se manifestaba por sí misma, era explosiva y parecía herirlas. Hasta el momento en que identifiqué la fuete de este síndrome -«Síndrome de Culpabilidad Infantil»-, me sentí desesperadamente atrapado en sus garras.
Al igual que todos los niños, me alimentaban de acuerdo con un horario, cada cuatro horas, como lo ordenó el médico. Yo resentía mucho esto pero mi vocabulario era muy reducido y mi cuerpo muy pequeño para procurarme lo que quería. Así es que lloraba, gritaba, tenía hambre y estaba enojado durante las cuatro horas. Entonces, cuando me daban de comer, rechazaba el alimento por completo y lo escupía para vengarme de todo el maldito horario. Más tarde, rechazaba lo que mi madre cocinaba, llegando a tirar los emparedados que me preparaba para almorzar en la escuela.
En mis relaciones posteriores, la hora de la comida se convirtió en la hora de crisis y uno nunca sabrá como es que Bob se nutría. Esto también afectó mi situación económica. Tenía la idea de que: «Nunca puedo obtener lo que quiero cuando quiero». Parecía que lo que recibía dependía por completo de la conveniencia, los deseos y los horarios de otras personas. Legué a crear uniones umbilicales con los empleos en los que el pago era mi cordón umbilical y hacía cualquier cosa para evitar ser cortado. Al empezar a trabajar de manera independiente, tuve que enfrentarme a todos los temores que sentía por ser la fuente de ingresos en mi vida. La afirmación: «Puedo obtener lo que quiero cuando quiero,» transformó totalmente mi flujo de efectivo y mis sentimientos acerca del dinero.
Cuando me convertí en guía de renacimiento y comencé a descubrir los efectos de mi nacimiento sobre mis relaciones, también me fascino la manera en que los distintos tipos de nacimientos de mis clientes influían en sus relaciones. Me fue evidente, por ejemplo que una persona prematura y otra que tuviera un nacimiento inducido reaccionarían de modo diferente ante la misma situación. Aún más obvio fue cómo un hijo deseado puede serlo en las relaciones, mientras que uno no deseado puede tender al rechazo. Me di cuenta de cómo las personas que nacen en presentación de nalgas dan la espalda en las relaciones, cómo quienes nacen por cesárea no concretan el pasado y cómo los bebés de incubadora crecen con un muro de cristal que los separa del amor. Logré ver la manera en que recreamos nuestro nacimiento -de hecho, el ciclo entero nacimiento/muerte- en nuestras relaciones, cómo se aferra a la mente y, por lo tanto, sigue proyectándose en la vida, hasta que identificamos y liberamos la fuente de nuestros escenarios -es decir, nuestro nacimiento.
Cuando escribimos este libro con Sondra, permitimos que muchos de nuestros clientes hablaran por sí mismos. Gran parte del material utilizado es investigación realizada por seres humanos normales y saludables para generar mayor felicidad en sus vidas. Al lector puede parecerle que es virtualmente imposible recordar cosas que sucedieron hace tanto tiempo, pero eso no es verdad. Existen varios miles de personas que han descubierto los efectos de su nacimiento en sus relaciones y que ahora, como consecuencia, viven una vida amorosa más plena e integra.
Ruego por que usted, lector, pueda inspirarse para hacer lo mismo.
II
ORIGENES
PRENATALES
Capítulo 3
CONCEPCION
Se dice que fuimos concebidos a imagen de Dios; sin embargo, ésta no siempre es tan divina.
Ahora, es probable que usted piense que puede echar su imaginación a volar lo suficiente como para considerar las variantes del nacimiento, pero ¿de la concepción…? No obstante, las investigaciones hablan por sí solas. Nos hemos enfrentado a muchos casos en que los clientes que tuvieron una concepción traumatizante recrean las circunstancias de ésta en sus relaciones.
Hace poco tiempo tratamos a un estudiante de Boston que fue concebido mientras su madre se prostituía; en alguna forma, se culpaba a sí mismo por las acciones «malignas» de ella y creía que era una persona mala. Su manera de expresar este sentimiento era enamorándose de prostitutas y mostrándose incapaz de hacerles el sexo porque recordaba a su madre. Era víctima del síndrome «madonna/prostituta» hasta el extremo irónico. Al igual que Edipo, se encontraba influenciado en forma subconsciente por las circunstancias de su origen.
Nos hemos encontrado con mujeres que fueron concebidas durante una violación, y que crecieron siendo «víctimas» del abuso sexual; y con otras que sabían que su padre había muerto en la guerra, poco después de su concepción; y cuyos amantes fallecían en forma misteriosa al poco tiempo de empezada la relación. En una ocasión, tuvimos un cliente que había sido concebido el día de la caída de la bolsa de valores; su padre había perdido todo. Esta persona seguía un patrón en el que creaba una relación y luego la rompía. Conocemos a otro hombre que fue concebido cuando sus padres estaban de luna de miel, después de la cual dejaron de tener relaciones sexuales. Se había casado cuatro veces, sólo para interrumpir bruscamente cada uno de sus matrimonios durante la misma etapa.
Las concepciones ilegítimas pueden llevar a relaciones furtivas; las que no fueron planeadas, pueden dar lugar a relaciones sorpresivas que parecen alejar a la persona de sus propósitos en la vida.
El punto es que las circunstancias que rodean a la concepción se convierten en la base de una gran cantidad de patrones inconscientes en la vida. Cada relación pasa por un ciclo que refleja los patrones correspondientes de los participantes -concepción, período prenatal y postnatal. Infancia, niñez, adolescencia-. Las etapas de crecimiento son recapituladas en la evolución de cada relación amorosa.
Si de alguna manera usted desconoce su origen -porque se perdió en algún recodo de su concepción- entonces todas las relaciones presentarán una tendencia a ser malinterpretadas. Si sus pensamientos durante la misma fueron negativos, tales como: «Estoy separado de Dios»; «No pertenezco», «Soy un error»; «No quiero estar aquí» o: «Soy la causa de una separación» -este último muy común; a que resulta de encontrarse entre mamá y papá, entrometiéndose en su intimidad, y que más adelante puede llevar a «triángulos incestuosos»-, entonces la concepción de cada una de sus relaciones estará destinada al fracaso desde un principio. Después de todo ¡sus pensamientos dan resultado! Y no pasará mucho tiempo antes de que el subconsciente aseste un golpe a su «crucero del amor», ¡un verdadero choque del Titanic contra un iceberg!
Para aclarar la mente, en cuanto a los factores subconscientes que rodearon a su concepción, es probable que desee realizar el siguiente proceso de visualización creativa.
VISUALIZACION DE LA CONCEPCION
Ponga alguna música tranquila que ayude a la meditación y recuéstese con lápiz y papel a su lado. Cierre los ojos y relájese. Respire profundamente varias veces. Permítase relajarse por completo física, mental y emocionalmente.
Ahora visualice lo siguiente: Véase a usted mismo como un espíritu incorpóreo, un ser divino compuesto de luz y amor flotando por el Universo. No trate de «recordar» -su intelecto se bloqueará-, simplemente constrúyalo ¡utilizando los efectos especiales de su imaginación alimentada por Steven Spielberg! Ahí está usted, un espíritu libre en espacio y tiempo. ¡Respire! Ahora es el momento de que escoja una nueva forma física, el instante de su concepción. Busca en todo el Universo las circunstancias idóneas para ese tiempo de vida, las personas, los lugares y las cosas perfectas para rodearse de ellos -de modo que pueda vivir una «buena vida», aprender lo que viene a aprender, enseñar lo que viene a compartir…
Busca por todas partes y elige el planeta en el que nacerá, presumiblemente la Tierra… ¿por qué la tierra? La razón por la que escogí venir a la Tierra fue… ¡Escriba lo primero que le venga a la mente!
Véase a usted mismo seleccionando el lugar preciso…
¿Qué país? ¿Por qué?
¿Qué ciudad? ¿Por qué?
¿Qué raza? ¿Por qué?
¿Qué religión? ¿Por qué?
¿Qué madre? ¿Por qué?
¿Qué padre? ¿Por qué?
Sea muy claro en los dos últimos puntos. La razón por la que elegí a mi madre fue…
La razón por la que escogí a mi padre fue…
Escriba los pensamientos que le lleguen a la mente.
¿Qué hermanos? ¿Por qué?
¿Qué situación económica? ¿Por qué?
¿Qué hay acerca de los abuelos?
¿Existía alguna enfermedad en la familia?
¿Qué hay acerca del mundo? ¿Existía alguna guerra?
¿Había paz?
¿Depresión?
Ahora llega el momento preciso de su concepción. Ha seleccionado todas las circunstancias correctas. Véase a usted mismo preparado para tomar forma corporal…
Vea a sus padres hacer el amor
¿En qué piensa su padre?
¿En qué piensa su madre?
¿En qué piensa usted mientras su conciencia entra al útero de su madre?
Respire profundamente. Complete las siguientes afirmaciones. «La razón por la que escogí estar vivo es…»
«Mi propósito en esta vida es…»
La mayor parte de la gente se tropieza con relaciones en forma inconsciente, después despierta de su estupor y se pregunta qué fue lo que la llevó a tal problema. Conocer las circunstancias y conclusiones de su propia concepción puede ayudarle a concebir todas sus relaciones -personales y de negocios- en forma más consciente.
Si su proyecto para el amor -o los negocios- presenta errores, aún la realización más perfecta está destinada al fracaso. Su sueño hecho realidad puede ser una pesadilla disfrazada.
Realice su proyecto en forma clara. Elabore una lista de aquellas cualidades que más desea en su relación amorosa ideal y empiece a afirmar «Ahora atraigo a mi relación amorosa ideal», sabiendo perfectamente lo que esto significa. Le sugerimos que lea Two Hearts are Better Than One (Dos corazones son mejor que uno), escribo por Bob Mandel.
Empiece a decir «no» a lo que no quiere, aun cuando parezca que lo llevara a la tierra prometida. ¡Despierte! El amor no es ciego. Ve las cosas como son y selecciona de la manera apropiada. Aprende bien sus lecciones. Busca lo que en realidad desea y está expuesto a todas las tentaciones que lo distraen de su verdadero y real propósito.
Librarse de cualquier aspecto negativo que haya rodeado su concepción le dará el poder de crear relaciones conscientes, en lugar de encuentros casuales.
Ver lo perfecta que fue la selección de encontrarse aquí, en primer lugar le abre las puertas para escoger en todas sus relaciones. El compromiso ya no es una trampa, sino la elección de seguir al corazón al 100%.
No cometa errores. Usted fue concebida en la luz y sus relaciones merecen esa misma iluminación.
Afirmaciones para la Concepción
- Elijo estar aquí
- Pertenezco al lugar en el que estoy
- Soy parte del Plan de Dios
- Mi amor es una fuerza unificadora
- Mi cuerpo es un lugar seguro y agradable en donde estar
- Dios está conmigo aquí y ahora
- Soy elegido
- Tengo un propósito
- Estoy feliz por estar aquí
10. Todas mis elecciones son inspiradas en forma divina
11. Imagino una vida grandiosa y lo mejor está aún por llegar
12. Perdono a mis padres por todos sus temores al tenerme
13. Gracias a Dios que mis padres me tuvieron
Capítulo 4
INFLUENCIA PRENATAL
Como el Dr. Verry nos ha demostrado, el tiempo que el neonato pasa en el útero es, a la vez, el más ocupado y el de mayor descanso en nuestra vida.
Por una parte, podemos relajarnos en un mar de líquido sustentador y todas nuestras necesidades están cubiertas por la conexión umbilical con Mamá. Nos encontramos dentro del sistema de sustento más avanzado al alcance del hombre. El Control de la Misión realiza todo el trabajo. Estamos de regreso en el paraíso.
Durante la vida posterior, parece que recreamos la dicha que sentimos dentro del útero, ya sea en la cama cuando nos cubrimos por completo con las mantas, en la tina del baño, al nadar, velear o simplemente escuchar música, ir al cine o manejar un auto -todos éstos- son, en parte, intentos por recapturar, al encerrarse en uno mismo, la sensación de tranquilidad, de seguridad, apoyo y nutrimento de los apacibles días en la matriz.
Y en nuestras relaciones, con frecuencia, proyectamos ese deseo de que la pareja nos haga sentir como en el útero, esperando que nos proporcione esa sensación de bienestar infinito de la que gozamos en el vientre de Mamá. Algunos creemos que el amor es precisamente ese sentimiento. Sin embargo, tal tipo de unión umbilical crea la separación inevitable, casi en forma tan segura como que el cordón debe cortarse al nacer. En la medida en que usted sienta que necesita de su pareja para sobrevivir, inconscientemente la alejará probándose a si mismo que después de todo es autosuficiente. Cuando el amor está basado en la necesidad, siempre dará origen a una relación amor/odio. Werner Erhard afirma: «La única razón por la que necesitamos de una persona para tener alguien a quien culpar».
La actitud compulsiva para crear relaciones uterinas lleva a lo que el libro A Course in Miracles (Un curso sobre milagros) llama la «tiranía de las relaciones especiales», en la que se coloca a la pareja en un pedestal muy por encima de los amigos y amigas. Hace poco tiempo, leímos una tarjeta de felicitación que expresaba mejor este tipo de relación. En la portada decía: «Somos tu y yo, amor en contra del mundo». La leyenda interior era: «¿Cuándo atacamos?» El propósito de una relación no es protegernos de las tormentas de la vida: ¡el amor no es una fortaleza!
La mejor forma para sobrellevar la etapa umbilical de una relación es decir la verdad y recordar la verdad. Quizá la razón por la que culpamos, juzgamos y criticamos a nuestra pareja se deba a que tememos decirle que la necesitamos. De modo que la alejamos con ataques físicos. Confiese sus sentimientos de necesidad y dependencia. Permita que hable su Niño Interior Divino y no lo rechace como a un intruso indeseable. Todos tenemos partes de nuestro ser que se encuentran indefensas y piden amor, seguridad y comodidad; no se sienta avergonzado por tener estos sentimientos. Son signos de una fortaleza en crecimiento y no de debilidad; una totalidad que echa raíces en el fondo del ser.
Durante estas épocas tómese unos «días indefenso». Permita que su pareja o amigo lo atienda a lo largo de 24 horas, sin que exista una obligación. Un día como éstos lo salvará de diez de enfermedad; se trata de una forma disfrazada de representar el papel de debilidad y desamparo mientras mantiene el control.
Reprimir el desamparo lleva a la lucha y a la enfermedad. Si ignora sus necesidades en lugar de atenderlas, se volverá viejo, senil y dependiente de otras personas por completo ¡Aquello a lo que se resiste puede persistir!
Por otra parte, recuerde la única Verdad que afirma que no es indefenso, que sabe cómo vivir y puede lograrlo -de hecho, siempre ha sido un sobreviviente poderoso.
Dominar los aspectos contradictorios del desamparo, la verdad sobre los sentimientos y la verdad sobre la Verdad, le permite crear relaciones amorosas en las que ambas partes son autosuficientes pero escogen interdepender en forma mutua porque esto hace que su vida sea más fácil y divertida.
La estancia en el útero también es un período muy ocupado en el que el nonato crece con rapidez -tanto mental como físicamente- recibiendo información a través del sistema neurológico de la madre y por telepatía, interpretando sentimientos y reaccionando ante su significado.
En el caso de que usted haya sido un bebé no deseado, no planeado, accidental, ilegítimo o del «sexo equivocado», los nueve meses de espera deben haberle parecido 1» años de soledad, sabiendo que estaba destinado a desilusionar a sus seres queridos.
Si mientras se preparaba para esta vida, sucedió algo fuera de lo común -bueno o malo- en su familia o incluso en el mundo probablemente recibió la información a cierto nivel. Si su madre le cantaba, quizá la canción que entonaba todavía esté en su corazón. Tal vez creció familiarizándose con el sonido de su voz o con sus pensamientos cuando les hablaba o pensaba en usted. En un sentido muy real, los pensamientos de su madre eran también los suyos, causando respuestas en su pequeño en indefenso cuerpo hipersensible.
Absorbía todo con gran rapidez. Imagine estar invernando durante nueve meses en una nave espacial, una computadora madre alimentándolo sin cesar con información, mientras su cuerpo crece, y crece y crece. De repente, una luz de neón roja se enciende, «NO HAY SALIDA! ¡ERROR! Y empieza a tratar de encontrar una forma de salir, buscando vacilante, deslizándose, arrastrándose en la obscuridad hasta que finalmente puede ver la luz en el fondo del túnel. Cuando sale del útero, llega a la vida de cabeza. Como si pasara de la matriz a una sartén.
¡No es sorprendente que temamos al engaño!
¡No es sorprendente que todos pidamos espacio en nuestras relaciones!
¡No es sorprendente que la estancia parezca un callejón sin salida!
¡No es sorprendente que parezca que tengamos que partir para crecer!
¡No es sorprendente que temamos al cambio, la transición, lo desconocido, el futuro!
¡No es sorprendente que parezca que cambio significa pérdida!
¡No es sorprendente que las relaciones parezcan tener doble cara!
Desde el día en que nacemos todos sufrimos de alguna forma de ansiedad por la separación. Esta lo embargará cuando abandone una relación, un empleo, una casa… Siempre parecerá que tememos dejar algo bueno por algo malo. Pero no es malo, simplemente es desconocido. Y de lo desconocido surgió nuestra liberación original, así como la separación. De modo que sigue dando vueltas en nuestra mente.
Afirmaciones para la Influencia Prenatal:
- No hay escape de la libertad
- Puedo cuidar de mí mismo
- Como puedo cuidar de mí mismo, no corro riesgos al dejar que otros me brinden su apoyo
- No corro riesgos al compartir mis sentimientos de desamparo
- No corro riesgos al sentirme indefenso
- Puedo moverme sin ayuda con facilidad y de manera agradable.
- Cuando menos niegue que soy indefenso, me volveré más fuerte.
- Es seguro quedarse
- Es seguro partir.
10. Estoy comprometido con mi propio bienestar
11. Todo cambio me lleva a un mayor bienestar
12. Lo desconocido es seguro
13. El futuro está lleno de sorpresas maravillosas.
14. Cuando olvido, gano
15. Soy libre en mi interior
16. Como soy libre, ya no tengo que dejar de sentirlo
17. Sólo dependo de la gente de la que puedo hacerlo
18. No corro riesgos al estar cerca de las personas.
19. ¡Soy un hijo de Dios, alimentado en el útero Universal!
Capítulo 5
CULPA PRIMARIA
Abandonamos el útero con un boleto de ida hacia el planeta Tierra, no pase a otra casilla, ¡no cobre $200!
Y en el proceso de partida, se forma el patrón básico de abandono que regirá a lo largo de la vida. Por una parte usted odia partir, le apena decir adiós, etc. Por otro lado, no puede esperar más para salir de ahí, odia posponer algo y desearía poder olvidar. En ambos casos, carga con su temor a la pérdida y con la culpa primaria, tratando de hacer juegos malabares conforme pasa por la vida y las relaciones.
El «Síndrome de culpabilidad infantil» describe la condición que adoptamos al nacer, cuando pensamos que nuestra llegada hiere a Mamá, quien fe fuente de vida durante nueve meses. Conforme sale con dificultad a través del canal del parto, se «activa» el temor que siente su madre por volver a experimentar su propio nacimiento, lo que la hace retener, cerrarse y ponerse tensa, y esto le produce miedo y dolor. El único error que usted cometió consistió en suponer que fue su presencia la que causó ese sufrimiento. «Siempre lastimo a las personas que amo» puede haberse convertido en un lema común en su vida. Otro podría ser: «¡Soy malo»! De manera que se separa de su bondad heredada, así como del mismo Dios, en tanto que las fuerzas unidas de culpabilidad psicológica espiritual le hacen sentirse solo en un Universo frío y cruel.
Crece con el sentimiento de ser considerado una mala persona y a causa de ello se esconde en sus relaciones. No desea que los demás se den cuenta de lo «malo» que en realidad es, de manera que se disfraza de «niña buena» o «chico agradable», haciendo que la gente crea que es lo que usted no piensa ser. Entonces vive con el miedo constante a ser descubierto, teme que se den cuenta de que es un impostor que no es digno de amor ni felicidad. ¿Cómo podría merecerlos? ¡Si lastima a las personas!
El delicado equilibrio de su identidad se ve amenazado en forma severa en sus relaciones más íntimas. Ya que el amor conlleva cualquier cosa que no sea curarse a él mismo, cuanto más lo ame su pareja, se sentirá más amenazado por ese cariño y, al mismo tiempo, tendrá más miedo de lastimarla. La luz de ese sentimiento buscará brillar en cada sombra de su ser. Pasará una época difícil ocultándose. Es probable que trate de apagar por completo su alegría y vivacidad -en un esfuerzo subconsciente por proteger a su amante del dolor que usted cree, de modo anticipado, que le causará. Tratará de esconder su «maldad». Eventualmente explotará culpando a su pareja por ese patrón de represión y quizá inclusive la abandone- completando de esta manera el ciclo de la escena de su nacimiento.
En la mayoría de los casos, la gente tiende a buscar el menor denominador común, sentirse vivo, y después piensa que su pareja es aburrida o que la relación es monótona. El tedio es necesario para suprimir otra emoción- y la mayor parte de las personas presenta cuadros de anestesia emocional: ¡quedan eliminadas la alegría y la vivacidad!
Es probable que incluso haya llegado al extremo de dejar a su pareja, diciendo que era demasiado pequeña para usted; como si la relación fuera una maceta y usted la planta. Este mito de «superioridad» es otra recapitulación del engaño prenatal y el temor a no encontrar la salida que sintió en un principio durante su nacimiento y que, desde entonces, guarda en su cuerpo como si se tratara de una bomba de tiempo. ¡No debe extrañarnos el hecho de que muchas relaciones lleguen a su fin al cabo de nueve meses¡
Renacer le puede ayudar a localizar este pánico primario y a liberar a su cuerpo de él, de modo que ya no reaccione ante el amor con la mentalidad confusa de un niño recién nacido. Es posible lograr esa libertad interna, que debe distinguirse de la externa y que nadie podrá quitarle. Será capaz de ver las conclusiones a las que llegó en su nacimiento y que ya no le son útiles, para reemplazarlas con afirmaciones como:
- Me perdono a mí mismo por pensar que le causé dolor a alguien
- El estar vivo es un placer que debo experimentar
- Mi amor es bueno para mí y para cualquier otra persona
- Soy bueno
- Soy inocente
- Mi presencia es un deleite
- Ejerzo una influencia relajante sobre los demás
- Me perdono a mí mismo por creer que era culpable
- Dios está conmigo ¡sin importar lo que pase!
10. ¡Merezco tenerlo todo!
Capítulo 6
EL SINDROME DEL OBSTETRA
Hace varios años fuimos invitados a dar una plática en el Primer Congreso Anual Sobre Psicología Pre y Perinatal en Toronto. El Dr. Thomas Verny organizó la conferencia y tuvimos mucho gusto en asistir, tanto para compartir nuestros descubrimientos en las áreas de renacimiento, nacimiento y relaciones, como para escuchar aquello que los otros ocho terapeutas, psiquiatras, parteras y obstetras tenían que aportar. Fue un interesante intercambio de investigaciones y recursos para la ciencia sobre el proceso del nacimiento en sí.
En el Congreso conocimos a un obstetra que nos conmovió como ningún otro. Tenía alrededor de 65 años, pero era joven de corazón y estaba pleno de bondad humana. Si se nos hubiera dado a escoger el obstetra ideal, hubiésemos señalado a este hombre. Mientras conversábamos con él, nos dijo que había traído al mundo a miles de bebés en la forma tradicional -es decir, tal y como se lo enseñaron en la Facultad de Medicina-; hasta que, un día, un niño cambió su mente y su vida para siempre. Había ayudado a nacer a un pequeño, un nacimiento «normal», y se preparaba para cortar el cordón umbilical como era su costumbre, cuando de repente escuchó un fuerte: «¡No!» Miró al bebé a los ojos y, por primera vez, se dio cuenta de que los recién nacidos son seres conscientes y que todos sus partos anteriores habían sido actos inconscientes, insensibles y egoístas. Nos explicó cómo solía rezar para que ningún bebé se le muriera, arruinando así su carrera. Había llegado a un punto crítico y el «nacimiento sin violencia» se convirtió también en su lema.
La mayoría de los obstetras tienen un trabajo que realizar y necesita la cooperación del recién nacido para hacerlo bien. Desde el punto de vista del bebé, este vínculo con el obstetra es poderoso y en relaciones posteriores buscará que los demás lo saquen de su problema, lo levanten de la pena o de la desesperación, lo extraigan de la miseria y/o lo ayuden, salven y rescaten de alguna forma.
Desde el punto de vista del médico, es probable que el bebé sólo sea uno de tantos, casi como un auto nuevo que sale de la línea de ensamble. Esto no quiere decir que los obstetras tengan una sensibilidad mecánica. Por lo general no es así -adoran a los bebés, las mamás, las familias- y se compadecen más allá de lo necesario. No obstante, la premisa es que tienen un trabajo que realizar y el éxito de su carrera se basa en el hecho de que lo hagan correctamente.
Lo ideal sería que cada uno de ellos fuera un gran maestro en los ritos de la iniciación y dirigiera la llegada de cada bebé como una celebración de vida y renovación. Casi se siente como una sala de urgencias, en la que el obstetra está presente para salvar vidas, no para traer al mundo a seres humanos saludables y festejar este paso primario y mágico. En la actualidad, con los médicos elevados al status de héroes por la televisión, el obstetra se ha convertido en la «estrella» del nacimiento, en tanto que a la madre y al bebé se les asignan papeles secundarios.
La mayoría de las relaciones representa el «Síndrome del Obstetra» de una manera u otra. Una de las partes del rescatador, la otra el rescatado. Desde luego que los papeles pueden cambiar en situaciones diferentes. De la misma manera en que el obstetra estaba «dedicado» a su nacimiento exitoso, su pareja puede convertirse en su rehabilitador, maestro, terapeuta e instructor, en lugar de existir algo recíproco, que permita crear una relación amorosa.
El «Síndrome del Obstetra» lleva al «Complejo de Pigmalión», en el que una de las partes siempre trata de corregir a la otra, en vez de reconocer la belleza y la perfección ya existentes. Y las relaciones que se basan en que una persona sea quien repara y la otra representa a los bienes dañados, están destinadas al fracaso desde un principio. Una vez que su reparación haya concluido, el técnico saldrá por la puerta. Otra posibilidad es que, en forma inconsciente, cree más bienes estropeados con el objeto de prolongar la agonía de esa relación desigual.
Si juega al obstetra con su pareja en forma inconsciente, su mayor temor estriba en no ser necesitado. Para usted es fundamental que lo necesiten, así como el doctor requiere de la enfermedad para sentir que su trabajo vale la pena. En el momento en que se enfrenta con alguien que en verdad es su igual y no lo necesita, sino sólo lo ama -sin que tenga que ganarse ese amor ayudando, rescatando o protegiendo- salen a la superficie todos sus sentimientos de necesidad que permanecen sin resolver. ¡Y en ese momento es cuando el partido se pone interesante!
Es importante recordar que los obstetras experimentan la escena de su propio nacimiento cada vez que entran a la sala de partos. Si enseñamos lo que necesitamos aprender, entonces parece más razonable que los médicos intenten curarse a sí mismos.
El obstetra es la primera persona en el mundo que nos apoya, guía, dirige, controla, manipula y lastima físicamente. Si la experiencia de su nacimiento se vio marcada por control-apoyo-dolor, posiblemente presentará una secuela en estas áreas en sus relaciones posteriores. Un ejemplo sencillo: puede resentirse si su pareja lo apremia cuando deben partir. También es probable que desconfíe de cualquier forma de apoyo porque, en el subconsciente, éste significa control, manipulación, obligación y compromiso doloroso.
Es posible que sienta resentimiento hacia su instructor de renacimiento -por decirle cómo debe respirar, sobre todo si parece «dedicarse» a señalar si lo hace de manera correcta o incorrecta pues le recuerda al obstetra que necesitaba verlo respirar para que su trabajo fuera un éxito- y hacia todos sus maestros, ayudantes, terapeutas y gurús porque, a pesar de que sabe que son superiores, muy dentro de su ser sospecha en alto grado de cualquiera que esté más arriba que usted o de cualquier persona que le brinde un apoyo.
Perdonar al obstetra totalmente es importante -darse cuenta de que hizo lo mejor, tomando en cuenta su propio nacimiento, desarrollo y educación-, como también recordar que, en cierto sentido, usted escogió su nacimiento, incluyendo a todo el equipo que ayudó en el parto, y que es responsable de lo que originó aun en ese entonces, cuando parecía que era ¡una víctima inocente!
¡Y lo logró! Sobrevivió a su nacimiento y por lo tanto quiere sentir agradecimiento, no-resentimiento, hacia todos aquellos que lo ayudaron a estar aquí.
¡Su nacimiento fue ideal para usted!
