LA GENTE DEL MUNDO DE LA MATERIA MEDICA

UNA MATERIA MEDICA COMPARADA

Por

F.E. GLADWIN, M.D., H.M.

Miembro de la Asociación Internacional Hanhemanniana.

Miembro del Instituto Americano de Homeopatía.

Miembro de la Sociedad Homeopática Estatal de Pennsylvania.

Miembro del cuerpo de Médicos del Hospital Homeopático del Sur de la Mujer.

Exprofesora de Enfermedades Infantiles en la Escuela de Post-graduados de
Homeopatía.

INDICE

¯      PROLOGO A LA EDICIÓN INGLESA

¯      PROLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

¯      LA LEYENDA DE LYCOPODIUM Y PULSATILLA

¯      ARGENTUM NITRICUM

¯      UNA BODA EN LA ALTA SOCIEDAD

¯      CALCAREA PHOSPHORICA

¯      CALCAREA SULPHURICA

¯      LA REUNION DE LA FAMILIA PHOSPHORUS

FERRUM PHOSPHORICUM

¯      UN DIA DE ACCION DE GRACIAS EN LA CASA DE LA

ABUELA CARBO

¯      NAVIDAD CON LOS CROCUS

¯      PSORINUM Y SULPHUR

¯      SABADILLA

¯      PLUMBUM

¯      LA LEYENDA DE SEPIA Y SILICEA

¯      ESA GENTE DEL OTRO LADO DE LA BARDA

¯      SOBRE UNOS VECINOS QUE NO ERAN MUY AMISTOSOS

¯      HEPAR, EL PACIFICADOR

¯      MERCURIUS, SULPHUR Y CINNABARIS

¯      CONIUN MACULATUM

¯      CONIUM Y EL CANCER

¯      VISITA A UN SANATORIO

¯      LA VISITA DE PAPA HOMEOPATIA AL HOSPITAL

PRISIÓN DEL ENEMIGO

¯      DE LA FORMA EN QUE LOS IODUS MOSTRARON SU

PATRIOTISMO

¯      UN DIA EN EL AZUL OCÉANO

¯      LA REUNION DE LA SOCIEDAD HOMEOPATICA ESTATAL

EN EL BOSQUE DE LA MATERIA MEDICA

Este trabajo indudablemente aparecerá de dos maneras: como un regalo y como
algo sorpresivo al lector: pudo haberse intitulado también:

LA FAMILIA HOMEOPATICA QUE INTEGRAN EL MUNDO MEDICO

Se trata de un bosquejo, un boceto en color para todos aquellos que aman a
la Homeopatía. Fue recopilado para mí por mi amada y respetada Profesora la
Dra. Gladwin de Philadelphia, quien lo escribió como algo que pudo ser
llamado un "hobby homeopático". Yo atesoro afectuosamente este legado que
ella me donó ya que en él se refleja no sólo su conocimiento homeopático y
su vasta habilidad en este campo, sino también el gran entusiasmo
contagioso con el que siempre trabajó en esta especialidad que eligió para
realizarse.

Ella dedicó este trabajo a pesar de haber sido el más joven de sus
discípulos, por lo que le viviré eternamente agradecido ya que a través de
sus enseñanzas fui capaz de asimilar todo lo concerniente a esta notable
terapéutica.

En realidad, la Doctora nunca tuvo la intención de que este trabajo fuera
publicado, sólo quería que su alumno favorito lo considerara como una
expresión, enteramente personal, de su afecto. Pero ahora, después de 50
años consagrados a una práctica incesante de la Homeopatía y a la amigable
insistencia de mi excelente alumno, Dr. Diwan Harish Chand, de Nueva Delhi,
estuve de acuerdo en ponerlo a disposición primero, de los lectores de
habla inglesa y en particular, de nuestros colegas de la India quienes
siempre fueron amables, siempre hospitalarios y con quienes tengo una deuda
de gratitud.

En esta recopilación, cada remedio está descrito como una verdadera persona
y está presentando en la forma de una pequeña película animada. Además de
las características individuales, descubrimos las propiedades de varios
medicamentos homeopáticos, los cuales hemos realizado diariamente y que nos
han permitido realizar maravillosas curaciones.

Mi deseo es que el lector aprecie el grado de conocimientos de la Dra.
Gladwin, el amor a su elegida profesión y su gran competencia en la Materia
Médica, lo cual está reflejado en la forma realista, calcada de la vida
diaria en la que ella retrata para nosotros a los amigos, parientes y todas
las demás personas que conocemos y con quienes, de alguna manera, nos
relacionamos en nuestra vida cotidiana.

Estas semejanzas, tan vívidamente pintadas, permitirán al homeópata
estudiar y disfrutarlas para así guardar en la mente un retrato realmente
inolvidable y considerarlas como amigas indispensables.

Ojalá que esta recopilación guíe el cada vez más grande entusiasmo de los
doctores en Homeopatía de cualquier parte del mundo en su esfuerzo por
incrementar sus conocimientos de tanto la letra como del espíritu que
tienen nuestros valiosos remedios homeopáticos.

Dr. P. Schmidt.

Ginebra, Suiza

"  A James Tyler Kent, M.D., quien con amable paciencia me condujo dentro
del mundo de la Materia Médica y me familiarizó con su gente, este trabajo
está gratamente dedicado."

PROLOGO A LA VERSIÓN ESPAÑOLA

Un día que esperábamos "manosear" el repertorio, como práctica homeopática,
en el Grupo Placebo, con el maestro David Flores Toledo, uno de sus
inquietos alumnos, el catalán Salvador Cabré, nos traducía un párrafo de
entre las joyas bibliográficas que guarda la amplia biblioteca y nos
deleitó con un pasaje de Pulsatilla y Lycopodium. Desde ese día pensé en
leer todo el libro y traducirlo para ponerlo al alcance de todos los
amantes de la Homeopatía y la literatura.

Fue un trabajo laborioso por la necesidad de respetar los conceptos y el
sentido de cada palabra, de acuerdo al repertorio y al lenguaje
homeopático, que es básico para la buena indicación. Había que hacerlo
entre consulta y consulta o al final, luego corregir y mecanografiar,
volver a corregir y por fin estaba terminado. Quizá aún tenga algún
errorcillo pero espero sea de máquina y no de concepto y mucho menos de
esencia.

Esta recopilación de la Dra. Gladwin, es con mucho una singular obra, es la
manifestación artística de un arte (es la manifestación poética de una
ciencia-arte) y eso solo se puede hacer dominando la materia y teniendo
cariño por los medicamentos hasta verlos como personas, como pacientes, de
la misma manera como debemos ver a nuestros propios pacientes, con respeto,
cariño y dedicación. Es estos pocos capítulos con la personificación de
algunos medicamentos homeopáticos podemos verlos vivir, los oímos hablar de
sus síntomas característicos en el transcurso de cada historieta que
facilita enormemente su retención en la memoria; podemos así recordar más
fácilmente quien es Calcárea, Arsenicum, el enojón Nux y el sucio Sulphur,
las festivas Tarentulas y el pobre Plumbum degenerado siempre.

Ojalá gocemos aprendiendo y aprendamos a gozar los medicamentos y quizá,
Dios quiera, haya algún "Gladwin" de habla hispana que pueda y quiera
ampliar estas narraciones de la familia homeopática.

Dr. Honorato del Portillo

LA LEYENDA DE LYCOPODIUM Y PULSATILLA...

Si me preguntan, de donde viene esta historia,

De donde vienen esta leyenda y esta

Tradición,

que tiene el olor del bosque,

que tiene el rocío y la humedad de la pradera

les contestaría, les diría,

que viene de los bosques y las praderas,

que viene de los grandes lagos de las

tierras del norte,

que viene de las montañas, de los páramos y

de las ciénegas;

el buen viento del noroeste, llamado

Keewaydin,

amablemente me trajeron esta historia,

cantaron suavemente acerca de Pulsatilla,

cantaron la canción de Lycopodium y

la tímida Pulsatilla.

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La repito como la escuché, de los labios de los músicos.

Cuando la Primavera llegaba a las praderas del Oeste, cada año, traía
consigo a una doncella de cabellos dorados y ojos azules quien bailaba todo
el día entre los pastos. Los niños siempre observaban a esta doncella que
parecía una hada, cuando vieron su sombrero color púrpura y su vestido
verde entre los pastos, se tomaban de las manos con deleite porque creían
que la pequeña y hermosa Pulsatilla vivía y bailaba bajo la luz del sol
sólo para complacerlos con su belleza. Poco sabían ellos de la utilidad de
ella, jamás soñaron con la responsabilidad que recaía sobre sus hombros.
Cuando la Primavera continuaba su viaje hacia el noroeste llevándose a la
pequeña Pulsatila consigo, los niños lloraban su partida y pacientemente
esperaban a que regresara de nuevo.

En la tierra del norte vivía un fuerte y resuelto vagabundo a quien sus
amigos llamaba Lycopodio, aunque su verdadero nombre era Lycopodium. Los
niños lo querían mucho también y nunca se cansaban de acariciar su suave
abrigo verde. Vestido con una gorra verde brillante y un abrigo verde
oscuro aterciopelado, vagabundo por los bosques durante todo el verano y
otoño buscando a Pulsatilla y cuando no la podía encontrar se ponía
melancólico, se escondía debajo de las hojas, a la sombra de los peñascos y
lloraba y nada lo consolaba.

A las cuatro de la tarde, cuando el sol se hundía en el oeste, su pena
parecía más grande de los que él podía soportar y no se calmaba hasta
después de las ocho de la noche. Sufrió tanto que se volvió malhumorado y
arisco, les dio la espalda a todo los que lo amaban y ni siquiera veía a
sus amigos o a su familia.

Un día cuando lloraba solo en su escondite, oyó un pájaro cantar en la
punta de un árbol, era el primer saludo de la Primavera y el viento del
sur, lo sacudió gentilmente diciéndole: "Despierta Lycopodium porque la
primavera y Pulsatilla ya vienen". Entonces, Lycopodium se levanto y
descubrió que sus ropas estaban cafés y raidas, pero se colocó bajo el sol
brillante y pronto vistió su abrigo verde oscuro de terciopelo y su suave
gorra verde brillante y corrió a la orilla del bosque a esperar impaciente
a Pulsatilla.

Ahora Lycopodium se comportaba algunas veces altanero y arrogante pero en
cuento estuvo en presencia de Pulsatilla, perdió toda su confianza en sí
mismo. No podía hablarle porque siempre se le olvidaban las palabras que
necesitaba para expresar sus pensamientos correctamente así que se puso a
observarla tímidamente desde el claro.

Pulsatilla era una pequeña doncella muy cambiante, en un momento era toda
sonrisa y al siguiente, toda lágrimas. Ciertamente que esta disposición
suya era lo que la hacía atractiva a Lycopodium. Cuando ella sonreía, el
reía, cuando ella estaba triste, él se ponía melancólico. Ella era muy
tímida para hablarle a él y él a su vez, era muy corto para hablarle a ella
así que se miraban de reojo tímidamente el uno al otro y así se hicieron
amigos.

Hubo un día en que Pulsatilla no sonrió, ni miró a Lycopodium, sino que se
sentó aparte muy sola y se lamentó y lloró con las manos entrelazadas en su
regazo. A Lycopodium le pareció que estaba viendo la personificación de la
desesperación. Se sintió profundamente alterado y con lágrimas en los ojos
y fue a consolarla. A Pulsatilla le gustaba ser confortada y teniendo una
disposición complaciente, le siguió apresurada hacia las frescas sombras
del bosque. Ambos disfrutaban del aire fresco y se sentaron junto a su
viejo amigo Silicea; Fue entonces que Pulsatilla le dijo a Lycopodium la
causa de su dolor. Al parecer en sus viajes cada año, ella había observado
los sufrimientos de las naciones y había llorado por ellos llena de
compasión hasta que el Gran Dador de Leyes le había ordenado que curara a
la gente. Ella había aceptado el mandato aunque sabía que una doncella tan
pequeña y tímida nunca podría realizar una tarea tan grande; había
descubierto que aunque había algunos a los que podía curar, había otros a
los que sólo podía mejorar mientras que había otros a los que no podía
ayudar en nada y lloraba porque no podía obedecer el mandato del Gran Dador
de Leyes completamente. Acababa de ver uno que sufría de reumatismo, se
había enfriado por haberse mojado, los dolores brincaban ahora aquí luego
allá, le empeoraban en la tarde y noche hasta la media noche; empeoraba con
el calor de la habitación con el clima húmedo y cuando se sentaba. Se
mejoraba cuando se movía lentamente y cuando estaba al aire libre. Ella
podía curarlo pero había conocido a otros muy parecidos a éste a quienes no
podía ayudar. En ese momento. Rhus quien estaba columpiándose en una rama
más arriba a la que había trepado, gritó, "Cuando encuentres aun fulano muy
parecido a ese que sólo se mejora en un cuarto caliente, se empeora cuando
empieza a moverse y se mejora con el movimiento continúo, déjalo en paz y
mándamelo a mí, yo lo curaré por ti". Pulsatilla, aunque algo sorprendida
por una promesa de ayuda de una fuente tan inesperada, comenzó a sentirse
un poco aliviada porque probablemente el mandato recibido aún podía ser
totalmente obedecido.