Afirmaciones para el «Síndrome del Obstetra»:
- Perdono totalmente a mi obstetra
- Ahora puedo controlar la forma en que recibo apoyo
- El apoyo es agradable
- Es seguro para mí aceptar apoyo
- Puedo hacerlo a mi manera
- La gente me apoya cuando lo hago a mi manera
- Me perdono a mí mismo por todas aquellas ocasiones en las que hice las cosas a mi manera
- Sé cuando necesito ayuda y cuando no
- Dios es mi apoyo continuo
10. Ya que lo puedo hacer por mí mismo, no corro riesgos al permitir que otros me ayuden
11. Es fácil llegar a donde me dirijo
12. Soy perfecto tal y como soy.
13. Puedo ver que otras personas también saben cómo hacerlo
III
TIPOS DE
NACIMIENTO
Y RELACIONES
Capítulo 7
NACIMIENTOS NORMALES
De alguna manera, el término «nacimiento normal» es absurdo, ya que, en realidad, cualquiera de ellos lo es y cada uno es único. De modo que todos empezamos como seres humanos ordinarios extraordinarios. Sin embargo, como a muchos de nosotros nos han dicho que tuvimos el llamado «nacimiento normal», el pensamiento de ser normales, así como el significado de este adjetivo, queda impregnado de manera permanente en el subconsciente. Ya que los pensamientos son creativos, es probable que inconscientemente proyectemos este concepto de normalidad en todas nuestras relaciones amorosas. Después de todo, no hay nadie que no quiera serlo; y cada quien orienta sus pasos hacia lo que considera normal en sus relaciones. Si para usted la normalidad es lucha, dolor y culpa (porque así pareció ser su nacimiento), es probable que en forma inconsciente busque esas mismas características en una relación.
De modo que, si tuvo un «nacimiento normal», tal vez desee reevaluar su definición de ese adjetivo.
Puede pensar que ni siquiera sería necesario hacer alusión a este tipo de nacimiento, en la creencia de que, como no existieron complicaciones no hay nada que encubrir. Ese es exactamente el problema. Las personas que tuvieron un «nacimiento normal» sienten que no son importantes. Algunas veces creen que como no hubo nada fuera de lo común, no son tan «especiales» como otras que tuvieron llegadas más dramáticas. Hay individuos a quienes hemos ayudado a renacer que tuvieron esta clase de nacimiento y terminaron con estos pensamientos negativos:
«Yo no importo»
«No soy nada especial»
«Mi vida es sólo rutina»
«La gente no se da cuenta de que existo»
«Soy común y corriente»
«Soy aburrido o bla, bla, bla…»
En algunos casos, nos hemos encontrado con personas que se sienten culpables por haber nacido en forma fácil, sobre todo si sus hermanos tuvieron nacimientos difíciles. Un hombre que conocemos tenía este pensamiento: «a la gente no le gusto porque hago las cosas con facilidad». Siempre se imaginaba que los demás lo juzgaban porque todo se le facilitaba.
Es muy importante saber que incluso en los llamados «nacimientos normales» existe un gran trauma que debe tratarse. Desde luego, hubo una transición de un ambiente líquido a la atmósfera que produjo un shock. Por lo general, en el parto promedio el cordón umbilical se corta demasiado pronto y da lugar a temor, pánico, estado de shock. También la creencia de que al bebé debía volteársele de cabeza y darle una nalgada puede considerarse «normal»; sin embargo, es en extremo traumante para el recién nacido y, como ahora hemos aprendido, innecesario. El bebé «nacido en forma normal» está ahí colgado y aterrado de que lo vayan a dejar caer, su columna vertebral de repente se estiró después de haber permanecido durante esos meses doblada en la posición fetal. Este cambio tan drástico, con frecuencia, d lugar a problemas crónicos en la columna y a muchos otros que los quiroprácticos conocen. A pesar de que, gracias al cielo, la costumbre ha desaparecido ¿qué podemos hacer por todos esos adultos que ahora andan por ahí y que nacieron cuando todavía ésta era una práctica común en lo que se llamaba nacimiento «normal?»
Uno de los peores efectos de este tipo de nacimiento se produce cuando le pegan al niño para hacer que respire. Pues da como resultado dolor y temor inmediatos que se asocian con esta función, lo que origina que la respiración no sea muy profunda al inhalar. Curar el daño que se causó al sistema respiratorio al nacer es uno de los propósitos originales principales del renacimiento. La mayor parte de la gente inhala muy poco aire y fuerza la exhalación. Como de esta forma, «subventilamos», las células no obtienen el oxígeno que necesitan y merecen. De hecho, lo anterior es una de nuestras teorías sobre las causas de envejecimiento: debido a la subventilación, las células no reciben el oxígeno suficiente, por lo que se debilitan y mueren.
En la práctica del renacimiento, nos hemos encontrado con personas que tienen sentimientos muy negativos hacia la respiración, lo que determina no sólo que su renacimiento sea difícil, sino también toda su vida. Algunos ejemplos:
«Me lastimo si respiro»
«A la respiración le sigue el dolor»
«No puedo respirar»
«Voy a contener la respiración y a tranquilizarme»
E incluso: «Si respiro, me voy a morir»
Con seguridad, puede darse cuenta de que estos pensamientos propician, en forma eventual, enfermedades respiratorias tales como asma, bronquitis y enfisema. A clientes que se encontraban en estas condiciones, pudimos ayudarles a averiguar la conexión existente entre estos pensamientos que tuvieron al nacer y la forma en que aprendieron a respirar. A pesar de que éstos pueden haberse suprimido durante algún tiempo, sin causar enfermedad cuando algo dispara el trauma, con frecuencia la persona sufre un ataque de asma. Por ejemplo: es posible que una persona que nació con fórceps se encuentre «bien». Un día, va caminando por la calle y ve una grúa en una construcción; le recuerda, en forma subliminal, a los fórceps y, de repente, empieza a sentir migraña en los temporales y no se explica la razón. Todos los circuitos se disparan y ocasionan un más físico.
Otros aspectos de trauma del nacimiento en uno «normal» son la baja repentina de temperatura del cálido útero a una sala de partos gélida; luces brillantes que lastiman los ojos de los bebés; el brusco frotado de la delicada piel de los recién nacidos, que da como resultado el temor a ser tocado; básculas frías, ruido, instrumentos atemorizantes, tapabocas; contaminación psíquica debido a los pensamientos negativos del equipo de doctores y enfermeras que asisten el parto, aunada a sus propios traumas de nacimiento que llenan el espacio; la ausencia del padre, y demás.
De modo que si usted es una de esas personas que tuvo un nacimiento de los designados como «normales», no lea este libro a la ligera. Existen todavía pensamientos que surgieron cuando nació y que le afectan. Sin embargo, puede considerarse afortunado -no tiene traumas extras debido a las complicaciones, así es que siéntase agradecido. Además, quizás viva con alguien que tuvo una clase de nacimiento de las que mencionamos en esta obra, y después de su lectura, es probable que comprenda esa relación.
Por lo tanto, un individuo que nació en forma normal puede sentir que no lo toman en cuenta, que no importa, que no es especial para su pareja y considerar a su compañero o compañera como más importante.
Si una persona que tuvo un nacimiento normal recibió un golpe en ese momento, podría albergar pensamientos negativos que afecten sus relaciones. Es probable que una mujer piense: «Los hombres me lastiman». Con esa idea quizá constantemente -en forma inconsciente- ponga a su pareja ¡en el papel del obstetra! Puede hacer que la lastime y después culparlo e intentar regresar a su obstetra para reformar a su compañero. Si recibió un trato brusco durante el «nacimiento normal» tal vez sienta temor a que la toquen y en este caso es posible que el afecto dentro de la relación no exista o sea insignificante.
Hemos ayudado a renacer a gente que tuvo un «nacimiento normal», cuyas madres sintieron mucha pena y vergüenza de que las vieran en ese momento. Por lo general, se llegó a la conclusión de que esa situación dio como resultado problemas en su vida sexual.
En algunos de los nacimientos de este tipo que estudiamos, los doctores y sus asistentes en el parto tenían mucha prisa; probablemente porque debían atender otros; casi siempre sus razones eran válidas. Sin embargo, el cliente había adoptado una idea: «A la gente no le importo» o: «La gente no tiene tiempo para mí». Más adelante, sus relaciones se vieron afectadas pues en repetidas ocasiones, sentían que «no le importaban a su pareja». Casi siempre pedían muestras de cariño en momentos inoportunos, es decir, justo cuando e otro estaba realmente ocupado. Entonces decían: «Lo ven, no le importo… no tiene tiempo para mí».
Y en cada nacimiento normal, en algún momento, existe la creación de lo que nosotros llamamos la «Ley Personal». Sobre ella hablamos en la Parte V -El nacimiento y los negocios-, que constantemente afecta las relaciones hasta que es eliminada. Este es uno de los aspectos más importantes que deben curarse en el renacimiento.
Uno de nuestros clientes escribió lo siguiente:
Mi nacimiento prácticamente no tuvo nada extraordinario, hospital moderno, con un toque de anestesia para hacerlo menos interesante. Fue normal y así lo son mis relaciones. Fue una lucha y mis relaciones también lo son. Me gusta que me abracen tanto como entonces. Durante mi nacimiento me lastimaron mucho. Mi amante me lastimó profundamente. Al nacer, no parecía conseguir lo que deseaba y no parece que logre lo que deseo en mis relaciones.
Un psicólogo nos escribió esta carta, hablando sobre la influencia que tiene su nacimiento en sus relaciones:
Lo único que mi madre me dijo sobre mi nacimiento es que fue común y corriente… como muchos… normal. Cuando le pregunté si había algo fuera de lo común, me respondió: «No, nada. Fue común y corriente». La verdad es que he tenido una vida extraordinaria -en la escuela fue el mejor estudiante, un atleta excelente, he tenido un éxito poco usual en el trabajo y he gozado de un matrimonio fabuloso durante veinticinco años. Pero siempre que alguien me pregunta cómo estoy, la mayor parte de las veces respondo: Oh, bien… casi normal. Y así es como siempre me he visto a mí mismo y a mis relaciones. Nada especial; solo normal. Tengo la tendencia a dar por hecho que soy como cualquier otra gente, que todos piensan como yo (porque soy normal) y, por lo general, me sorprendo al darme cuenta de que las personas son distintas a mi. Además, como sospecho que mi nacimiento fue algo doloroso, siento que el dolor es normal y que el sufrimiento es común; y, como debo haber lastimado a mi madre al nacer, le debo a todas las mujeres el pago por ese «pecado original». De modo que soy un buen hombre, que hace el bien y se preocupa por los demás. Soy psicólogo, un buen esposo y padre. No atraigo la atención sobre mí.
Un estudiante reportó lo siguiente; en uno de nuestros Talleres:
Mi nacimiento tuvo lugar en un hospital. Soy el tercer hijo; mis padres estaban juntos. Experimenté mucho enojo y rabia porque me pusieron de cabeza, miedo por estar solo y abandono porque me alejaron de mi madre. Tengo miedo de quedarme solo, no es una relación uno a uno. Me convertí en una persona posesiva y celosa. Quiero que me abracen con frecuencia y que me digan que soy importante.
La gente se enoja muy seguido y desaprueba mi forma de ser. Quiero tener más relaciones de las que tengo debido a mi temor al abandono. Alguna veces deseo tener más libertad y sentirme tranquilo.
En ocasiones continúo una relación, aunque ya no me deje nada.
La gente piensa que no me entrego lo suficiente, parecen querer más de mi parte. Acaso sea una compensación extrema porque la gente no estuvo ahí después de que nací. Siento una enorme necesidad de estar con las personas, tener muchos amigos y pertenecer a grupos.
Una persona graduada de uno de nuestros cursos de capacitación escribe:
Lo interesante sobre mi nacimiento es que mi madre siempre me dijo que fue normal y que duró una eternidad. Juntando esos dos conceptos, yo siempre he llegado tarde y creía que era algo muy normal. He perdido muchos empleos por mi impuntualidad crónica; siempre llegaba retrasada a la escuela. Me demoro en el pago de impuestos. ¿NO lo hace todo el mundo? Para mí, llegar tarde es normal. Cuando otras personas me hacen esperar, me siento perfectamente bien. De echo, siempre creo que así lo harán porque es normal llegar con retraso. En cierta ocasión, se suponía que me encontraría con un amigo en una cafetería para estudiar una obra que leíamos en la escuela. Llegó muy tarde, dos horas después; al entrar se disculpó profusamente, se sentía muy apenado. Lo gracioso fue que a mí no me importó. Había estado tan ocupada estudiando la obra que casi no me di cuenta de lo tarde que era. Además, estaba acostumbrada al retraso. La obra que leía era Long Day’s Journey Into Night (Viaje de un Largo día Hacia la Noche). Era extensa y lenta. Me gustó.
Una persona que tuvo un nacimiento «normal y fácil» describe la forma en que al nacer se transforma en dolor:
Yo sentí como si me castigaran durante mi nacimiento, el cual en realidad fue agradable; pero cuando el médico me tomó en sus manos, me cortó el oxígeno y después me volteó de cabeza ¡sentí que había hecho algo malo al nacer! De modo que creí que tenía que sufrir para tener amor. Necesitaba recrear el sentimiento de ser castigado. Tenía que experimentar dolor en el sexo para sentir placer. Una de las decisiones más importantes que tomé al nacer fue la de ser una persona extrovertida como un escudo para todo el dolor y la culpa. Cuando me llevaron a la sala de cunas, lloré y lloré. Pero no conseguía amor. Cuando tuve hambre no me alimentaron. Nunca puedo saciarme.
El siguiente caso es de una persona que nació después de un trabajo de parto arduo y tedioso que duró dieciocho horas. Su madre siempre se sintió orgullosa de decir que fue natural y que sufrió terriblemente:
Ella siempre ha sido una sufrida ¡y yo también! En las relaciones siempre sobrecompensó y me sacrifico por los demás. Deseo ser amado y aceptado y hago cualquier cosa por lograrlo. Tengo una tendencia a querer ser «estrella» y adoptar papeles de líder, pero de alguna manera parezco detenerme antes de alcanzar el éxito o terminar mi obra. No soy muy bueno para sostener una relación duradera.
El siguiente caso es de una persona que tuvo un nacimiento normal, fácil y casi agradable, además fue un bebé deseado:
Siempre he experimentado un enorme sentimiento de ser una persona querida y amada, algunas veces hasta el punto de sentir que me ahogo y querer salir o separarme. Parece que me pregunto por qué soy tan querido. Cuando llegué al mundo, mi primer pensamiento fue que necesitaba curar la deteriorada relación entre mis pares y he seguido ese patrón durante toda mi vida; es decir, siento que debo y puedo ayudar a los demás. En mi nacimiento existió un trauma monetario, porque fue justo antes de la gran depresión de 1929. Siempre me he sentido muy culpable respecto al dinero.
Otra persona que nació con facilidad reporta:
Mis relaciones tienden a no tener lucha ni a ser dramáticas. Me sentí amada y deseada por mis padres y siempre he tenido relaciones amorosas. Fui la primera hija y sabía que mis padres tenían grandes expectativas para mí. Como consecuencia muy seguido me pregunto si lo esto haciendo bien y si fallo ¿la gente me seguirá amando? Mis padres deseaban tener un niño y con frecuencia me siento limitada por ser mujer. Vivíamos en un pueblo pequeño y fuimos al hospital de otro igual, en donde nací; siempre me ha atraído viajar.
Otro cliente que sintió la vulnerabilidad de su madre en el momento de su nacimiento, decidió tener una llegada fácil para protegerla:
Temía ser lastimado y que no me importara. E viaje a través del canal fue fácil, pero ocasioné dolor, separación y falta de leche materna. Sentí tanto la vulnerabilidad de mi madre que la adopté yo mismo para ser su protector y salvador. Esto llegó a ser tan fuerte que me volví en contra de mi padre, en un acuerdo silencioso con ella. Mi madre temía la intimidad con él y, como resultado, lo controlaba y dominaba. Yo seguí este patrón y me alejé de él. He estado cuidando de las mujeres durante toda mi vida; a cambio, ellas me brindan calidez y afecto. Nunca me he permitido confiar por completo en sus motivos y, desde la adolescencia, he evitado sentir una verdadera intimidad con los hombres. Cuando la he sentido, he rechazado la relación de una u otra manera.
Este hombre joven tuvo un nacimiento fácil en un hospital; probablemente porque el de su hermana, que nació 12 años antes, fue difícil y en su casa.
Mi mamá tenía mucha confianza en que el médico cuidaría de ella y de que todas sus necesidades serían cubiertas. Una doctora fue la que me trajo al mundo; se llamaba Mag McKinley. ¡Durante estos últimos quince años he vivido en la calle McKinley en Hollywood! NO me gusta que me limiten. Fui mas bien un bebé grande -4.250kg- y todavía no me gusta cubrirme demasiado con ropa, cobijas, etc. Tampoco me gusta estar atado emocionalmente y no me agrada rodearme de gente que si lo está. He sido maestro de yoga durante 13 años, enseño a las personas a relajarse y ahora trabajo con ellas en la respiración Reichean, ayudándolas a liberarse en el aspecto emocional.
Un resumen de «Nacimientos Normales»
- Muchas madres dicen a sus hijos que su nacimiento fue normal, en realidad, existieron complicaciones. Lo que intentan hacer es encubrir su culpa. Otras dirán que un nacimiento fue «normal» simplemente porque las anestesiaron y no recuerdan.
- La influencia que tenga un nacimiento «normal» sobre sus relaciones dependerá del significado que se le dé a este adjetivo. ¿La anestesia es normal? Entonces es probable que así le parezcan las drogas, sedantes y otras adicciones. ¿Los fórceps son algo normal? Entonces los dolores de cabeza quizá sean una parte normal de su vida. El punto aquí es que muchos de los llamados «nacimientos normales», en realidad fueron más complicados.
- Si su nacimiento en verdad fue normal, en el sentido de fácil, relativamente rápido y más que nada agradable, tal vez como adulto sea fácil de tratar y le guste la gente; hay poco dramatismo y lucha en sus relaciones; es una persona relajada; puede cuidarse a sí mismo, sabe estar solo; se siente querido y amado, cerca de su madre y cómodo en las relaciones íntimas.
- Por otra parte, quizá piensa que no es nada en especial; cree ser uno del montón; un hijo de vecino; siente miedo a ser diferente; teme sobresalir; es un conformista sin remedio; encuentra la vida común y corriente.
Afirmaciones para «Nacimientos Normales»:
- Soy un individuo único.
- Soy parte importante del Plan de Dios.
- Hago la diferencia.
- Tengo una contribución valiosa que aportar.
- Soy un ser humano extraordinario.
- No corro riesgos por ser un poco extraño y diferente.
- Soy anormalmente maravilloso.
- Soy poco común.
- Es seguro arriesgar.
10. Soy alguien interesante con quien estar.
11. Soy el regalo de Dios para el mundo y el mundo es el regalo de Dios para mí.
Capítulo 8
INDESEADO, NO PLANEADO, ILEGITIMO
Muchos niños son indeseados, no planeados, «accidentes» o ilegítimos. En el análisis final, ningún niño es realmente indeseado porque las actitudes de los padres revelan sus verdaderas intenciones, es decir, lo que obtienen es lo que más desean en el subconsciente. Aun así, con frecuencia un hijo se sentirá indeseado, como si fuera lo último en que piensan sus padres.
Algunas veces, debido a la frustración, un padre llega a gritarle: «¡Desearía que nunca hubieras nacido!» Probablemente, el hijo sienta lo mismo.
Un hijo indeseado tendrá problemas al crecer y sentirse querido como pareja. Presentará una tendencia a tener dificultades en sentir que merece amor, con frecuencia pensará que ni siquiera es digno de estar vivo. Y si llega alguien que lo ame profundamente, adoptará el papel de sus padres y rechazará el amor que le ofrecen. Tal es el poder de la lealtad a nuestro inconsciente.
Quizá un hijo indeseado sea adicto a la desorganización en su vida. No planear se convierte en una forma de supervivencia. La abundancia de ésta se vuelve una adición. Una meta sencilla puede verse como una experiencia que amenaza a la vida.
Hace poco tiempo, tuvimos como estudiante a un muchacho de16 años. Vino porque su padres lo sobornaron. Su historia era así -nueve meses antes de asistir al curso sufrió dos accidentes automovilísticos; y ahora quería un auto nuevo-. Ellos le dijeron que sólo lo tendría si venia al Curso de Capacitación en Relaciones Amorosas y asumía la responsabilidad por los accidentes. Durante su renacimiento, le preguntamos: «¿Crees que tu nacimiento fue un accidente?» Contestó: «Mi nacimiento no, fui deseado. Pero mi concepción si fue un accidente». Tenía la creencia de que debía crear accidentes para poder estar aquí. ¡Le dimos un nuevo pensamiento! «Debo estar aquí», y el rostro se le iluminó como un ángel.
En la comunidad de renacimiento les hemos dado la bienvenida a muchos huérfanos. Su temor al rechazo es casi siempre tan grande (y algunas veces tan inconsciente) que harían cualquier cosa por ganarse el amor de las otras personas. Por lo general, son «chicos agradables» o «niñas buenas» que se hacen querer cuidando de las necesidades ajenas -trabajos rutinarios y pequeñas tareas-. Nacieron como «mensajeros»; deseado ser necesarios para sentirse amados y deseados. De hecho, el hacerse indispensables es una compensación por pensar que son indeseados. Les hace falta ser necesarios. Y si les dice que o tienen que ganarse su amor, pueden sentirse confundidos.
S usted fue un «accidente», entonces todas sus relaciones pueden parecer que son encuentros casuales. El amor será ciego en verdad. Se bloqueará y no verá como usted mismo dio forma a estas relaciones accidentales, porque en su mente crear es sinónimo de accidente.
Si usted fue ilegítimo, toda su vida presentará una tendencia a ser clandestina. En algunos casos, la madre se siente tan avergonzada de haber concebido a un hijo ilegítimo que intenta ocultar su embarazo. La criatura crece pensando que debe esconderse para sobrevivir. Con frecuencia lo que más va a ocultar es su sexualidad. En ocasiones tendrá problemas al legitimar su vida en cualquier aspecto. Sabemos de un caso en el que un hombre no pudo pagar sus impuestos porque le aterraba pensar que si cumplía con la ley se darían cuenta de que era ilegítimo. ¡Una locura, pero es cierto!
Conocemos el caso de una mujer que no quería casarse porque el matrimonio es algo legítimo y ella no lo era. Esta persona es la hija ilegítima de un político famoso -ni siquiera nos dijo nunca su nombre-. En tanto fue bebé, su madre la llevaba a la esquina de cierta calle en donde se estacionaba la limosina negra de su padre para que éste pudiera verla. Cuando creció, esta mujer sostenía relaciones muy misteriosas y hacía citas en lugares extraños.
Un cliente no deseado nos escribió:
Yo sabía que era indeseado, de manera que retrasé mi salida. Llegué tarde y muy grande. Le causé dolor a mi madre. Me sentí rechazado por mis padres.
Nunca me siento preparado para una relación, de hecho anhelo la cercanía. Lucho por evitar el rechazo, pero siempre siento que algo está mal en mí. Deseo la intimidad, pero temo encontrarme atrapado si me involucro demasiado.
El rechazo siempre es inevitable. Intento prepararme para lo peor.
Una mujer joven nos reporta:
A pesar de que conozco las condiciones físicas de mi nacimiento, sé que deseaban un niño. No me alimentaron con leche materna. Mi madre tomó un sedante y mi padre no me quería porque no había dinero suficiente.
Siento, que esas condiciones se manifiestan en mi vida en el hecho de que siempre estoy sola y, por lo general, triste, a menos de que esté ocupada. Vivo con mis compañeros hasta que me doy cuenta de que son como niños pequeños y de que los domino totalmente y los manipulo.
Rechazo a las personas que me han amado y dudo de que alguien pueda hacerlo -siento que quieren algo de mi.
Conozco mi valor físico en el Universo, pero siento que no valgo nada en mi interior. He esperado mucho a un compañero a través del que, y con el que, pueda crecer y no sentir que no me merece. Alguien que me acepte por mí misma.
Detesto a los niños y los considero sólo una carga, a pesar de que sé que brindan una gran dicha.
Otra mujer joven nos informa:
Mi nacimiento no fue planeado. Mi padre debió casarse con mi madre. Le pidió que abortara, ella se puso furiosa y se rehusó.
Siento que no soy lo suficientemente buena o digna de ser amada para tener una relación exclusiva. Como mi padre tuvo que casarse con mi madre, no pudo salir con otras mujeres y quería hacerlo. De modo que, si sostengo una relación exclusiva con un hombre, no podrá ver a otras mujeres y le estaré negando lo que desea. Soy la intrusa e interfiero en la vida de los hombres. No sostengo relaciones prolongadas, la más larga que recuerdo tuvo muchos períodos en los que no nos veíamos.
Una persona que se graduó en nuestros talleres escribe:
Varias veces intentaron el aborto. Mi nacimiento fue natural, en casa. Un médico estaba presente. Mi madre me amamantó.
Siempre he sentido temor al rechazo y una gran necesidad de agradar a todos. Deseo gustarles a los demás. Desconfío de los verdaderos sentimientos de otras personas hacía mí. Me falta confianza al buscar situaciones o gente nueva. Socialmente, siento que no valgo.
Me cuestiono el amor a la gente. ¿Cómo pueden amarme? No lo merezco.
Por lo general, me subestimo o acepto situaciones que requieren menos de lo que en verdad soy capaz de dar.
Un cliente escribe:
Cuando salí, sentí que todos estaban en mi contra y así era, estaba enojado y decidí que eso era muy difícil y no quería hacerlo. Mi padre estaba enojado y mi madre asustada. No me querían, me sentí abandonado y solo; como si a nadie le importara. Esto afecta mis relaciones hoy en día porque espero rechazo y dolor. También sigue todavía presente el sentimiento: «No lo voy a hacer», como lema recurrente en mi vida. Temo el abandono y siempre estoy enojado.
Un hombre joven fue indeseado y lo sacaron con fórceps:
Mi madre intentó abortar y yo no deseaba salir. Ella estaba enferma del corazón y había mucha gente en la sala de partos; todos tenían una opinión diferente acerca de lo que debían hacerle. Yo temía que muriera si nacía.
En las relaciones, no me siento seguro. Siempre tengo miedo de que se vayan porque las alejo para que no mueran. No me siento deseado ni amado. No merezco que me amen porque lastimo a las personas.
Una mujer no deseada reporta:
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que no deseo separarme de quienes amo, así es que procuro que sean frías y distantes. Si me acerco mucho, las tomo en serio. Representan demasiados problemas, responsabilidad y no son divertidas. Por lo tanto, no confío y me resisto a aceptar el cariño. Huyo de él cuando lo consigo. Creo que no soy lo suficientemente buena y que se van a ir. Hago que el mantener una relación sea una gran responsabilidad. Debilita la Santa Relación que sostengo con mi nuevo ser.
Otro caso:
Fui ilegítimo. Se suponía que no debía estar aquí. La forma en la que mi nacimiento afecta mis relaciones es que me siento muy nervioso cuando voy a comenzar alguna y me causan mucha preocupación. Si pienso en las relaciones, mi estómago se siente trastornado. Me encanta sostener una, pero he aprendido a estar bien sin relaciones íntimas y ahora pensar en involucrarme en ellas me hace sentir nervioso.
Me siento sin valor, indeseado y no amado.
Una bebita ilegítima escribe:
Los hechos importantes que rodearon mi nacimiento fueron:
1. Mi madre no estaba casada cuando me concibieron; se casó con mi padre cuando tenía tres meses de embarazo; 2. Mi padre le pidió que abortara. Se puso furiosa con la sugerencia; 3. Soy la primera de siete hijos; 4. La noche anterior a que mi madre diera a luz, mis padres se encontraban en la recepción de una boda y mi padre le pidió a mi madre que no se parara a su lado porque estaba tan gorda que no quería que lo vieran con ella.
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que atraigo a los hombres que siento que lo tiene todo y ¿yo que podría agregar a sus vidas? Nada; de manera que las relaciones no son duraderas y siempre me siento insegura, incluso en los mejores momentos. Además, tengo dos hijos y creo que no puedo sostener una relación importante y duradera llevándolos conmigo. Así es que he tenido hombres que me dicen que ya no quieren criar más niños y que todo sería diferente si no los tuviera. Siento que los míos son una carga y que se interponen en las relaciones amorosas y el romance.
Creo que no soy una persona completa o suficiente para satisfacer a alguien que desee sostener una relación exclusiva conmigo. Siempre parece haber otra mujer. Con frecuencia atraigo a hombres casados y me lastimo a mí misma.
Otro caso ilegítimo nos reporta:
Soy hija ilegítima. Nací muy pequeña. Mi padre no estaba ahí y yo no sentí unión con mi madre. Vine al mundo en un hospital.
Mi nacimiento ha afectado mis relaciones más que nada porque siento que nadie me quiere como yo deseo que lo hagan y siempre siento mucho temor a que si me involucro con una persona, me va a abandonar. Nunca siento que los hombres estén aquí por mí y con frecuencia creo que necesito esconder mis relaciones de los amigos y la familia porque no son como debieran ser. Además, constantemente siento que no soy amada.
Otro «indeseado» escribe:
Tuve un nacimiento prolongado y difícil porque fui indeseado. Mis padres estaban preocupados por el dinero y mi madre tenía miedo y le tuvieron que administrar medicamentos.
Sí, en una relación, no me siento querido, me encierro en mí mismo y dejo de ser cariñoso con mi pareja. Lo indeseado puede salir con el sexo, escogiendo lo que hacemos o simplemente pasando un rato juntos. No me gusta terminar una relación porque sé que duele mucho.
Otra mujer no deseada escribe:
Nací en forma natural sobre la mesa de la cocina. Fue muy doloroso para mi mamá. No fui querida. No era un niño como mi hermano mayor. A él lo amaban mucho. Mi madre odiaba el sexo -a todos los hombres excepto a su padre y a su hjjo- y odiaba al pobre de papá.
He intentado controlar mis relaciones con los hombres. Busco a aquellos que son débiles. Sin embargo, cuando se entregan a mí, pierdo el interés. Los hombres extraños me excitan, pero les temo; me perdería y terminaría sin nada. Estuve casada durante veinticinco años con un gran hombre del que yo era su «mandamás». Cuando se cansó de que lo manejara y peleara con él, me abandonó.
Un cliente informa:
Tuve un nacimiento de rutina en un hospital. Fue el tercer parto de mi madre y el más fácil, según decía. Tampoco fui un bebé planeado. Mis padres practicaban el ritmo y lo perdieron. Había mucho temor, culpa y confusión entre ellos. En las relaciones, creo que tengo que proteger y utilizar la distancia, la indiferencia y la frialdad para evitar que los demás se acerquen demasiado o me presionen mucho.
Una dama escribe:
Fui hija ilegítima. Nací en Albuquerque, Nuevo México, donde mi madre y mi abuela cuidaban a su hermano e hijo favorito que se estaba muriendo de tuberculosis. Fui concebida antes de que mi madre se casara con el hombre al que conocí como mi padre durante 21 años.
MI nacimiento fue atendido por un médico y me consideraron prematura porque pesé menos de 2.500 kg. El hombre con el que se casó mi madre no estaba presente. A los 21 años, estando enojada, mamá me dijo algo sobre mi padre -que era pelirrojo y bajito, que yo caminaba como él, que quiso casarse con ella- ¿La razón? Que yo sería una niña y me llamaría «Tempestad» ya que eso sería toda mi vida. Siempre he buscado a mi padre y recientemente, perdoné a mi madre por todas sus transgresiones. He pasado mi vida sintiéndome indeseada. Gracias al renacimiento, ahora los sesenta años ¡mi vida ha cambiado por completo!
Resumen de indeseado, no planeado, ilegítimo.
Si se encuentra en este grupo tenderá a:
- Ser adicto al rechazo en las relaciones
- Representar el otro papel y rechazar a cualquiera que le quiera
- Tratar de hacerse indispensable para que no lo rechacen
- Ser misterioso, si fue ilegítimo
- Tener problemas con los impuestos, matrimonios y otros trámites legales.
- Tener problemas al planear, si no fue planeado
- Ser un planeador compulsivo, si trata de sobrecompensar
- Ser susceptible a accidentes, si fue un «accidente»
- Ser desorganizado, si no fue planeado
10. Sentir que sus relaciones lo toman por sorpresa, si su nacimiento pareció presentarse en un mal momento para sus padres
Afirmaciones para los hijos no deseados:
- ¡Soy un hombre (una mujer) querido(a)!
- Merezco estar vivo
- ¡Soy irresistible!
- ¡Soy el regalo de Dios para el mundo y el mundo es el regalo de Dios para mí.
- Perdono a mis padres por no tener autoestima para quererme.
- Escogí ser querido.
- No corro riesgos al ser querido.
- Tengo el derecho legítimo a ser amado y querido.
- Tengo el propósito que Dios me permitirá cumplir.
10. Soy un hijo elegido de Dios.
Capítulo 9
SEXO EQUIVOCADO
En muchos de los Cursos de Capacitación en Relaciones Amorosas realizamos una investigación en la sección de nacimientos y preguntamos ¿Cuántos de ustedes o fueron del sexo que sus padres querían? ¡Le sorprendería el número de manos que se levantaron! Quizá ambos padres tuvieron un hijo del sexo opuesto al que ellos deseaban o tal vez sólo uno de los dos. De cualquier forma ¡imagínese cómo se siente el bebé! Recuerde siempre que la criatura en el útero es un ser consciente y pensante. Desde ese momento, ya sabe si sus padres ¡quieren que sea del sexo opuesto al que es! Muchos no quieren ese destino… saben que causarán desilusión.
Algunos de los pensamientos que estos bebés se forman son:
«NUNCA seré lo suficientemente bueno como hombre (mujer);»
«Soy una desilusión
«Soy alguien equivocado»
«Estoy confundido» -en caso de que uno quiera un niño y el otro una niña;
«Nunca seré capaz de complacer a la gente;»
«Debería ser niño» -decisión tomada por una bebita si sus padres desean un varón;
«Debería ser niña» -decisión tomada por un bebito si sus padres quieren una niña.
En la mayoría de los casos, la situación parece no tener esperanzas, nunca cambiará ni mejorará, de modo que la criatura se enfrenta a su sino, a menos que haya aun cambio de sexo -o cambie los pensamientos por completo.
En una relación, la persona siente con frecuencia que nunca está a la altura. Digamos que una bebita crece en una familia en la que deseaban un niño. Es probable que se convierta en un marimacho para complacerlos. Si es femenina y entabla una relación con un hombre, puede escoger a uno que sutil o abiertamente la haga menos, para no sentirse bien como mujer. Seguirá intentando y cayendo.
Por supuesto que el problema es que presentará una tendencia a escoger una pareja que perpetúe la situación, alguien que probablemente sentirá la necesidad de devaluar a las mujeres. Este juego destructivo continuará y dará como resultado muchas heridas, hasta que la pareja se de cuenta de la verdad y haga algo para ponerle fin. Es probable que esta mujer también escoja una profesión en la que pueda funcionar como hombre. De hecho, quizá esté en constante y sutil competencia con los hombres en muchas formas que no son obvias para ella. Tal vez tenga muchas dificultades para recibir algo del sexo opuesto. Es posible que siempre esté enviando a los hombres un doble mensaje: «Trátenme como a una mujer, pero en realidad necesito que me traten como a un hombre». Una persona que se encuentra en esta situación debe aprender que puede agradar a la gente siendo una mujer.
En todos los casos de esta naturaleza, les pedimos a los que renacen que asuman la responsabilidad por el hecho de haber escogido reencarnar dentro de una familia que deseaba algo distinto a lo que son. Les preguntamos por qué no desearon ser queridos por su sexo. Esto forma parte de su «Trauma de la Concepción» y en el viaje de su alma deben enfrentar la responsabilidad por su elección. La afirmación es: «Me perdono a mi misma por no desear ser querida como mujer y culpar a otros».
Desde luego que es obvio que los futuros padres deberían sentirse, y con frecuencia así es, complacidos con un bebé de cualquier sexo y entender que es perfecto para ellos en muchas formas. Sin embargo, está muy claro que lo ideal es alcanzar este nivel de aceptación antes de la concepción y no durante el embarazo ni en el nacimiento.
Esta historia se menciona en la Parte IV -Influencias prenatales-, pero también puede aplicarse aquí. Un hombre rico, que jugaba en Monte Carlo, apostó mucho dinero a que tendría un hijo. Tuvo una niña, quien creció oyendo que su padre repetía la afirmación: «Me costó mucho dinero que fueras mujer.» Y adoptó el pensamiento: «Los hombres pierden dinero por mi causa.» Se ha casado con dos millonarios. ¡Ambos perdieron casi todo su dinero cuando es tuvieron con ella!
El siguiente es un ejemplo de un reporte por escrito:
Mi nacimiento fue en casa, sin medicamentos y con presentación de cara -48 horas de labor de parto-. Mis padres querían un niño, sobre todo mi papá.
La manera principal en que mi nacimiento ha afectado mis relaciones es que creí que siempre debía hacer lo opuesto a lo que la gente esperaba. Desde que decidí darme la vuelta y salir con la cara hacia arriba en lugar de hacia abajo, me he rebelado durante toda mi vida. Una de las principales formas de hacerlo fue eligiendo a un esposo que en realidad era lo opuesto de lo que mi familia y yo misma queríamos para mí. Mi familia era muy rica y él era definitivamente pobre.
En mis relaciones anteriores, discutía mucho. Siempre peleaba y adoptaba un punto de vista opuesto al de mi pareja. Si él decía que el cielo era azul, yo encontraba una forma de estar en desacuerdo porque el cielo no era en realidad azul y señalaba las nubes. No importaba el tema, simplemente no podía estar de acuerdo.
La razón por la que elegí voltearme y salir al revés fue que mis padres querían un niño y yo decidí ser niña. Tomé la decisión de que era lo opuesto a lo que mis padres deseaban, lo mismo hice con mi familia, mis compañeros y cualquier persona que estuviera cerca de mí; en alguna forma haría lo opuesto a lo que querían o estaría en desacuerdo con ellos. También lograría que la gente siempre estuviera en total desacuerdo conmigo.
Cuando crecí un poco, mi padre siempre jugaba conmigo béisbol y me llevaba a eventos deportivos. Como en verdad lo amaba y sabía, inconscientemente, que se suponía que debía ser un niño, trataba de hacer cosas de las que se enorgulleciera y que atrajeran su atención hacia mí. Estaba en el equipo de baloncesto y en e de natación. En la secundaria, era buena atleta.
Durante esos años, todos mis amigos más cercanos eran hombres, excepto alguna que otra amiga. Siempre me fue más fácil relacionarme con los chicos que con las chicas. He sostenido relaciones continuas con hombres, sin interrumpirlas, desde los 16 hasta los 36 años. La mayor parte de ellas empezaron como una amistad, llegando más tarde al romance. He aprendido cómo ser buena amiga y a hacer las cosas a la manera de los hombres. En mis primeras relaciones, el sexo parecía ser un problema. No sabía muy bien cómo representar la parte femenina en mí. Me sentí my confundida al equilibrar mi lado masculino dominante con el menos cultivado lado femenino. Esto cambió con el renacimiento. Empecé a verme como una mujer bella y aprendía a resaltar mi femineidad. Después de renacer, el sexo también mejoró en mis relaciones, porque podía ser una buena amiga y también una compañera sexual femenina.
Conforme me acercaba al que pensé sería mi punto de equilibrio, pasó algo muy extraño. Me sentí atraída por hombres homosexuales y ellos por mí Esto me dio oportunidad de mirar fuera de mi misma, reflejaba como un espejo mi confusión anterior. Atraía a los hombres que deseaban estar con hombres porque estaba confundida sobre mi propia sexualidad.
Esta confusión también afectó mi carrera y mi propósito en la vida. Había obtenido una maestría en psicología de la primera infancia. Después de divorciarme, regresé corriendo con papi e intenté ser su hijo. Trabajé para él durante tres años, aprendiendo el negocio de la familia. Conforme estuve cada vez más involucrada con el Curso de Capacitación en Relaciones Amorosas, me di cuenta de que en realidad no hacía lo que me gustaba. Siempre hacía lo que a mi padre le gustaba para complacerlo. Sentía que si dejaba el negocio, perdería su amor. Pero cuando en verdad busqué lo que deseaba, él me apoyó 100%. Mi padre me hizo un reconocimiento durante un curso de capacitación por tener la valentía de hacer lo que deseaba con mi vida y, desde entonces, he tenido la aprobación de mis padres.
Cuanto más me ocupo en la comunidad de renacimiento como gerente de centro o entrenadora, me he encontrado con más reacciones respecto a que mi presentación no es apropiada para quien en verdad fui.
La gente me ve en forma diferente de la que pensé al presentarme. Con frecuencia las personas estaban en desacuerdo conmigo. Esto me detenía y no me mostraba como la mujer poderosa que sabía que era. Cada vez que hablaba frente a un grupo sentía nerviosismo y temor. Temía que la gente se desilusionara con quien en realidad era, de manera que tenía una tendencia a limitarme y no presentar mi verdadero yo.
También tengo un concepto muy marcado de lo que es correcto/equivocado que me hace estar muy a la defensiva en las relaciones. Si la gente a la que amaba me retroalimentaba, trababa de probar que estaba muy bien antes. Sin embargo, pronto aprendí que si escuchaba lo que las personas me decían, tomando en cuenta que era por amor y apoyo, cambiaba con rapidez mi pensamiento. Aprendí que cuanto más escuchaba la retroalimentación de los demás, ellos me escuchaban más.
Como tomé la decisión de que era indeseada como mujer, siempre inventé relaciones con hombres que no me querían como tal. O si lo hacían, no me daban lo que deseaba. Como decidí ser una niña -lo que creía que mis padres no deseaban- sentía que no merecía obtener lo que quería de los hombres que amaba.
La decisión que tomé acerca de ser indeseada como mujer, tampoco permitía que los hombres me quisieran.
Nunca amé a aquéllos que me querían porque eso no era lógico para mí. De alguna forma, desilusionaría a los que me quisieran o los alejaría. Si un hombre me amaba al 100%, encontraba la manera de desilusionarlo. Los pensamientos tomaban dos formas: Tendría que desilusionar a un hombre si me quería, porque entonces algo estaba mal en él por hacerlo.
Por medio del renacimiento, los cursos de capacitación y el uso de afirmaciones doy marcha atrás a todos los pensamientos negativos. Ahora me doy cuenta de que soy una mujer sorprendentemente maravillosa que merece ser querida como tal por el hombre a quien ame.
Un hombre joven que tuvo un nacimiento fácil, pero su madre deseaba que fuera niña y además desarrolló una larga enfermedad durante el embarazo escribe:
Ahora veo por qué es difícil para mi asumir la responsabilidad de ser hombre; por qué siento tanta tristeza y enojo. Por qué haría cualquier cosa para que la gente me amara. Me doy cuenta de que estoy resentido por estar aquí, por la forma en que me recibieron al nacer. También me fue muy difícil dejar de fumar -mi padre se perdió de ni nacimiento porque salió por un cigarro. Pienso que no soy lo suficientemente bueno.
Una mujer joven que se retrasó, quizás debido a que sus padres querían un niño, también nos dice que a su madre no le gustaba tocarla. Además escribe que:
Tengo problemas para aceptarme como mujer y trato de que los hombres me rechacen. He tenido tendencia a enamorarme de homosexuales y después siento que no hay nada que pueda hacer para complacerlos porque no me puedo convertir en hombre. Creo que nadie quiere tocarme, existe algo equivocado y terrible en mi. Desconfío de la gente. Soy la mujer más feliz cuando estoy sola. Siento que la gente se entromete conmigo -de la misma manera en que lo sentí en la sala de partos-, destruyendo el hermoso mundo en el que vivo a solas -el útero-. Siento un gran resentimiento hacia las personas. Quiero ser independiente y hacer las cosas a mi manera.
Resumen de sexo equivocado:
Las personas que no son del sexo que sus padres querían, tienden a lo siguiente:
- Tienen dificultades con su género y/o temen asumir la responsabilidad por éste.
- No se sienten aceptadas.
- Se sienten tristes, enojadas y resentidas en las relaciones.
- No pueden aceptarse a ellas mismas en las relaciones.
- Se sienten insatisfechas en la vida.
- No saben lo que se espera de ellas y lo que deben recibir dentro de las relaciones
- Con frecuencia ven al mundo como un lugar poco amigable y lo mismo sienten de las relaciones, debido a problemas de identidad sexual
- La pubertad fue un gran problema.
- Algunas veces se sienten más felices al estar solas.
10. Temen ser desilusionadas.
Afirmaciones para sexo equivocado:
- Gracias a Dios porque soy hombre (mujer).
- Soy una sorpresa maravillosa.
- Soy el re galo de Dios para el mundo
- Perdono a mis padres por no saber lo que en realidad deseaban.
- Soy deseable
- Soy irresistible
- Mi cuerpo cumple con mis propósitos
- Soy lo correcto
- Mi sexo es lo correcto para mí.
10. Soy muy agradable para mí mismo en presencia de otras personas.
11. La gente se siente complacida con mi presencia.
12. MI presencia es un placer completo.
Capítulo 10
ABORTOS ACCIDENTALES,
ABORTOS INDUCIDOS
O MUERTES FETALES ANTERIORES
Siempre que entrevistamos por primera vez a un nuevo cliente para renacer, averiguamos si existieron abortos accidentales, abortos inducidos o muertes fetales previos al embarazo de la persona. Esta es una información importante por varias razones.
Es muy posible que la madre se preocupe por la muerte de este nuevo ser, lo que da lugar al «trauma prenatal» y agrega mucho temor al embarazo y conciencia de la persona que se encuentra en el útero.
Con frecuencia, el individuo termina con mucho temor a la pérdida, a la muerte y, en general, se siente «inseguro»,
Si hubo un aborto inducido anterior a ese bebé, quizá la madre todavía sufra de culpabilidad, lo que también afectará al embarazo y a la criatura.
En ocasiones, el bebé siente que debe «reemplazar» al que murió. El hecho crea una presión psíquica adicional.
Algunas veces el ser anterior era en realidad la misma alma, pero no puede nacer la primera vez. Por lo general, pregunto: «¿Le parece que el bebé abortado o que murió podría haber sido usted?». Muchas veces esta pregunta produce una reacción emocional inmediata y la persona siente con certeza ¡que sí, en realidad así es!
En tal alternativa, es probable que este ser piense «para poder vivir, debo primero morir. Aunque suena extraño, hemos tenido muchos casos así. Estas personas tienden a crear lo que llamamos muchas «minimuertes», antes de poder disfrutar de la vida. Terminan con el desafortunado dilema. «Cuanto más vivo, mas tengo que morir». El renacimiento es muy complicado y nos llevó varios años aprender a deshacer el ciclo de nacimiento/muerte de este tipo de individuos. Tuvimos el caso en Seattle en el que la persona, una mujer, me contó que su madre ¡había tenido siete bebés hombres, todas fueron muertes fetales postparto, antes de concebirla a ella! En realidad, esos embarazos fueron intentos de ella misma por venir como hombre. Finalmente se dio por vencida y ya no intentó reencarnar en hombre porque aparentemente, no podía hacerlo por algún patrón karmático que tenía como ser de ese sexo. Regresó como mujer y sobrevivió. Durante sus renacimientos, los recuerdos fueron muy claros para ella.
A pesar de que tratamos de no agregar ninguna culpa acerca del asunto del aborto, es algo que el que renace y el guía de renacimiento deben enfrentar si es parte del karma de la persona. Si existió un intento fallido de aborto, la ayudamos a olvidar todo. Al ayudarle a asumir la responsabilidad de escoger a sus padres e incluso a ese incidente en el «guión de su nacimiento», se libera del enojo y la culpabilidad que puede haber sentido. Como es obvio, algunas de estas personas recen con el temor de que alguien las espera allá afuera para matarlas. Con más frecuencia, piensan: «No debería estar aquí». Tratar de vivir la vida con tal pensamiento es difícil y nada divertido. En un caso extremo, un hombre recordó (después de algunos años de estar con nosotros) el pensamiento real de su madre tratando de abortar con algún tipo de «instrumento». Decidió que quizá si «se hacía el muerto» ella creería que todo había terminado y dejaría de intentarlo». Funcionó: dejó de hacerlo. Él siguió «haciéndose el muerto», hasta que ella dejó de resistirse y finalmente aceptó su embarazo. El único problema fue que él adoptó el pensamiento: «Para poder sobrevivir, tengo que «hacerme el muerto». Esto dio como resultado que tenía que pretender que no «lo entendía» (la vida o la inteligencia). Tomó todos los seminarios sobre apoyo a la vida que encontró, pero no podía comprenderlos porque debía pretender que no estaba vivo. Debemos reconocer su mérito, pues regresó una y otra vez hasta que se sintió lo suficientemente seguro como para descubrir este «enredo» tan increíble. Nunca olvidaremos el día en que finalmente «nos dejó entrar» a su mente por completo, después de un renacimiento muy profundo. Todos estábamos muy contentos.
Una vez más, la «liberación» de estas personas estriba en deshacerse de la culpa por la que «la gente intenta matarme» y personarse a sí mismas por «establecerla». La afirmación puede ser así: «Me perdono a mí mismo por no desear vivir plenamente y culpar a otros para poner fin a mi vida.» «Ahora elijo estar totalmente vivo y vivir plenamente». «Cuando más elijo vivir, más feliz me siento.»
Con frecuencia, existe una situación desesperada para los que se encuentran en una coyuntura de este tipo. Sus vidas pueden ser miserables porque no desean estar aquí por completo. Para ellos, la «solución» parece ser «liquidar la cuenta y salir». Y, de hecho, la muerte no es ninguna solución. En modo alguno significa poder. La verdadera solución es querer estar aquí. Pero como son miserables -y se sienten indeseados- con frecuencia es engañoso el resultado de que deseen estar aquí.
Necesitan escribir la información «Cuanto más deseo esta aquí, soy más feliz; y cuanto más feliz soy, más deseo estar aquí» una y otra vez hasta que la asimilen. Hemos obtenido muy buenos resultados al hacerles escribir esta afirmación varias veces y pedirles que nos envíen las páginas por correo para asegurarnos de que, en verdad lo hacen.
Muertes en la familia durante el embarazo
Algunos clientes con esta situación en su entorno decidieron salir antes, porque no podrían soportar quedarse en el útero, ya que su madre estaba muy alterada. Se sentían tan incómodos que creían que morirían si se quedaban y, sin embargo, casi les sucede por salir antes de tiempo. En muchos libros de las escuelas místicas del Tíbet, hemos leído que es muy importante mantener a una mujer embarazada alejada de la gente ansiosa, enferma o moribunda -y muy especialmente de los funerales-. Es imprescindible que en este estado no se sienta culpable si no desea asistir al funeral de algún familiar durante el embarazo. Un cliente al que ayudamos a renacer recordó una experiencia prenatal cuando su abuelo falleció. Su madre estaba abrumada por el conflicto de no querer ir al funeral porque estaba embarazada y sentirse culpable por no presentarse. La culpa ganó y asistió al funeral. Fue una agonía para ella y para el feto. No es necesario señalar que es importante que todos los que rodeen a una mujer embarazada se encuentren inmersos en situaciones que apoyen a la vida.
Posparto: Digamos que alguien en la familia muere poco después del nacimiento. Se aplica la misma verdad que en la situación anterior. Esto podría afectar la leche y las hormonas de la madre; a vida sexual de la pareja, la unión con el bebé, etc. La salud de todos podría deteriorarse.
Si se presentan o ya se presentaron, estas circunstancias desafortunadas, recomendamos lo siguiente:
Mucho renacimiento durante ese tiempo.
Realizar muchas afirmaciones que enriquezcan la alegría de vivir.
Leer la literatura inmortal.
Rezar a los Maestros para liberarse de la urgencia de muerte.
Hacer cualquier cosa que pueda ocurrírsele a uno para fortalecer la urgencia de la vida.
Una vez más le decimos, si usted se siente víctima de una circunstancia así, haga lo que señalamos anteriormente AHORA, todavía puede funcionar para liberarlo. Desde luego que sería de gran ayuda saber si alguna de estas situaciones se presentaron en la época de su nacimiento o el de su pareja. Algunas de las formas en que lo anterior puede afectar sus relaciones.
Probablemente la persona piense: «No puedo vivir con plenitud. Mejor permanezco deprimido y triste si quiero obtener aprobación»; «Llegué en el momento equivocado. Es un mal momento para que yo esté aquí»; «No sé como hacer que mi madre o mi padre se sienta feliz»: Con posterioridad puede resultar en: «No sé como hacer feliz a mi pareja».
Como es obvio, estos pensamientos afectan las relaciones. Además, si todos los que rodearon la concepción, embarazo o nacimiento de esta persona se sentían deprimidos, es posible que en su vida presenta una tendencia a atraer a gente con el mismo estado de ánimo y con energía de muerte en su vida, sobre todo como pareja. Piense en ello. La mente busca la familiaridad. Si hubo una muerte en su familia antes o después de su nacimiento, quizá haya pasado mucho tiempo relacionado con ésta y pensando en que así era la vida. Se puede liberar de tal situación, pero primero debe estar consciente de ella.
El punto principal para curar este tipo de traumas es liberarse de la culpa. Deje de culparse a sí mismo y a su madre. Si lo hace, quedará atrapado ahí. La culpa demanda castigo, de modo que tenderá a pasar gran parte de su vida haciendo que las cosas sean difíciles, castigándose, utilizando diversos medios para lograrlo. Por otra parte, si culpa a su madre, seguirán sintiéndose culpable por no perdonarla y probablemente se castigará.
Un actor nos dijo lo siguiente:
Mi madre perdió un bebé. Después se embarazó de mi. Temía perderme también… siempre he sentido que tal vez sea la persona equivocada… que no estaría aquí si no hubiera perdido al primer niño… En mi carrera como actor, me ha sido difícil ganar papeles a otros compañeros… me siento culpable cuando no lo consigo. Nunca acepto un contrato para reemplazar a alguien y vivo con el temor constante de ser reemplazado.
Un graduado de los Cursos reporta:
MI nacimiento fue natural, pero mi madre intentó un aborto a los tres meses de embarazo. Nací con el cordón umbilical alrededor del cuello. Mi padre no estaba presente y mis padres no tenían dinero para tenerme. Mi hermana estaba celosa, de manera que para mi la vida era un lugar peligroso. ¡La vida era una lucha! Me sentía solo y debía hacer todo solo. Le temo mucho a la vida porque pienso que la gente está aquí para matarme La vida lastima y, por lo tanto, no deseo vivir.
Un guía de renacimiento nos escribió lo siguiente:
Uno de mis clientes tuvo una experiencia interesante. Su madre intentó abortar tres veces durante el embarazo. Creció, se enamoró y se casó. Cada tres años, él y su esposa tenían una dificultad importante en su relación. Se divorciaron en tres ocasiones, cada tres años, recientemente lograron completar un ciclo de cuatro años. No es necesario señalar que los intentos de aborto fueron ¡todos a los tres meses de embarazo!
Otro estudiante informa:
Mi madre trató de abortar dos veces. Cuando salí venía de presentación de nalgas y me sentí volteado, torcido e indeseado. Siento temor a que las mujeres me abandonen porque no soy lo suficientemente bueno. Tampoco me siento capaz para lo siguiente: una buena relación; sentirme amado; para que todo se «voltee» para ser como quiero; para captar la atención que deseo. No siento que pertenezca al medio de las personas con poder, de modo que me alejo. No confío en la gente porque sé que me va a lastimar, sobre todo la que amo. Lo principal es que no me siento amado. ¡Soy indeseado!
Otra graduada de los Cursos escribe:
Tuve un nacimiento fácil en un hospital, pero mi madre perdió un bebé antes de mí Papá no estaba ahí. Parece que los hombres se alejan de mi la mayor parte del tiempo cuando sostengo una relación estrecha. Mis relaciones tienden a ser traumáticas… dolorosas. Tengo que esforzarme mucho para lograrlas. Tal vez el temor a la pérdida me hace trabajar horas extras. Tengo que poner todo mi esfuerzo para conseguir un poquito de aprobación y aceptación. Es un trabajo continuo volver a ganar la aprobación. Siento un temor terrible a no lograrlo, a caer en poco tiempo, a fallar. ¿Merezco lograrlo mientras que otras personas no?
Resumen de intentos de Aborto
- Sienten más temor a la vida.
- Con frecuencia piensan que la gente está ahí para matarlos.
- Con frecuencia piensan: «No deseo vivir».
- Con frecuencia piensan: «La vida lastima».
- Por lo general, en sus relaciones, no confían en la gente.
- En sus relaciones no se sienten amados ni deseados.
- Sienten que «no deberían esta aquí».
Resumen de abortos accidentales previos
Expresan más temor.
Presentan una tendencia a preocuparse por las cosas, con frecuencia en forma exagerada.
Las afirmaciones que pueden ayudar son:
- Cuanto más viva, sentiré más alegría de vivir. Cuanto más alegría de vivir sienta, más viviré.
- Puedo sobrevivir sin estar muerto… puedo sobrevivir sintiéndome vivo.
- La vida es segura, vivir es seguro. Cuanto más vivo me sienta, estaré más seguro.
- Puedo empezar a vivir en este momento y seguir haciéndolo.
- Puedo dejar ir a la muerte y sobrevivir
- En este momento, estoy seguro y soy inmortal.
- No hay nada que temer. Estoy vivo.
- Cuanto menos me preocupe, estaré más vivo. La vida es lo que quiero.
- Soy responsable de mi propia alegría y dolor y los demás son responsables de su propia alegría y dolor.
10. La gente se siente feliz de que yo esté aquí.
11. Brindo diversión y alegría a la gente en forma natural.
12. Hago que las cosas sean más fáciles y mejores para las personas.
13. La gente siempre se siente mejor en mi presencia.
14. La gente está contenta de que yo esté vivo y se siente más viva con mi presencia.
15. Perdono a todas las personas y cosas que fueron desagradables durante y después de mi nacimiento.
Capítulo 11
RAPIDO O RETENIDO
En ocasiones, cuando una persona tiene un nacimiento «rápido», los demás se ven en un problema por eso. En la experiencia que hemos tenido con clientes que «recuerdan» que su nacimiento tuvo tal característica podemos ver que para ellos no fue un problema. Sin embargo, otras personas que participaron en él no lo consideraron «normal» y sí peligroso.
Algunos de los pensamientos que tal vez adopte el bebé son: «Me equivoqué al llegar rápido»; «No están preparados para mí»; «Tengo que ir más despacio para poder sobrevivir»; «La gente siente resentimiento hacía mí por ser rápido… a la gente le dan celos porque lo capto con facilidad», etcétera.
Con frecuencia, estas personas al crecer son impacientes. Quizás hayan estado preparados para atacar y acelerar el paso, pero el equipo que asistió en el parto no. Tal vez estuvieron listos para hablar y caminar muy pronto, pero su familia tenía la creencia de que todo sigue un modelo. Es probable que más adelante, en una relación esta persona atraiga a una pareja a quien le tome mucho tiempo hacer las cosas y sea lenta porque piense: «Tengo que esperar a los demás».
En algunas familias es las que existe una historia de «nacimientos rápidos», es posible que el médico decida que el próximo deberá ser controlado». Hemos conocido a clientes que, debido a ello, fueron inducidos: los bebés anteriores que llegaron a la familia lo hicieron «demasiado rápido» de acuerdo con las normas de alguien.
Estas personas se sienten «tranquilizadas» en forma inapropiada e injusta. Ya dentro del útero habían sido apurados de manera natural y sufrieron un shock al verse detenidos porque sus hermanos fueron rápidos. Con frecuencia, terminan con el pensamiento: «La gente detiene mi poder». Por lo tanto, en una relación con una persona del sexo masculino, una mujer que tiene esta forma de pensar puede sentirse retenida, controlada y debilitada. Desde luego que atraen a los hombres como el obstetra, quienes tratarán de controlarlas por medio de la retención. A estas situaciones les llamamos casos de «Inducción en Reversa», ya que los propósitos de tal inducción son opuestos a los de la mayoría de ellas.