Después les platicó que a menudo después de había aliviado un estado agudo,
se encontraba con una condición crónica que existía previamente y en la que
ella no podía ayudar. Estos pacientes tenían articulaciones gotosas y como
Rhus había dicho, se empeoran al comenzar a moverse y se mejoran con el
movimiento continuo. Rhus comenzó a ponerse inquieto cuando oyó que esta
condición era crónica ya que él había intentado en vano curar a muchos de
esos pacientes, pero Lycopodium sabiendo que todos esos casos entraban en
su terreno de acción, dijo a Pulsatilla que ella hiciera lo que pudiera con
ellos en su etapa aguda y que luego se los pasara a él y que complementaría
la cura, al escuchar esto Pulsatilla le dio las gracias tan efusivamente
que se le derramaron las lágrimas. En cambio las lágrimas de Pulsatilla
habían desaparecido completamente ya que comenzó a comprender que había mal
interpretado el mandato y que había entender que ella sólo debía hacer lo
que ella podía por salvar a la gente.

Mas confortada, continuó hablando de los problemas de garganta que había
encontrado. Cuando la garganta se siente despellejada, el tragar es difícil
y hay una sensación de hinchazón, si el paciente tenía una disposición como
la de ella, podía curarlo pero había casos muy similares que comenzaban en
el lado derecho y se pasaban al izquierdo en los que ella no podía hacer
nada. Entonces Lycopodium dijo que cuando encontrara alguien a quien su
problema comenzara en la nariz y se pasara al lado derecho de la garganta o
comenzara del lado derecho y se fuera al izquierdo, él mismo se haría cargo
del paciente y aún más, casi cualquier problema, tal como dolor de cabeza,
dolor en el ojo, dolor en la amígdala, difteria, dolor en las glándulas
mamarias, dolor en el ovario y afecciones reumatoideas que comenzaran en el
lado derecho y se pasaran al izquierdo, él gustosamente los curaría por
ella. Justo en ese momento Lachesis, se arrastró entre el pasto hasta sus
pies y se detuvo para decirles que cuando esos problemas comenzaran en el
lado izquierdo y se pasaran al derecho, ella se haría cargo de la cura,
muchas veces ella podía terminar un caso en el que Lycopodium hubiera
estado trabajando y que no pudiera terminar.

Entonces Pulsatilla relató casos de consunción que le habían preocupado.
Cuando fue a trabajar con ellos en el deseo de ayudar se encontró que si
había: una tos suelta por la mañana y seca por la noche, dolor de pecho,
expectoración verde amarillenta, sensación de ahogo, arqueo, si la tos
empeora al acostarse, se mejora sentándose y en un cuarto frío, se empeora
la sofocación recostándose y mejora sentándose derecho y si empeora en
cuarto caliente, ella generalmente podía hacerlo sentir más confortable
pero algunas veces en lugar de aliviarlo el paciente se ponía mucho peor.
La tos suelta de la mañana, se volvía una tos seca, la expectoración se
suprimía y el paciente moría sufriendo, a pesar de las angustias de
Pulsatilla.

Aquí, Stannum, quien cuando la conversión se dirigió hacia el tema de la
tisis, había asomado la cabeza y escuchado muy interesado y le dijo a
Pulsatilla que cuando tuviera un problema como ese, enviara por él y
corregiría lo que ella hubiera hecho y tal vez le diera al paciente un
nuevo grupo de síntomas de los que alguien más pudiera hacerse cargo y
curar el caso. Lycopodium le dijo que en esos casos avanzados de tisis en
los que había tos por la mañana con expectoración verde, dolor en el pecho
al toser y después de una inspiración profunda, respiración corta y rápida
con movimiento de las alas de la nariz, frente arrugada, arena roja en la
orina, fiebre héctica, sudoraciones profusas por la noche que se empeoraban
a las cuatro de la tarde, él ayudaría al paciente por ella.

Aquí Tuberculinum hizo una pausa en su vuelo para decirles que él podía
ayudar en más cosas que todos ellos juntos. El podía ponerlos en una
condición tal que alguien más pudiera continuar con la cura. Tuberculinum
es un tipo muy jactancioso.

Hay otra clase de pacientes que preocupan mucho a Pulsatilla son aquellos
que se han desviado de la línea recta de la moralidad. Ella siente una gran
aversión por ellos y se pregunta si vale la pena salvarlos, pero el Gran
Hacedor de Leyes había dicho "ve y cura a los enfermos" y con eso le había
enviado a curar incluso a esos. ¿Qué derecho tenía ella a rehusarse? Así
que cuando vienen a verla con frecuentes deseos de orinar, pero que no
pueden, dolores cortantes durante la micción, tenesmo, ardor en la uretra
durante y después de la micción, orinando gota a gota y seguido de gotas de
sangre, un flujo verde amarillento de la uretra, pacientes que además de
eso se sienten bien al aire libre y que tienen y que tienen una posición
condescendiente, ella los cura. A menudo estas gentes tratan de curarse a
sí mismas van a ala farmacia por medicina y tienen éxito en suprimir el
flujo y la mayor parte de los síntomas. La orquitis, se desarrolla y no
sabiendo qué hacer después, vienen con Pulsatilla en busca de ayuda y ellas
les cura también.

En algunos de estos casos, especialmente después de que la supresión ha
sido causada por Copaiba, la orquitis se vuelve crónica. Lycopodium
prometió hacerse cargo de todos esos casos en los que se abusó y se dio al
abandono y en los que había dolor en el perineo al sentarse, orina profusa
por las noches, escasa durante el día y que quema las partes por donde
pasa. En los que una pequeña cantidad de orina en la vejiga causa dolor en
la espalda el cual se aminora después de pasar la orina, también cuando hay
un continuó deseo de orinar pero no sale nada, agrandamiento de la próstata
y que aparecen escrofulaciones blancas las cuales están agrietadas.

Y así fue como Pulsatilla les contó la historia de sus tribulaciones y en
la que se descubrió que Lycopodium podía casi siempre ayudarla en sus
dificultades y cuando él fallaba y ambos se encontraban "dando tumbos en la
oscuridad" otros esperaban para hacer el bien que éstos no daban. Y desde
entonces cuando Pulsatilla iba a curar enfermos, era seguida por su buen y
honesto Caballero, el vagabundo de las tierras del norte, Lycopodium.

En nuestros días nos dicen que están trabajando por "la cura de las
naciones".

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Con esta hermosa alegoría donde empieza a narrar el habitat de cada uno de
los dos protagonistas y sus características morfológicas, hace la
comparación de ambos remedios y enseña la forma de ayudarse unos de otro y
apoyarse en otros que aparecen como la serpiente Lachesis o el árbol Rhus,
a la vez que nos marca sus principales síntomas.

ARGENTUM NITRICUM

Había una vez un caballero muy galante llamado Nitric Acid y la dama de sus
sueños era la Srita. Argentun Metallicum.

El Sr. Nitric Acid era moreno, tenia el cabello negro, al igual que los
ojos. Una coloración trigueña y ese aspecto flaco hambriento que Julio
Cesar tanto odiaba.

Resulta un misterio qué era lo que alguien pudo haber visto de atractivo en
la Srita. Argentun Metallicum. Ella era alta, delgada, de cara pálida,
incluso lívida y de ninguna manera hermosa, aunque su forma de ser era, en
cierto sentido, atractiva. Ella siempre estaba alegre, haciendo bromas y
riendo pero también le gustaba platicar; su mente era cantar en público
pero su voz no era muy confiable. La ha forzado mucho y en ocasiones cuando
sus amigos esperan lo mejor de ella, como cuando aparecía en público, no
puede hablar o cantar fuerte, ya está muy ronca; al tratar de cantar, el
sonido le sale doble ante si propia sorpresa y la de la audiencia.

El Sr. Nitric Acid es muy obstinado y cabeza dura. Nunca perdía la
oportunidad para tratar de convencer a la Srita. Argentum Metallicum de que
ellos dos tenían que llegar a ser uno; ocultándole cuidadosamente todo lo
nervioso, irritable e inconforme que realmente era, finalmente logró
convencerla.

Mi propósito no es describir la boda o hablar de la vida matrimonial de la
pareja, sino hablar de su hijo Argentum Nitricum.

En carácter no era tan fuerte como sus padres, no podía ahondar tanto en la
vida de las personas como ellos hubieran podido hacerlo.

¿Tenía Argentum Nitricum algún enemigo? Ciertamente, el Sr. Natrum
Sulphuric quien siempre estaba buscando la manera de aniquilarlo a él o a
su trabajo, de la misma forma que su padre, Nitric Acid siempre andaba
rondando al Sr. Mercurius con el propósito de deshacerlo.

Argentum Nitricum no empezó su vida en este mundo correctamente. Fue un
bebé macilento, enjuto, de aspecto viejo y siempre delicado. No era
extraño, considerando la herencia de Psora por parte de su madre y los
otros dos males crónicos de su padre. ¿Cómo podría haber sido saludable?
Era esperar demasiado.

Sus problemas empezaron pronto después de su nacimiento y los ojos fueron
al punto donde se manifestó la herencia, oftalmia neonatorum, la llamó el
doctor, la secreción fue profusa y purulenta y la córnea se ulceró; el
pobre bebito lloraba y hacía un escándalo pero no pudo hacer entender a la
enfermera que él quería estar al aire libre y frío, la enfermedad pensaba
que tenía cólico de gases, el cual frecuentemente le daba y que parecía
calmársele después de que había pasado un gas hacia abajo.

Tuvo toda clase de problemas después de ese ataque. Sus padres tuvieron
ambos oftalmia neonatorum, justo después de nacer y sus ojos débiles desde
entonces. Los ojos de su padre tenían más inclinación a ulcerarse que los
de la madre, Argentum Nitricum sufrió cólicos, grandes cantidades de gas se
le acumulaban en el estómago y en el abdomen y se paseaban ruidosamente
hacia arriba y hacia abajo, después de lo cual sentía alivio; a veces el
gas quedaba atrapado y el abdomen se distendía, entonces el dolor era muy
severo. El cólico lo había heredado de su padre. El cólico del Sr. Nitric
Acid lo hacía doblarse cuando caminaba y era peor en la montaña, su abdomen
se hinchaba y cualquiera podía oír el gas retumbar y gorgotear en el
abdomen.

Argentum Nitricum era tan flojo que no logró pasar de segundo año en la
escuela sin que se lamentara de la llegada del verano.

Su madre descuidadamente comió algo de dulce y nuestro pequeño amigo tuvo
que sufrir por ello. Las deposiciones eran como pasto picado, con moco o
podían volverse verdes después de estar expuestas al aire; eran fuertemente
expelidas con moco y muchos gases y abdomen se distendía enormemente. A
Argentun Nitricum se le antojaba mucho comer dulces y caramelos pero no
podía sin tener diarrea.

Durante su niñez Argentum Nitricum tuvo Corea. Se le jalaban las piernas
hacia arriba con sacudimientos hacia arriba y hacia fuera de los brazos y
con estiramientos espasmódicos de los dedos de las manos y de los pies.
Ahora tiene ocasionales ataques de epilepsia; siempre puede decir cuando le
van a dar porque las pupilas se dilatan uno o dos días antes de los
ataques. Generalmente le vienen durante la noche o en la mañana al
levantarse. Su primer ataque le vino después de un susto severo. Sus padres
sufren ataques epilépticos, la primera cosa que el señor Nitric Acid nota
cuando le va a das el ataque es una sensación de que un ratón le sube y le
baja por el lado izquierdo, después, pierde la confianza y cae en un
espasmo; se siente mejor al viajar en un carruaje, a decir verdad, el señor
Nitric Acid siempre se siente mejor al viajar en carruaje, la sensación
deslizante del carruaje lo mejora. Después de los ataques de epilepsia que
le daban a su madre, ella caía en un delirio de ira y trataba de golpear a
todos los que lo rodeaban.

Argentum Nitricum no tenía nada de la disposición a la alegría de su madre.
El era nervioso, hipocondríaco y melancólico. Tenía miedo de acercarse a la
ventana por temor a que le diera por arrojarse por ella. Temía pasar de un
cierto punto de la calle por que creía que se caería. Se creía a sí mismo
abandonado y menospreciado, estaba seguro de que tenía algún terrible mal y
que moriría; se imaginaba a sí mismo suicidándose, pero no resultaría,
pensaba que no podía soportarlo; el ver hacia arriba le produce vértigo y
piensa que las casas se le vienen encima, no puede caminar en lo oscuro o
con los ojos cerrados porque le da mareo y hace heces al caminar.

En todas sus enfermedades, Argentum Nitricum se pone nervioso y le da dolor
de cabeza. En la mayoría de ellas tiene vértigo y la mente nublada, y si
acaso hay algún día en que no tenga problema alguno, es tan hipocondríaco,
que imagina que todavía está enfermo. Su debilidad mental y pérdida de
memoria es igual que la de su padre. Mientras más trata el señor Nitric
Acid de pensar en una cosa, más se desvanecen sus pensamientos, también es
desalentado, nervioso y fatalista. No le interesa trabajar, piensa que
pronto morirá, aunque no enfermo.

Argentum Nitricum siempre está cansado, siente como si hubiera caminado una
gran distancia. Sus extremidades se sienten casi paralizadas, aún cuando
viaje en carruaje y le da una sensación de desazón a la altura del corazón
que lo hace pensar que debe bajarse y caminar aprisa para sentir alivio. Su
madre también se empeora al viajar en carruaje en realidad se agrava por
cualquier movimiento. Su padre, en cambio, mejora al viajar en carruaje
pero agrava al caminar, tiene la misma sensación de cansancio en las
extremidades que tiene su hijo Argentum Nitricum. Siente como si apenas
pudiera arrastrar los pies para caminar.