Si el bebé viene «demasiado rápido» y el médico todavía no llega, es probable que las enfermeras traten de detenerlo cruzando las piernas de la madre. Es sorprendente la cantidad de casos así que hemos visto en el renacimiento. Casi siempre, estas personas se sienten muy enojadas y frustradas por haber sido retenidas; durante su vida creen estar bloqueadas y atrapadas. Necesitan crear algún tipo de ruptura. En un caso que conocemos, la persona tenía que manejar autos de carreras para probar que podía seguir adelante. Otra cliente necesitaba practicar clavados; una vez que saltaba, debía seguir adelante como el corredor de autos. Trataba de probar que nadie podía detenerla o sujetarla.
En las relaciones, esta persona probablemente atraiga a un compañero que la retenga psíquicamente. Cree que necesita de ello para sobrevivir; aunque lo va a resentir mucho. La gente así, siente la necesidad de un «descanso» en sus relaciones. Tal vez también sufra de sentimientos de claustrofobia durante la vida, como consecuencia de haber estado atrapados en el canal del parto. «Estoy atrapado» es un pensamiento común al nacer que puede crear la misma sensación en elevadores, autos y otros espacios reducidos que asimismo puede darse dentro de las relaciones en general. Acaso también crea que lo «retienen» en su profesión sino obtiene las promociones que desea. Podría cerrar un trato de negocios importante que se «detiene» en último momento, llevándolo a la frustración.
Un graduado escribió:
Aunque mi nacimiento fue normal, me sentí muy apresurado. Así es como soy en la vida, constantemente estoy corriendo, de prisa y nervioso… Con frecuencia, mi relación es una proyección de mi nacimiento -me siento controlado, vulnerable, como sino tuviera opciones-. Me siento apresurado, fuera de control y otros me dicen lo que debo hacer.
Otra estudiante reporta.
Nací 45 minutos después de que mi madre llegó al hospital. Siempre soy rápida y estoy de prisa -todo tiene que ser «para ayer»-. Propicio que los hombres me abandonen y sé que es -naturalmente- porque mi papá se fue. En ocasiones me siento encerrada, atrapada… más que nada temo ser vulnerable. Mi madre me mantiene a distancia…
Otra cliente recuerda:
Mi madre se apresuró a entrar en la sala de partos antes que otras mujeres que estaban en trabajo de parto, porque el de ella fue muy rápido. El nacimiento en sí fue rápido y sin complicaciones. Ahora me siento culpable al apresurar el paso de los demás o adelantarme a ellos. En mis relaciones, no me siento muy nutrida porque fui la única hija en mi familia que no amamantaron; me siento competitiva frente a otras mujeres para obtener el afecto y la atención de los hombres -rivalizo con mis dos hermanas-. Me siento incómoda cuando pido que se me preste atención… de manera que aparento ser inocente por obtener lo que tengo. Soy adicta al placer sensual y sexual porque el paso a través del canal del parto fue la parte más agradable de mi relación con mi madre y extraño su amor.
Una mujer joven recuerda:
Mi nacimiento fue apresurado. Nací en un taxi. Recuerdo el frío, el temor a la muerte, las duras palabras que la partera decía a mi madre. Ahora habitualmente llego tarde y a mi retraso le siguen una culpa y desesperación intensas. Tengo disciplina pero no una meta; me canso mucho y duermo en exceso, además siento una gran tristeza frente al amor no correspondido. Me veo forzada a tomar decisiones de último momento. En verdad soy vulnerable e influenciable por otras personas que eligen por mi. Soy ególatra. Retengo. ¡Los hombres me abandonan! No siento que pueda tener una relación satisfactoria. Lo quiero todo «para ayer». Lo quiero ahora. No siento que merezca nada. Dejo que las cosas sucedan y se hagan para mí. Realizo elecciones de último momento… debo tener una dirección en mi vida. No puedo evitar gritar. Tengo mucho ánimo y acepto todo abiertamente. Deseo aceptar la verdad ¡y correr como diablo!
Sin embargo, otro estudiante informa:
Como mi nacimiento fue relativamente rápido y fácil, me ha sido sencillo alcanzar el éxito con rapidez en las cosas nuevas que en verdad me motivan. También siento que he tenido que ceder cuando se trata de mi propia expresión, incluso en el canal del parto para no perturbar la armonía del personal del hospital. Esta tendencia sigue presente hasta la fecha. Nací en el Doctor’s Hospital enfrente de la mansión del Alcalde en un vecindario muy lujoso, después viví durante ocho meses a una calle del Carnegie Hall; de manera que siempre me he sentido «como en mi casa» estando con artistas y celebridades.
Un hombre considera que los sucesos fuera de lo común son fáciles:
Nací rápidamente, pero mis padres, las enfermeras y los doctores sintieron pánico. Simplemente decidí hacerlo en ese instante. Como adulto, antes de que algo suceda, me preocupo y pienso en todo lo que puede pasar. Cuando la situación en realidad se presenta, yo me sumerjo en ella con naturalidad y hago lo que sea necesario y, por lo general, la paso muy bien. Después de casi todos los sucesos poco comunes digo: «¡Eso fue fácil!».
Otro graduado de los Cursos escribe:
Fui deseado. Nací un año y medio después que mi hermana. Ella tuvo un nacimiento largo y difícil. Yo llegué muy rápido. Mis padres sintieron pánico y corrieron al hospital. Los doctores y enfermeras también lo sintieron e inyectaron a mi madre justo cuando yo estaba naciendo. Ella perdió el conocimiento y aparecí yo. Pensé que no le importaba, así es que desarrollé un nerviosismo sólo para llamar su atención. Desde entonces tengo la idea de que debo actuar para conseguir la atención de las mujeres. Pero si lo hago muestro un carácter falso y tarde o temprano se van a dar cuenta y me van a dejar porque les mentí.
Una persona «retenida» reporta:
Mi madre se fracturó el pie justo antes de que yo naciera y durante el parto estaba enyesada. Me pusieron el nombre de mi abuela que ya había muerto.. Existieron varios trabajos de parto en falso. Después me retuvieron; las enfermeras a veces juntaban o cruzaban las piernas de mi madre. Después me jalaron; casi me muero -salí azul-. No podía respirar bien y me pusieron en una incubadora durante tres días…
Siento una gran ansiedad de separación con la gente. Creo que tengo que irrumpir a través de un muro desde la distancia y no puedo. Temo al rechazo y a la autoexpresión… Creo que mi esposo me detiene y, como él fue inducido, yo lo jalo. Cuando nací, mis padres tenían problemas económicos y yo solía sentir preocupaciones por este aspecto. Todavía siento algo de escasez y celos en el amor. Me siento excluida. No creo merecer la atención de mi esposo porque lo agoto emocional y económicamente. Siento mucho miedo a los hombres. Creo que les gustan las mujeres indefensas. Siento culpa y vergüenza al escribir esto…
Otro caso parecido recuerda:
Me retuvieron durante dos horas para que el médico pudiera dormir. Después utilizaron fórceps. Durante toda mi vida he propiciado el tener que esperar a los hombres. Siento un gran coraje hacia ellos. Mis padres deseaban un niño. Cuando nací sentí miedo, frío y asfixia; el doctor me golpeó en la espalda tratando de que respirara y mi columna vertebral ha estado ligeramente desviada desde entonces. Me sentí muy descontrolada y no quería estar aquí. Hace algunos años estuve a punto de suicidarme y, en ocasiones, todavía no deseo estar aquí. NO me sentía segura en mi cuerpo hasta que empecé a renacer. Ah, sí, una de las enfermeras que estaba en la sala de partos usaba el perfume «Jungle Gardenia» y cada vez que lo huelo ¡empiezo a sofocarme!
Un guía de renacimiento recuerda:
¿Nacimiento normal? Nada en especial, excepto que el obstetra llegó tarde. Le dijeron a mi madre que juntara las piernas; ¡no podía estar preparada todavía! Adentro, yo dije oh, así es como funciona; la gente me dirá cuando debo estar preparado. Esperaré. Esperar ¡esto se está volviendo atemorizante! Pero de alguna forma existe el pensamiento de que es más seguro estar aquí que allá afuera. Mi madre se avergonzaba de estar embarazada. Creía que estaba fea. Ser visto, es sentirse herido, humillado. No puedo dejar que me vean. No puedo salir. Por eso no quería salir del útero. No es seguro que me vean. Cuando salgo, se vuelve realidad. La herida. La humillación. Pero la contradicción. Tengo que salir o morir. Qué elección, quedarme y morir; salir y morir. Debe haber un pensamiento más alto. Nacer es elegir la vida. Es obvio. El temor a ser herido o herir a otro, es culpa. La culpa demanda castigo. Lucha…
Una mujer joven escribe:
Mi mamá estaba separada de mi padre. Ya tenía tres niños. El padre de mi padre la llevó al hospital, la dejó en un elevador y le dijo: «¡Adiós!». Era muy temprano. El médico llegó tarde. Las enfermeras trataron de mantener juntas las piernas de mi madre. Finalmente, el doctor llegó vestido con traje y corbata y nací yo, rápido y fácil. Mi mamá estaba contenta de que fuera una niña…
Siempre me he sentido alejada de las personas y me preocupa que se vayan si me acerco demasiado. Desconfío mucho y me siento muy indefensa. Creo que no debo permitir que la gente sepa que está sucediendo en mi interior -como que mi madre no tenía esposo- por temor a ser juzgada o humillada. Hice algo malo, como mamá; necesito ser fuerte, como mamá. En ocasiones siento que me relaciono en forma equivocada. Temo que mi amor dé lugar a la separación…
Un resumen de nacimientos rápidos
- La mayor parte del tiempo se sienten apresurados y nerviosos, siempre corriendo.
- Sienten que su pareja los apresura y o tienen elección al respecto.
- Algunas veces se sienten culpables por apresurar el paso de los demás.
- Con frecuencia quieren todo con rapidez.
- Con frecuencia tienen mucha energía -quizás incluso sean hiperactivos.
- Mencionan que en ocasiones son buenos atletas.
- Algunos de ellos dicen que encuentran fácil lograr el éxito con rapidez.
- Con frecuencia desean implorar velocidad y su pareja no puede seguirles el paso.
- Uno de ellos dijo: «Los sucesos poco comunes son fáciles para mí.
Un resumen de nacimientos retenidos
- Con frecuencia esperan hasta que las cosas se vuelven atemorizantes.
- Sienten la necesidad de irrumpir a través de un «muro de resistencia» y no pueden.
- Se sienten indefensos;
- En la relaciones, con frecuencia su pareja los «retiene».
- Se sienten inseguros en su cuerpo;
- Algunos se quejan de tener la «columna vertebral desviada».
- Otros piensan: «No puedo conseguir lo que quiero cuando lo deseo».
- Muchos piensan: «Para evitar que los demás me retenga, tengo que partir»:
Afirmaciones para los nacimientos Rápidos/Retenidos
- El tiempo está de mi parte.
- Siempre estoy en el lugar y hora correctos ocupándome con éxito en la actividad adecuada.
- Mi tiempo es el correcto.
- Siempre estoy a tiempo para mí mismo.
- Me perdono a mí mismo por pensar que tengo que cumplir con los horarios de otras personas para sobrevivir.
- No corro riesgos al actuar con rapidez.
- No corro riesgos al darme tiempo.
- Cuanto más me dé tiempo, más tiempo tendré.
- ¡La lentitud es sagrada!
10. Ya no necesito crear obstáculos que salvar.
11. Ya no necesito sentir una resistencia para poder lograr las cosas.
12. La gente que me apoya al elegir lo que deseo cuando lo quiero.
13. Todas mis llegadas y salidas son fáciles y agradables.
14. ¡Es seguro para mí hacerlo ahora!
15. Perdono a los demás cuando no están preparados para mí.
16. Siempre estoy preparado para lo que viene a continuación.
17. No corro riesgos al estar preparado.
Capítulo 12
PREMATURO/TARDIO
¿Se levanta muy temprano? ¿Se despierta muy tarde? ¿Es un entusiasta impresionante? ¿Llega habitualmente tarde? Toda su relación con el tiempo es probable que sea en función de la hora en que nació. ¿Es un trasnochador? ¿Disfruta de las tardes? Quizá se trate de algo más que el biorritmo. Es posible que la hora del día en la que nació sea la más traumatizante para usted. Si nació en la mañana, no se sorprenda que las primeras horas del día sean particularmente difíciles para su espíritu.
Si nació muy temprano o muy tarde, esto puede contribuir a un patrón para toda la vida. Lo ideal es que un bebé nazca en el momento que así lo desee, no cuando cumpla con el horario de sus padres o del médico. La urgencia que los adultos dan al proceso del nacimiento es el resultado de la que existió en el de ellos, que se describe mejor con la frase: «¡Apurémonos y terminemos con esto!» Aun cuando no conoce el significado del tiempo, el nonato puede sentirse víctima de algún cronómetro oculto.
Desde el primer día somos neuróticos respecto al tiempo. Frases como «esta corriendo el tiempo», «prisionero del tiempo», «ya casi es hora» indican una relación en esencia infeliz con el tiempo. Con frecuencia, el sentimiento de «vivir con el tiempo prestado» da lugar a una urgencia inconsciente de muerte, que se activa desde el primer aliento de vida, contribuyendo a hacer que la existencia se sienta como una carrera a la línea de llegada, aun cuando esa meta sea la que menos se desea alcanzar.
Si un bebé llega inusualmente temprano ¿por qué es?
Si existen retrasos poco comunes ¿por qué es?
En muchos casos, hemos ayudado a renacer a personas que eligieron nacer temprano porque: la madre estaba enferma o asustada; existía un aborto inducido o accidental, o un bebé anterior nacido muerto; se sentía indeseado; simplemente estaba deseoso de empezar su vida. Desde luego que la mayor parte de estas razones también se pueden aplicar a los nacimientos tardíos.
Una afirmación importante es: «Siempre estoy en el lugar correcto en el momento adecuado, dedicándome con éxito a la actividad correcta».
Otra se: «¡Mi momento es el correcto!» y: «¡El tiempo está de mi parte!»
En las relaciones, una persona que nació prematuramente es probable que apresure a su pareja, representando así su propio nacimiento -en el papel del obstetra frente a su compañero-; o quizá se muestre preocupada, tomándose su tiempo, para compensar la falta de éste que tuvo en el útero. Si nació con entusiasmo puede ser una persona fogosa, que se adelanta a su tiempo y que tiene problemas para comunicarse con los demás en forma normal; tal vez viva la vida de manera apresurada porque le parezca el único modo de hacerlo. Por otra parte, si una criatura llegó temprano para proteger a su mare y/o evitar contratiempos anticipados, acaso sea extremadamente cautelosa en las relaciones y su mente puede ser muy rápida, pero su cuerpo muy lento para reaccionar.
Si lo pusieron en una incubadora, presentará una tendencia a tener un trauma de separación doble. Salió del útero sólo para entrar a uno artificial -parece no tener esperanza de estar en contacto con otros seres humanos-. Tal vez encuentre más difícil que los demás la liberación, la conclusión de antiguas relaciones, el sentirse tocado o visto. Quizá use anteojos muy gruesos o simplemente sienta que su ser está rodeado por paredes de cristal.
En una ocasión, tuvimos a un cliente que nació con más de un mes de retraso. De hecho, su madre le dijo que el embarazo había sido de 11 meses. Desde luego que no era un experto en matemáticas, pero tenía la sensación de que el bebé se había demorado mucho. Se trata de un hombre que tiene grandes ideas, siempre va un paso delante de sus competidores y vive su vida como si recuperara un tiempo perdido. Asimismo, como la razón de su retraso fue que su cuerpo era muy grande y no quería lastimar a su madre, es muy amoroso y protector por naturaleza y, en ocasiones, esto provoca que reprima su alegría de vivir por apoyar a aquellos que ama.
Conocemos muchos casos así, en los que los adultos se encuentran atrapados en el futuro porque su relación con el tiempo es confusa desde que nacieron.
Los bebés tardíos, o los partos extremadamente largos, pueden producir relaciones que se sienten atrapadas, retrasadas, retenidas. Conocemos a una mujer cuya madre estuvo en trabajo de parto durante dos días. Constantemente llega tarde a las citas, sobre todo con la gente que la ama. En el aspecto profesional, cambió de carrera cuando ya había cursado la mitad.
Algunos bebés se retrasan en nacer porque sus padres deseaban un hijo del sexo opuesto. Quieren posponer la inevitable desilusión, lo que puede llevar a tácticas esquivas en la vida.
Cuando usted controla el tiempo, aprende que es la única persona para quien está retrasado. Nunca se estableció que debía vivir la vida de acuerdo con el horario de alguien más. La suya funciona mejor cuando sigue su propio ritmo intuitivo, eligiendo dónde y cuándo estar, dependiendo de la dirección a la que lo lleve el corazón. Además, su ritmo no lastima a nadie; de hecho, se encuentra en armonía con toda la vida.
¿Puede imaginarse al río Misisipi tratando de correr a la velocidad que le agrade al Golfo de México? El viejo Misisipi simplemente hace lo suyo y nunca se ha escuchado ninguna queja por parte del Golfo.
Controlar su relación con el tiempo es controlar a la vida misma -saliendo del ciclo nacimiento/muerte, fluyendo en la continuidad eterna del siempre presente ahora.
Prematuros y «de incubadora»
En el caso de un nacimiento prematuro, intentamos saber, por medio del renacimiento, por qué esta persona abandonó el útero antes de tiempo. Por lo general, existe alguna razón específica por la que él o ella no se quedó ahí durante el tiempo completo como es lo natural. Tal vez la madre estaba enferma… con frecuencia las sensaciones dentro de ella no eran buenas o en realidad la persona se sentía insegura quedándose en ese lugar. Generalmente, la familia y el equipo que asistió el parto se preocuparon por la supervivencia del bebé. Estas criaturas casi siempre desarrollan pensamientos como: «Soy débil»; «Soy demasiado pequeño»; «Soy frágil y/o; «No puedo lograrlo».
El período dentro de la incubadora produce una gran cantidad de traumas. En principio, consideremos el aspecto de la alimentación del bebé; como tiene que ser alimentado en forma endovenosa, es un problema con esas venas tan pequeña. Por lo tanto, generalmente las agujas son introducidas en el cuero cabelludo y los pies. Para evitar que éstas se salgan, normalmente amarran al bebé. Al imaginarse al recién nacido amarrado dentro de una caja, podrá saber por qué este pequeño termina con el pensamiento; «Estoy desamparado» o; «No puedo soportarlo». Y se puede convertir en un patrón que permanece toda la vida.
En general, estas personas crecen con algún tipo de «barrera» a su alrededor, que creen necesitar para poder sobrevivir. Los bebés demasiado pequeños casi siempre son adultos que sufren sobrepeso o viceversa. Como pesar demasiado fue un problema al nacer, sobrecompensan.
Entonces, esta «barrera» puede tomar la forma de estar obeso para usarlo como protección; o puede ser una «barrera psíquica» difícil de penetrar para los demás. A menudo, una persona prematura piensa: «Mira, pero no toques», de modo que inconscientemente mantiene alejada a la gente, sobre todo en el aspecto sexual y afectivo.
En cierta ocasión, tuvimos a una cliente que tenía el siguiente sueño recurrente: veía unas manos que salían de unas nubes. Estas manos iban hacia ella. En su sueño reflejaba gran parte de su trauma por la incubadora. -En la escuela de maternidad, bañábamos a los pequeños usando guantes, instalábamos una vasija con agua tibia dentro de la incubadora y metíamos al bebé en ella. ¡Era sorprendente cómo estos seres diminutos cabían en un recipiente tan reducido!
Por lo general, una persona prematura que estuvo en la incubadora tiene que renacer dos veces. No sólo para renacer saliendo del útero, sino también de la incubadora.
Existe en ellos la tendencia a considerar una relación como si fuera una incubadora. Entonces ésta se convierte en un tipo de situación vida/muerte, al que la persona se aferra con desesperación de una manera «enfermiza», pues piensa que su salud depende de ello. Si se le insta a que se libere ella misma, le parecerá que casi la está matando.
Algunas veces los prematuros no tiene buena salud física. Incluso pueden verse como si no hubieran nacido por completo. Al cambiar el pensamiento: «Soy débil e indefenso» pueden lograr un gran progreso en materia de salud. Por lo general, les reconocemos el tener tal urgencia de vida que pueden sobrevivir a condiciones increíblemente desfavorables. A pesar de que la misma es débil y apenas les ayuda a lograrlo, tratamos de dar énfasis a la parte de ésta que en verdad los levanta y la reforzamos. Otra cosa que los ayuda es animarlos para que reciban alimentación espiritual. El ejercicio físico es importante.
A estas personas se les debe apoyar para que se den cuenta de que pueden ser independientes y sobrevivir. El problema es que tienden a atraer personas que necesitan de alguien que dependa de ellas -situación que refuerza la neurosis por la incubadora. El primer paso es estar muy consciente de estos patrones y trabajar en ellos durante el proceso de renacimiento; da resultados significativos.
En ocasiones, es muy fácil ser presa del sentimiento de herir a este tipo de personas e inconscientemente, reforzar su «fragilidad» por sobreprotegerlas. En algunos casos, la curación puede presentarse cuando se les obliga a moverse físicamente, es decir, cambiarse de una casa -la incubadora- a otra, de trabajo e inclusive de ciudad.
Una cliente que ahora está felizmente casada -y embarazada- reporta:
Fui prematura -nací a los seis meses y medio-. Me pusieron en la incubadora durante siete semanas -mis padres me visitaban todos los días y estaban «deseosos» de que viviera-. Mi padre se sentía particularmente triste y temeroso de que no lo lograra. Cuando me llevaron a casa, me mantuvieron en una habitación aparte y con muchas ventanas y tapabocas para que me visitaran. El obstetra estaba asustando -era tan pequeña- y me pasó con rapidez a los brazos de la enfermera para que me llevara a la sala de cunas. Mi madre tenía 36 años, mi padre 42 y mi hermana -hija del primer matrimonio de mi mamá- tenía 16. Sentí que tenía que lograrlo sola.
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que parece que acerco y luego construyo un muro de cristal. Nunca parezco estar unida por completo a un hombre. Yo deseo casarme, pero busco a los hombres que no lo desean o pienso que no son lo suficientemente buenos. He sido muy independiente y quiero probar que puedo solucionar por mi misma el aspecto económico. Me encanta estar rodeada de mucha gente y ser el centro de atención, sin embargo; me siento apenada cuando esto ocurre. Parece que asusto a muchos hombres como lo hice con mi padre y el obstetra. Terminamos en una relación de «mírame pero no me toques».
Una antigua cliente y ahora miembro del personal quien está felizmente casada, reporta:
Fui prematura por dos semanas y sólo pesé 1.500 kg. Mis padres se separaron cuando yo estaba en el útero. Me sumergieron en agua fría para hacerme respirar. Durante dos o tres días estuve en un pulmón de acero y después en una incubadora.
La forma en que mi nacimiento ha afectado mis relaciones es que siempre me he sentido mejor cuando estoy sola. Me gusta la gente, pero creo que soy impositiva o indeseada. Tiendo a precipitarme en las relaciones y después me pregunto por qué estoy en ellas. Me siento cómoda, cerca de las mujeres, pero no entiendo la intimidad o la unión con los hombres. Casi siempre me mantengo reservada y muy apartada, la invisibilidad es igual a seguridad. Me «prendo» cuando no siento que consigo lo que quiero, así es que no pregunto, lo hago yo sola. Realizo un gran esfuerzo por agradar para sobrecompensar el sentimiento de que soy una imposición. Me es muy difícil entregarme por completo, sobre todo en el sexo; temo que los hombres me lastimen por ser vulnerable, o ser insensible. Odio ser fría, no sentirme amada, sentir que no importo, ser manipulada. La vida es injusta y desilusionante, depresiva y triste.
Otro cliente reporta:
Nací dos meses antes y pasé tres meses en la incubadora. Las formas en que mi nacimiento afecta mis relaciones son: no me acarician lo suficiente; siento un gran enojo en ellas. Deseo amar, pero no sé como recibir amor; soy muy independiente, me encanta estar enamorado; quiero que me acaricien y me abracen pero no sabía cono aceptar esto antes de renacer. Ahora sí lo aprendí,. Durante 40 años cargué con mi incubadora. Ahora me la estoy quitando.
Un «bebé de la guerra» escribe:
Nací durante la ocupación japonesa en Manila, 16-6-42. Me indujeron en forma manual, prematuramente -en seco-. Mis padres me llamaban su bebé «del obscurecimiento». Fui la cuarta de ocho hijos, la única que nació en el extranjero, en un campo de la Cruz Roja instalado en una escuela.
Mi nacimiento afecta mis relaciones en que les temo -tengo miedo de que me lastimen; soy muy inmadura para ellas; me perderé; moriré; no me gustan los hombres; creo que debería complacerlos-. En ocasiones sobrecompenso esto sintiéndome superior y actuando como tal. No quiero verme a mi misma. Tendría que estar ahí; tendría que vivir si deseara sostener una relación.
Un amigo nos dice:
Yo fui prematuro, fue un nacimiento en seco. Me pusieron en una incubadora, separado de mi madre y casi muero por deshidratación. Quien atendió el parto no fue un doctor común sino un amigo de la familia -médico- que se encontraba ahí por casualidad.
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que siento que tengo que estar separado para sobrevivir. -«trauma de la incubadora»-. El estar apartado de mi madre causó en mí una tristeza y un dolor tan profundos que me dije que jamás me arriesgaría a otra separación del amor. Nunca más sufriría el abandono. De hecho, podría lograrlo por mí mismo, en forma independiente; seguiría «a solas». Por lo que respecta a mi unión con la gente, tengo muchos amigos cercanos, tiernos y afectuosos; sin embargo, la intimidad y entrega en una relación sexual amorosa me asusta.
Por ser prematuro, con frecuencia siento excitación y para poder cambiar o tomar una decisión y; después, me embargan los pensamientos:
«No puedo hacerlo»
«No estoy preparado»
«Cometí un error»
Un antiguo miembro de nuestro personal escribe:
Fui un bebé de incubadora -me separaron de mi familia durante dos o tres semanas. Mi madre nunca me tocó hasta que me llevaron a casa -dos o tres semanas más tarde-. Me adelanté al menos dos meses ,no estaba planeada. Como es obvio, el momento de mi nacimiento fue una sorpresa -no hubo indicio de que sería prematura hasta que todo sucedió-. Nací a las 3.15 de la mañana, muy pequeña- 1.750 kg- y eso dio lugar a que en mi nacimiento existieran urgencia, intensidad y preocupación por la vida/muerte.
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que siempre parecen ser intensas y en ocasiones, sobre todo con los hombres, surge un sentimiento de urgencia por saber hacia dónde se dirige la relación -es como si tuviera que llegar a un tipo de final casi al empezar. Siento que tengo que esperar a que los hombres estén preparados para amarme y tengo que permanecer separada de ellos cuando surgen los sentimientos intensos y amorosos sobre todo de mi parte. Me he dado cuenta de que el momento que considero apropiado siempre es entre las dos y tres semanas; entonces puedo estar con ellos otra vez. Si es antes de este tiempo siento que la relación va a morir- y de dado lugar a que así sea-. Por lo general, busco sostener relaciones con personas que no demuestran sus sentimientos amorosos -no me tocan, ni me abrazan, y mi esposo es de este tipo de hombres-. Siempre me juzgo a mí misma por ir tan rápido en las relaciones; parece que sé demasiado pronto lo que deseo -quién y cuándo-. Me gusta estar con personas que se desvelan-, no hasta un poco tarde, como a la medianoche o la una de la mañana, sino más bien las dos o tres.
Otro cliente, quien acaba de lograrlo, comparte sus experiencias con nosotros:
Mi nacimiento fue prematuro y seco. No me amamantaron y me deshidraté -casi me muero-. Me administraron un medicamento y me pusieron en una incubadora.
Mi pensamiento es que no puedo llegar a la intimidad con quienes amo; por lo tanto, nunca tengo relaciones sexuales con mis amigas. Creo que los momentos sexuales más excitantes son los que comparto con personas extrañas y a las que apenas conozco. Cuando la situación evoluciona de lo sexual a lo intimo, siento pánico, huyo y luego hago que todo sea una equivocación. También tengo la sensación de que las personas a las que amo no pueden o no quieren alimentarme, ya que nunca me amamantaron. Esto afecta mi vida en el trabajo en forma drástica porque trabajo con gente a la que amo, la paga es insignificante y, si quiero que me paguen bien, debo desempeñar una labor que no me gusta o que me produce insatisfacción.
También bebo mucho cuando estoy con amigos cercanos. El alcohol -sobre todo el vino blanco- y la mariguana parecen estar íntimamente relacionados con nuestras interacciones sociales. Sé que el personal del hospital le administró un medicamento a mi madre durante mi nacimiento.
Además tengo la creencia de que las mujeres me abandonan y no me alimentan. Pero entonces encuentro a una pareja que diga: «Los hombres me lastiman». Esta es una situación perdedora. Es por eso que me pongo la meta de sacar esto de mi cuerpo y mi subconsciente.
Actuar para lograr amor o atención es otra característica que me da el haber estado en una incubadora. Cortar el césped perfectamente, ser un -chico agradable-. Obtuve buenas calificaciones y recibí una recompensa.
Otra graduada de los Cursos escribe:
Fui prematura, en la sala de partos había una sensación de emergencia. «Estoy bien», pensé, pero no lo pude comunicar. Me forzaron a respirar con una máquina y estuve en la incubadora durante dos semanas; mi padre no estaba presente; me crió una madre soltera.
La forma en que mi nacimiento afectó mis relaciones fue que tenía una sensación de ansiedad y tensión al principio de ellas, sobre todo con los hombres. Me era muy difícil pedir lo que necesitaba y me resentía cuando no lo conseguía. Sentía que los hombres no eran para mí, no eran dignos de confianza y me abandonarían. Me era difícil unirme a hombre y mujeres y tenía una gran necesidad de hacer las cosas por mí misma. Era muy cómodo estar sola, aun cuando no deseaba estarlo, experimentaba mucha tristeza y enojo.
Estoy profundamente agradecida por curar estos patrones y pensamientos negativos a través del renacimiento y los Cursos de Capacitación en Relaciones Amorosas.
El siguiente es un reporte de una mujer que sufrió durante mucho tiempo:
Fue un parto muy prolongado -fue inducido porque las contracciones no eran lo suficientemente fuertes-. Después de la inducción, vinieron varias y muy fuertes y luego, nada durante dos horas. Después nací. Mamá estaba anestesiada; usaron fórceps para sacarme Nací muy baja de peso, así es que me pusieron en una incubadora durante dos días. Mi madre
Me amamantó, de modo que salí de la incubadora para tal propósito.
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es -el parto prologado parece afectarlas siempre que intento resolver un problema-. Quiero hablar de él por mucho tiempo, parece que alargo las conversaciones. La inducción dio lugar a que mi esposo y otras personas siempre me apresuren, me digan que llego demasiado tarde y que no estoy lista a tiempo. El sentimiento de no ser escuchada dentro de la incubadora se traduce en no ser comprendida en las relaciones. Tengo que repetirme las cosas a mí misma. Digo algo y parece que nunca lo dije. Mi mamá se cansó durante el parto y utilizaron un medicamento para inducirlo. Siento que las formas en las que recreo esta situación en las relaciones es necesitando ayuda o ideando maneras inteligentes para que no se estanquen. Mi mamá estaba anestesiada y mi pareja tiende a estarlo durante nuestra relación. Como creo que lastimé a mi madre, me siento culpable y trato de proteger a mi compañero, sin ser yo misma para no herirlo.
Una graduada nos reporta:
Lo único que sé sobre mi nacimiento es que mi madre dijo que parecía un monstruo, llorando en lugar de sonreír y ser graciosa como deben ser los bebés. Siento que tuve que luchar mucho para nacer a pesar de que mi nacimiento fue normal.
Me retrasé dos semanas. Mi madre era muy joven y no estaba preparada para cuidar de un bebé. Creo que rechazó amamantarme y su leche se agotó muy pronto. Sé que no deseaba abrazarme porque siempre siento que la gente no quiere tocarme, que hay algo malo en mí. Sé que durante toda mi vida he buscado la unión que nunca tuve, de modo que espero demasiado de mis relaciones. Sin esa unión me he sentido torpe, separada y sola.
Siento que algo está mal en mí y que si alguien trata de amarme se dará cuenta de ello. Siempre he sentido temor a comprometerme en una relación. Deseo demasiado y doy lugar a la lucha y el rechazo, ya sea de mi parte o de mi pareja. Me siento inadecuada como mujer, porque mi madre no pudo darme calor y alimento, de manera que creo no podérselos dar a un hombre. Siento muchos celos de otras mujeres porque creo que son capaces de ofrecer algo que yo no puedo dar. De modo que nunca puedo descansar y sentirme cómoda y segura en las relaciones.
Un resumen de Prematuro/Tardío
- Se sienten como intrusos.
- Sienten que van adelante de los demás
- Se sienten inmaduros en las relaciones.
- Son vulnerables en extremo.
- Con frecuencia son pequeños y se sienten insignificantes.
Los bebés de incubadora pueden sentirse:
- Separados y solos.
- Temerosos de que los toquen.
- Observados y juzgados.
Los que nacieron después de un parto prolongado pueden sentir:
- Que son lentos, frustrados, adoloridos.
- Que desilusionan.
- Que hacen esperar a toda la gente.
- Que lastiman a las personas
- Que la vida es dura y es una lucha
- Que son trasnochadores.
Afirmaciones para Prematuro/Tardío
(También consulte todas las afirmaciones para rápido/retenido).
- Tengo todo lo que necesito para conseguir todo lo que deseo.
- Tengo la estatura apropiada.
- Soy suficiente, tengo suficiente, hago suficiente.
- Estoy seguro a cualquier velocidad.
- Estoy seguro a cualquier hora.
- No corro riesgos al llegar temprano.
- No corro riesgos al llegar tarde.
- Ya no tengo que ir de prisa para lograrlo
- Ya no tengo que ir despacio para lograrlo.
10. Perdono al equipo que asistió mi parto por apresurarme.
11. ¡El plan divino de mi vida se desarrolla a tiempo!
Capítulo 13
CESAREA
En cierto sentido, los que nacieron por cesárea lo hicieron fácilmente. No debieron pasar a través del canal del parto para lograrlo; tampoco tuvieron que sentirse culpables por causar dolor a su madre. El truco consiste en una simple incisión. Y, en la actualidad, una cesárea es una intervención quirúrgica menor que hace que el nacimiento sea más rápido y más fácil para la madre, el médico y el bebe.
¡En cierto sentido!
Sin embargo, el bebé que nace por cesárea, con frecuencia sufre el síndrome de la interrupción, ya que la dirección original de su vida fue interrumpida en forma abrupta por el obstetra. Ahora existe una proliferación de bebés por cesárea, por complacer al médico, ajustarse a su horario, darle tiempo para el juego de golf, o cosas así.
Con frecuencia, este bebé crecerá como un adulto testarudo que insiste en hacer las cosas a su manera, bajo su propio riesgo. Al mismo tiempo, cuanto más se empeñe en seguir su propio camino en la vida, será más probable que atraiga interrupciones inesperadas que bloqueen su paso. Parece que quisiera realizar ese viaje a través del canal del parto que nunca hizo. Sabe que es capaz de hacer todo ¡si los demás lo dejaran solo!
Pero nunca lo hacen. La gente se interpone en su camino. A menudo, cuando estas personas están renaciendo, crean interrupciones constantes para enojarse, evocando la confusión que experimentaron cuando nacieron. Las relaciones de quien nació por cesárea tienden a caracterizarse por conflictos de voluntad, cambios de corazón y mente e interrupciones constantes. Conocemos varias parejas en las que ambos nacieron por cesárea y en general buscan a alguien que esté fuera de la relación para que les diga qué camino tomar en la vida, después lo toman a mal y hacen lo contrario. Si uno de ellos nació por cesárea y el otro no, es posible que este último represente el papel del obstetra -algo que sucede en muchas relaciones.
El apoyo puede ser un aspecto fundamental para quienes nacieron por cesárea. Por una parte, lo desean en forma desesperada; por la otra, desconfían de él y lo consideran manipulación, interferencia y oposición.
«¡Quiero hacerlo a mi manera!» es el grito de estas personas, al mismo tiempo en que están pensando; «Será mejor que consiga algo de ayuda o nunca saldré de ésta»: Su doble forma de pensar produce confusión en cada crucero de la vida. Permítales que manejen un auto, déles instrucciones precisas y el viaje se convertirá en una jornada de muchos obstáculos. Usted le dice: «Dobla a la izquierda» y dará vuelta a la derecha. Puede apostarlo. Usted dice; «Norte» e irá al sur.
Imploran afecto físico. Como nunca recibieron ese masaje corporal que proporcionan las paredes del canal del parto, necesitan ser extraacariciados, abrazados y consentidos cuando son pequeños. Si no lo consiguen de niños, cuando son adultos quizá necesiten de lo que parece un exceso de caricias.
Estas personas si tienen el potencial para encontrar una salida fácil. Cuando confían en este conocimiento, son un vasto almacén de caminos cortos en la vida. Una vez que superan la culpa por no hacer las cosas por la vía difícil, disfrutan de la inocencia de su conocimiento intuitivo. Pueden ahorrarnos a todos mucho tiempo y energía.
¡Cada nacimiento trae un regalo desconocido!
Uno de nuestros estudiantes reporta:
Cuando nací, los doctores irrumpieron en el útero con un cuchillo para sacarme. Sentí que invadían mi espacio sin mi consentimiento. En la actualidad, a veces siento que la gente llega y quiere entrar en mi espacio y yo no la quiero ahí. Siento la misma incapacidad para comunicarme en forma eficaz que me dejen solo. Como me separaron de mi madre sin que ella me tocara, me siento muy rechazado. Casi toda mi vida temí que si en realidad quería estar con alguien, me apartaría, de modo que siempre sentí miedo de ser rechazado.
En mi nacimiento me sentí muy enojado y humillado y pensaba que los médicos y enfermeras no recibían mis mensajes. Ahora, mi relación primaria encuentra dificultades para escuchar y siempre me pide que me repita las cosas a mi mismo. Me enojo cuando tengo que volver a decir lo que ya dije.
Como no salí del útero por voluntad propia, temo que se presenten emergencias y necesito estar rodeado de personas que puedan salvarme.
Creí haber lastimado a mi madre al nacer y siempre creo que la gente me acusa de causarle dolor.
Una graduada escribe sobre su nacimiento por cesárea:
Las circunstancias de la relación entre mis padres que rodearon a mi concepción y nacimiento han afectado en forma definitiva a mis relaciones. Después de que mi hermano fue extrauterino y nació muerto, mis padres se separaron. Se unieron una vez más para tener un bebé -yo- que sanara su relación. Dentro del útero, me sentía ansiosa y temerosa como si tuviera que salir o morir como mi hermano. Di una patada y rompí la placenta cinco semanas antes de lo debido. Nací por cesárea y lo primero que le dijo mi madre al obstetra después de mi nacimiento, fue: «lo veo cerca de Dios». Luego me separaron de ella durante 24 horas. En la sala de cunas, grité todo el tiempo y cuando me llevaron para que me amamantara, me quedé dormida.
Aquellas primeras decisiones han afectado las relaciones que sostengo con la gente. Siento que lastimo porque las personas tienen que morir para que yo viva -mi hermano- y a mi madre la lastimé al nacer. Me siento culpable porque causé la separación de mi madre -y Dios- y porque mi nacimiento fue muy fácil para mí.
También creo una lucha con la gente porque luché con el obstetra y las enfermeras durante el parto. En forma consciente, me convertí en enfermera para ayudar a las personas porque a mi madre la lastimaron enfermeras insensibles. Mi razón inconsciente fue que temía tener que lastimar a los demás. También me casé con un médico -los doctores están cerca de Dios- y en la actualidad soy asistente de partos. En la relación conmigo misma, con frecuencia me siento aislada, deprimida y o amada. Cuando pido ayuda, es por medio de gritos de desamparo y cuando no obtengo respuesta, lloro hasta quedarme dormida.
Un miembro de nuestro personal recuerda:
Estaba en presentación transversal, nací por cesárea y con anestesia, pasé un tiempo breve en la incubadora y estuve dormido durante tres días debido a la anestesia.
Encuentro una gran dificultad para ir directo hacia las personas/profesiones que en realidad deseo. Aún hoy, las decisiones más importantes las tomo con rapidez, al estilo de quien nació por cesárea. Una vez que llego a una relación, a una ciudad o a un profesión, con frecuencia, no me es muy claro cómo llegué hasta ahí y, durante las primeras etapas de una relación, paso algún tiempo casi inconsciente. Sí, siento que en ocasiones existe un muro, incubadora, entre los demás y yo.
Un cliente reporta:
Nací por cesárea, tenía raquitismo. Se utilizó anestesia y surgió una complicación subsecuente y la histerotomía. Como considero que lastimo a la gente y que, probablemente, de todos modos no le gustaría, mi política ha sido mantenerme alejado, crear una brecha emocional y permitir que la pasión y la sensación tomen el lugar de la confianza amorosa.
Como una persona que ha sido arrancada con violencia, separada en forma intempestiva, tengo el sentimiento de que arranco violentamente de las relaciones y he abandonado a un par de ellas que en verdad eran positivas y a una docena de otras menos importantes. No me siento amado y estoy consciente de que hay algo malo en mí, quizá porque nací con raquitismo y debe haber sido una desilusión para mi familia que prefiere a perfección.
Es probable que el uso de anestesia durante la intervención quirúrgica tenga mucho que ver con el hecho de que haya fumado mariguana durante 15 años y bebido alcohol todos los días por casi todo ese tiempo. Tal vez la lección era que estar consciente es doloroso.
Una graduada de los Cursos, que nació por cesárea, escribe:
Durante cualquier relación que sostengo, de inmediato me siento como si estuviera bajo el efecto de la otra persona. Hago que los hombres representen el papel de mi obstetra. Sentirme asfixiada es algo que por lo general me sucede cuando el amor está presente, entonces surge la necesidad de abandonar mi cuerpo. Durante mi nacimiento recibí mucha anestesia, así es que cuando me tocan, mi cuerpo se siente entumecido por ella. Nunca creo poder hacer algo por mí misma y cuando lo hago, mi cuerpo se entorpece y parece que nunca he logrado nada. Cuando nací, sentí que un cuchillo se acercaba a mi espalda, pero no me tocó, de manera que muy seguido siento que el apoyo me va a matar y sospecho del amor de otras personas… a veces, incluso de mí misma.
Durante mi nacimiento, pensé que yo decidiría cuándo salir, pero el médico lo hizo por mí; de modo que, en las relaciones sexuales, cuando estoy por alcanzar el clímax siento que me lo van a quitar, así es que, para evitar que mi pareja me desilusione, yo me desconecto, cayendo en la inconsciencia.
Un antiguo cliente escribe:
Mi nacimiento fue por cesárea porque el cordón umbilical estaba alrededor de mi cuello y no podía bajar por el canal del parto. A mi madre la anestesiaron y me separaron de ella a causa de una infección.
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que, con frecuencia, me siento asfixiado y manejado por las mujeres; sin embargo, deseo que me rescaten o me «saquen». Además, mis relaciones han sido sobre todo de lucha y dolor. Con frecuencia, siento que no puedo hacer lo correcto o que mi manera de hacer las cosas no es buena. Ultimamente, he pensado que o era lo suficientemente bueno para tener un nacimiento fácil o para sostener una relación sencilla y duradera, porque creo que eventualmente me separaría de las personas a quienes amo.
Otro miembro de nuestro personal recuerda:
Quedé atrapado cerca del hueso pélvico de mamá. Nací por cesárea; agitación, confusión y ansiedad rodearon mi nacimiento. No fui planeado; el parto fue difícil, doloroso y apresurado. Mamá estaba débil y desnutrida, le administraron mucha anestesia y en realidad no estaba ahí. No me amamantaron durante mucho tiempo -hubo separación no sólo al nacer, sino que mis padres trabajaban mucho y nunca estaban en casa cuando era un niño. Mamá y papá tenían un matrimonio arreglado, existía mucha inseguridad en sus relaciones y discutían mucho; sentí culpa por lastimar a mamá al nacer.
La forma principal en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que, dentro de éstas me parece más difícil respirar, lo mismo me pasa cuando estoy con otras personas. Existe el problema de que para mí no hay suficiente espacio, tiempo, ni aire que respirar. En ocasiones, lo único que quiero es salir de ahí. La agitación, confusión y ansiedad que existieron no solo en mi nacimiento, sino también entre mis padres que estaban recién casados, continúan manifestándose en mis propias relaciones. La mayor parte de mis relaciones amorosas suceden por sorpresa y cuando menos espero involucrarme. Por lo general, busco a mujeres con senos pequeños y, a este grado, me siento mal alimentado. Además, las personas a quienes amo parecen estar anestesiadas -en ocasiones- cuando quiero hacer el amor o jugar.
Parece que tengo que esperar a que sucedan las cosas y después, normalmente, me siento apresurado por mi pareja. También creo que hay muchas luchas y discusiones en algunas de mis relaciones, en las que mi pareja está muy ocupada trabajando o demasiado cansada para jugar.
En conclusión, mi claustrofobia me mantiene alejando hasta cierto grado y, además, necesito apoyo y ayuda de los amigos -para darme un tirón, sacarme de los problemas y agitaciones cuando me siento atrapado.
Otro graduado nos informa:
Al mismo tiempo que yo nací , lo hicieron otros ocho bebés, de manera que siempre me preocupo por los nacimientos de otras personas -deseo que nazcan conmigo.
Estuve dormido durante tres días y viajé en forma en forma astral por todo el hospital viendo cómo podían mejorarse las cosas; así es que siempre trato de sanear los sistemas, como los educativos, etc.
Como nací por cesárea, siento que me muevo lentamente y después, de manera repentina, todo está hecho y terminado.
Por haber permanecido dormido los tres primeros días, nunca sé cómo se hacen las cosas. Parece que se realizan físicamente.
Rara vez voy directamente a lo que quiero, tomo otros caminos y después simplemente sucede.
Resumen de Nacimientos por Cesárea
- Sufren de «síndrome de la interrupción»
- Con frecuencia, sienten temor por los cuchillos y los instrumentos con filo.
- No pueden hacer las cosas por sí mismos.
- Se resienten porque otros los manipulan.
- Con frecuencia, suplican que los toquen.
- Casi siempre son indirectos en comunicarse.
- Tienen una tendencia a pensar que todo lo hacen mal.
- Se confunden con facilidad.
- Se les dificulta tomar decisiones.
10. Para ellos está mal si lo hacen, pero también si no lo hacen.
11. Les es muy difícil terminar las cosas.
Afirmaciones para los Nacimientos por Cesárea
- Soy inocente.
- Mi manera es la correcta.
- Siempre puedo encontrar la manera más fácil.
- En primer lugar, estoy en lo correcto.
- Todas mis interrupciones son para mi propio bienestar.
- Perdono por completo a mi madre.
- No corro riesgos al hacer las cosas en forma diferente.
- Me perdono a mí mismo por hacer las cosas en forma diferente.
- Merezco todas las caricias y abrazos que deseo.
10. Siempre estoy en el lugar y momento adecuado.
11. Es seguro estar en mi cuerpo.
12. Puedo confiar en mi intuición.
13. Es seguro para mí terminar las cosas.
Capítulo 14
PRESENTACION TRANSVERSAL
Este término quiere decir que el bebé se encuentra acostado de lado, con la cabeza hacia la derecha o izquierda y los pies en el extremo opuesto. El pequeño no está de frente al canal del parto. Es una emergencia médica extrema, que por lo general requiere de una cesárea. En ocasiones, el médico tratará de voltear al bebé en forma manual desde el exterior. Resulta muy doloroso para la madre y para la criatura y, con frecuencia, una maniobra infructuosa.
Como guías de renacimiento, una vez más intentaremos saber por qué esta persona se encontraba en dirección equivocada. Por lo general, la razón era que en definitiva no quería salir y/o se confundió y se «perdió» al tratar de encontrar la salida. Estas personas casi siempre piensan: «Necesito ir en la dirección equivocada por poder sobrevivir». Como consecuencia, se encuentran en las profesiones «equivocadas»… y las relaciones «equivocadas». Permanecen demasiado tiempo en situaciones de las que deben salir. Hacen esperar a la gente. Pueden estar «atrapadas» en algo o quizá se muevan constantemente… tratando de salir, pero sin llegar a ninguna parte en realidad, dependiendo de la etapa del nacimiento que estén representando.
La verdad es que nos hemos encontrado con pocas personas así en la práctica, ya que se trata de una condición poco común. Sin embargo, el proceso de trabajar con ellos ha sido muy complicado y dramático. Con frecuencia, esta gente viene con misiones muy importantes las que, en el momento de nacer, no estaban preparados para enfrentarse y evitan esta clase de poder, dándose vuelta. En uno de los casos, pudimos hacer que la persona «se volteara» y tomara la dirección correcta hacia la profesión que había venido a desempeñar… pero durante algún tiempo, siempre que estábamos con ella, nos movíamos y movíamos y movíamos. Una vez, por un periodo de dos semanas ¡tuvimos que cambiar de habitación de hotel seis veces! Cada vez que íbamos en el auto con ella, dábamos la vuelta en el lugar equivocado, nos perdíamos y rodeábamos. Supimos que en la sala de partos, el médico había tratado de voltearla y después se fue para ayudar a nacer a otros ocho bebés que estaban por llegar. Luego regresó e intentó voltearla una vez más. Estar con ella era igual. Como éramos sus guías de renacimiento -la entrenábamos-, estábamos muy conscientes de todo esto, podíamos hablar de ello y nos permitía renacerla con frecuencia. Una vez que dio la vuelta inicial se logro un gran progreso.
Tenemos otro caso que ha sido aún más difícil y está todavía en proceso, porque no hemos ido a la ciudad en donde vive ese cliente. Recordamos nuestra experiencia con él; durante el renacimiento en agua empezó a girar casi violentamente y con pánico dentro de la bañera. Todo fue tan dramático que pudimos experimentar lo que sintió su madre durante los momentos del parto. Los medicamentos parecían ser la única esperanza de alivio para el dolor. Toda la escena era como una batalla ente la madre y el bebé.
Una persona que estaba en presentación transversal no acostumbra unirse a los demás. En una relación, es posible que este tipo de gente adquiera el hábito de ir en dirección opuesta a su pareja. Esto puede incluir el abandono físico de la ciudad si la relación se toma muy estrecha. Si le es imposible irse, probablemente tenga que oponerse a su compañero, ya que el alineamiento no es algo que su mente registre. Oponerse a la pareja los hace sentirse «más seguros» y les es más familiar. Dentro de una relación, tal situación puede ser como el mismo «infierno», a menos de que, ambas partes estén muy iluminadas y comprendan lo que está sucediendo en relación con su trauma de nacimiento.
A pesar de que la persona desea con desesperación tomar la dirección correcta y unirse a su compañero, siente terror por el dolor y lo poco familiar que le resulta. Todo esto puede evitarse al inicio de una relación -permitiendo, por tanto, un alineamiento y una dirección mutua en un principio-, pero después el amor se vuelve más profundo y el trauma del nacimiento se «activa». Se debe a que el amor hace surgir muchos sentimientos que no se asemejan; una de las partes puede sufrir un shock repentino al ver que la otra va en dirección contraria o, en realidad, se va de la ciudad sin que exista una razón aparente.
Una persona que estaba en esta posición puede haber sufrido tanto dolor debido a los intentos por voltearla y los medicamentos utilizados, que en ocasiones se «desliza» fuera de su cuerpo. En los casos con los que hemos trabajado, estar fuera del cuerpo resulta más cómodo, seguro y agradable que permanecer dentro de él. Es casi como si esta gente pensara: «No puedo quedarme en mi cuerpo y estar seguro». Uno de los clientes pensaba; «No puedo amar estando en mi cuerpo». Se debía a que no podía sentir dentro de él por los fuerte medicamentos con los que lo habían anestesiado y porque abandonar su cuerpo era el mecanismo de escape utilizado.
Estas personas se han formado pensamientos tan fuera de lo común que son un misterio y los demás casi nunca saben cómo relacionarse con ellos.
Estuvimos muy involucrados en dos casos en particular intentando desesperadamente imaginarnos cómo renacer a estas personas, cómo ayudarlas, cómo entenderlas. Con seguridad, así es como el obstetra debe haberse sentido. «¿Qué hacer para sacar a esta persona?» Durante un renacimiento en seco en posición transversal, hicimos que la cliente se acomodara en una línea muy recta, en tanto que nosotros jalábamos de los pies para ponerla «derecha». No parábamos de decir en voz alta DERECHA, DERECHA, DERECHA. Esto produjo un efecto muy dramático y dijo que, después de esta sesión, su energía se había sentido alineada por primera vez en su vida.
Un estudiante nos relata:
Yo estaba en presentación transversal cuando nací. Todas mis relaciones parecen caracterizarse por lo que llamaría un sentido de desorientación. Parecen desviarme de mi camino. Me siento muy atrapado en ellas, lucho demasiado y odio que me controlen o manipulen. Con frecuencia, siento que mi pareja trata de voltearme o torcerme en la dirección opuesta. Creo que me pierdo a la mitad del camino. Además no sé cómo abandonar una relación negativa.
Otro cliente escribe:
Cuando nací me encontraba en presentación transversal y el parto fue tremendamente doloroso para mi madre. Creo que, como resultado, tiendo a quedarme como congelado en mis relaciones. Temo que si realizo cualquier movimiento, lastime a mi pareja. También cuando voy en un auto con ella peleamos mucho sobre la dirección que debemos tomar. Podríamos matarnos uno al otro por ir hacia el norte o el sur, el este o el oeste. Odio a quienes tratan de guiar desde el asiento trasero del auto.
Otro graduado nos reporta:
Estaba todo torcido y no sabía qué camino tomar. Me encontraba en presentación transversal. Cuando salí, lo hice de espaldas. No puedo hacer nada bien. Siempre me detengo a la mitad. Hago las cosas al revés; tiendo a intentar salir de las relaciones. Las mujeres piensan que soy escurridizo , pero simplemente trato de evitar la fricción. Odio las confrontaciones. Con frecuencia, me parece que todos están al revés y yo soy el único que está derecho.
Resumen de Presentación Transversal
Con frecuencia se quejan de «ir en la dirección equivocada» respecto al matrimonio y a la profesión.
- Se quejan de confusión.
- Se quejan de dolor en el cuerpo.
- Se mueven mucho.
- Evitan los «abrazos apretados»
- No les gusta que los controlen ni manipulen.
- Temen al «alineamiento» en general.
Afirmaciones para Nacimientos en Presentación Transversal
- Mi cuerpo es un sito seguro y agradable en donde estar.
- Es seguro moverse alrededor.
- Puedo enderezarme por mí mismo.
- Perdono a la gente por intentar enderezarme
- Mi camino es el correcto.
- Sé hacia dónde voy.
- No corro riesgos al partir.
- No corro riesgos al quedarme.
- Estoy seguro en cualquier camino que tome.
10. Tengo un gran sentido de la orientación.
11. Sé hacia dónde me dirijo.
12. Es un placer avanzar.
13. Siempre soy libre.
14. Cuanto más me relajo, creo más espacio.
Capítulo 15
MEDICAMENTOS
Cuando a la madre le administraron medicamentos durante el parto, éstos atraviesan la placenta -que actúa más como cedazo que como barrera- y el bebé estará «drogado» justo en el momento de nacer- ¡y después nos preguntamos por qué nos enfrentamos al problema de las drogas en el mundo»- Las personas que reciben medicamentos al nacer, con frecuencia lo hacen como si estuvieran sin vida y pasan el resto de su existencia en una «neblina».
Nos sorprendimos al darnos cuenta de que en realidad podíamos «oler» las medicinas cuando el cliente las exhalaba, durante la sesión de renacimiento. En un caso extremo, Leonard Orr, fundador del renacimiento, renacía a un psiquiatra en París estando nosotros presentes. Durante la segunda media hora de respiración no sólo pudimos oler los medicamentos, sino que nos mareamos y casi nos desmayamos. Todos corrimos hacia la ventana en forma espontánea ¡y asomamos la cabeza para respirar aire puro! Por cierto que a este hombre nunca le habían practicado una cirugía ni le habían administrado anestesia desde su nacimiento -por lo tanto, estaba claro que se trataba de medicamentos utilizados durante el parto-. Dijo que después del renacimiento ¡se sintió vivo por primera vez en su vida!.
Los clientes que recibieron mucha anestesia al nacer, con frecuencia tienen el problema de que «pierden la conciencia» durante el nacimiento. Un guía bien capacitado conoce muchas formas de ayudarlos, aunque puede tomar tiempo. Las personas que recibieron gran cantidad de anestesia, al nacer, por lo general se les dificulta, tardan más durante el proceso de renacimiento.
Es probable que este tipo de gente también «pierda la conciencia» en sus relaciones y en el trabajo. Casi siempre tienen problemas para levantarse en la mañana. Tal vez su botiquín esté lleno de medicamentos, pueden estar muy «intoxicados» por la mariguana o incluso ser drogadictos.
Es posible que recreen la necesidad de cirugías en su vida para revivir la experiencia de la anestesia, pensando en forma inconsciente que la necesitan y que resolverán todo de este modo.
En una ocasión, nos encontrábamos renaciendo a un guía experimentado. Como era guía, contaba con el vigor y la conciencia que necesitábamos para estudiar su «caso anestesia». Pudimos llevarlo exactamente hasta los pensamientos que había tenido cuando la anestesia se apoderó de su cuerpo. Durante un minuto se sintió completamente vivo, preparado para vivir con plenitud y nacer. Al siguiente, cuando la a anestesia atravesó la placenta, dijo: «Me estoy convirtiendo en piedra. Mi madre también se siente como si estuviera muerta… ¿la maté? …no puedo moverme. Estoy totalmente indefenso…» Durante toda su vida se había enfrentado al problema del desamparo. Era muy inteligente, pero periódicamente se sentía así. En este renacimiento, en particular, pudimos lograr un gran progreso respecto a este problema. Nos sentimos muy tristes durante la sesión y lloramos cuando recordó la experiencia de la anestesia apoderándose de su cuerpo. Parecía haber pasado de estar totalmente vivo a estar muerto, ante nuestras miradas. En la relación que sostuvimos con él, con frecuencia lo veíamos «divagar» y entrar en algo como «inconsciencia inerte». Por fortuna, el renacimiento en agua fría -que es avanzado y nunca debe intentarse estado a solas- lo ayudó en gran medida y se convirtió en un guía de renacimiento muy compasivo.