Argentum Nitricum es somnoliento, al igual que su madre, pero ella
difícilmente puede dormir a causa de la comezón de la piel. No tiene
apetito, rápidamente se llena, su madre siempre tiene hambre, aún cuando
tenga el estómago lleno, el padre es igual al hijo se satisface
rápidamente.

Este bebé padece neuralgia, no es especialmente aguda, pero se extiende
sobre una considerable superficie; en esto es opuesto a su padre, quien es
extremadamente sensible al dolor y hace un gran escándalo por cualquier
herida leve.

La mayor parte de los problemas de salud de Argentum Nitricum le dan del
lado izquierda, a su madre le dan en cualquiera de los dos lados o pueden
empezarle en uno y pasársele al otro, en cambio a su padre, comienzan por
cualquier lado o si acaso del lado derecho para pasarle al izquierdo.

Argentum Nitricum siempre está deseoso de estar al aire libre y frío,
generalmente se siente mejor en él, no está a gusto si no tiene la ventana
abierta. A su padre no le gusta estar a la intemperie en ningún momento ya
que se siente muy mal. Argentum Nitricum se siente peor por la noche y por
la mañana; su padre empeora por la mañana, tarde y noche.

También sufre de palpitaciones y dificultad para respirar, esto lo hereda
de su madre, su corazón siempre está sacudiéndose o parándose, temblando,
teniendo palpitaciones o dándole problemas de alguna manera.

Ellos son una familia quejumbrosa y lloran de cualquier cosa especialmente
Argentum que lo hace amargamente y con gran desesperación debido a la mala
condición física que tiene; su madre suele pasarse llorando mucho tiempo
por bagatelas y el padre se lamenta violentamente a causa del descontento
que siente consigo mismo.

UNA BODA EN LA ALTA SOCIEDAD

Hubo una gran sorpresa en toda la comunidad cuando se anunció que el Sr.
Phosphorus había conquistado el corazón de la Srita. Calcárea. Todo el
mundo estaba tan encantado como sorprendido y todos sonreían tan
continuamente que tal parecía que no se volvería a ver ningún ceño fruncido
en aquel vecindario otra vez.

¿Dije que todos estaban felices? Había una excepción que confirmaba la
regla. El Sr. Causticum no podía entender qué fue lo que la Srita. Calcárea
pudo haber visto en el  Sr. Phosphorus que le causara admiración. El Sr.
Phosphorus era alto, delgado, con pelo oscuro y ojos cafés mientras que la
Srita. Calcárea era bajita, ojos azules, pelo claro y regordeta,
especialmente en la cintura. Cuando la gente comenzó a pensar acerca de
esta unión se preguntaban cómo era posible que fueran tan tontos de no
haberse dado cuenta antes que había nacido el uno para el otro.

No es intención contar la historia de la pareja sino simplemente hacer la
crónica de la boda.

La Srita, Calcárea quería Invitar a toda la comunidad, así que el Sr.
Phosphorus estuvo de acuerdo que sus sentimientos de enemistad contra el
Sr. Causticum no fueran obstáculo para los deseos de su futura esposa de
invitar a todos.

El día de la boda llegó al fin, era un día gloriosamente brillante, cosa
que fascinó a los concurrentes porque por una razón u otra ninguno de los
dos se sentía bien en clima húmedo.

La mente de la novia se había concentrado más bien en las cosas interiores
que en las exteriores y fue así que sin proponérselo, con su sencillo
vestido blanco representó a la "belleza sin adornos". El novio llevaba un
traje convencional color negro que brillaba con los reflejos de su alegría.
No podía descubrir cómo iban vestidos todos los invitados, que baste decir
que todos estaban extremadamente felices.

La novia, cuyo lema era "nobleza obliga" había estudiado el gusto de cada
uno de sus invitados y había arreglado las cosas de acuerdo a ello.

El lugar donde se llevó a cabo la recepción parecía un conservatorio y
todas las ventanas podían abrirse de inmediato si era necesario. Al final
del comedor, opuesta al comedor se encontraba una enorme chimenea en la que
regía un buen fuego encendido a la antigua. Había una gran mesa que se
extendía a través de todo el salón al centro de la mesa estaban sentados
los recién casados bajo una campana de flores. En el lado opuesto del
recinto y oculto tras una cerca de flores y guirnaldas se encontraba la
orquesta. Frente a las flores y para deleite de los invitados bailaban las
hermanas Tarentula. Ellas no podían mantener los pies quietos mientras
tocara la música. Eran más felices bailando que comiendo.

Al final de la mesa se sentó el Sr. Apis mientras que en el lado opuesto,
frente al rugiente fuego se sentó el viejo abuelo Psorinum, llevaba puestos
su gorra y su úlster de piel (gabán largo de origen irlandés). Nadie se
atrevió a decirle que se quitara su gorra y su abrigo así que el triste
viejo se sintió feliz por una vez. El no quería ir a la boda pero su nieto
Sulphur le insistió mucho.

Sulphur nunca se siente tan feliz como cuando presenta a su abuelo en la
sociedad, le hubiera gustado sentarse junto a el pero no podía soportar el
calor de la chimenea así que se colocó al lado derecho de la novia en
dirección al observatorio, mientras que su nieto el joven Nux Vomica se
sentó junto a su bisabuelo Psorinum.

Cerca del fuego estaban sentados Psorinum, Nux vomica, Arsenicum, Nitricum
Acidum, Rumex, Silicea, Mercurius, Rhus Tox, Baby Chamomilla y Baby
Aconitum y del otro lado, frente al conservatorio se sentaron Apis,
Pulsatilla, Secale, Iodum, Sabadilla, Ledum, Bryonia, Ignatia y Natrum
Muriaticum y todos los demás fueron colocados en ambos lados junto a los ya
mencionados. Ignatia se sentó de este lado porque ella y Nux Vomica nunca
se ponían de acuerdo. Rhus quería estar cerca del conservatorio pero como
siempre estaba peleando con Apis en beneficio de la paz se le colocó cerca
de la chimenea.

Mientras los invitados se acomodaban en sus lugares, estuvo a punto de
ocurrir un incidente desagradable. Mercurius y Silicea quienes
accidentalmente habían sido sentados juntos ya estaban lanzándose miradas
de odio. Por un momento la novia se mortificó mucho pero el pacificador de
Hepar comprendió la situación de inmediato y calladamente se deslizó entre
los dos beligerantes con los que se disolvió el problema.

El desayuno nupcial fue el resultado de un gran estudio por parte de la
novia. Su primera intención era hacer una cena pero un estudio sobre los
gustos de los invitados reveló el hecho de que la mayoría de ellos hubiera
tenido que dejar pasar uno o más platillos sin probar bocado. A Phosphorus
mismo y a varios de los invitados no les gustaba la comida caliente, así
que a sugerencia del novio, la novia dejó de lado todas las formalidades y
ordenó se sirvieran los platillos favoritos de cada uno de los invitados.

Hubo de ponerse mucho cuidado en esto, no debería colocarse puerco cerca de
la Señorita Pulsatilla o comida caliente cerca de Phosphorus, etc, etc.
Optó por llamar al convivió desayuno nupcial (desayuno nupcial, puede
significar cualquier cosa).

En realidad a la novia le agradó mucho esto porque era la única forma de
comer sus huevos cocidos. Los huevos cocidos dejan de serlo cuando se
sirven en una ensalada.

A Phosphorus no le importaba qué le sirvieran mientras estuviera frío y no
fuera dulce. Se ordenaron pepinillos dulces para Apis, Psorinum y Hepar;
golosinas para Sulphur, limonada para Pulsatilla, pan de centeno para
Ignatia, ostiones para Lachesis y Rhus, sardinas para Nitric Acidum y
Veratrum Album, puerco para Nux Vomica, jamón para Mezereum, pan y
mantequilla para Mercurius, huevos cocidos para la novia etc. No puedo
nombrar todo lo que había en esa mesa pero cada invitado había sido
complacido en todas sus formas. Había inclusive una botella de medicina
para la tos para Aconitum en caso de que se ofreciera.

Cuando la novia pensó qué hacer con Baby Chamomilla, se encontró con un
acertijo, pensó que iba hacer problema con el pequeño Chamomilla pero se le
ocurrió la gran idea de ponerlo en una silla especial que funcionaba con
electricidad. Había sido diseñada para que se moviera hacia arriba y hacia
abajo y para adelante y para atrás. Hizo que fijaran su plato al frente y
que lo llenaran con col agria picada, amarró al niño en la silla, echó a
andar el motor y ya estuvo ¡el problema resuelto¡.

Hubo sólo uno o dos pequeños incidentes durante el ágape. Pulsatilla se la
pasó con el pañuelo en la mano secándose las lágrimas, no tenía idea de
porqué estaba llorando, pero alguien tiene que llorar, ¿no es cierto?

Arsenicum se quiso acabar todo el helado y estaba sufriendo. El Sr. Apis se
desmayó pero volvió en sí en cuanto abrieron las ventanas. El desmayo del
Sr. Apis asustó a la Srita. Ignatia que también se desmayó; se recuperó
solo para empezar a llorar histéricamente por lo que su abuela Natrum
Muriaticum, al ver que el ajetreo había sido demasiado para ella se la
llevó a casa para que pudiera recuperarse tranquilamente. Bryonia y Nux
Vomica no pudieron contenerse y empezaron a regañar y protestar un poco por
el escándalo tan sin sentido que estaban haciendo por nada, pero fuera de
estos pequeños desórdenes, todo fue sobre ruedas; aún la viuda Platina que
en esta ocasión hizo a un lado sus sentimientos de soberbia estuvo tan
contenta como sus despreciables vecinos; y cuando los novios partieron para
tomar el tren, hubo una lluvia de arroz y buenos deseos.

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Echando mano de las posibles contingencias que pueden suceder en una
reunión de sociedad entre los vecinos del barrio, la autora, nos hacen
hincapé en algunas relaciones y características de medicamentos, como el
antagonismo de Phosphorus y Causticum que en otro capítulo se desarrolla,
la relación familiar de Ignatia y Natrum Mur, en donde el segundo es el
crónico (abuelo). Nos hace una lista de afición o aversión al calor o al
aire, al colocar a los invitados cerca o lejos del fuego mientras va
salpicando de detalles de diferentes remedios en sus actitudes o gustos por
los alimentos, de manera semejante a como lo hace en la cena de Acción de
Gracias de la Familia Carbo.

CALCAREA PHOSPHORICA

Recordarán que hace tiempo les conté todo a cerca de la boda de Phosphorus
y la Srita. Calcárea. Desde ese entonces un bebé llegó a bendecir su hogar.
Fue alto y delgado igual que su padre con cabello claro y la tez pálida de
ambos padres. En todos sentidos, Calcárea Phosphorica era el clásico hijo
de mamá pero se puede decir que superó a su madre en la lentitud para
desarrollarse. Al igual que ella, tenía fontanelas grandes y abiertas, pero
a él se le reabrieron después de cerrársele mientras que con las de ella no
ocurrió así, así mismo los huesos de su cráneo eran suaves y delgados.

Su madre había sido un bebé grande y gordo, por lo que había una razón para
tener las piernas arqueadas, pero Calcárea Phosphorica, un sujeto pequeño y
enflaquecido, no lo justificaba, sin embargo era tan cascorvo como lo había
sido. Ella tenía una clara curvatura en la espina dorsal y él la heredó.

Podía ser natural pensar que con unos huesos que se doblaban tan fácilmente
como los de Calcárea Phosphorica, nunca podrían romperse, sin embargo había
sufrido algunas fracturas. Cuando los huesos se le llegaban a romper, daba
la impresión de que nunca más se le volverían a unir.

La dentición del pequeño fue muy lenta, tuvo una buena cantidad de
problemas con ella y muchas dificultades para que le salieran y después de
que todos esos problemas habían pasado, los dientes se le carearon
rápidamente. Una vez más, era como su padre en ese aspecto; los dientes de
su padre también se carearon de prisa.

Calcárea Phosphorica era un mozalbete malhumorado, irritable, estúpido y
olvidadizo, al igual que su madre. Nunca pudo soportar un poco de
aflicción, decepción o disgusto: lo hacían sentir enfermo. En su
incapacidad para soportar problemas, se parece a su tío Phosphoric Acid,
quien por cierto es un viejo solterón, gruñón, que en su juventud tuvo una
decepción amorosa y desde entonces ha sido un tipo holgazán, bueno para
nada. Calcárea Phosphorica está inclinado a imitar a su tío es esto, ya que
nunca quiere hacer nada que signifique una obligación; esta indolencia bien
pudo ser heredada de su madre quien es una mujer gorda y perezosa.

No podría pensarse que un tipo tan estúpido como Calcárea Phosphorica
alguna vez pudiera estar en peligro de fatiga mental, pero suponiendo que
así fuera, probablemente sería una herencia de su brillante padre
desarrollada por la escuela de la vida en el pueblo.

Calcárea Phosphorica es muy dado a tener hambre a las 4 de la tarde y le
gusta la sal, la carne o las papas pero no es de sorprender que escoja
comidas nutritivas ya que las golosinas como la fruta o los helados, le
producen cólicos, vómitos o diarrea;  es extraño que los helados le
provoquen cólicos porque sus padres son muy aficionados a ellos y no les
causa ningún malestar, además, a ninguno de los dos les gusta la carne.

Al igual que su madrea, Calcárea Phosphorica tiene dolores presivos en la
frente, pero no tan severos como los de ella, los cuales la dejan atontada.
La ocupación mental suele aliviar los dolores de cabeza de Calcárea
Phosphorica, a menos que se ponga a pensar en el dolor mismo, entonces se
pone peor. Los dolores de cabeza de su madre empeoran con cualquier
esfuerzo mental, mientras que su padre tiene terribles ataques de dolor de
cabeza con el trabajo mental.

Calcárea Phosphorica se ha aficionado al clima cálido desde que tuvo
reumatismo en el otoño dura habitualmente hasta la primavera, esto puede
deberse al cambiante clima de esta estación; no puede soportar nieve
derritiéndose ni vientos del Este, por lo tanto no le gusta el clima
invernal. Su madre también es sensitiva al aire frío y húmedo. De su madre
heredó las úlceras cornéales y los catarros crónicos, incluso el eczema. De
ambos padres, heredó pólipos nasales que fácilmente sangran.

Calcárea Phosphorica sufre de muchos entumecimientos. Tiene entumecimientos
en la lengua, en la pared abdominal, en el sacro, en los brazos, en los
glúteos, en la espalda y en las extremidades inferiores; se queja de que
las partes se le duermen. El heredó todo esto de su padre pero los
entumecimientos del Sr. Phosphorus pertenecen a la parálisis. El dolor
ardoroso es otra herencia que ha descendido sobre Calcárea Phosphorica,
tiene ardor en el estómago, abdomen y ano al igual que en la uretra antes y
después de la micción. Esos dolores ardorosos, le vienen de ambos padres,
pero su madre sufre con ellos en un grado mucho mayor que Calcárea
Phosphorica, mientras que su padre los padece en un grado menor.

Calcárea Phosphorica es escrofuloso; su madre también lo es. El gotoso, su
madre también. Cuando niño tuvo raquitismo y ella ya había caminado por ese
sendero antes que él. Calcárea Phosphorica está lleno de reumatismo, tiene
dolores reumáticos y rigidez en el cuello también lumbago que empeora con
el movimiento; dolores reumáticos en la parte superior de los brazos, en
las nalgas, en las extremidades inferiores, en las articulaciones y que se
agravan después de mojarse y en el clima frío y lluvioso. ¿Cómo podía él,
habiendo nacido de padres Sicósicos, escaparse de tener reumatismo?.

Es muy propenso a tener una fístula en el ano, tiene hemorroides que
tiendes a salirse (protusivas) dolorosas, inflamadas y con una exudación de
un líquido amarillento, también le sangran.

Su madre también tiene problemas con las hemorroides las cuales se le salen
y le sangran mucho. Su padre padece de hemorroides protusivas al igual que
ellos, pero el sangrado de las hemorroides de él es más profuso que el de
la madre o el hijo.

Calcárea Phosphorica está muy somnoliento durante el día, pero su sueño se
ve perturbado antes de la media noche. Tiene sueños muy vívidos, comienzan
en cuanto se duerme, como si lo asustaran,  grita estando dormido y no
puede despertar temprano en la mañana. Su madre no puede entender porqué
duerme tan tarde ya que ella no puede dormir después de la mañana; pero si
lo entiende, porque su propio sueño también es inquieto y lleno de sueños
vívidos, por lo que en las mañanas, siente como si no hubiera dormido lo
suficiente, a decir verdad, se la pasa somnoliento todo el santo día. Si se
dijera la verdad, la madre tendría que admitir que ella también está
somnolienta durante el día, aunque probablemente no tanto como Calcárea
Phosphorica y su padre.

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NOTA:   Aquí también el patrón del medicamento anterior al comparar a
Calcárea Phosphorica con los que lo originan, porque deberán seguirse las
mismas sugerencias.

CALCAREA SULPHURICA

Calcárea Sulphurica es un individuo pálido, enfermizo, caquéctico con acné
en la cara y tenía muchos problemas. Se había machucado un dedo y a pesar
de todos los cuidados que había tenido, se le formó un uñero (panadizo).

Calcárea Sulphurica es otro de los amigos de Schussler. La Srita. Calcárea
ha sido obligada por las circunstancias a seguir al Sr. Sulphur, tanto y de
tal manera que decidió que si debía seguirlo toda su vida, los mejor era
casarse con él y conformarse con ello, el joven Calcárea fue el resultado.

Cuando recordamos todas las supuraciones del Sr. Sulphur y recordamos que
la Srita. Calcárea era tan propensa a las supuraciones que aún las más
pequeñas heridas le supuran en vez de curársele, no nos sorprenderá que el
pobre Calcárea Sulphurica tenga continuamente algún uñero, impétigo,
furúnculo o absceso que curarse y si acaso, estuviese libre de éstos,
entonces acné, úlceras o erupciones captaban su atención.

Si Calcárea Sulphurica recibe un golpe, el lugar supura; si se machuca los
dedos, se le forma pus; si se clava una astilla, inmediatamente se le
encona; pequeñas cortadas o golpes no sanan, sino que supuran; sus quemadas
siguen el mismo curso; ni siquiera pueden tener sabañones como las otras
personas, ya que sus sabañones también finalizan su proceso con supuración.
Un médico dice que esta condición es debida a la falta de sangre, otro dice
que se debe a un exceso de sangre, pero las sabias y ancianas señoras están
seguras de que se debe a la impureza de la sangre. Siempre es la sangre y
no Calcárea Sulphurica la que está enferma. ¿Acaso su historia no revela de
donde viene su enfermedad?

Cuando era bebé, Calcárea Sulphurica tenía la cabeza adolorida y erupciones
en el cuero cabelludo. Al recordar cómo tenían las cabezas sus papás cuando
eran niños, no es difícil decir de donde vino. Las costras amarillas,
exactamente como eran las de su padre y las de su madre, y fueron curadas
igualmente por medio de aplicaciones locales.

Poco después de la aparición de la erupción, al pequeño Calcárea
Sulphurica, se le hincharon y enrojecieron los ojos y se le nubló la vista,
también sufría de cólicos. Los ojos se le empeoraron y pronto la pus gruesa
y amarilla de la oftalmia, junto con profundas ulceraciones de la córnea,
le siguieron. La madre dijo que cualquiera que viera esa secreción, sabría
que el bebé la había heredado de su padre. El padre replicó que las
cicatrices de la córnea de ella, decían claramente el origen de la
enfermedad. Cualquiera que haya sido su procedencia, fueron curados de la
misma manera que haya sido su procedencia, fueron curados de la mima manera
en que se los curaron sus padres Calcárea y Sulphur, con "lavados y
ungüentos".

Después de esto, le apareció catarro. Había una secreción espesa por la
nariz, viscosa y a veces con rastros de sangre junto con un moco verde
amarillento en las coanas. El catarro de Calcárea era mas parecido al de su
madre (a fin de cuenta: Calcáreas)

Antes de que el catarro fuera curado, el pequeño Calcárea Sulphurica fue lo
suficientemente como para recibir un golpe en el oído, el cual evolucionó
hacia la supuración. Es posible que pudiera haber tenido este mismo
problema si el golpe ya que heredó la otitis de "ambos lados de la casa".
Medicinas de patente el catarro y lavados de oído, lo ayudaron a superar
estos problemas.

A Calcárea Sulphurica le daba tanta hambre como a su madre, pero no le
gustaba la carne más de lo que le gustaba a su madre, prefería los
vegetales verdes y agrios y frutas. Era idéntico a la abuela en lo que
respecta a su gusto por el thé  al igual que sus padres, le encantaba el
vino.

Sus músculos parecían no tener ninguna fuerza, como los de su madre;
siempre está cansado y se queja de debilidad, solo desea estar acostado. El
Sr. Sulphur dice que ambos, madre e hijos deberían comer más carne. Al
igual que su padre está somnoliento durante el día y padece insomnio
durante las noches. A Calcárea Sulphurica le gusta el aire libre y aún el
frío, siente deseos de estar en él. A su padre le gusta tener todas las
puertas y ventanas abiertas para poder recibir el aire fresco, pero
prefiere estar dentro de la casa. El baño hace que Calcárea Sulphurica se
enfríe y que le duelan las rodillas y los pulmones y que le dé coriza. A su
padre tampoco le gusta el baño por diversas razones.

Hay una gran tendencia en Calcárea Sulphurica a la formación de pus. Hay
secreción de pus por la nariz, los ojos, los oídos, el recto y la uretra.
Se le forman abscesos casi en cualquier parte a la más mínima provocación,
inclusive sus úlceras, de las cuales tienen muchas, producen pus gruesa y
amarilla; no es de extrañar entonces que al igual que su madre, tenga una
dolencia en la articulación ilicaofemoral y glándulas supurantes.

Calcárea Sulphurica ha recibido las consecuencias del pecado y él mismo ha
pecado también. ¿Qué derecho tuvieron dos individuos tan extremadamente
psóricos para casarse y con ello intensificar sus enfermedades en las
generaciones futuras?, pero a pesar de ello, los sufrimientos del niño
podrían haberse prevenido si en el momento en que la enfermedad se
manifestó, se le hubiera encauzado por el camino de la cura y no de la
supresión. Hasta ahora hemos hablado de los pecados cometidos en contra de
Calcárea Sulphurica pero él tuvo sífilis y gonorrea que no heredó y que
también fueron suprimidas como resultado de toda una vida de supresión de
sus enfermedades heredadas y contraídas, lo encontramos como un individuo
caquéctico, con tos crónica, accesos de respiración difícil, dolor en el
pecho, fiebre héctica acompañada de constipación y orina roja. La
enfermedad que persistentemente ha tratado de salir a la superficie y
manifestarse ha sido obstruida por tanto tiempo que finalmente ha cedido y
ha vuelto su atención hacia los órganos vitales. En ningún punto podemos
decir aquí está la causa. Se trata del viejo cuento que se está
continuamente repitiendo con variaciones, pero el cuento es siempre la
historia de la labor del pecado y la ignorancia, hombro con hombro, van
juntas y trabajan en detrimento de la humanidad; se trata de una enredad
telaraña que están tejiendo pero en el enredo, la humanidad es capturada,
año con año la telaraña crece, se hace más fuerte y su complejidad
aumenta..

Le corresponde a la Homeopatía el trabajo de liberar a la humanidad de la
enredada telaraña de la enfermedad que el pecado y la ignorancia han tejido
alrededor de ella. El Homeópata debe sólo tomar el hilo y seguirlo hacia
adentro y hacia fuera sin perderlo nunca, sin romperlo, hasta que por fin
llegue al origen y ponga en libertad al cautivo. Es una tarea difícil,
requiere paciencia y perseverancia sin límites. ¿Nos atreveremos a aceptar
la tarea? ¿Podremos rehusarla?

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A pesar que sigue el mismo sistema hace un condensado panegírico
miasmático, lleno de verdad y nos deja con la sensación de querer saber más
al respecto y de que nos habría gustado que se hubiera extendido y
profundizado más.

Cuando habla del derecho que no tienen esos dos grandes psóricos de unirse,
debe interpretarse tal cual en la práctica; deberían evitarse las uniones
de personas profundamente psóricas y cuando estemos ante un caso será
necesario obrar muy afondo con toda nuestra capacidad y experiencia para
mejorar la descendencia que tiende cada vez más a la degeneración en
general.

Al hablar del pecado e ignorancia no se refiere específicamente a normas
morales sino a transgresiones de las leyes naturales que agreden al
individuo, las que alteran negativamente su terreno y lo can enfermando y
degradando para al final transmitirlos a su  descendencia.

Este párrafo sólo podría darle todo el valor a la obra.

LA REUNION DE LA FAMILIA

PHOSPHORUS

El bullicio de la actividad invadía el ámbito de la mansión de los
Phosphorus. Papá y Mamá Phosphorus habían planeado una reunión familiar
para celebrar su aniversario de bodas. Phosphoric Acidum, su hijo soltero,
decidió retirarse a su club cuando comenzaron los preparativos. Contemplaba
la reunión con indiferencia y su poca inclinación al trabajo le hizo huir
de toda la algarabía.

Todos los hijos de los Phosphorus, con excepción de Phosphorus Acidum, que
sufrió una decepción amorosa en sus años mozos y continuó alimentando esa
decepción hasta que se convirtió en un viejo solterón amargado. Era un tipo
envejecido, debilitado y enflaquecido, lento para hablar y no parecía
interesarle mucho el hacerlo; si tenía algún pensamiento (y lo común en él
era que no lo tuviera) era siempre acerca de sus propios problemas. Si
trataba de ponerse a leer, no podía comprender lo que estaba leyendo o lo
olvidaba inmediatamente, así es que en el club se sentía nostálgico al
borde de las lágrimas pero no podía ir a casa porque no soportaba el ruido
de los niños ni la conversación de los mayores.

Los pensamientos se agolpaban con rapidez en las mentes de papá y mamá
Phosphorus y experimentaban cierta dificultad para ordenarlos, pero
recordaban los días en que ellos también serán apáticos, indiferentes y
llorones, por lo que no culpaban a su hijo dela falta de interés en la
reunión.

Los otros seis hijos se habían casado con familias importantes del mundo de
la Materia Medica. El tener a estos seis hijos y a sus familias en casa
agravada la mansión al máximo.

Papá Phosphorus propuso acomodar a todas las familias en tiendas en el
jardín pero mamá recordó cuan fácilmente se resfriaban y cómo el frío
agrava los problemas de todos, además de la aversión que la mayoría tenía
por los espacios abiertos al aire libre así que, decidieron cerrar los
porches para convertirlos en recámaras temporales.