Por medio del renacimiento hemos obtenido buenos resultados con las personas que se curan de su adicción a droga, ya que con frecuencia está guarda una relación con la anestesia. Desafortunadamente, en un principio no llevábamos un registro exacto y no contamos con datos estadísticos. Los guías del renacimiento se consideran a sí mismos guías espirituales y no científicos. Sin embargo, se puede y debe realizar una investigación de esta naturaleza en todas las áreas del renacimiento y, una de las razones por las que escribimos este libro es que albergamos la esperanza de inspirar a aquellos que se interesen en hacerla para que se unan a nosotros.
En ocasiones, las personas que recibieron anestesia tienen pensamientos como estos: «No puedo conseguir lo que quiero»; «No puedo lograrlo»; «Estoy indefenso»; «Necesito estar bajo el efecto de una droga para sobrevivir»; «Estoy inmóvil»; «Sentirme vivo es aterrador»; «Tengo que amortiguar las cosas… moderarlas»; o: «No puedo controlar mi propio cuerpo»:
Un típico caso de anestesia nos relata:
Los aspectos significativos de mi nacimiento son que mi papá estaba fuera de la ciudad, mi madre estaba tan enojada conmigo que decidió que le aplicaran anestesia general y yo decidí que deseaba salir rápido. Era el cumpleaños de mi tío, lo que representó un inconveniente para la familia. Yo me sentí lastimado por el obstetra.
Esto ha dado lugar a que todas las mujeres quieran suprimirme -anestesia- y que no pueda conseguir lo que deseo a menos de que, me aleje de ellas. Al mismo tiempo, siento que las personas desaprueban mi presencia, lo que ha evitado que forme parte de grupos -fraternidades, círculos de camaradas, etc.-. Y cuando estoy con ellos, proyecto esa desaprobación. También llego a la conclusión de que el enojo de mi madre fue error mío y de que ella era una víctima de los hombres. Por lo tanto, me siento culpable en presencia de las mujeres y atraigo a las «tipo víctima» para herirlas. Odié a mi mamá por estar enojada conmigo y, constantemente, me apresuro a salir de las relaciones y quedarme solo. Sin embargo, me hiere estar a solas.
Un hombre joven piensa que las mujeres son más felices sin él:
En el pasado, me sentía muy inconsciente en las relaciones. En realidad, no estaba ahí, era como si mi existencia fuera en cierto modo irreal. Solía sentirme «remoto» de mi propia vida. En ese entonces, siempre me sentía que no podía conseguir lo que deseaba y que estaba bajo el efecto de mi pareja. Parece que creía más en mi realidad cuando me hallaba con alguien -necesitaba de la gente o de una relación para saber que existía- por lo tanto, era más importante estar con cualquier persona que a solas.
Quizá esto se deba a la separación de mi madre al nacer, pero también parece que existe una asociación con sentirme seguro y vivir en el centro de las cosas -mi madre tenía la mecedora, la cuna, la mesa en la que me cambiaba el pañal, etc., en un pequeño círculo cerca de su cama, porque no era muy ágil y estaba mucho tiempo conmigo. Suprimí mi vivacidad y mi verdadero ser -porque tenía que ser bueno con ella-. Siempre he tratado de ser bueno, en lugar de intentar conseguir lo que quiero -después lo resiento y creo enojos y separación.
Una persona que tuvo un nacimiento normal con anestesia informa:
Experimento lucha en mis relaciones -sobre todo con mi pareja. Y cuando todo se torna más difícil quiero irme; a veces lo hago física, emocional o mentalmente. Cada vez que me siento más alejada, siento una pérdida al mismo tiempo. Recuerdo que creí que en verdad había perdido a mi madre cuando nací, aunque en realidad sólo nos habían separado. Siento que necesito que otras personas me digan qué debo hacer y cómo. Con frecuencia, tengo la sensación de querer salir de una relación por temor a lastimarme si me quedo. Casi nunca me siento apoyada por los hombres porque una mujer me trajo al mundo. Tengo temor a la separación, porque me hace creer que perderé a esa persona, de modo que en ocasiones me quedo en las relaciones aun cuando no deseo seguir.
Resumen para Nacimientos con Medicamentos
- Siempre están en una «neblina».
- Bostezan mucho.
- Aparecen y desaparecen.
- En las relaciones se sienten «inconscientes».
- Se quejan de una «reducción de su vivacidad» en las relaciones.
- En las relaciones, con frecuencia el apoyo es igual a la asfixia.
- Se quejan de que les es difícil enfocar su atención hacia algo.
- Se sienten lejos de la tierra, desconectados y limitados.
- En las relaciones se sienten fuera de alcance y desconectados.
10. Describen su sensación como «estar en el espacio».
11. Se quejan de reprimir los sentimientos.
12. Se describen a sí mismos como «emocionalmente fríos» en las relaciones.
13. Muchos confiesan disfrutar de las drogas en sus relaciones.
14. Algunos dicen que necesitan «prenderse» para ser espontáneos.
Afirmaciones para Nacimientos con Medicamentos
- ¡No corro riesgos al estar totalmente vivo!
- Ya no necesito de las drogas para sentirme vivo.
- Mi alegría de vivir es un placer para mí y para todos los demás.
- Es fácil estar vivo.
- Es seguro estar en mi cuerpo.
- Es seguro sentir mis sentimientos.
- Es seguro respirar libre y profundamente.
- Ahora puedo temer al futuro??????????????????????’
- Perdono a mi madre por sentir miedo del parto.
10. Soy alguien seguro con quien estar.
11. Es seguro estar en la intimidad.
12. Puedo expresarme en forma libre y total.
13. Ya no tengo que contenerme para sobrevivir.
14. ¡Es seguro estar totalmente afuera!
Capítulo 16
INDUCIDO
Un nacimiento inducido es aquél en el cual el trabajo de parto se empieza en forma artificial, por lo general por medio de medicamentos administrador por vía endovenosa. Normalmente un bebé llega cuando está preparado e inicia el proceso de trabajo de parto emitiendo su propia hormona. En ocasiones, existen «razones médicas» para la inducción. Pero a veces hay razones menos importantes, incluso tan ridículas como que los padres desean que el bebé nazca antes de Año Nuevo para ahorrar dinero en impuestos o como que el médico tiene un torneo de golf. Tal vez alguien deseaba que la criatura naciera el mismo día que uno de sus antepasados. A pesar de que puede parecer algo lógico e inocente al mismo tiempo, si aquellos que están involucrados supieran los efectos que ejerce sobre el bebé, dudamos en verdad que intentaran la inducción.
Cuando comenzamos con los renacimientos, casi no teníamos casos de inducción en las prácticas. Aparentemente ¡los nacimientos de este tipo tenían que «inducirse» en el renacimiento mismo! Después de algunos años empezaron a surgir. Luego se presentaron más y más, tuvimos toda una epidemia de este tipo de nacimientos.
Uno de los aspectos obvios es que estas personas, con frecuencia, tienen problemas para «empezar». Tal vez tengan que ser «inducidas» a las cosas nuevas que quieren o necesitan realizar.
A pesar de que quizá, en apariencia, no están tan enojados como quienes nacieron con fórceps, el de alguien que fue inducido por lo general permanece suprimido y encubierto. Normalmente están resentidos porque su vida empezó bajo los términos de otras personas. Tal vez tomen venganza de la vida por este hecho -conteniéndose- ante el amor, el sexo y el afecto o aun a sí mismos frente al mundo en general; limitando su poder, su creatividad, su contribución. Es probable que emitan una vibración como esta: «Ven y atrápame. Pero si no lo haces lo voy a resentir. Te voy a decir que no, para probar que puedo ir bajo mis propios términos y en mi momento». Con frecuencia, hacen esperar a la gente y después se preguntan por qué las personas se enojan cuando lo hacen.
El tipo de individuo que nació por inducción en realidad no escogió estar aquí; alguien más lo hizo por él, y por lo tanto, sólo participa en la vida a medias. De hecho, el guía de renacimiento debe «establecer» la inducción por la falta de voluntad que tienen de estar en la tierra y salir. Es posible que hayan escogido que otros empezaran todo porque se sentían demasiado temerosos de vivir y salir adelante. Si lo enfrentan, pueden curarse. Si no lo hacen y continúan culpando a los demás, quizás sigan teniendo problemas, sobre todo en sus relaciones.
Es probable que, dentro de una relación, se contengan hasta que su pareja empiece a presionarlos o «inducirlos». Entonces lo resentirán y dirán «No». Sucederá una y otra vez conforme se crea y recrea el proceso frustrante del nacimiento -hasta que uno esté harto- En ocasiones, si la «inducción» que recrea el compañero es agradable, la situación da buenos resultados y estas personas se vuelven muy productivas, una vez que alguien las hace empezar. Sin embargo, como quien fue inducido con frecuencia siente la necesidad de decir «no» físicamente en un intento por vengarse, quizá su propia pareja no sea tan amable. Tal vez asuma el rol del obstetra -incluso sintiendo pánico y presionando- que recrea la situación: «El bebé tiene que nacer ahora» y hace que a persona inducida impida la salida, se enoje y se contenga más. La severidad de este juego repetitivo casi siempre depende de la razón por la cual se realizó la primera inducción. Si fue «por complacer a los padres» es probable que la persona sienta un fuerte deseo de venganza y el juego vuelve a comenzar. La actitud se convierte en: «Lo haré bajo mis propios términos, nunca bajo los tuyos». Nos hemos encontrado con personas que fueron inducidas para ahorrarse unos cientos de dólares en impuestos. Como podrá imaginarse, se convierte en un problema muy grande con el dinero. Algunas de ellas trabajan arduamente para no ganarlo, sólo por venganza.
Relacionarse con alguien que tuvo un nacimiento inducido requiere de mucha paciencia. Sin embargo, atraen a parejas que tienen muy poca o carecen totalmente de ella y pueden constituir una batalla sin fin, a menos de que ambas partes estén muy iluminadas y tengan muchos deseos de liberar a su pareja y ayudarse entre sí.
Uno puede darse cuenta con facilidad de lo importante que es esto en una situación de trabajo; el empleado puede ser un muy buen trabajador y sólo tiene problemas para empezar o para llegar a tiempo. Si el patrón supiera algo acerca de las inducciones, podrían ser más comprensivo y no pensar en despedir a la persona por esta razón. En una situación de pareja, es de mucha ayuda que los dos se enfrenten a ello cuando sucede y lo iluminen. «Ahora te voy a inducir», dicho en el tono correcto de voz, puede funcionar. Como es obvio, es mucho mejor si las dos personas renacen.
Los individuos que fueron «inducidos» tienden a presentar problemas para comprometerse -¡por lo general su pareja tiene que inducirlos para elegir una relación!
Un caso de «inducción» reporta:
Fui inducida porque el doctor creyó que estaba preparada para nacer. Mi madre, quien tenía 37 años en ese momento, había pasado por una situación difícil con mi hermana mayor -parto prolongado, fórceps, posibilidad de muerte de la madre o la pequeña- y ella sólo tenía 20 meses más que yo. Además, no fui planeada y mis padres pasaban por una mala situación económica. Tal vez como consecuencia de estas circunstancias, tenga un tremendo sentimiento de culpabilidad -que mi vida signifique que mi familia tenga menos-. Además, siempre me han comparado con mi hermana mayor, quien está muy resentida conmigo. También siento un gran temor por todo lo relacionado con el nacimiento.
Siempre he tenido problemas con la hora. Por lo general estoy retrasada, me presiono y siento pánico. Una de las principales consecuencias, creo yo, de haber sido inducida, es querer que un hombre lo haga pro mí porque nunca puedo empezar, pero me resiento con él por presionarme. El sentimiento de no ser querida por la persona con quien estoy es caso el resultado de las dudas de mis padres en tener otro hijo y, yo creo, la desilusión de que no fuera un niño.
Un estudiante que tuvo que ser inducido porque era hijo ilegítimo y no quería nacer:
Me indujeron prematuramente a los ocho meses para que pudiera nacer en presentación de cabeza, porque yo me volteaba dentro del útero en forma persistente. Fue un nacimiento en hospital, después de un lago trabajo de parto inducido. Nací casi a la medianoche. Me concibieron fuera del matrimonio. Como resultado de todo esto, siento una gran necesidad de intimidad con las mujeres, pero también me es muy difícil por timidez. Temo que me rechacen. No soy lo suficientemente bueno para estar con la mujer que deseo. En las relaciones, me siento indefenso. No las elijo yo, pero pongo lo mejor de mí cuando sostengo una. Quiero que mi pareja se encargue de mi desamparo. Con frecuencia, mi actitud es apática. Quiero ser amado. La forma principal en que mi nacimiento parece afectar a mis relaciones es que no creo poder escoger para sostener aquella que sería ideal.
Otra cliente escribe:
¡Yo fui inducida! No querían que saliera tan rápido. Fui la quinta de 10 hijos. ¡Anestesia! Todos los bebés que vinieron después de mi también fueron inducidos. La característica principal de mis relaciones es que no puedo conseguir lo que deseo en el momento en que lo quiero; parece ser consecuencia de mi nacimiento. Sobre todo con los hombres; como mi obstetra era varón, decidió cuándo debía yo nacer y, por lo tanto, dejo que otros decidan mis cosas, ya sea en el trabajo, en mis relaciones, etc. ¡Se establece un resentimiento! Por otra parte, mi nacimiento fue un milagro realizado por dos santos maravillosos y siento que mi vida también lo ha sido.
Mi padre era un hombre muy espiritual que, cuando se casó, estaba estudiando para ordenarse como sacerdote. Mi madre es el tipo de persona que nutre, madre-naturaleza, que siempre está deseosa de servir. Mi vida gira alrededor del servicio a las familias numerosas con un deseo y una misión espirituales.
También gira en torno al equilibrio de las dos energía c}en mis relaciones con los hombres -todavía puedo sostener una relación espiritual y física-. Mi padre abandonó el sacerdocio y se casó con mi mamá. Soy casi igual a él y siento que tendría que dejar mi trabajo para establecer una relación de compromiso con un hombre. Además, estoy rodeada por muchas relaciones, con jóvenes y ancianos, y adoro a las familias. Tiendo a equilibrar los enojos, las relaciones entre la gente, etc., ya que nací en medio de 10 hijos.
El siguiente es un ejemplo de inducción a la inversa, en la que la bebida fue inducida para hacer que esperara:
Fui inducida porque mi hermana, quien es tres años mayor que yo, nació antes de tiempo. De modo que me indujeron para que no hiciera lo mismo. Mi madre estaba bajo los efectos de un medicamento y mi padre no se encontraba ahí. Esto afecta mis relaciones porque los hombres a los que quiero no me quieren. Pienso que necesito estar drogada para tener relaciones sexuales. Creo que los hombres intentan detener mi crecimiento o se roban mi poder -como el obstetra-. Siempre llego antes de la hora o a tiempo; la gente me tiene que inducir a una relación; y nadie me quiere como soy.
No es sorprendente que a este estudiante le sea tan difícil empezar:
Fui inducido. Se utilizó anestesia. No me amamantaron. Me apartaron después de nacer y me llevaron a la sala de cunas. El médico era una mujer y no creo que mi padre haya estado presente. Algunas de las formas en que esto parece afectar mis relaciones son: me es muy difícil comenzar los proyectos; no tengo una imagen masculina propia; la anestesia me causa la sensación de flotar en el espacio, que experimento en ocasiones y deseo dormir mucho; siento que no puedo conseguir lo suficiente -escasez- y me es muy difícil dejarme llevar por el amor y las caricias; creo que se debe a la separación que hubo después del nacimiento… algunas veces, también experimento una soledad intensa.
Una graduada de los Cursos escribe que fue indeseada y por lo tanto tuvo que ser inducida:
Siempre me siento indeseada, rechazada. Me involucro primero y pienso después; temo al abandono; siempre pongo a mi pareja a prueba; creo que el sexo es igual al amor; siempre quiero lo opuesto a mi compañero para prepararme al rechazo. Odio salir de la cama -el útero- y no me gusta el cambio. Además, parece que los hombres juegan con mi cariño y luego me rechazan. Mi pareja tiene que establecer las normas y comprometerse; después me siento atrapada, como si hubiera cometido un error.
Resumen de Nacimientos Inducidos
- Tienen problemas para «empezar».
- Tienen problemas con el tiempo en general.
- Con frecuencia piensan que su pareja debería «hacerlo por ellos».
- Muy seguido es habitual que se sientan indefensos y esperen que alguien les sirva.
- Existe una tendencia a no elegir las relaciones -su pareja lo hizo por ellos-.
- Se quejan de ser apáticos en las relaciones.
- Con frecuencia piensan «no puedo conseguir lo que deseo.
- La gente tiene que inducirlos para hacer las cosas y a involucrarse en las relaciones, luego, se resienten por la inducción.
- Muy seguido, odian salir de la cama.
10. Creen que «los demás establecen las reglas» y se sienten atrapados en las relaciones.
11. En general, les es muy difícil comenzar los proyectos.
Afirmaciones para Nacimientos Inducidos
- No corro riesgos si elijo.
- Perdono a la gente por escogerme a mí.
- No corro riesgos si tengo mis propias ideas.
- Ya no tengo que crear situaciones en las que otros me induzcan.
- Estoy en contacto con lo que deseo.
- No corro riesgos si me expreso.
- No corro riesgos si me hago valer.
- Me perdono a mí mismo por esperar, controlar y culpar.
- Me dedico a mi propia felicidad y alegría de vivir.
10. ¡Yo elijo la vida!
11. Deseaba estar aquí.
12. Estoy a cargo.
13. Controlo mi propio destino.
14. Estoy seguro en las manos de Dios.
15. ¡Todas mis elecciones apoyan mi bienestar!
Capítulo 17
PRESENTACION DE NALGAS
Un bebé que se encuentra en esta posición nace hacia atrás, ya sea que alga primero el «trasero» o los pies, lo que es más raro y se llama «presentación de pie». Como guías de renacimiento, estudiamos para conocer la razón por la que esta persona se volteó dentro del útero, ya que sabe por intuición el camino correcto por el que va a nacer. Una persona que está en presentación de nalgas, por lo general, adoptó esta posición porque temía salir. Con frecuencia, el bebé siente un gran problema en el exterior, algún peligro que lo hace ¡querer regresarse! Tal vez sabe que sus padres, o uno de ellos, quiere un hijo del sexo opuesto y desea evitar una desilusión.
Como este tipo de partos es obviamente más difícil para la madre, estas personas crecen con más sentimientos de culpa. Tienden a tener miedo de herir a la gente, sobre todo a las mujeres. En los Cursos de Capacitación en Relaciones Amorosas expresan pensamientos tales como: «Causo dolor»; «Tengo que lastimar a las mujeres -o a las personas- para poder sobrevivir»; «¡Soy culpable!».
Como es obvio, una persona que nació en esta presentación tiende a hacer las cosas más difíciles en la vida. Todo lo convierte en una batalla, sin que haya necesidad. Incluso pueden hacer las cosas al revés. Un individuo que vino en «presentación de pie» siempre se pone los zapatos al revés y, como adulto, nos reporta que siente que «mete la pata» en las relaciones.
En algunos casos, el médico quizá intentó voltear al bebé en forma manual desde el exterior, para que tuviera la cabeza hacia abajo. Es muy doloroso para la madre y el pequeño y en definitiva aumenta el trauma. En ocasiones, es necesaria una cesárea.
Una persona que nació en presentación de nalgas necesita aprender que puede obtener las cosas con facilidad y sobrevivir. Se requiere que aprenda que es seguro «salir».
En una relación, este tipo de individuo puede herir inconscientemente a su pareja y después sentirse muy culpable; pero tenderá a repetir el patrón mientras piense que su vida depende de ello. Uno de los primeros casos que tuvimos cuando empezábamos con los renacimientos fue el de un hombre con tendencias suicidas. Su «queja» era que constantemente lastimaba a los demás y no podía dejar de hacerlo. Se sentía tan culpable que deseaba matarse. Cuando nació y salió de nalgas, su madre tuvo una fuerte hemorragia y casi fallece. Por lo tanto, le aterrorizaba estar dentro de una vagina. Una vez que pudo asociar su urgencia por suicidarse con su tipo de nacimiento, que no podía ver antes del renacimiento, una gran parte de éste desapareció durante la sesión de respiración. Fue sorprendente el progreso que logró con una sola sesión de renacimiento.
Este tipo de persona necesita liberarse del pensamiento de que es preciso herir a otros para sobrevivir. La adicción a lastimar a los demás de manera inconsciente, sentirse culpable, castigarse a sí mismo por esa culpa y después repetir el proceso una y otra vez es un hábito muy arraigado asociado con el «guión del nacimiento». El problema es que estos individuos tienden a elegir parejas que tienen un deseo masoquista de ser lastimadas; así refuerzan el patrón y el juego. Ambas partes necesitan reconocer el papel que representan en este último y, probablemente, tengan que renacer, si no con el mismo guía, si con dos de ellos que se consulten.
Conocemos a muchas personas que nacieron en presentación de nalgas y su «ley personal» -el pensamiento más negativo acerca de sí mismos que, por lo general, se formaron al nacer- era: «¡Estoy equivocado!». Siempre se sentían así, sin importar todo lo que trabajáramos con ellas. Finalmente, nos dimos cuenta de que estaban atrapadas en la creencia de que sería un error olvidarse del pensamiento: «¡Estoy equivocado!». Después de eso, pudimos lograr algún progreso.
Un estudiante que nació e presentación de nalgas y fue inducido reporta:
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es que siempre estoy buscando que el amor deje de presentarse. Nunca creo que sea la relación correcta. Siempre pienso que hago las cosas en forma equivocada. Odio que me hagan empezar. Odio finalizar las cosas. Busco la manera de disgustarle a la otra persona. Contengo mi efusividad por la vida. Siento que en realidad no me aman. Creo que hay algo extraño o equivocado en mí. Me pregunto constantemente cómo puedo controlar el resultado. Nunca estoy satisfecho conmigo mismo. Nunca sé qué viene después. Siempre actúo como si lo que me dieran no fuera bueno. No quiero hablar por mí mismo por temor a ofender a alguien o a estar equivocado. Trato de ser amable cuando estoy emocionado.
Una mujer joven escribe que nació en presentación de nalgas, con fórceps y ¡fue del sexo equivocado»:
Como es obvio, no quería llegar a las vibraciones negativas de su matrimonio. Me tuvieron para «salvar la relación» y nunca funcionó. Era muy sensible a las peleas y tensiones y me culpaba a mí misma. Siempre que estoy rodeada de vibraciones así, continúo culpándome, de modo que trato de ayudar a otras personas que se sienten heridas, de la misma manera en que intenté sanar el matrimonio de mis padres. Asumo la responsabilidad por los problemas de otros porque me siento insegura como mujer, ellos querían un niño, y deseo probar que valgo y que soy conveniente… y, de esa forma, ganar el amor de los demás. Intenté hacer lo mismo con mi padre pero fue una lucha. Quiero ser amada y deseada por todos -hombres y mujeres.
Otra mujer joven, cuyo nacimiento incluye trauma de la concepción, inducción, medicamentos y, por último presentación de nalgas, escribe:
… así es que me administraron medicamentos para inducirlo. Continuó durante tres días. Fue muy difícil para ella. Recuerda a los médicos o a las enfermeras diciendo que venía de nalgas y su enojo por eso. Finalmente la durmieron con anestesia y por fin nací.
Recuerda que intentaba respirar más y más gas, pero se lo retiraban y la mantuvieron despierta hasta el final. Quedó tan traumatizada que ni siquiera quería pasar frente al hospital durante más de un año después del parto. Sin embargo, estaban encantados de haber tenido una niña… Mis padres eran alcohólicos y estaban ebrios cuando me concibieron.
Una forma en que creo que esto ha afectado mis relaciones es que hasta hace un par de años, nunca había tenido relaciones sexuales sin haber bebido antes. También soy alcohólica, pero he estado sobria desde junio de 1981… Sentía como si me hubieran jalado hacia un torbellino, forzándome a salir del útero en contra de mi voluntad y, con frecuencia, he sentido que me abruman en mis relaciones con los demás.
También he experimentado una sensación de lucha dentro de las relaciones. Lo que más las ha afectado es la anestesia -pasó mucho tiempo inconsciente- me quedo inerte en los momentos difíciles, me distraigo o utilizo el alcohol para detener el dolor inmediato. Pero éste sólo empeora el problema y hace que peleemos durante más tiempo. La anestesia en el nacimiento tiene el mismo efecto. Mitiga el dolor inmediato, pero prolonga y exacerba todo el proceso.
Otra persona que estaba en presentación de nalgas reporta lo siguiente:
Estaba en presentación de nalgas… el parto fue muy prolongado y doloroso, tanto para mi padre como para mí. La ambivalencia sobre abandonar el útero afecta mis relaciones. Soy ambivalente al permanecer por mucho tiempo con las personas cercanas a mi…
Al ser separada de mi madre cuando nací, me sentí perdida y en verdad me siento desolada cuando no puedo estar en contacto con mi pareja o en el mismo lugar. No me gusta estar sola por periodos prolongado… Siento que mi tardanza por nacer lastimó a mi madre; de ahí que me impaciente con la tranquilidad de mi compañero cuando estamos juntos. A pesar de que estaba renuente a dejar el útero, me daba cuenta en cierta forma que debía separarme para vivir.
En las relaciones, tiendo a «retroceder» cuando existe demasiada cercanía. Como el nacimiento fue largo y doloroso, culpé al médico por no «arreglarlo». Pienso que los hombres no se interesan o no se muestran sensibles por los sentimientos de las mujeres, sobre todo por el dolor. ¡A los hombres no les importa en realidad!.
El nacimiento fue una lucha, la vida es una lucha y las relaciones también lo son. El dolor sigue al placer, como ha sido desde que nací. Si experimento mucho placer en una relación, con frecuencia creo un enojo que sea la continuación. Además, mi madre no tuvo suficiente leche, así es que no me amamantó ¡y nunca hay suficiente! Mis padres querían un niño -ya tenían una hija- de manera que mi pensamiento fue: «No soy lo suficientemente buena». Por eso trato de ser mejor que mi pareja o considerarla como un reflejo de que no soy buena.
El siguiente fue un caso muy complicado -fórceps, presentación de nalgas, inducción, 10 días de retraso, demasiada anestesia:
Mi madre presentó complicaciones en el tercer mes de embarazo y casi me pierde. Después, cerca del cuarto mes, se cayó en el hielo. Además, un primo cercano murió en un accidente de paracaídas casi un mes antes de que yo naciera. Siento un gran temor a tener una muerte violenta en un avión… en las relaciones, voy del miedo a la desesperación y a la supervivencia. Cuando siento ansiedad, me falta el aire -mi propia respiración es muy superficial-. Le temo al compromiso; perderé mi libertad. Tendré que comprometerme y no lo haré a mi manera. Tengo mucho miedo del matrimonio -me parece una formalidad-. Me siento separada de mi misma, mi cabeza del resto del cuerpo -los fórceps me jalan la cabeza-… Todo el tiempo formo juicios en la mente e intelectualizo mis sentimientos porque siento una separación de mi ser y los demás -neblina corporal-. ¡Siempre estoy peleando y luchando por sobrevivir!
Uno de nuestros estudiantes que se encontraba en «presentación de pie» informa:
Tiendo a involucrarme en una relación y después luchar por salir de ella. Estoy atrapado. Evito la intimidad. «Camino» en otra dirección cuando sucede algo estresante. Aparento ser muy abierto, pero mi interior está cerrado. Temo al abandono y creo situaciones que hacen que mi pareja se vaya; después me siento desolado. Doy y luego no permito que la gente me dé; entonces me enojo porque me utilizan. No dejo que las personas se acerquen a mí. Siempre estoy poniendo a prueba -soy poco convencional, no me restrinjo, soy posesivo con mi libertad-. Me aterra el rechazo; actúo en forma fría y superficial. Soy un luchador. Creo que al sentirme indeseado mi madre intentó abortar- surge un gran temor de acercarme a alguien. También siento que me van a consumir; perderé mi identidad. Siempre creo que la gente trata de presionarme, de forzarme. Hago lo que quiere que haga, pero también me resisto a todo y a todos. Me alejo para protegerme.
Una mujer joven empezó el parto en presentación de nalgas, fue manipulada en el útero, a su madre le administraron anestesia y, finalmente, la sacaron con fórceps. Ella escribe:
Durante mi nacimiento, mi padre estuvo ausente; se encontraba en el servicio militar. Mi madre se sentía perdida, sola, enojada y atemorizada. Ella sospecha que el médico no pudo llegar a tiempo, porque sabe que no estaba en el hospital cuando empecé a nacer. La enfermera, que era una monja, re visó a mamá y descubrió que yo estaba saliendo. Ella gritó: «¡Deténgase» ¡No puje! ¡Reténgalo! ¡Llévenla a obstetricia! «Entonces mi madre fue «noqueada» de inmediato.
Dice que yo estaba en presentación de nalgas, pero me manipularon para que adoptara la posición correcta y fue la monja que era jefe de enfermeras, la que en realidad me ayudó a nacer. Mi madre sufría mucho dolor, según dice, y se «partió en dos» -palabras suyas- durante mi nacimiento. Sentía un conflicto por el parto, así como por ser madre y por su sexualidad en general. Cuando tenía seis meses de embarazo, tuvo un accidente en el que casi fue expulsada de un auto,, se colgó de la puerta, quedando la mitad de su cuerpo fuera del coche, la puerta se columpiaba y le golpeó el estómago varias veces…
Por lo que respecta a mis relaciones, con frecuencia siento que los hombres no están ahí por mí, ya sea física o emocionalmente, y estoy confundida sobre mi propia sexualidad. Me contengo dentro de ellas; hasta hace poco tiempo supe cómo compartir mi ser con los demás con integridad. Puedo ser quien soy y no ser alguien distinto para otra persona.