Por fin, todo estuvo listo. Los Ferrum Phosphoricum fueron los primeros en
llegar. Llegaron temprano porque estaban tan cansados que querían tener
suficiente tiempo para descansar antes de que llegaran los otros. Papá y
mamá Phosphorus no querían que su hijo se casara con alguna de la familia
Ferrum porque son unos enclenques pero los sonrojos de la señorita Ferrum,
sus desmayos y su aparente debilidad o apariencia desvalida fueron más
fuertes para el joven Phosphorus que los deseos de sus padres, y cuando vio
cuanto mejoró ella al esforzarse mentalmente por agradarlo, llegó a la
conclusión de que no podía vivir solo. Papá y mamá Phsophorus quedaron
prostados después del matrimonio de su hijo y parecieron tontos y aburridos
por varios días. Los hijos Ferrum Phosphoricum probaron ser los niños que
papá y mamá Phosphorus habían predicho que serían.

Cuando el alto, delgado y de tez oscura, joven Phosphorus comenzó a
cortejar a la Srita. Calcárea, todos pensaron que era una excelente unión,
pero cuando llegaron los hijos y éstos resultaron flacos, anémicos,
patizambos y jorobados, la gente comenzó a preguntarse si, después de todo,
la unión era lo que debía haber sido, pero aún con las espaldas encorvadas,
las piernas cascorvas y todo papá y mamá Phosphorus alegremente les dieron
la bienvenida.

Cuando mamá Phosphorus vio a los hijos de la familia Magnesia Phosphorica
llegar con sus cabezas amarradas fuertemente con bufandas de lana supo que
sufrían de neuralgia, así que, ordenó que se encendiera un gran fuego en la
chimenea antigua de la sala y colocó a Magnesia Phosphorica en la esquina
de ella donde podía mantenerse caliente con su descendencia y sin moverse.
Después si se quejaban todo el tiempo de sus dolores, se regresaban cerca
de la chimenea donde nadie podía oírlos.

Justo cuando mamá Phosphorus había acomodado a los Magnesia Phosphorica, la
familia Alumina Phosphorica hizo su aparición para beneplácito de los papás
quienes temían que no fueran a hacer el esfuerzo de venir. Los Alumina
Phosphorica siempre estaban cansados y siempre tenían frío aunque deseaban
tener aire fresco que respirar así que mamá los hospedó bien arropados
sobre colchones en el sol dentro de un porche cerrado con vidrio donde
podían descansar cómodos.

Cuando llegó la familia Natrum Phosphoricum, se vieron en problemas. Había
habido una tormenta con rayos y truenos durante el camino, los niños
estaban histéricos y todos estaban asustados, temblando y enojados, no
podía entender como habían intentado venir a la reunión si a ellos no les
gustaba la compañía de otros, no les gustaba estar al aire libre, las
tormentas los hacían enfermar y estaban seguros de que no iban a encontrar
las cosas adecuadas para comer. Mamá Phosphorus los puso en un cuarto
oscuro donde no podían ver los rayos ni sentir un chiflón y pronto se
sintieron más cómodos.

Cuando el Sr. Y la Sra. Kali Phosphoricum llegaron, fácilmente podía
adivinarse que había habido una riña familiar. La Sra. Kali sentía tal
antipatía por su esposo que éste no lograba complacerla en nada. Se había
puesto tan furiosa con él durante el camino a la reunión que no podía ni
hablar; le había dado de nalgadas al bebé por nada y luego tuvo un ataque
de histeria. Decía que no le gustaba la compañía de nadie y que quería ir a
casa.

Papá y mamá Phosphorus sabían que el aire libre agravaba a la rama Kali
Phosphoricum así que rápidamente los introdujeron a la casa y como el subir
escaleras también les desagradaba, los acomodaron en un cuarto confortable
en la planta baja, para descansar.

Mientras todos descansaban mamá se ocupó de la preparación de la cena.
Cuando todo estuvo listo, fue a llamarlos; encontró a Kali Phosphoricum
acostado con la espalda recta con un terrible dolor de cabeza que el haber
venido le había producido. Se cubría los ojos de la luz con la mano. Tenía
ganas de ir al comedor a cenar ya que el comer, a veces, aminoraba su dolor
de cabeza pero, estaba seguro que el ajetreo de salir y el ruido del
comedor, acabarían con todo el bienestar que el comer le proporcionaría así
que mamá Phosphorus le envió la cena a su cuarto.

Cuando la niña Kali Phosphoricum se había recuperado de su ataque de
histeria, se encontraba exhausta y al ver cómo, el escándalo que había
armado afectó al Sr. Kali Phosphoricum, se puso melancólica, sintió como si
hubiera cometido un pecado mortal y se negó a comer. Era tan obstinada que
hubiera sido inútil tratar de hacer que cambiara de opinión, amén de que se
sentiría mejor si ayunaba por lo que la mamá de Phosphorus la dejó sola.

Ya para este momento el bebé Kali Phosphoricum esta chillando como loco así
que la enfermera lo arropó bien y lo calmó al tomarlo en brazos y caminar
suavemente de un lado a otro por el césped del jardín.

Cuando el Sr. Y la Sra. Natrum Phsophoricum fueron llamados a cenar,
pensaron que ya era hora. En realidad nadie trabaja suficientemente rápido
para complacerlos, estaban terriblemente hambrientos y corrieron al comedor
sin ni siquiera detenerse a lavar al bebé quien emanaba un olor demasiado
agrio para ser considerado bueno para la salud.

Cuando el calor de los leños ardientes había amodorrado la neuralgia de los
Magnesia Phosphorica fueron al comedor aunque no tenían mucha hambre.

Las punzadas de hambre no fueron las que recordaron a los Calcárea
Phosphorica que había llegado la hora de cenar, sino que fue el llamado a
la mesa lo que los hizo pensar en la comida y entonces sintieron hambre.

Los Ferrum Phosphoricum no tenían hambre y sabían que casi seguramente les
dolería el estómago después de comer, especialmente si comían carne,
arenque o pastel o si tomaban café. No les agradaba la leche pero tenían
sed y se les antojaba un buen vaso de agua así que fueron a la mesa.

Para cuando la comida estuvo lista, los Alumina Phosphorica habían estado
tanto tiempo recostados que sus molestias habían comenzado de nuevo.
Algunos de los niños se morían de hambre y otros ni siquiera sentían
apetito pero a todos les agradó la idea de levantarse para ir al comedor,
aunque por lo general no les gustaba moverse o hacer algún esfuerzo.

Las características de los remedios en la mesa de los Phosphorus eran
variadas. Los Natrum Phosphoricum estaban confundidos y nerviosos, eran
sensibles a la música, fácilmente se asustaban y eran tímidos e histéricos.

El Sr. y la Sra. Ferrum Phosphoricum eran divertidos platicadores pero les
costaba trabajo recordar nombres lo que en la presente situación, los
colocada en desventajas.

Los Magnesia Phosphorica estaban siempre tristes y parecía que no podrían
hablar de otra cosa mas que de sus males.

Los Alumina Phosphorica se distinguían por la rapidez con que cambiaban de
estado de ánimo. El humor que tenían en un momento dado nunca indicaba cual
iba a ser el siguiente. Podrían tal vez lamentarse de desgracias
imaginarias, o podían sentirse desaforadamente alegres o quizá ausentes y
renuentes a contestar preguntas.

Los Calcárea Phosphorica eran más bien estúpidos y siempre inconformes.
Antes de salir de su casa estaban deseosos de asistir a la reunión y cuando
llegaron a ella ya quería regresarse.

Papá y mamá Phosphorus recorrieron con la mirada a los comensales y notaron
las muestras de cansancio cerebral en todos ellos, entonces supieron cual
había sido la tendencia de la herencia que ellos habían transmitido a sus
vástagos.

No tenían mucho tiempo de haberse sentado cuando, Natrum Phosphoricum
comenzó a estornudar, estaba seguro de estar en medio de una corriente de
aire aunque mamá Phosphorus había cerrado todas las puertas y ventanas.
Alumina Phosphorica también comenzó a estornudar pero ella estaba segura
que no había una corriente y pensó que todos se sentirían mejor se dejaban
entrar un poco de aire fresco. Ella misma hubiera abierto las ventanas si
no fuera porque el esfuerzo físico le agravaba. Propuso que todos se
taparan y dejaran entrar el aire. Calcárea Phosphorica quien estornudaba
junto con los demás dijo que a él le desagradaban las corrientes de aire
tanto como a Natrum Phosphoricum porque le daban dolores en el cuello.
Estaba seguro de que el cuarto caliente le estaba provocando coriza pero
sabía que el cuarto frío también se lo provocaría así que se votó para que
se quedaran las cosas como estaban.

El oído de la Sra, Kali Phosphoricum a quien el ayuno había mejorado, era
muy agudo para los ruidos y las voces. Podía oír el murmullo de la
conversación en el comedor pero no podía entender lo que decían. En seguida
comenzó a sospechar y llegó a la conclusión que debía hacer un esfuerzo y
averiguar qué era lo que estaba pasando, aunque en ese momento tenía tanto
dolor en el occipucio que no podía levantarse el cabello. Cuando hizo su
aparición en el comedor con los ojos hundidos y el cabello suelto sobre la
espalda, cualquiera pudo haberla confundido con una loca, pero Alumina
Phosphorica quien sabía la clase de dolor de cabeza que producía el recoger
el cabello en lo alto, comprendió y le hizo lugar en la mesa.

La Sra. Kali Phosphoricum tenía un apetito voraz cuando se encaminaba hacia
la mesa, pero cuando tuvo la comida a la vista, su hambre huyó, así que se
sentó y bebió agua fría, luego buscó algo agrio y algo dulce. No necesitó
buscar mucho ya que mamá Phosphorus tenía experiencia en alimentar a esta
familia y había aprendido a tomar en cuenta los deseos y las aversiones de
cada uno. Al igual que ella, Alumina, Ferrum y Natrum Phosphoricum no
gustaban de la carne y a la segunda no le gustaba la cerveza, Magnesia
Phosphorica le imitó en su aversión por el café. A mamá Phosphorus no le
gustaba la leche hervida pero Natrum y Ferrum fueron más lejos, a ellos no
les gustaba ninguna clase de leche.

La Sra. Magnesia Phosphorica comentó que su bebé había estado sufriendo un
cólico casi desde que nació, de hecho lo había heredado tanto de la familia
de su madre como de la de su padre. El cólico que generalmente aparecía
entre las 3 y 4 de la tarde lo hacía doblarse. Ella descubrió que se
mejoraba con la presión y el calor y ponía pues al bebé boca abajo sobre
una botella con agua caliente y cuando no podía conseguir agua caliente,
descubrió que frotándole el abdomen con la mano caliente obtenía los mismos
resultados.

La Sra. Ferrum Phosphoricum no sabía qué era lo que pasaba con su pequeño y
delgado hijo que tenía el cabello dorado y rizado. No estaba enfermo de una
manera evidente que ella pudiera verlo sino simplemente débil. Era verdad
que algunas veces tenía cólicos pero con una vez que evacuara se curaba
inmediatamente. Se le había sugerido que tal vez el sangrado por la nariz
que padecía debilitado, pero la Sra. Ferrum Phosphorucum había contestado:
"no, probablemente el niño ha heredado ambas cosas, la debilidad y el
sangrado por la nariz, ya que tanto la familia Ferrum como la Phosphorus
padecían de lo mismo".

La Sra. Calcárea Phosphorica dijo que no había la menor duda sobre qué era
lo que le pasaba a su flaco y patizambo hijo. La falta de nutrición podía
vérsele por todas partes, cosa que ella no podía entender puesto que lo
había alimentado lo suficiente como para hacerlo grande y gordo como los
bebés de su madre.

Los problemas del niño comenzaron cuando era un bebé pequeñito. Es ese
tiempo le salía un fluido sanguinolento del ombligo. Después tuvo cólico y
diarrea, los dientes le tardaron en salir y las fontanelas todavía no se le
habían cerrado. Fue lento para aprender a caminar pero con esas piernas
chuecas y la espalda encorvada era de esperarse. Algunas veces ella se
preguntaba si no le faltaba seso, él parecía tan estúpido.

El bebé de la Sra. Natrum Phosphoricum tomaba sus alimentos en la botella
por lo que tenía sus propios problemas por eso. El niño tenía un apetito
feroz, consecuentemente comía mucho. La comida se le agriaba en el estómago
y el niño tenía cólico y lombrices, tenía eructos, vómito, evacuaciones y
sudor agrios. En verdad que era un bebé agrio, agrio, lombriciento y bizco.

Alumina Phosphorica comentó que los problemas con los bebés eran fuertes
pero que si querían saber lo que era tener problemas de verdad, que
esperaran a que su prometedor hijo fracasara mentalmente al final de su
vida de estudiante.

Mientras aún conversaban, los hombre entraron a la habitación y dijeron que
el sol ya estaba ocultándose y que era hora de irse a casa. Papá Phosphorus
padecía ataxia locomotora, así que no podía hacer mucho para ayudarlos,
pero mamá Phosphorus envolvió bebés e hizo lo que pudo para ayudar a los
huéspedes que se iban.

FERRUM PHOSPHORICUM

Ferrum Phosphoricum fue presentado en sociedad por Schussler. Schussler no
es muy exigente en lo que a amigos se refiere, le es suficiente con tener
una noción acerca de ellos.

La sociedad, con unas pocas excepciones, amablemente dio la bienvenida a
Ferrum Phosphoricum sin hacer preguntas, pero unos cuantos conversadores,
aunque viejos conocidos de su padre y de su madre no estuvieron dispuestos
a aceptarlo sin saber algo referente a su vida, así que empezaron a
observarlo cuidadosamente.

Principalmente lo observaron cuando se encontraban en compañía de personas
enfermas y cuando inadvertidamente decía: "yo estuve enfermo así alguna
vez", lo anotaban como parte de su historia, por tanto, resulta que tenemos
de aquí y de allá, un poco de la historia de Ferrum Phosphoricum, pero con
poco conocimiento de él.

Para conocer a un hombre, uno debe familiarizarse ampliamente con él, al
punto de conocer sus hábitos de pensamiento, sus deseos, sus impresiones y
expresiones. Nadie nunca llegó a tener un grado de amistad con Ferrum
Phosphoricum como para poder leer sus pensamientos y sentir la influencia
de su vida interior. Esto no es culpa de Ferrum Phosphoricum, sus amigos se
sienten satisfechos de tratarlo superficialmente, él se manifestará alegre
y divertido, nunca les hablará de los pensamientos y sentimientos que yacen
escondidos allá dentro de ser, por lo que, repito, aunque podamos echar una
mirada ocasional a su persona, a través de su historia, no lo conoceremos
realmente.

La figura alta y delgada de su madre, junto con su rostro inteligente y su
delicada y sensitiva naturaleza revela su sangre patricia. Mamá Phosphorus
pertenecía a la familia Psorica, la cual, según Hahnemann, cuenta con
ancestros en línea recta directamente hasta Moisés.

El arrogante y orgulloso padre de cabello oscuro, siempre peleándose y
sonrojándose en cada ocasión, pero no porque sea de noble cuna. Así cada
quien puede alardear de tener un antiquísimo árbol genealógico, de la misma
manera cada quien ha recibido la herencia de pecado e ignorancia que un
árbol genealógico tan grande trae consigo y recae sobre la desafortunada
posteridad.

Y he aquí que el pobre Ferrum era, sin lugar a dudas, un niño robusto. Poco
después de que nació, sus ojos se enfermaron, estaban rojos y le dolían
muchísimo, la enfermera se veía obligada a mantener al pequeño en un cuarto
obscurecido porque la luz lo hacía llorar. Su piel estaba seca y caliente,
se inquietaba por las noches y cualquier ruido inesperado podía ponerlo en
ese estado. La enfermera, una de esas enfermeras entrenadas para casos de
urgencia, le aplicaba un lavado y le curaba los ojos antes de que
produjeran pus, por lo que recibió la gratitud infinita de la madre.

Ojos enfermos de la peor clase, inclusive ceguera, podían hallarse en la
familia de mamá Phosphorus y el  Sr. Ferrum siempre había tenido problemas
con los débiles, orzuelo, etc. No sabías qué pasaría si permitían que su
bebé empezara atener problemas con sus ojos. Lo curaron con muchos trabajos

Cuando se descubrió que Ferrum Phosphoricum tenía "estómago débil",  parecí
no gustarle la leche y la vomitaba en cuanto se la tomaba, la madre supo
que lo había heredado de ella, ya que ella misma no podía mantener ni
siquiera  agua en el estómago por más de 10 o 15 min. Mientras lo cargaba.

El vómito era un ejercicio tan violento, que el bebé de seguro moriría si
continuaba de esa manera, el papá dijo que eran tonterías, él mismo se la
pasaba vomitando la mitad del tiempo, tuviera algo malo o no, le era lo
suficientemente fácil y sentía mejor después del vómito. La enfermera
sabiendo que un pleito podía ser desastroso para la mamá y para el Sr.
Ferrum pues de seguro se enfermarían después de un disgusto, aquietó la
tempestad que se elevaba diciendo: que la enfermedad del bebé se debía
enteramente al absceso en el seno izquierdo de la madre y probó sus
afirmaciones al darle al niño una mamila con agua de cal para corregir la
acidez del estómago; el bebé se recuperó, pero siempre después de eso su
estómago estaba listo para imponerse e infundir respeto a la más mínima
provocación, siempre devolvía la comida en bocanadas. ¿Por qué no habría de
hacerlo? Papá y mamá siempre lo hacían.

Un día, la mamá notó un ligero flujo en la nariz, esa noche la despertó la
tos paroxística del niño, cuando fue a verlo, encontró que tenía fiebre muy
alta, su cara estaba enrojecida, los ojos le brillaban, el pulso era
rápido, la piel seca y caliente y el pecho roncaba a causa de las flemas,
su respiración era corta como si el respirar profundo le molestara y fuera
doloroso. El padre estaba seguro de que el bebé tenía un crup catarral
(garrotillo, difteria) porque mamá Phosphorus la tuvo frecuentemente cuando
era niña; pero la mamá estaba segura de que era asma y se preguntaba
cuantos de la familia Ferrum eran capaces de respirar decentemente.

El médico de la familia, un alópata, diagnosticó bronquitis y... bueno, no
importa lo que haya recetado, desde entonces, el bebé estuvo sujeto a
catarros. Tuvo catarro de la Trompa de Eustaquio, catarro del oído, catarro
del pecho, catarro de los intestinos y probablemente más... Así que el niño
continuó hasta el siguiente verano, siempre sufriendo más o menos con ese
"estómago débil". Vomitaba cuando le daba dolor, vomitaba cuando tosía,
después de comer, antes de comer e inclusive se despertaba para vomitar;
vomitaba comida, bilis, incluso se había sabido que vomitaba sangre pero lo
peor de todo era el vómito agrio, no era un vómito de comida agria común y
corriente sino un agrio punzante parecido a las emanaciones de ácido
sulfúrico. Esto lo irritaba.

Algunas veces se le hinchaba la región del estómago y el hipocondrio, eso
le venía de ambos padres. Entonces los vecinos dijeron que tenía el hígado
crecido y lo frotaron con manteca de cerdo y otras cosas, pero a pesar de
todo, él continúo igual sin ningún otro problema más serio hasta el segundo
verano cuando mudó los dientes, éstos le salieron con fiebre le dio como de
costumbre con la cara enrojecida, la piel seca y caliente, respiración y
pulso rápidos y vomitando la comida en cuanto la tragaba, también tenía una
enorme sed de tomar agua.

Las evacuaciones eran frecuentes, verdes, acuosas, sanguinolentas, escasas,
tenía la cara fruncida, los ojos medio abiertos, la cabeza rodante de un
lado a otro, quejidos al principio del sueño, la evacuación empeoraba en la
noche o después de media noche.

¿Cómo se recobró?, nunca se supo pero después lo encontramos como un niño
brillante de cuatro años, de complexión delicada, cabello claro y
ensortijado, con músculos aceptablemente firmes, aun  que parecía débil.
"No tenía nada malo con excepción de sus dientes". Su dentición difícil fue
sólo el principio del problema por que aunque le salieron con dificultades,
pronto comenzaron a careársele. Cada vez que intenta comer, le empiezan a
doler los dientes, como el dolor siempre hace que se le enrojezca y se le
calienta la cara a Ferrum Phosphoricum (igual que a su padre) lo vemos con
mejillas sonrojadas y calientes, llorando de dolor y corriendo a la jarra
de agua helada en busca de agua fría para tomar un trago y mantenerla en la
boca. Sabe que eso lo aliviará.

Al poco rato lo encontramos con neuralgia en la cara, los dolores son
punzantes, presivos, como latidos pulsantes y empeoraban al agacharse y con
el aire frío. Tiene tendencia a padecer dolores de cabeza congestivos,
cegantes y dolores martillantes en la frente con aflujo de sangre a la
cabeza, cara enrojecida y caliente.

Los dolores de cabeza se mejoran si hay sangrado por la nariz. La sangre de
Ferrum Phosphoricum que sale por la nariz es roja y brillante, en esto es
como su madre, su papá a menudo tenía epistaxis pero la sangre era pálida.

Podría continuar y platicarles de cuando le dio sarampión, durante el cual,
las parótidas se hincharon, se enrojecieron y le dolían o de cuando le dio
difteria durante la cual, la membrana aparecía primero en la amígdala
derecha, o de su tos-ferina en la que vomitaba y orinaba con los paroximos
de la tos.

Podría también hablar de las venas congestionadas o platicarles de la
neumonía que le dio en un repentino ataque con fiebre alta, respiración
corta y dolorosa y durante la cual no podía acostarse, tosía sangre
brillante y estaba inquieto durante las noches; pero el tiempo nos obliga
al reumatismo del cual estuvo tan dolorosamente enfermo.

Junto con todos estos otros problemas, el pobre Ferrum Phosphoricum se vio
obligado también a sufrir los terribles dolores del reumatismo. Había que
culpar por ello a su Sicósico padre. Sabía cuando se casó son la Srita.
Phosphorus, que nunca se había curado de esa vieja gonorrea contraída mucho
tiempo atrás, pero poco importo el sufrimiento que le acarrearía a su
confiada esposa y a su hijo por nacer - ¿Hubo alguna vez egoísmo más
despiadado y perverso? ?

Así que el pobre de Ferrum Phosphoricum daba vueltas noche tras noche con
reumatismo, esto cuando el dolor le daba en un lugar que le permitiera
caminar. Su reumatismo era de los que brincaba de articulación en
articulación y cuando le daba en la cadera, rodilla o tobillo, caminar era
imposible. Tenía violentos dolores en el brazo y hombros derecho, eran
dolores tirantes y desgarrantes que se mejoraban con movimientos suave y
era tan sensible al tacto que no podía soportar el saco puesto. La
articulación estaba roja e hinchada y los dolores eran insufribles. Tenía
dolores en las muñecas y los dedos contraídos, una articulación tras otra
era atacada, estas estaban hinchadas, abultadas pero no muy rojas; dolores
severos en las rodillas que le bajaban hacia las piernas; Pies hinchados,
sensibles al tacto y un terrible y constante dolor en todo el pie y
tobillo. Además de todo el dolor, tenía fiebre alta, la cara roja y el
pulso rápido, todo esto, junto con la severidad del dolor, no lo dejaba
dormir por las noches y todos los días entre 4 y 6 de la mañana sudaba
copiosamente lo que aumentaba el dolor ya de por sí agudísimo. No podía
contener las lágrimas, Ferrum Phosphoricum era muy sensible al dolor. Ahí
estaba el pecado del padre cayendo como una maldición sobre el hijo.

Durante el invierno de 1889 y 1890, nuestro primer año de gripe (influenza)
Ferrum Phosphoricum estuvo enfermo. Sus síntomas eran muy parecidos a los
de su viejo catarro de pecho. Estaba muy postrado por la enfermedad y nunca
pareció recuperarse completamente aunque podía andar de aquí para allá. Al
pasar el tiempo, se hizo notorio que estaba nervioso y que se debilitaba
día tras día, profusos sudores nocturnos parecían  debilitarlo; estaba
inquieto por las noches y se sentía cansado con deseos de acostarse durante
el día. Después de comer, le daba una tos seca, no prolongada y vomitaba la
comida.

En lugar de las muy brillantes y rojas mejillas, la cara aparecía pálida y
cetrina excepto por las tardes o cuando tenía dolor, entonces el ya
conocido rubor regresaba a las mejillas. Si recordamos su naturaleza
hemorrágica, puesto que ha sangrado por caso todos los orificios de cuerpo,
no nos sorprenderá saber que la tos hizo que le saliera sangre clara y
brillante o que en cada esfuerzo o que cada vez que sale aire frío, el
esputo se teñía de sangre. No se necesita ningún diagnóstico para revelar
el significado de todo esto. Esa terrible enfermedad, tuberculosis, tisis
la cual tan rápidamente mató al padre y a la madre, se atenuaba de vez en
vez en Ferrum Phosphoricum pero el final era inevitable.

Ferrum Phosphoricum, la inocente víctima, ciertamente estaba muriéndose.
¿Quién era el asesino? ¿Fue la generación de antecesores cuya ignorancia
apiló montañas de psora que le esperaban? ¿Fue el padre, cuyo pecado lo
maldijo con Sicosis? ¿Fue la enfermera que suprimió los problemas en los
ojos o fue el remedio aunque la naturaleza se lo gritó durante toda una
vida de sufrimiento?.

¿No es el médico el responsable de todos los de todos los sufrimientos
innecesarios que vienen después de que la naturaleza ha dicho claramente el
remedio? Si algún médico sabio le hubiera dado al bebé, Ferrum
Phosphoricum, - el remedio correcto ? la fuerza vital se habría restituido
a su orden natural y él se habría escapado de su herencia.

¡Vaya grito el que se eleva de los pequeños que sufren contra esos médicos
que teniendo ojos no ve y teniendo oídos no oyen lo que la naturaleza les
está diciendo! Cuando la naturaleza puede redimir a la sufriente humanidad,
¿Qué castigo es lo suficientemente grande para el pecado de la ignorancia
en aquellos cuya ignorancia aumenta la ya muy pesada carga de las víctimas
inocentes?.

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UN DIA DE ACCION DE GRACIAS EN CASA DE LA ABUELA CARBO

Había una gran excitación en la vieja mansión Carbo. Era el día de Acción
de Gracias y en esta fecha en particular, la familia Carbo iba a tener una
reunión. Cuando se enviaron las invitaciones nadie pudo encontrar las
direcciones de Bismuthum Carbonicum, Cuprum Carbonicum, así que se vieron
obligados a no incluirlos en la lista, pero todas las otras ramas de la
familia fueron invitadas.

Manganum Carbonicum había caído en un estado de abatimiento, estaba
deprimida, ni siquiera la música alegre la animaba y en relación a la
comida, le tenia aversión, siempre tenía la sensación de que había comido
demasiado. Las molestias y fastidios de la vida eran demasiado importantes
para ella de tal manera que no podía permitirse ninguna clase de diversión,
así que declinó la invitación y envió sus disculpas lamentando no asistir.