En el pasado, solía ser muy pasiva y creaba situaciones en las que necesitaba ayuda o ser liberada. Después me resentía mucho. Me separaba, me alejaba, me retiraba, emocional y mentalmente, cuando me sentía amenazada. NO me permitía perder el control, sobre todo en el sexo, es difícil llegar al orgasmo, toma mucho tiempo, debo sentirme muy segura con quien esté. Tiendo a propiciar que la gente me abandone antes de que me dé cuenta que ya no deseo seguir en la relación.
Otra mujer que estaba en presentación de nalgas y fue indeseada se siente culpable por haber nacido:
Mis pies no están sobre la tierra y esto afecta mis juicios. Otras personas intentan cambiar mi forma de pensar. Actúo antes de pensar; soy impulsiva. Me encuentro con gente frívola. Parece que tengo la necesidad de lastimar a quienes amo. Me siento sola. Haber estado en presentación de nalgas me lleva a creer que siempre tomo la dirección equivocada, por lo que siempre soy culpable. Debo haber causado mucho dolor a mi madre. En una ocasión se cayó y casi me pierde. Tal vez no le he perdonado sus errores y la culpo por no cuidar de mi seguridad…
Resumen de Presentación de Nalgas
- Se quejan de «hacer las cosas en forma equivocada».
- Con frecuencia odian finalizar las cosas.
- Dicen que «nunca saben lo que van a querer después»:
- Tienen miedo de estar equivocados -esto no les permite comunicarse-.
- Se quejan de «luchar» en las relaciones
- Algunos dicen que «retroceden» en las relaciones cuando son muy estrechas.
- Se dan cuenta de que al placer sigue el dolor.
- Por lo general, se preocupan por evitar lastimar a la gente
- Se quejan de que su respiración es superficial.
10. Siempre existe un temor y una desesperación que superar -aunados a una sensación de tener que «luchar para sobrevivir».
11. Se involucran en las relaciones y luego «luchan por salir».
12. Sienten una «posesión de la libertad poco convencional».
13. Con frecuencia se quejan de la gente por intentar «jalarlos» o forzarlos.
14. Muy seguido se califican a ellos mismos como «luchadores».
15. Se quejan de no saber que dirección tomar.
16. Hablan de principios dolorosos en la vida y en las relaciones.
17. Y, si el médico intento voltearlos desde el exterior, entonces existe una resistencia a que otras personas traten de cambiarlos -sin embargo, al mismo tiempo, un desafío a los demás para que se atrevan a hacerlo.
Afirmaciones para Presentación de Nalgas
- Me perdono a mí mismo por pensar que hago todo en forma equivocada.
- Me perdono a mí mismo por el dolor que creí causar a otros.
- Mi alegría de estar vivo es segura y agradable para mí y para los demás.
- No corro riesgos al llevar una vida fácil y placentera.
- Puedo confiar en que el placer durará.
- Me perdono a mí mismo por considerar que los demás «me quieren atrapar».
- La gente me apoya al tener mi libertad.
- La gente aumenta mi seguridad.
- Ahora las personas me apoyan de una manera fácil y agradable.
10. Soy totalmente inocente.
11. Ahora puedo prepararme para un buen comienzo.
12. No corro riesgos y es divertido volver a empezar.
13. Mi pasión por la paz consigue lo que deseo.
14. Como soy un ganador, es fácil para mi tener éxito.
15. Siempre soy libre de ir y venir según me plazca.
16. Como soy libre, soy alguien con quien se está cómodo.
17. Todas mis relaciones hacen que mi vida sea más fácil y placentera.
18. Mi manera es la correcta.
19. Puedo tomar cualquier camino que elija.
20. Es seguro ir por mi propio camino.
21. Puedo hacer las cosas de cualquier manera que elija.
22. Puedo sobrevivir sin luchar.
Capítulo 18
FORCEPS
A los bebés que nacen con la «ayuda» de los fórceps les estrujan, atornillan, retuercen y jalan la cabeza para sacarlos del útero. El resto del cuerpo sale por sí solo. Imagine ser una muela que le sacan de la boca y así podrá darse una idea de lo que es.
Con frecuencia estos bebés desarrollan migrañas cuando son adultos y, lo que es peor, la vida en sí puede convertirse en un intenso dolor de cabeza para ellos. Algunas veces, sobre todo durante las sesiones de renacimiento, se pueden observar las marcas de los fórceps en los temporales. Es posible que lleguen a ser chicos pendencieros, peleadores callejeros valientes, llenos de vida y de deseos por hacer las cosas a su manera. Con frecuencia son muy intuitivos, creativos e independientes. No confían en el apoyo -¿se los puede culpar»- que en su mente es igual a que les manipulen la cabeza. «No, gracias» es, por lo general, la respuesta que dan a quien les ofrece ayuda. Prefieren ir solos por la vida, ¡son obstinados y tenaces!
¿Por qué un bebé necesita de los fórceps» Porque es demasiado grande, demasiado lento, viene muy mal acomodado o ya está muy abajo en el canal del parto para recurrir a la cesárea, cualquiera que sea la razón, se encuentra atrapado y el obstetra adopta el papel de libertador. Más adelante en la vida, los pequeños que nacieron con fórceps tienden a crear el mismo patrón de estar atrapados y atraer a alguien que los ayude en el último momento. Una vez que se libera el trauma de la primera salida, puede quedar una gran marca en la existencia.
Sabemos mucho sobre las «relaciones con fórceps» porque la esposa de Bob, Mallie, nació de esta forma; aunque fue en su casa y no en un hospital. Un caso así es propenso a enviar dobles mensajes en las relaciones -por una parte, comunica que puede hacer las cosas por sí mismo, no lo necesita, apártese de su camino, su manera de realizarlas es mejor… actitud que se basa en el deseo de probar que en realidad no necesitaba de los fórceps. Y, por otro lado, dos de sus pensamientos primarios tienden a ser «No importa cuánto haga, no es suficiente» y: «Necesito ayuda al final». De modo que se inclina a pedir ayuda en forma disimulada y en el último momento.
Podemos recordar a Mallie manejando un auto. Cuando llega el momento de doblar a la izquierda, dice «Aquí damos vuelta a la izquierda ¿verdad?» La pregunta ¿verdad?» es la clave de los fórceps. Mallie conoce el camino correcto, pero sugiere que quizás necesite que la corrijan mientras que, al mismo tiempo, ejerce la autoridad por ir al volante.
Lo mejor que se puede hacer con las personas que nacieron con fórceps es apoyarlas sutilmente a seguir las elecciones que realizan. Sin embargo, no las ayude demasiado porque creerán que está ahí para atraparlas. No las presione mucho o provocará que se activen antiguos recuerdos. Como los fórceps son en extremo dolorosos para el delicado cráneo de los recién nacidos, aún la remembranza mas sutil de esta experiencia es intolerable. Incluso para un adulto totalmente desarrollado. Ver una grúa en la calle o unas tenazas de cocina puede despertar este recuerdo de manera repentina.
Como una persona que nació con fórceps, con frecuencia se siente atemorizada de que los demás la manipulen, se mostrará obsesionada por mantener el control, representando el papel del obstetra en lugar del de la víctima inocente, cambiando el escenario de su nacimiento, ganando la mano. En la relación de Bob con Mallie, la base ha sido olvidarse del control y permitir que un guía divino sea quien muestra el camino. Bob recuerda una ocasión en la que sugirió a Mallie que tomara un «día de desamparo». Había trabajado de una manera tan ardua y correcta que le pareció que si permitía que Bob le sirviera mientras permanecía todo el tiempo en cama, sería un regalo maravilloso. ¡Ella sospechó! ¿Cuál era el verdadero motivo? Y sólo se rindió cuando Bob estuvo de acuerdo en seguir sus instrucciones, de modo que se convirtió en un día de desamparo controlado.
Un bebé que nación con fórceps recuerda que le llamaban «cabeza de metal». Su nacimiento fue rápido, una hora, y su madre estaba anestesiada. Reporta:
En la mayor parte de mis relaciones creo demasiada lucha. Además, mi «cabeza dura» propicia gran cantidad de lágrimas y rupturas con ella; es decir, intelectualizo demasiado y me separo yo mismo analizando en exceso mi persona y a los demás. Tengo miedo de causar dolor a o tras personas y, por lo tanto, me ha sido difícil decir no a las mujeres. Mi ego está muy ligado a mi cabeza y, al mismo tiempo, está a la defensiva.
Más o menos a la hora de mi nacimiento, mi padre se peleó con alguien y lo golpeó, fracturándose el puño derecho. Cuarenta años después, me operaron el puño derecho por un daño artrítico… Mi anticipación al dolor fue tan aguda que la recreé en la artritis y en la pena causada por relaciones difíciles… Con frecuencia, propicio que la gente me rescate de las situaciones duras.
Otro pequeño nacido con fórceps recuerda que le torcieron el cuello y los doctores lo dejaron caer:
Creo que mi nacimiento me hizo sentir que el mundo era un lugar feo y lleno de dolor y que la gente, en general, es incompetente. Además, siempre me sentí muy separado de mi cuerpo, muy mental. Nunca he disfrutado de que me toquen. No me gustan los masajes. Como mi obstetra era un alemán rígido y autoritario, no me gustan las autoridades y nunca he tenido buenas relaciones con ellas. Sin embargo, como me tuvieron que ayudar con los fórceps, siento que necesito ayuda para comenzar cualquier cosa. De hecho, tengo mucha dependencia y necesidad y me resisto al apoyo. Odio que me manipulen o me presionen en cualquier forma… Como fui concebido durante una violación y nací en la Alemania nazi, siento que el mundo está loco, que es ilusorio y peligroso. Nunca he creído que en realidad desee estar aquí. Esto siempre va unido al sentimiento de que Dios me ha abandonado. Jamás me he sentido responsable por mi vida.
Otro hombre, quien estaba muy grande y quedó atrapado en el canal del parto, reporta que a su madre le practicaron una episiotomía durante su nacimiento. Salió con la ayuda de los fórceps y escribe:
Mi nacimiento fue difícil porque era un bebé muy grande. Me quedé atrapado en el canal del parto -mi hombro se atoró-. Así es que utilizaron fórceps. Como resultado de ello, me enojo cuando los hombres interfieren en mis relaciones. Tuve que luchar mucho y, en el pasado, recreaba eso en mis relaciones, sobre todo en las íntimas. En ocasiones confundo apoyo con ataque, ayuda con herida. Quizá el pensamiento principal que tengo es que para lograr éxito en las relaciones, tengo que abandonarlas. Es una situación de pérdida/pérdida -ya sea que estén llenas de lucha y enojo o que las haga a un lado, pensando que es una conclusión exitosa-. Algunas veces ha sido cierto, pero con frecuencia no lo es. Gracias a Dios todo está cambiando.
Una mujer joven comparte los recuerdos de su nacimiento:
La placenta se rompió; yo pensé que no estaba preparada, me sentía muy enojada, intenté salir y no pude -mi cuerpo atrapado, enojo, luego temor, estoy paralizada, después me jalan con los fórceps…
El resultado de esto en mis relaciones es que los hombres a los que creo necesitar son aquellos que temo me van a destruir. Los hombres me lastiman. La gente en general me lastima por accidente. Con frecuencia, no siento estar preparada para dar el siguiente paso en las relaciones. Siento terror, me siento atrapada. Tengo que partir. Me enojan las separaciones, sobre todo en las amistades. Mi madre no quería que la dejara. Siento aversión al contacto físico, aunque también a veces me hace muy feliz.
Otro caso parecido escribe:
Le temo al contacto físico porque «es igual a dolor»; sin embargo, tengo una necesidad real de ternura, de ser reconfortado y abrazado, ¡conflicto! Siempre tengo que abandonar una relación para encontrar la libertad; por lo tanto, hasta cierto punto la saboteo. No confío en mi mismo, en mis sentimientos ni en mi intuición.
A un hombre le llevó tres días salir:
Sostuve una lucha tremenda para salir. Mi madre estaba bajo los efectos de medicamentos y no pudo ayudar. Tomé una decisión: «Las mujeres no son para mí.» No me apoyan. Tengo que hacer todo por mi mismo. Como resultado de esto, durante toda mi vida he buscado a mujeres que no están aquí por mí y no me ofrecen apoyo. A las que lo hacían, no podía aceptarlas… tenía que alejarme para sobrevivir. De manera que siempre estaba pensando en irme. También he pasado mucho tiempo inconsciente dentro de las relaciones… Tengo sentimientos de no pode hacerlo yo solo. Necesito que alguien me jale.
Resumen de Nacimientos con Fórceps
- No les gusta que los controlen ni manipulen.
- Se sienten mejor cuando ellos tienen el control.
- Temen al dolor y piensan que el placer conduce al dolor.
- Con frecuencia sienten que los jalan fuera de las situaciones.
- Piensan que deben hacer todo por sí mismos.
- Creen que no importa cuánto hagan, nunca es suficiente.
- Temen no poder hacer las cosas por sí mismos.
- Sienten que no son lo suficientemente buenos, que no valen nada o que algo está mal en ellos.
- Sienten que su cabeza y su corazón están separados, es decir, desconectados de sus sentimientos.
10. Frecuentemente temen al contacto físico.
Afirmaciones para Nacimientos con Fórceps
- Perdono por completo a mi obstetra.
- ¡Puedo hacerlo por mí mismo!
- Sé como hacerlo hasta el final.
- Soy lo suficientemente bueno para hacerlo.
- Hago lo suficiente porque sea fácil.
- Siempre encuentro que los finales son fáciles y agradables.
- Como puedo hacerlo por mi mismo, no corro riesgos al permitir que otros me ayuden.
- Ahora siento que todo el apoyo proviene de mi mismo.
- Puedo relajarme y dejar que otros realicen el trabajo pesado.
10. Ahora puedo darme cuenta de que la gente que quiere apoyarme desea complacerme y hacer mi vida más fácil.
11. Cuanto más me relajo y tomo las cosas con calma, más siento que el apoyo es agradable.
12. Ya no lucho contra el apoyo.
13. Es un placer dejar que otros lo hagan por mí.
14. Mi inocencia genera apoyo agradable.
15. Me dirijo hacia más sencillez y placer.
16. Mi cabeza muestra el camino hacia el placer.
17. ¡Mi corazón protege a mi cabeza sin importar nada!:
Capítulo 19
CORDON UMBILICAL ALREDEDOR
DEL CUELLO
Como podrán imaginarse ¡odian usar corbata!
Un bebé puede atorarse en el cordón umbilical de diferentes maneras y, habitualmente, no está ceñido y puede desatorarse con facilidad. Pero si el cordón está muy pegado alrededor del cuello, entonces la propia fuente de vida se convierte en instrumento de estrangulamiento y crea una esquizofrenia primaria hacia la vida; casi siempre, al crecer estos niños establecen una relación amor/odio con la existencia. En su conciencia, la vida y la muerte son iguales. Cuando las cosas se vuelvan demasiado excitantes gritarán: «¡Esto me está matando!». Se sentirán asfixiados por las situaciones, manteniendo el temor en la garganta como si fuera un nudo que no puede deglutir. Se les oye en la voz -suena como una operadora de teléfono que tiene las cuerdas vocales y los senos nasales invertidos-.
Como la vida los amenazó tanto al nacer, con frecuencia tienen la necesidad de crear situaciones amenazantes para sentirse vivos. Son expertos en «hacer tormentas en un vaso de agua.»
Es probable que se «desconecten» en cuanto a la sensibilidad más abajo del cuello. Sienten, pero no lo que podrían o deberían. En las relaciones, tienen momentos de empujar/jalar. Por una parte, tienden a implorar uniones umbilicales; y por la otra, alejan a su pareja. Se involucran en el amor como si se tratara del cordón y después intentan liberarse ellos mismos. Una vez más, si su pareja tuvo este tipo de nacimiento, puede ser que lo considere como al obstetra y lo vea como el controlador, manipulador, el salvador que amenaza su vida y en quien no debe confiar. Lo mejor en este caso es ser firme, amoroso, tranquilo y consistente. Cualquier doble mensaje puede hacer que su pareja pierda la cabeza.
Si usted nació con el cordón umbilical alrededor del cuello, quizás considere que sus relaciones son «pegajosas». La intimidad puede ser engañosa. Cuanto más se le acerque una persona y más lo ame, más recordará aquel llamado que recibió al nacer cuando liberarse del cordón umbilical era esencial para su supervivencia. El aspecto de la libertad y el compromiso quizá sea especialmente complicado para usted.
Una cliente reporta:
No recuerdo mucho sobre mi nacimiento. Mamá murió antes de que pudiera preguntarle y Papá no estaba ahí -pero en los renacimientos he estado en contacto con una lucha prolongada y lenta, después salí de prisa y casi me estrangulo con el cordón umbilical. Creo que mi madre estaba anestesiada; y también pienso que inmediatamente me separaron de ella. Nací en un hospital.
En mis relaciones, siempre he sentido la necesidad de apegarme a los hombres, por temor a que me abandonen -al mismo tiempo, deseo tener espacio y los alejo-. El miedo a la cercanía, que me parece abrumadora, significa que no puedo estar enamorada totalmente ni ser permanente. De modo que quiero salirme. Siempre he sentido temor por la pérdida, por la muerte y por la separación -sobre todo con los hombres, nunca con las mujeres-. Durante mis primeros años de vida, mi madre siempre estuvo conmigo.
Además tengo la convicción de que mi autoexpresión podría ser estrangulada, limitada, si permanezco en una relación estrecha.
Otro estudiante de nuestros Cursos comparte su experiencia:
Uno de mis sentimientos principales es el de ser un perdedor. Soy un terrible competidor y cuando me acerco al final de algo, me rindo. Existe una sensación de que no merezco nada. Me da miedo acercarme. Las relaciones uno-a-uno causan estrangulamiento. No puedo darme por completo.
Mi relación con la ropa cuando era niño se ejemplifica así: me recuerdo siempre rogando a mi madre -no me abroches el botón de arriba, no puedo usar corbata-. Sentía náuseas si algo tocaba mi cuello.
Me encuentro a mi mismo rezagado. Tengo que hacer las cosas a mi propio ritmo para sentirme seguro. Si no es así, cometo locuras cuando existe un peligro. Me gusta el peligro y el riesgo.
Siempre he sentido que pasaré mi vida solo aunque no quisiera que esto sucediera. En el pasado, he tenido problemas con la ley en pocas ocasiones.
Una graduada de los Cursos recuerda:
Los factores importantes de mi nacimiento fueron: el cordón umbilical se enredó alrededor de mi cuello en dos ocasiones; fui un bebé azul; era muy grande. Mi madre pensó que estaba muerta cuando me tomó en sus brazos. El doctor creyó que había fallecido en un momento del parto. Estaba tan anestesiada que mi madre temía que no abriera los ojos para la fotografía que me tomaron a los dos días.
La forma en que mi nacimiento afecta mis relaciones es; solía embrutecerme con grandes cantidades de alcohol; me siento muy grande y por eso escogí un trabajo en el que debía pesarme cada seis meses; creo que las relaciones con los hombres son sofocantes y solía contar con una salida muy clara desde el principio; me gustaba el drama y consideraba atractivas las situaciones de vida o muerte; en una relación, siento que no puedo respirar.
Un estudiante confiesa:
Mi nacimiento ha afectado mis relaciones en que soy frío y rígido, ponerme morado lo representa. Cuando me cortaron el aire al nacer, me afectó porque no comunico mis emociones/sentimientos. No soy lo suficientemente abierto. Siempre debo tener el control; quizás siento que no lo tenía ¡cuando el cordón umbilical estaba enredado en mi cuello! Creo que tengo que ser fuerte y saludable, no puedo demostrar debilidad; si lo hago, estaré indefenso y necesitaré ayuda de otros -¡no puedo hacerlo!
Este caso fue nacimiento prematuro, con fórceps, el cordón umbilical estaba enredado en su cuello, sufrió un paro cardíaco, hubo que revivirla:
Me siento muy sola. Me ha sido difícil aceptar a otros en mi vida. No puedo dejarlos entrar a menos que me den amor incondicional. Como consecuencia, he tenido muy pocas relaciones estrechas, amistades y amores. Si la gente ve algo bueno en mí, estoy segura de que se equivocan. MI propia madre no puede ver algo bueno en mí ¡y mamá siempre tiene la razón! Sabía que estos pensamientos no eran normales y empecé a tratar de corregirlos después de que mi primer matrimonio fracasó.
La forma principal en que el proceso de mi nacimiento afecta mis relaciones: vivo cada día como si me fueran a rechazar y abandonar. Si sé que esto puede suceder y lo vivo en forma anticipada, no me va a tomar por sorpresa de modo que ¡estoy preparada! Mis padres tenían problemas en su matrimonio. ¡Para mí es un misterio cómo se unieron!
Por fortuna conocía y me casé con un hombre amoroso que me apoya y estoy en proceso de convencerme a mí misma de que merezco ser amada.
Resumen de Nacimientos con el Cordón Umbilical alrededor del Cuello
- Tienden a crear situaciones que amenazan la vida.
- Son muy susceptibles a la sensación de «asfixia».
- La intimidad representa un riesgo para ellos.
- Con frecuencia, no les gustan las corbatas o usarlas muy ceñidas.
- A menudo se sienten estrangulados en las relaciones.
- Presentan un buen desempeño en las situaciones de crisis.
- Con frecuencia se sienten desconectados de sus emociones.
- Casi siempre dicen, «esto me está matando» cuando se sienten más vivos.
- Cualquier clase de embrollo puede representar el pánico primario.
10. Tienden a sabotear las creaciones, «matando» la creatividad.
Algunas Afirmaciones que pueden ayudar
- Puedo respirar libre y profundamente, aun cuando las cosas se vuelven tensas.
- ¡La vida es segura y fácil»
- Soy libre.
- ¡No corro riesgos al estar en la intimidad!
- Ya no necesito crear crisis para probar que puedo lograrlo.
- Puedo vivir sin la muerte.
- Ya no necesito de los embrollos para sentirme vivo.
- Todas mis relaciones me liberan.
- Soy libre en el amor.
10. Puedo expresar todos mis sentimientos en forma fácil y libre.
11. Puedo olvidar y vivir.
12. Fuera de control estoy a salvo.
13. Cuando me entrego, soy libre.
14. Mis creaciones prosperan. Les permito crecer y ser saludables.
CAPITULO 20
GEMELOS
Los gemelos pueden ser más psíquicos y telepáticos porque desarrollan una conexión intuitiva dentro del útero. Estudios recientes han comprobado que aun los que son separados al nacer crecen con similitudes importantes, incluyendo el nombre de sus cónyuges, hijos, perros y gatos, así como sus profesiones, pasatiempos e intereses.
Para nosotros, siempre ha sido una experiencia fascinante participar en el renacimiento de gemelos. Por lo general, al renacer uno de ellos, el otro lo hace de manera espontánea -aun cuando el segundo viva a miles de kilómetros de distancia y no sepa del renacimiento del primero. Después de renacer a un gemelo, con frecuencia recibimos reportes como el que presentamos a continuación: «Mi gemelo, que vive en Europa, me llamó anoche y me pregunto, ¿qué estuviste haciendo ayer? «No podía dejar de llorar alrededor de las tres de la tarde. No podía dejar de pensar en mamá. Me sentía muy apartado…»
En ocasiones, hemos tenido la oportunidad de renacer a los gemelos juntos. Todo depende de su relación. Es casi imperativo señalar que cuando se renace a un gemelo, a cierto nivel, se renace al otro, aun cuando no esté presente. Por lo tanto, lo ético es discutirlo abiertamente y decidir cómo manejarlo.
Por lo general, el gemelo que salió primero siente alguna culpa. Y, normalmente, el que salió después siente enojo y abandono. Con frecuencia, existe un trauma de separación.
En caso de que la madre y/o el doctor no supieran que existía un gemelo, esa persona generalmente piensa: «Nadie se da cuenta de que existo»; «Soy una idea posterior» o: «No debería estar aquí».
La situación más traumatizante es cuando uno de los gemelos muere y el otro sobrevive… sobre todo si el primero se queda en el útero durante algún tiempo. Entonces, el gemelo que sobrevive termina pensando: «Para que yo sobreviva, alguien tiene que morir». Con frecuencia, estas personas atraen muertes a su vida y luego se sienten responsables. En un caso así, conocimos a un soldado que sobrevivió a la guerra de Vietnam, pero muchos de sus amigos murieron. Atribuía esto a errores a que él cometió en batalla, después se culpaba y se sentía devastado. Había tenido un gemelo que murió en el útero. En otro caso extremo, una mujer tuvo un gemelo que falleció y su padre lo enterró en el jardín trasero de la casa. Creció jugando sobre el cuerpo de su hermano. Sentía que había sobrevivido por el fallecimiento del otro. Su hijo, que era amigo nuestro, terminó pensando: «Necesito estar muerto para que otros sobrevivan». Adoptó este extraño pensamiento porque se lo había transmitido su madre en forma subconsciente: «Para que yo sobreviva, alguien tiene que estar muerto». Inconscientemente, nuestro amigo intentaba morir para satisfacer la mentalidad de su madre. Nos tomó años imaginar este caso. No lo logramos hasta que fuimos a conocerla y la interrogamos acerca de su nacimiento y estudiamos el álbum familiar.
Si los gemelos sostienen una buena relación, pueden llegar muy alto y ser muy claros, porque constantemente cuentan con un «espejo» para verse reflejados en el otro. Se les debe ayudar para que obtengan ventaja de esto.
Algunas veces, los gemelos piensan: «Estoy separado»; «No hay lugar para mí»; «Estoy incompleto» o: «Necesito de alguien más para estar completo». Con frecuencia tienen una intensa necesidad de poseer un espacio privado.
El siguiente es un reporte de un par de gemelos. El primero en salir comparte sus experiencias:
Siempre he sido un líder. Nací primero y mi hermana gemela desde pequeños se convirtió en mi seguidora. Para mí, era muy natural por ser su «hermano mayor» a pesar de que sólo nací quince minutos antes que ella. El médico dijo que estaba ansiosa por alcanzarme. Durante toda la vida, ella y yo hemos sostenido este tipo de relación -cada vez que hago algo, como ir a Europa, escribir poesías, tomar clases de piano, mi hermana hace lo mismo poco tiempo después.
Cuando me casé, mi gemela contrajo matrimonio exactamente a las 15 semanas. Ella tuvo a su primer hijo 15 días antes que mi esposa diera a luz. Y así ha sido todo.
Sostengo esta misma clase de relación con las mujeres. Mi esposa siempre quiere hacer lo mismo que yo, ir a donde yo voy y lograr lo que yo logro. Nos conocimos en la universidad y ambos estudiábamos filosofía. Estábamos en constante competencia. Mis calificaciones siempre fueron un poco más altas que las suyas. Me sentía culpable por ir más adelante que ella y cambié de carrera -a psicología-. Mi esposa hizo lo mismo. Continuó el patrón conmigo ligeramente mejor que ella.
Cuando esquiamos o jugamos tenis resurge el patrón de competencia. Estoy seguro de que mi nacimiento constituyó una carrera hacia la meta para saber si mi hermana o yo guiaríamos. Yo gané pero, desde entonces, he estado pagando el precio.
Un gemelo que nació en segundo lugar nos ofrece un resumen desde su perspectiva:
Mi hermano salió primero. Fue muy claro que él marcó el camino. A pesar de que sólo se me adelantó por 15 minutos, siempre se han referido a él como mi hermano mayor. Parece tener una ventaja silenciosa sobre mí. Nunca he podido ser tan bueno como él, con las chicas, los deportes, la escuela y, más tarde, con el dinero.
En mis relaciones, tiendo a llevar la segunda voz. Espero que las mujeres me enseñen el camino, me muestren cómo hacer las cosas. No creo tener esperanzas de lograr el éxito. Soy maravilloso para apoyar a una mujer, pero siempre que una de ellas me ayuda a participar más en el mundo me enojo, me siento presionado y controlado. Me parece que no es natural pensar primero en mi mismo.
Siempre considero a los demás. En el sexo, me aseguro que mi pareja llegue al orgasmo primero. Mi vida parece permanecer en segundo término mientras que las mujeres con las que estoy evolucionan con rapidez y, eventualmente, me abandonan.
En el aspecto económico, nunca he logrado tener éxito. Cuando en verdad estoy hundido y fuera del juego, por lo general, recurro a mi hermano y él me rescata. Creo que he sido el segundo sin que exista otra esperanza, la segunda voz. Ahora sé la razón, intento comenzar a pensar un poco más en mi mismo como el número uno.
Otro gemelo que nació en segundo lugar dice que fue indeseado:
Las formas principales en las que mi nacimiento repercute en mis relaciones es que siempre me siento indeseado dentro de ellas. Tengo poca alegría de vivir, mucha tristeza, y constantemente estoy obsesionado y atemorizado de que mi pareja me abandone.
Además, siempre existe un sentimiento de no desear responsabilizarme a mí mismo, culpando a mi pareja y haciendo que mi gemelo cuide de mi-dependencia extrema.
Tiendo a ser demasiado flojo y sólo quiero recostarme y hacer el amor, pero no tengo mucha energía para terminar las cosas.
Resumen de Nacimientos de Gemelos
- Con frecuencia, el primer gemelo es un líder.
- El segundo gemelo casi siempre es un seguidor.
- Sienten que otros tienen ventaja sobre ellos.
- Se quejan de llevar «la segunda voz» en las relaciones.
- Con frecuencia esperan que su pareja les muestre el camino.
- Encuentran poco natural el pensar primero en ellos mismos.
- En el sexo, se aseguran que su pareja llegue al clímax primero.
- Sienten que siempre han estado en «segundo término».
- Frecuentemente sus parejas evolucionan con rapidez y luego los abandonan.