La Sra. Plumbum Carbonicum se había identificado e integrado tanto a la
familia de su esposo que ya casi no se le podía diferenciar de un Plumbum.
Había perdido todo el interés en la familia Carbo, así que también se
disculpó por no asistir. A excepción de ellos de todos los demás miembros
de la familia asistieron.

Debían haber visto a la querida abuelita Carbo Vegetabilis junto con su
hermana gemela Carbo Animalis, recibiendo a sus invitados. Ella no estaba
muy fuerte, pobrecita, tomaba su acostumbrada siesta en su silla favorita
cuando el clamor de los huéspedes que llegaban, la despertó; tomó su
abanico y se apresuró a subir al porche para recibirlos. La pobrecita
sufría de asma y siempre llevaba su abanico consigo aún cuando salía fuera
de la casa. La abuela tenía una voz débil que pronto se le acabó a resultas
del esfuerzo, así que su saludo era expresado por una sonriente cara pálida
y dejó que fueran los jóvenes los que hablaran. La tía Carbo Animalis no
era más fuerte que la abuela Carbo Vegetabilis nunca había tenido mucha
fuerza o energía y ahora en la vejez había desarrollado un carcinoma, cosa
que ciertamente no mejoraba su estado, pero en la unión estaba la fuerza, y
fue necesaria la unión de las fuerzas de las dos viejecitas para hacer
justicia a la ocasión.

Un buen grupo de hijos, nietos, sobrinos y sobrinas llegaron corriendo a
saludar a la vieja damas.

La gordita Amonium Carbonicum con sus escrofulosos hijos, la histérica
Baryta Carbónica con su pobrecito hijo enano,  enano de mente al igual que
su cuerpo. Calcárea Carbónica, hermosa, gorda, y fofa, débil, flácida, con
sus gordos y tercos hijos; la asmática y de cabello negro Kali Carbonicum,
débil a pesar de su obesidad, sin hijos, aunque no era su culpa; la débil
de vista Lithium Carbonicum, la nerviosa Magnesia Carbónica, irritable como
siempre; Natrum Carbonicum por esta ocasión había hecho a un lado su
desagrado por el ejercicio y el aire libre y, Stramonium Carbonicum con sus
bien arropados, habían venido todos a celebrar esta día de Acción de
Gracias con la abuela Carbo.

La cena estaba lista pero los huéspedes estaban un tanto retrasados para
sentarse a la mesa, ya que los niños, después de una hora de juegos,
necesitaban un poco de limpieza para estar presentables. Ocurrió que, por
ser los pequeños Amonium Carbonicum tan hemorrágicos por naturaleza, y
también porque resultaron tener una gran aversión a ser lavados, a la hora
que comenzó el proceso de limpieza, les empezó a sangrar la nariz y
comenzaron a llorar. La abuela trató de callarlos sobornándolos con azúcar,
que les encantaba, finalmente la Sra. Amonium Carbonicum logró detener la
epistaxis y con las caras llenas de manchas rojas, manos azules y venas
hinchadas pero limpias, estuvieron al fin listos.

La pequeña Baryta Carbónica no necesitaba lavarse. Los niños de Calcárea
habían intentado pelearse con ella pero era tímida con los extraños por lo
que se escondió en un rincón y se mantuvo tan quieta, que no había un solo
rastro de mugre en su persona. No ocurrió lo mismo con los hijos de la Sra.
Calcárea Carbónica, que anduvieron danzando de arriba abajo e ido a donde
quiera que sus débiles piernas las habían llevado y también se habían caído
tan a menudo como esas mismas pequeñas piernas habían cedido bajo sus
cuerpos o esos pequeños dedos de los pies habían tropezado contra la más
ligera elevación. Pero cada uno había encontrado lo que le gustaba y cuando
aparecieron ante los ojos de sus parientes reunidos en el comedor, unos de
ellos estaba mordisqueando un pedazo de gis otro hacía lo mismo con un
pedazo de carbón y otro tercero comía a pedazos una papa cruda cosa que
horrorizaba a Kali Carbonicum, quien sufría siempre de indigestión por lo
que ser muy cuidadosa con lo que iba a dar a su estómago.

La Sra. Calcárea, rápidamente transformó a sus pequeños que estaban muy
sucios, en la imagen de la limpieza con rostros dulces y mejillas
sonrosadas y los trajo a la mesa.

La abuela Carbo sentó a los invitados de acuerdo a sus necesidades.

La débil de vista, Lithium Carbonicum, fue colocada en una esquina donde la
luz era tenue; Natrum Carbonicum quien había sufrido insolación años antes
y de cuyos efectos nunca se había recuperado totalmente, le fue otorgado el
lugar más fresco; en cambio a Strotium  Carbonicum le dieron el lugar más
cercano a la chimenea ya que estaba en peligro de apoplejía si se exponía a
una corriente de aire o si no mantiene caliente. El comedor de la abuela
estaba construido de tal manera que no tenía ventanas, la luz entraba por
el techo, de esta manera se evitaban las corrientes de aire, muchos de sus
hijos eran sensibles al aire, si bien ella misma no podía exponerse mucho a
éste.

¡Esa fue una cena de Acción de Gracias gloriosa! No fue uno de esos
convites modernos donde se sirve una serie interminable de platillos sino
de esos ágapes a la antigua como los que celebraban nuestros antepasados
puritanos. Había mucho de todo lo que e podía encontrar en el mercado y
había sido preparado para satisfacer el gusto de los invitados.

La comida hacia la cual algún invitado sentía alguna aversión especial, fue
colocada lo más lejos posible de su vista, por ejemplo: todos los dulces,
frutas y especialmente ciruelas se colocaron lejos de Baryta Carbónica, las
carnes se mantuvieron lejos de Kali Carbonicum, los Calcárea y los
Strontium.

No se puso leche cerca de los Natrum Carbonicum o de Calcárea y así, por
otro lado sí había algún platillo del que un huésped gustara en especial,
se le colocó a su alcance. Nadie podía describir esa mesa o decir lo que
estaba sobre ella. Los gustos de todos habían sido considerados. Había pan,
comida en frío y muchos terrones de azúcar para los Amonium Carbonicum. La
abuela sabía que los terrones de azúcar eran más puros que el dulce. Había
huevos, cosas ácidas, cosas saladas, dulces, helados y postres para los
Calcárea Carbónica; para Kali Carbonicum había cosas ácidas, cosas dulces y
azúcar; carne, pan y fruta para Magnesia Carbonicum. Tampoco se le olvidó a
la abuela la sed de sus huéspedes ya que proveyó la mesa con agua fría para
Natrum, Magnesia y Calcárea Carbónicas; con cerveza para Strontium,
limonadas para los Calcárea además de varias bebidas ácidas para magnesia y
Kali Carbonicum.

Cuando todos estuvieron sentados, la abuela Carbo lanzó una mirada
afectuosa a todos los presentes en la gran mesa y les dijo que pasaba que
cada uno debía decir por qué cosa en particular tenía que estar agradecido
y puso el ejemplo diciendo ella, en lo personal, estaba enormemente
agradecida por el hecho de que a muchos de los miembros de su familia, les
había sido posible una vez más, reunirse en su mesa.

Los niños rieron tontamente del discurso de la abuela, no por que hubiera
sido divertido sino porque empezó a hablar con una voz profunda y grave y
acabó prácticamente sin voz alguna, es que la pobre abuela se estaba
esforzando mucho.

La despistada Ammonium Carbonicum olvidó qué era por lo que tenía que estar
agradecida y apenas pudo contener las lágrimas en su angustia por recordar
alguna bendición recibida, finalmente recordó que daba gracias de que el
día era agradable ya que sus hijos siempre se ponían muy irritables cuando
había tormentas.

La pequeña Baryta Carbónica se asomó tímidamente de entre los pliegues del
vestido de su madre y se veía agradecida por haber encontrado un lugar para
ocultarse tan protector, no dijo nada.

La Sra. Calcárea pensó que tenía muchas cosas qué agradecer y que no podía
esperarse que las recordara todas, pero sus hijos que habían estado
resueltamente observando la mesa, irrumpieron todos como si fuera una sola
voz, diciendo: "pepinillos, huevos, pasteles, carne enlatada, helado,
limonada, es una buena cena" y la amorosa madre recordando a sus pálidos y
enflaquecidos hijos que se habían ido al otro mundo, respondió: "Sí, damos
gracias por la cena, pero estoy más agradecida por mis rozagantes y de
aspecto tan saludable hijos quienes, sé que tienen el estómago
suficientemente grande para dar cabida a esta cena".

Kali Carbonicum contempló indiferente la mesa y estaba contenta de que los
demás estuvieran felices aunque ella se sintiera deprimida.

Por esta sola vez Lithium Carbónicum se olvidó de lloriquear por su soledad
y estaba agradecida por descubrir que tenía tantos parientes aunque tenía
dificultad para recordar sus nombre.

La nerviosa Magnesia Carbónica dijo que había estado temblando de miedo
todo el día porque creía que podía ocurrir un accidente, ya que siempre
pasaba algo cuando se reunían tantas personas, y estaba agradecida de que
nada hubiera ocurrido.

Natrum Carbonicum tenía mucha dificultad para comprende y conectar los
pensamientos, comprendió en ese momento, que se esperaba que estuviera
agradecida por algo, fue entonces cuando sorprendió a sus parientes al
anunciarles que su estómago estaba vacío y que estaba agradecida de que la
cena estuviera lista. Al escuchar eso, Magnesia Carbónica, Lithium
Carbonicum y todos los pequeños Calcárea cordialmente respondieron:
"Nosotros también", lo que recordó a la abuela que ya era hora de que se
les sirviera a los huéspedes.

Los pequeños Ammonium Carbonicum rápidamente se sintieron satisfechos
porque aunque tuvieran mucha hambre, una pequeña cantidad de comida siempre
los saciaba, así que suplieron el hecho de no comer, ingiriendo líquidos.

Baryta Carbónica pronto dejó de comer, no porque le diera pena comer mucho
sino porque de repente comenzó a sentir disgusto por la  comida. Nadie la
forzó a que siguiera comiendo ya que todos estaban de acuerdo en que ningún
niño con unas amígdalas tan hipertrofiadas y endurecidas pudiera tragar
mucho, se preguntaban cómo alguien con una garganta así podía lograr pasar
algo de alimento.

Strontium Carbonicum no tenía ada e apetito, pero le daba sordos a su
cerveza y se divertía observando a los otros quienes de verdad le estaban
haciendo justicia a la cena.

Mientras cenaban, la abuela no pudo evitar notar los rasgos características
de la familia en sus hijos. A todos les había tocado enfrentar el lado duro
de la vida y a medida que cada una narraba su historia a los compadecidos
escuchas, la abuela observaba y hacía sus comparaciones. En cada uno de los
comensales reconoció algunas de las características de sí misma o de su
hermana, Carbo Animalis pero con un mayor o menor grado de desarrollo.

La distracción que todos padecían, le recordó sus periódicos anhelos de
tener una mejor memoria. En la pereza mental de sus descendientes, vio
reflejada su débil memoria y su lentitud para pensar. Recordó también la
época cuando su ansiedad era tan grande que la hacía temblar y llorar al
ver que sus hijos padecían ansiedad y lloraban. La tímida Baryta Carbónica
le recordó su propia y tímida niñez al igual la época en que ella
fácilmente se asustaba también. Ahora se sonreía al recordar su antiguo
miedo a los fantasmas. Los tercos niños Calcárea niños Calcárea le
recordaban sus días cuando en un arranque de furia, acostumbraba golpear y
morder para expresar su coraje. Las hemorragias nasales de los Ammonium
eran una herencia de parte de la rama Carbo de la familia; tenían esa
sangre oscura y delgada tan familiar para la abuela pero las epistaxis de
los Ammonium se producían más fácilmente que las de ella; a ella nunca le
sangró la nariz por el simple hecho de que le lavaran la cara. Ammonium era
la más hemorrágica de todos sus hijos aunque la mayoría de ellos sufrían
hemorragias hasta cierto grado. La nariz de Baryta Carbónica sangraba como
si fuera un catarro de la parte posterior y casi siempre le daba antes de
su menstruación. El sangrado de la nariz de los Calcárea parecía más bien
originarse en la fosa nasal derecha y era tan frecuente y profusa como la
de la abuela, pero les daba más bien en la mañana mientras que a ella
normalmente le daba en la noche aunque a veces le daba antes del medio día
y era seguido por un desmayo o por un dolor de pecho.

Los Ammonium Carbonicum sangraban por la mañana y generalmente del lado
derecho aunque algunas veces también sangraban del lado izquierdo. la mayor
parte de los problemas de los Ammonium son del lado derecho.

Litium Carbonicum se condolía mucho de los problemas de Ammonium porque los
suyos también se daban en el lado derecho.

Kali Carbonicum, como Ammonium  sufría de las hemorragias nasales al
lavarse la cara en las mañanas.

Calcárea Carbónica sangra del lado derecho y Strontium sufre los efectos
crónicos de las hemorragias.