10. Se quejan de dependencia extrema.
11. También tienden a ser muy intuitivos, psíquicos.
12. Desean tener un espacio propio.
13. Sienten una rivalidad y competencia extremas entre hermanos.
14. Sienten un gran temor por la cercanía y la intimidad, pero imploran tenerlas.
Afirmaciones para Gemelos
- No corro riesgos al compartir mi espacio.
- Me perdono a mí mismo por ser el número uno (para quienes nacieron primero)
- Merezco ser el número uno (para quienes nacieron en segundo lugar).
- Soy inocente.
- No corro riesgos cuando estoy en la intimidad.
- Soy todo y estoy completo.
- ¡Soy inocente sin importar nada!
- Puedo sobrevivir sin alguien más.
- Soy único.
10. Tengo el propósito único que lograr.
11. Soy un líder natural.
12. Ya no tengo que seguir a nadie para sobrevivir (para quienes nacieron en segundo lugar).
13. ¡Soy suficiente!
14. Tengo todo el espacio que necesito.
Capítulo 21
ANSIEDAD POR LA SEPARACION
Recordamos haber renacido a un hombre muy poderoso que literalmente lloró durante tres horas cuando volvió a experimentar el recuerdo de ser separado de su madre inmediatamente después de su nacimiento. Pasar por esta liberación cambió su vida y, como es obvio, su relación con las mujeres. Recordamos que lloramos con él y lo abrazamos. A pesar de que ése fue un caso extremo, ¿cómo sabemos que la mayoría de las personas no sienten esa gran tristeza por la misma razón? Tal vez sea que él tuvo la capacidad de liberar ese sentimiento, todo de una sola vez.
En el libro Birth Without Violence (nacimiento sin violencia), el Dr. LeBoyer afirma que tenemos una «tristeza ilimitada» por la forma negativa en que fuimos tratados al nacer. Y una de las cosas por las que la gente está definitivamente triste es porque la apartaron de su madre demasiado pronto. Queríamos quedarnos cerca de ella, estar unidos, ser abrazados, amamantados y que nos diera «capacitación en relaciones amorosas». Permanecer en el cuarto de hospital constituyó un avance frente al hecho de ser llevado con rapidez a la sala de cunas. Sin embargo, no creo que resulte tan bueno como lo que vimos en Bali; en esta isla, los bebés se mantienen cerca del cuerpo de sus padres durante los primeros seis meses. No se les permite tocar el suelo en absoluto. En el sexto mes, se realiza una ceremonia religiosa llamada «ceremonia de colocación en el suelo», en la que el bebé se baja a la tierra por primera vez. Como resultado de esta práctica, los niños son excepcionalmente buenos, tienen una gran autoestima y seguridad y se convierten en adultos fuertes e independientes.
¿Qué efectos tiene en una persona el ser separada de su madre inmediatamente después de nacer? A través del renacimiento, hemos visto cuántas cicatrices profundas y traumatizantes produce la separación. Creemos que es obvio que todo esto pueda llevar a sentimientos de pérdida y no de ser merecedor. De repente, un niño es expulsado de su paraíso para entrar en un mundo de separación -la primera del cuerpo de la madre en sí, la segunda al ser llevado aún más lejos hasta una habitación diferente, la sala de cunas, y hace que el ser recuerde su separación original -pensando que fuimos apartados de Dios en el momento de la concepción.
Si sumamos todas estas separaciones, el pensamiento del bebé se convierte en: «Para poder sobrevivir, tengo que ser separado». Esta decisión provoca que a persona se sienta sola, atemorizada y culpable por el resto de su vida. Aun así está con una pareja, mientras ese pensamiento se mantenga arraigado en ella, es probable que tenga problemas en las relaciones. Quizá no encuentra una, o si lo hace, lentamente irá alejando a quien ama para estar apartado una vez más.
De modo que, con frecuencia, la vida se convierte en: «Porque estoy separado de Dios debo vivir con este dolor de mi propia nada, y encontrar a alguien a quien unirme. Pero tengo problemas para hacerlo porque debo permanecer apartado para sobrevivir. Si sucede que puedo suprimir este pensamiento el tiempo suficiente para dejar que entre una pareja en mi vida, tendré que deshacerme de ella lentamente para estar separado una vez más o lo estaremos aun viviendo bajo el mismo techo. Me siento miserable y triste por esto y eso me hace estar aún más apartado, porque nadie quiere estar con una persona miserable y triste. Por lo tanto, me voy a separar de la vida -morir.»
Otras decisiones que toman los bebés como resultado de esta separación son: «No puedo lograr cubrir mis necesidades». Y, desde luego, como los pensamientos crean resultados, esta persona crece sin conseguir lo que desea. Cualquier cosa que piense que es cierta, se crea. Cuanto más le suceda a una persona el no obtener lo que quiere, menos creerá lo que puede hacer y menos lo conseguirá. Por lo tanto, se enojará y se sentirá despojada. Es probable que proyecte ese enojo al mundo y a su propio cuerpo. Entonces, desde luego, tampoco lograra aquello que desea en las relaciones y es casi seguro que terminará pensando: «Nada me funciona» y eventualmente perderá toda esperanza.
Muchas personas a las que hemos renacido y que recordaron el momento de la separación, postparto, también tomaron la decisión: «Hay algo malo en mi» -si no ¿por qué me alejan de mi madre?- o: «Debo haber hecho algo malo para que me alejen y me dejen solo». Estos seres crecen con la creencia de que en realidad hay algo malo en ellos. Ese pensamiento verdaderamente crea algo negativo en su persona. Nos ha sorprendido la cantidad de individuos a los que hemos tratado y que presentan síntomas en el cuerpo, resultado de ese pensamiento al nacer: «Hay algo malo en mí».
Con el pensamiento: «Debo ser malo», la persona tenderá a seguirse castigando a sí misma por el resto de su vida. O si lo que pensó fue: «No valgo nada», entonces llevará una vida muy difícil y sufrirá por tener muy poca autoestima y será incapaz de alcanzar el éxito.
Resumiendo, algunos de los pensamientos que se forman como resultado de la separación postparto son:
«Tengo que estar solo y separado para poder sobrevivir»
«Ellos no me quieren»
«Debo haber hecho algo malo»
«Quizás no valgo la pena»
«No puedo conseguir lo que quiero»
«Mis necesidades nunca se cubrirán»
«El amor está fuera de mí y no puedo conseguirlo»
«Estoy aterrado»
Esta traumatizante experiencia de separación nos deja sintiéndonos vulnerables e inadecuados. No es de extrañar que Otto Rank haya puesto gran énfasis, en su primera otra, ¡a la importancia del trauma de nacimiento en la etiología de todas las neurosis!
Desde entonces, debemos aprender a estar bien con las duras realidades de una vida separada en un mundo hostil y amenazador. Esta sensación profunda de separación, desavenencia, aislamiento y desamparo permanece con nosotros. De alguna manera estábamos mal… si no, no nos hubieran tratado así; y como estábamos «mal», somos culpables; y como somos culpables, debemos ser castigados; como merecemos el castigo, con seguridad llegará y, por lo tanto, debemos vivir con temor.
Estas son sólo algunas de las ramificaciones, relacionadas con la separación al nacer, que hemos visto en nuestro trabajo.
Es responsabilidad de todos nosotros cambiar las prácticas del nacimiento para prevenir este tipo de atrocidad en las generaciones futuras. Mientras tanto ¿cómo curar a aquellas personas que sufren de una gran ansiedad por la separación como resultado de su llegada a este mundo?
Empiece por corregir el pensamiento: «Estoy separado de Dios» Y. Adopte éste: «Soy uno con Dios». Tan pronto como se dé cuenta de ello, Dios podrá ayudarlo. Ese es el principio para cambiar todo.
Lea A Course in Miracles (Un curso sobre milagros). Este libro le será de gran ayuda para curar todo el trauma de la separación.
Renazca; consulte el final del libro.
Intente las siguientes afirmaciones: «Perdono a todos los que estuvieron en mi nacimiento, por separarme de mi madre» o: «Cuanto más me permito estar unido con otras personas y con el amor, me siento más vivo». Tome los cursos que le ayudarán a curarse de esta situación; consulte al final del libro. Ore por verse librado de toda separación.
Capítulo 22
ADVERSIDADES ECONOMICAS
Hemos renacido a muchas personas que fueron concebidas y nacieron durante la depresión. Como es obvio, se formaron muchos pensamientos al respecto y ya se podrá imaginar que son sentimientos como: «Soy una carga»; «Soy una carga económica»; «Causo dificultades»; «La vida es difícil»; «No hay esperanzas», etc.
En una escala menor, ¿qué pasa con un bebé que nace en una familia que se enfrenta a adversidades económicas, a pesar de que el país prospera y los tiempos son muy buenos? Para el bebé que está en el útero, la realidad de sus padres es el mundo entero. De modo que los resultados, los pensamientos que adopta, son los mismos. Estas personas terminan por convencerse de que son una carga. Más adelante, en la vida, se sienten como un problema económico para su pareja. Se esfuerzan tanto manejando ese pensamiento todo el tiempo que les queda muy poca energía para ser productivas y, con frecuencia, no obtienen el dinero que podrían ganar.
Lo ideal es que, antes de la concepción, los padres realicen una planeación financiera. Un bebé debe ser concebido en forma consciente; cuando la pareja sienta que puede controlar su economía. Si un pequeño nace dentro de una situación en la que existen restricciones monetarias, los padres deben mantener pensamientos positivos y trasmitírselos a él. «Habrá suficiente para ti.» «Te damos la bienvenida y la dicha y el amor que traerás nos elevará tanto que vamos a atraer más dinero.» «Las bendiciones que nos brindas con tu vida en sí mejorarán nuestra prosperidad.» «Las bendiciones que nos brindas con tu vida en sí mejorarán nuestra prosperidad.» Estas afirmaciones son más que importantes. Son cruciales sí se desea aliviar la culpa. De hecho, estos pensamientos van a atraer más dinero; pasará lo contrario si son limitados. Existen muchos seminarios y libros sobre diversas formas de aumentar la prosperidad.
Hemos renacido a varias personas que fueron «inducidas» cerca de las fiestas de Navidad y Año Nuevo con el objeto de ahorrar dinero en impuestos. Tiende a producir un gran resentimiento, para expresarlo en forma suave. Las inducciones por lo general producen este sentimiento, pues implican -que «alguien más decidiera cuándo debía llegar». Si la inducción se llevó a cabo por razones puramente monetarias, los individuos la encuentran todavía menos tolerable y crea en ellos un resentimiento aún mayor. Quizá su «venganza» sea no producir mucho para el mundo en el aspecto económico, a pesar de que tal vez posean un talento y un potencial enorme.
Una familia puede crear una atmósfera de abundancia en la mente del nuevo ser aun si tienen un ingreso muy bajo. Por ejemplo, el padre de Sondra sufría una enfermedad muy seria y no podía trabajar gran parte del tiempo y la familia debía grandes cantidades de dinero en cuentas médicas que el seguro no cubría. El salario que su madre recibía como maestra no era muy alto. Sin embargo, siempre tenían un sentimiento de abundancia y abastecimiento porque sus padres cultivaban hortalizas, plantas y árboles y criaban animales de granja, además almacenaban gran cantidad de comida en casa. Su madre cosía la ropa, de modo que tampoco había carencia en ella. Sobre todo, no se quejaban verbalmente, nunca dijeron que la llegada de Sondra les hubiera costado mucho dinero.
Recordamos la historia de una familia que convirtió en millonarios a sus tres hijos, a pesar de que los padres tenían muy poco dinero. Una de las cosas que hacían era tener una pecera llega de billetes y monedas sobre el piano. A los niños les permitían sacar de ella el dinero que deseaban; sólo tenían que dejar una nota dentro diciendo cuánto habían tomado y con qué propósito. Los padres siempre se aseguraban de que hubiera algo de dinero en ella. Los niños adoptaron el pensamiento: «Siempre hay mucho dinero para mí».
Se debe tener especia cuidado en eliminar todos los pensamientos negativos respecto al dinero antes del embarazo. Hasta el momento nos hemos referido a aquellos que se expresan en forma verbal. Sin embargo, los pensamientos de los padres sobre el dinero que no se mencionan también pueden dar al niño una actitud «pobre» aun antes de nacer.
Hemos escuchado otras historias desafortunadas de clientes cuyo padre, justo antes de su nacimiento, se quejaba de las tarifas que cobraba el hospital por el parto. Esa no es la clase de tema del que debe enterarse un nuevo bebé que está por venir al mundo. El pequeño puede oírlo y sentirlo todo. El conoce cada preocupación que tienen sus padres, cada queja, cada pensamiento y cada temor.
Para terminar con este capítulo, nos gustaría decir que; una buena idea sería dar al bebé regalos monetarios durante los «baby showers» y el embarazo en general. Al nacer, el pequeño debe recibir alcancías y papel moneda como presentes. El dinero será algo natural para él.
Capítulo 23
PRIMERA NUTRICION
No es la forma en que lo alimentaron de pequeño lo que le afecta posteriormente; son los pensamientos sobre la manera en que lo hicieron.
Si su madre se siente culpable por no haberlo amamantado, el hecho podría crearle problemas a usted. Por otra parte, si ella tuvo una gran necesidad de ser indispensable y no lo destetó cuando estaba preparado para ello, quizá usted llegue a la conclusión de que no está bien crecer y ser independiente -que, de alguna manera, su independencia es una amenaza para su madre. Si ella piensa que no hay suficiente leche, podría heredarle ese pensamiento. Si siente que la lastima cuando lo amamanta esto puede agregarse a su culpa primaria y, de hecho, convertirse en culpabilidad ante la comida, el dinero, el amor, etc.
Si su mamá piensa que algo está mal len ella por no poder amamantarlo en forma correcta, quizás usted se apodere del mismo pensamiento. El punto importante: como los pensamientos son creativos, lo que sigue afectándolo hasta la fecha es lo que pensó, más lo que sucedió.
Uno de los aspectos interesantes que empezamos a investigar en los renacimientos consistió en lo que nosotros llamamos «Síndrome de la Desnutrición» y que se debe a no haber tomado leche materna, ser alérgico a la fórmula o llevar una alimentación «programada». A menudo ha dado como resultado el pensamiento: «No puedo obtener lo suficiente» -leche-. Que más tarde tradujo en: «No puedo obtener suficiente dinero.» Cuanto más se libere la persona de los pensamientos sobre carencias y los cambie ¡aumentará su prosperidad!
También creemos que es obvio que los problemas primarios de nutrición afectan la relación de la persona con la comida. Es tan lógico que casi no tenemos que mencionarlo. Pero siempre nos sorprende la cantidad de gente que no fue amamantada y que tiene que comer a la fuerza.
Yo (Sondra) tengo la siguiente experiencia en esta área:
Fui uno de esos bebés a los que no amamantaron, a pesar de que nací en casa. En mi caso, no se lo permitieron a mi madre debido a un quiste que se le formó durante el período de lactancia de mi hermana. Fue fuente de gran tristeza tanto para ella como para mí. Ambas nos sentimos desgarradas. Nunca había tenido una buena relación con la comida, el dinero, o mi hermana, hasta hace poco cuando finalmente me liberé de todo esto.
En una ocasión, un guía de renacimiento me asignó una tarea que me ayudaría a eliminar mi «trauma de desnutrición». Me sugirió que llevara una dieta con base en leche durante siete días. Yo me resistía tremendamente. Pasó un año. Seguía pensando en esa tarea, pero no la hacía. Continuaba «intentándolo». Finalmente, me convencí de llevarla a cabo cuando iba rumbo a la ciudad de Nueva York a dar unos cursos. Decidí hacer ayuno de leche durante los Cursos de Capacitación en Relaciones Amorosas, ya que de todos modos con frecuencia sólo me alimentaba con jugos. De manera que me registré en el hotel y bajé al restaurante, pidiendo al mesero que me llevara un vaso con leche. Me miró consternado: «Pero Madame,» dijo, «¿no sabe que hay huelga de lecheros en Nueva York?… ¡no hay leche en ninguna parte!» De repente me sentí furiosa -algo poco usual en mí-. Casi nunca me enojo. Me sorprendió mi reacción repentina. Y luego ¡tuve que reírme! ¡Perfecto! Debía reacomodar las cosas. No podía obtener leche -no podía lograr que me amamantaran. De inmediato me puse en contacto con todos esos sentimientos. Me sentí privada. Triste. «Pasé por eso.»
Una semana después, en San Diego, empecé la dieta de leche. Ni siquiera me gusta mucho, pero la seguí. Una vez hice trampa y tomé leche con chocolate. En otra ocasión me comí algunas cucharadas de helado… pero prácticamente la seguí durante siete días. Alrededor del tercer día, empecé a sentí deseos de acostarme en el piso, acomodándome en posición fetal. Contuve la respiración, renaciendo en esta posición. Durante el cuarto y el quinto día me cubrí con una manta y me quedé así por períodos más prolongados. En el sexto, en verdad empecé a experimentar sentimientos de mi infancia y, para mi deleite, me interné «en la dulzura de la vida». Fue una curación real y seguí perdonando.
Después, en el último día, llegó un maravilloso guía de renacimiento holandés, llamado Hans, y le platiqué lo que estaba haciendo. Me dijo: «Bueno, como no te amamantaron, esto merece un biberón». Salió y me consiguió uno, lo llenó con leche y me sostuvo en su regazo para alimentarme con él. Una vez más, me enojé mucho por la mamila de hule -mi primer alimento fue horrible para mí-. No me gustó nada. Pasé por la última parte de mi «trauma»; lo exhalé. Funcionó. Este proceso fue efectivo.
Uno de los pensamientos que formé con todo esto como niña fue: «No puedo conseguir lo que deseo» alimento, el pecho, lo suficiente. Otro pensamiento que tuve al nacer fue: «Mi madre no puede darme lo que quiero». Y otro más: «Odio a mi hermana por causar esto». Dichos pensamientos afectaban constantemente mis relaciones. Si alguna vez ponía a un hombre en el papel de mi madre, nunca obtenía lo que quería de él. Sentía que jamás me daba. Tampoco podía recibir porque no estaba acostumbrada a conseguir. Pero cometí el error de resentirme con los hombres en lugar de darme cuenta de que era una falla mía. Nunca estuve cerca de mi hermana. Sosteníamos una relación muy distante, según me parecía. Solía pedirle cosas que no deseaba prestarme, lo cual sólo probaba que podía crear un caso en su contra. Más adelante después de la «dieta de leche», le escribí y me disculpé con ella por todo esto. No fue sino hasta entonces que empecé a comprender por qué nuestra relación había sido tan tensa.
Como mi primera alimentación fue incómoda, me formé algunos pensamientos de incomodidad sobre la comida: «La comida interrumpe mi alegría»; «La comida es una invasión»; «Otras personas me hacen comer a su manera y yo lo resiento». En general, nunca había tenido una buena relación con los alimentos. Esto desde luego se debió en parte a que nací sobre la mesa de la cocina.
De modo que ésta es mi propia historia. Lo que me curó fue: la dieta de leche; el renacimiento; escribir el libro The Only Diet There is (La única dieta que existe) y cenar con personas expertas en la buena cocina. Además, recibí ayuda de mis maestros espirituales.
Desde luego, pueden existir otros traumas de nutrición además del mencionado. Quizá a usted lo amamantaron, pero su madre no estaba contenta o no disfrutaba mientras lo hacía. En ese caso, puede ser difícil obtener la leche y quizá no tenga un buen sabor, tal vez sintió la tensión de su madre y esto produjo lo mismo en usted. Si la madre siente «ansiedad» mientras amamanta, produce «hormonas estimulantes» que con frecuencia causan cólicos -un dolor agudo en el estómago-, el abdomen del bebé se distiende, crea gases en el recto y acalambramiento de las piernas -todo lo cual da lugar a gritos persistentes-. Hay mucho más que aprender sobre el particular, pero si sufría de cólicos frecuentes, quizás esto haya hecho que su madre se sintiera más irritable. Lo que sucedía en la relación existente entre sus padres y usted durante tales períodos parecía más bien desagradable.
Escriba todos sus pensamientos sobre la nutrición:
Por ejemplo:
«La nutrición es difícil»
«La nutrición es un problema»
«La nutrición no es divertida»
«No estoy a cargo de mi propia nutrición»
Hemos descubierto una correlación definitiva entre los primeros patrones de alimentación y la manera en que uno recibe el amor y/o el dinero como adulto.
Yo -Bob- tengo la siguiente experiencia a este respecto:
Me alimentaron siguiendo un horario. «Sólo lo que ordenó el médico! «¡Aliméntelo cada cuatro horas sin importar nada más!» Eso fue exactamente lo que hizo mi madre. Yo lloraba y lloraba y gritaba y aullaba. ¡Tenía hambre» No había ninguna diferencia. Debía esperar mis cuatro horas. En el momento en que mi mamá intentaba alimentarme, estaba tan furioso que le escupía la comida a la cara.
Tenía el pensamiento: «No puedo conseguir lo que deseo cuando lo quiero». Parecía que todo en mi vida -la comida, el amor, el dinero- dependía de las convicciones de otra gente, de sus horarios. Conforme fui creciendo, rechacé cada vez más la comida y el amor de mi madre. Me preparaba emparedados para llevármelos al colegio y yo los tiraba.
La hora de la comida siempre era momento de crisis en mi casa y mis demandas imposibles de cumplir hicieron que todo fuera menos juicioso. Recuerdo a mi madre apurada preparando tres comidas diferentes para papá, para mi hermana y para mí -no importaba cuánto hiciera. Nunca era suficiente.
Cuando crecí y me fui a vivir solo, este patrón continuó con todas las mujeres. Peleábamos a la hora de la cena y, de alguna manera, me sentía de alguna manera, me sentía desnutrido en mis relaciones.
En el aspecto financiero, llevé este patrón al extremo. Parecía que no podía producir dinero, excepto cuando otras personas me permitían tomar un poco. Los cheques de pago se convirtieron en el programa de mi supervivencia. Nunca era capaz de abastecer mi propio negocio. Para mí ser empleado, era igual a no tener trabajo. Finalmente, reafirmé el pensamiento: «¡Siempre puedo conseguir lo que quiero cuando lo deseo!».
En forma gradual, empecé a regresar el patrón. Renací, tomando jugo con un biberón. Tenía que sentir y liberar toda la ansiedad y el enojo que existía al ser alimentado de pequeño. Perdoné a mi madre por escuchar al doctor. Perdoné al médico por su consejo ignorante. Un niño debe alimentarse de acuerdo con su ritmo natural de comidas, no supeditado a horas de alimento arbitrarias, como si fuera un animal del zoológico -por cierto ¡por qué se alimenta a los animales del zoológico bajo un horario? ¿No está fuera de lo natural?.
Cuanto más perdono y me considero la fuente de mi propia nutrición, mis momentos en las comidas se vuelven más fáciles y agradables, mis preocupaciones económicas desaparecen y mi vida amorosa produce un flujo constante de alimento para mí.
Capítulo 24
NOMBRE DEL NIÑO
A pesar de que es cuestión de sentido común no dar al niño un nombre que lo avergüence, degrade, o lo haga sentir ridículo, parece que los padres de todos modos lo hacen. En algunos casos, el nombre ha causado tanto trauma para las personas que lo único que les queda por hacer es cambiarlo. Nosotros sugerimos a la gente que cambie su nombre, siguiendo esta secuencia; le pedimos que escriba todas las cualidades que desea tener y que describa sus más altos ideales. Después deben meditar sobre éstas y orar por un nombre que las evoque.
Una de las situaciones repetitivas que hemos visto en los renacimientos es en los casos en los que a la persona se le pone el nombre de algún pariente ya fallecido. Algunos clientes han llegado al extremo de estar «más muerto» para parecerse a ese pariente ¡con el objeto de hacer feliz a su familia! Sobre todo en aquellas en las que a la muerte se le da demasiada importancia y se considera un lugar superior, o en las que existe la desafortunada creencia religiosa de que la única forma de estar con Dios es morir. El problema es que cada vez que se pronuncia el nombre de la persona, se «disparan» todos los circuitos relativos al karma de muerte familiar. En definitiva, esto debe evitarse… si se quiere que el niño sea él mismo y viva plenamente.
En ocasiones, los padres tienen tal determinación porque nazca un hijo de cierto sexo que sólo escogen nombre para tal caso. ¡Sabrá Dios que suceda si la criatura de del opuesto al que habían planeado! Durante todos los años en los que hemos trabajado con el renacimiento, hemos visto gran cantidad de confusión, heridas y traumas en las personas que no son del sexo que sus padres deseaban. Sobra decir que los padres deben tener cuidado para evitar la tentación de planear y asumir que tendrán un hijo o una hija. No se dan cuenta de que sólo hacen las cosas difíciles para el bebé, sino también para ellos mismos. Si quieren un niño y nace una niña, quizá crezca tratando de agradarles y actuando como si fuera un varón. Resístase a la tentación de controlar o planear. Acepte totalmente lo que se le da.
Tuvimos un caso en el que la madre decidió que si tenía otro hijo quizá «ayudara a mantener en casa al marido», Le dijo a su esposo: «Le voy a poner tu nombre» para hacer todo más comprometedor.- De modo que el bebé, una niña recibió el nombre de su padre. Esto produjo no sólo ansiedad por la identidad sexual, sino el pensamiento: «No me quieren por í misma». Sentía que su concepción había sido una manipulación.
También es necesario resistirse a la tentación de imponerle al niño un nombre elevado y espiritual, a menos de que se considere absolutamente correcto. En un caso así, a un pequeño lo nombraron Lotus Sun, pero cuando tenía tres años pidió que le cambiaran el nombre por el de Leo. Por otra parte, poner el nombre de una «mala» persona -como Adolfo- es posible que origine que el pequeño actúe «mal».
Nunca será demasiado hacer hincapié en la importancia de considerar en forma muy cuidadosa las implicaciones del nombre que se tiene en mente para el bebé. Las personas que llevan el nombre de figuras públicas muy exitosas, con frecuencia parecen tener más éxito. Quienes reciben el nombre de algún santo, poseen determinadas características para llegar a serlo y con frecuencia se involucran en labores espirituales. Sin embargo, poner a un niño el nombre de alguien grandioso puede tomarse como una obligación a tener grandes expectativas, lo que muchas veces da lugar a grandes desilusiones. A pesar de que todavía no realizamos ningún estudio profesional en esta área, nos hemos dado cuenta de dichas situaciones en repetidas ocasiones dentro de nuestra labor.
FINAL: UN GRAN LUGAR DONDE EMPEZAR
Muchas personas encuentran que tienen problemas para terminar las cosas. Ya sea una antigua relación, un proyecto de negocios, una labor creativa o una simple carta, se hallan a sí mismas dejándolo para mas tarde, cayendo en tal inconsciencia o empezando algo nuevo antes de terminar lo que ya habían emprendido.
Un gran número de planes de negocios potencialmente exitosos son abandonados poco antes de su culminación. Relaciones que podrían llegar a ser maravillosas son interrumpidas cuando una de las partes o las dos no pueden ver la luz al final del túnel.
¿Qué tiene de especial llegar al final de las cosas que lo hace ser tan difícil? Por lo general, la parte física del final de algo es sencilla y directa. Es el aspecto emocional el que parece paralizar a la gente.
Terminar es olvidarse de lo viejo y volver a empezar. Cada vez que se finaliza algo hay un nacimiento en pequeño. Conocemos a artistas que o quieren vender sus pinturas porque se aferran a ellas como si se tratara del pecho de su madre. Conocemos a hombres de negocios exitosos que lo serían más si no tuvieran tanto miedo de terminar las cosas más rápido y emprender nuevas ideas. Conocemos a personas que podrían sostener relaciones sensacionales si sólo se olvidaran de la pena, el dolor y la aflicción dejados por un amante que ya se fue.
Parece ser que todos somos adictos al pasado. Por lo menos sabemos lo que es. Quizá su familiaridad nos recuerda al útero. La mayor parte de la gente prefiere retener algo antiguo, familiar e imperfecto que arriesgarse a dejarlo ir para dar cabida a lo nuevo, desconocido y poco familiar. Finalizar algo representa el corte del cordón umbilical de nuestro subconsciente. Como tal, tiende a hundirnos en un pánico primario.
Esta son afirmaciones que sugerimos que medite para cambiar el «trauma por finalizar»
- ¡Es divertido volver a empezar!
- No corro riesgos al olvidar el pasado.
- Mi futuro es seguro y está lleno de sorpresas maravillosas.
- Dios tiene guardado algo mejor para mí.
- Ya no necesito retener para sobrevivir.
- Ya lo logré.
Con frecuencia sentimos que el dejar todo inconcluso nos mantiene vivos -mientras prolonguemos el momento del parto, nos quedamos atrapados en el proceso de lucha por lograrlo, y ésta es lo que nos mantiene con vida-. No es cierto. Puede sobrevivir sin luchar.
- Es fácil para mí conseguir lo que deseo.
- Puedo hacerlo en forma fácil y agradable.
- Ya no tengo que posponer el final con el objeto de sobrevivir.
10. Cuanto más finalizo, más vivo me siento.
11. Es un placer finalizar las cosas.
12. Es divertido terminar.
También tenemos la tendencia a asociar el final con la muerte, lo que inhibiría a cualquiera para terminar algo. El propósito del renacimiento es apartarlo del ciclo nacimiento/muerte, de modo que pueda experimentar la vida como algo continuo, una serie de aquís y ahoras en contraposición a la inevitable marcha lineal de comienzos, intermedios y finales.
13. Mi urgencia de vivir se refuerza al finalizar las cosas.
14. Me rejuvenezco por medio de lo que finalizo
15. Una vida más grandiosa y el éxito son inevitables para mí.
16. Cuanto más termino las cosas, más elijo vivir.
17. Cuanto más elijo vivir, más termino las cosas
18. ¡Ahora mismo estoy seguro y soy inmortal!