Calcárea Carbónica tenía problemas con sus hijos. A pesar de su buen
apetito y gordos cuerpos, no eran saludables. Les salieron los dientes con
dificultad y lentamente, sus fontanelas no les cerraron pronto. Ella tenía
que entablillar sus arqueadas piernas y sus espaldas para que estuvieran
derechos. Nunca podía hacer que sus camas se vieran decentes porque las
mojaban todas las noches, aunque a veces podían evitarlo si los despertaban
al principio de su sueño, eso si los despertaba a tiempo; de cualquier
manera, tampoco les servía de mucho y que sudaban tan profusamente que por
las mañanas la cama estaba tan mojada como si se hubiera orinado.

Las glándulas del cuello se les habían hecho enormemente grandes.

Uno de ellos sufría enfermedad de la articulación fémoro-tibial, otro,
padecía edema blanco y varios habían muerto de marasmo.

Las hemorragias de la Sra Calcárea Carbonica la compadecían mucho porque
ellas habían sufrido experiencias similares.

Los hijos de Ammonium Carbonicum también eran escrofulosos, aunque las
glándulas no les habían crecido tanto como a los hijos de Calcárea, también
sufrían de sudoraciones profusas por las noches y micción involuntaria
durante el sueño, su orina era pálida con un sedimento rojo.

La Sra. Ammonium tenía mucho miedo que les diera fiebre escarlatina, sus
hijos eran de tal naturaleza hemorragípara que normalmente les daba
escarlatina en su forma maligna.

La pequeña Baryta Carbónica también era una niña escrofulosa. Tenía las
glándulas del cuello crecidas con úlceras fistulosas. Su problema glandular
era el resultado de la fiebre escarlatina. Tenía una irritación de la
vejiga que se empeoraba por las noches, lo que le provocaba que mojara la
cama.

Los pequeños Magnesia Carbónica y Natrum Carbonicum también se sabían toda
la historia de las glándulas agrandadas y la escrófula.

Los niños de Magnesia Carbónica eran lentos para cambiar los dientes,
tenían micciones involuntarias con orina delgada durante el día; sudaban
por las noches de las 12 p.m hasta la mañana, el sudor era grasoso y
difícil de lavar, tenía un olor agrio y pútrido.

Los enflaquecidos y pálidos hijos de Natrum Carbonicum tenían sudores
nocturnos alternados con piel seca. También sufrían de micción involuntaria
por las noches y tenían un olor agrio o a orina de caballo y dejaba un
sedimento mucoso.

La abuela meditaba mientras escuchaba. Sudoraciones nocturnas, vejiga
débil, glándulas agrandadas, escrófula, todo junto lo habían heredado de
los Carbo. Ella recordó sus propias agotantes sudoraciones nocturnas, sus
glándulas agrandadas y supurantes y sus problemas con la vejiga ya que
acostumbraba mojar la cama tanto como cualquiera de sus nietos y mientras
pensaba en ello, se preguntaba a sí misma si alguien tan psórico tenía
derecho de casarse y tener hijos cuya herencia sería un continuo
sufrimiento.

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Encontramos en el marco de una de las principales tradiciones
norteamericanas como es el Thanks giving day, encajada magistralmente la
historia de una familia homeopática muy amplia pero no por ello manos
importantes, antes al contrario, nos habla de la personalidad de cada
medicamento, sus relaciones de parentesco con los que en su origen le son
afines. Es un estudio ricamente adornado de las constituciones de los
medicamentos de la familia Carbo Vegetabilis aunque por desgracia poco
amplios para la importancia de cada remedio. Sin embargo la principal
enseñanza que deberemos tomar de esta lectura es la forma de correlacionar
a los medicamentos homeopáticos y cómo estudiar sus características
fundamentales y características a la vez que comparadas con los que más se
le asemejan para una mejor indicación terapéutica.

NAVIDAD CON LOS CROCUS

El Sr. y la Sra. Crocus se decidieron a tener una celebración especial para
la navidad.

Ambos son personas muy volubles y muy rápidamente se arrepienten de sus
decisiones, por lo que fue una maravilla el que su celebración navideña se
haya materializado. Cuando planeaban la fiesta el Sr. Crocus tomó papel y
lápiz para apuntar las sugestiones pero no pudo hacerlo porque ya había
olvidado cuáles eran, entonces se deprimió mucho; estaba seguro de que ya
no era apto para los negocios y creía que iba a morir. La Sra. Crocus se
enojó mucho con él pero justo cuando estaba a punto de darle una buena
regañada por sus tonterías su enojo desapareció de repente; cuando se dio
cuenta de que no se sentía enojada con él, se puso furiosa consigo misma
por ser una criatura tan débil que no era capaz de contener un enojo.

Los niños Crocus eran pequeños cariñosos y felices, llenos de alegría y
risas pero con todo y eso, tenían violentos arranques de enojo y uno nunca
podía decir en qué momento se podría disparar en cólera.

El Sr. y la Sra. Crocus decidieron no tener un árbol de Navidad porque
cambiaban tan frecuentemente de parecer que les tomaría demasiado tiempo y
dinero seleccionar los regalos.

Cuando los pequeños Crocus oyeron que no iba a haber árbol de Navidad,
cayeron en las profundidades de la angustia y la desesperación, tal fue la
tristeza que les embargó, que fue muy difícil creer que hubiera sido los
mismos niños tan horriblemente deprimidos, los que empezaron a brincar,
reir, saltar, cantar y besar a todo el mundo cuando escucharon a sus padres
que tendrían una fiesta en su casa en lugar del árbol.

Difícilmente pudieron esperar a que llegara la noche de Navidad pero
finalmente llegó y con ella los invitados. El abuelo Crocus era un veterano
de guerra, su vieja herida que había sanado perfectamente cuando le fue
hecha, pero se le había vuelto a abrir y le estaba ocasionando una dolorosa
supuración. El abuelo Crocus ya no es joven, sus rodillas ceden mientras
está de pie, se pueden oír los crujidos de sus articulaciones y de sus
rodillas cuando se agacha; mientras más camina, más trabajo le cuesta
hacerlo. El coronel Staphysagria, que había recibido una estocada en la
batalla en que el abuelo fue herido y quien ahora era también viejo, torpe
y débil, fue invitado para que le hiciera compañía.

Un encantador programa había sido planeado para el entretenimiento de la
noche de Navidad. Los mismos Crocus hicieron bullicio con júbilo y
estuvieron listos para dirigir cualquier diversión.

La Srita. Arum Triphyllum que estaba invitada para cantar un solo empezó
con muy buena fe, pero pronto su voz se apagó y se vio obligada a callar,
pero eso no hizo ninguna diferencia, ya que desde la primera nota, los
Crocus involuntariamente, se le unieron  a cantar. Rieron y callaron pero
cuando precisamente cuando a la Srita. Arum se le iba la voz, empezaron
nuevamente y el solo fue finalizado como un alegre coro.

La Srita. Agaricus pensó que la Srita Arum era muy tonta al tratar de
cantar a sabiendas de que su voz le fallaría después del esfuerzo que había
hacho en el ensayo del coro. Ella misma se había negado a cantar por la
misma razón, después de que finalizó el canto la Srita. Cicuta entretuvo a
la concurrencia con una danza artística, la cual fue suficientemente
grotesca como para haber tenido su origen en la época de los aborígenes.
Mientras veía a la Srita. Cicuta, las hermanas Tarentula no pudieron tener
las manos, pies y cabeza quietas, aunque, la música usualmente tenía un
efecto calmante en ellas, antes de que la danza terminara, no pudieron
contenerse más y saltaron sobre sus pies y empezaron una salvaje danza de
su propia inspiración. Al momento todos lo Crocus y de hecho todos los
invitados que pudieron bailaron, poniéndose de pie y una danza general
siguió con música y risas; cuando todos estuvieron cansados de bailar,
Veratrum propuso unos de esos viejos juegos de besos. Los Crocus, que son
aficionados a los besos como a cantar y bailar, estuvieron de acuerdo, pero
la Srita. Agaricus que era muy decente, propia y pulcra, objetó el besuqueo
promiscuo, dijo que los besos tienen que ser dados, cuando fuera necesario,
en las manos solamente y finalmente se acordó que los muy decentes podían
dar y recibir sus besos en la mano si ellos deseaban, pero lo otros podían
tomar los suyos en la buena y tradicional forma y manera. El juego empezó y
todo iba bien hasta que alguien se le olvidó y dio a la Srita, Anacardium
un beso en la mejilla, que la hizo enfurecer a tal grado que dijo una
leperada tan grande que causó el horror de todos y el juego cesó de
repente.

En este punto, la Sra. Crocus, cuyo peculiar gusto por las bebidas frías y
refrescantes, le recordó los refrescos e hizo que fueran por ellos,
entonces la gente joven se sentó alrededor de la chimenea y se preparó para
disfrutar de lo que se iba a dar. A penas habían comenzado a tomar sus
refrescos cuando el señor Belladona vio o pensó haber visto un fantasma en
el fuego, nadie más lo vio, peor cuando mucha gente está reunida alrededor
de una fogata y empieza a hablar de fantasmas todo el mundo tiene su propia
historia que contar. Entonces, alguien preguntó: ¿a qué hora se aparecerían
los fantasmas? Arsenicum dijo que a cualquier hora, de día o de noche,
Dulmacara y Zincum pensaron que se aparecerían solamente cuando uno se
acaba de despertar, pero Lachesis, Sulphur, Calcárea y Bryonia estuvieron
de acuerdo con Arsenicum y dijeron que los espectros podrían aparecer a
cualquier hora si uno solamente cerraba los ojos. Aurum insistió que ellos
siempre estaban revoloteando en el aire. Pulsatilla y Árnica estaban
seguros que nunca se aparecerían, excepto en sueños. Crotalus Cacabella
(Horridus) empezó a contar sobre un fantasma de un muerto que había visto
una vez, se veía como un gran esqueleto negro, pero en este momento, la
Sra. Crocus sintió sueño y viendo que toda la bebida y la comida se habían
acabado y que la conversación había tomado un rumbo equivocado, mandó a
todos a la cama.

Todos se fueron a la cama, pero no a dormir. Lachesis, Nux Vomica,
Pulsatilla y Sulphur estaban tan excitados que sus pensamientos los
mantuvieron despiertos y cuando Pulsatilla y Árnica finalmente se perdieron
en la tierra de los sueños, fue para soñar con fantasmas. Lachesis se
despertaba cuando empezaba a dormirse con la idea de que se estaba
sofocando; cuando por fin todos ellos dormían tranquilamente algo los
despertó y comenzaron por preguntarse si era el coro angelical de la mañana
navideña o solamente murmullos, pero cuando se despabilaron lo suficiente
como para saber de donde provenía la música, descubrieron a los Crocus
cantando en sueños, Belladona y Phsophoric Acid, también profundamente
dormidos los estaban ayudando.

Arsenicum ocupó la cama con Sulphur, pero Sulphur pateó las cobijas al
suelo y Arsenicum sintió como si estuviera congelado, él mismo estaba
intranquilo y cuando ya no pudo aguantar más se levantó y se fue a sentar a
una silla por un momento, encontrando que eso no mejoraba el problema, se
fue gateando hasta la cama con Nux Vomica, a quien encontró cómodamente
arropado, Arsenicum estaba tan inquieto que rápidamente destapó a Nux, por
consiguiente éste lo regañó sonoramente diciéndole que el no pudiera dormir
no era razón para tener a todos despiertos, de modo que Arsenicum se fue a
sentar a la silla otra vez y cuando se cansó de ello regresó a su cama con
Sulphur.

A la mañana siguiente, fue difícil levantar a todos para desayunar. Nux y
Sulphur insistían en regresar a echarse otro sueñito, Pulsatilla estaba tan
cansada al despertar que sentía como si no hubiera dormido en absoluto pero
sabía que entre más estuviera acostada más cansada se sentiría, por lo que
se levantó al momento. Cuando al fin todos se habían levantado, el deleite
del día fue casi estropeado por la enfermedad del más grande de los
hermanos Crocus. Se quejaba de agudos y frenéticos dolores en el globo
ocular derecho, apareció de repente y de la misma manera el ojo quedó
ciego. La perdida de la visión empezó en el centro y se esparció
rápidamente hasta apagarse toda la luz, la pupila estaba ampliamente
dilatada y tenía una sensación de que aire frío estaba soplándole a través
de los ojos.

Estaba planeado que después del desayuno todos tenían que ir al bosque por
adornos navideños verdes, pero estaban todos tan apenados por la pérdida de
la vista que había sufrido el niño que le ofrecieron quedarse con él. El
Crocus ciego dijo que no, que él podía quedarse y oír al Coronel
Staphysagria y al abuelo para hablar de viejos tiempos y que deberían ir
sin él.

Por fin todos se habían ido al bosque y la Sra. Crocus se apresuró a poner
en orden la casa antes de que ellos regresaran. Un poco antes de que medio
terminaran el trabajo que había iniciado, se asomó por la ventana y vio a
una de sus hijas corriendo a la casa tan rápidamente como su pies podían
llevarla, la niña se precipitó dentro del cuarto y cayó en un mortal
desmayo a los pies de su madre. Después de que la resucitaron se puso
histérica; la Sra. Crocus no podía imaginar qué había pasado, al principió
besó a la  niña y la acarició, después le gritó y la regaño hasta que al
fin logró calmarla lo suficiente para que contestara a las preguntas y
entonces la niña comunicó a su madre la terrible noticia de que se había
tragado un sapo. Ella no podía saber cuando lo había hecho pero lo podía
sentir brincándole en el estómago. Por un momento la Sra. Se puso furiosa
porque se había hecho un gran escándalo por nada, pero después se mostró
apenada porque otro miembro de la familia tenía molestias con la sensación
de algo brincándole por casi todo su interior. La Sra. No tuvo mucho tiempo
para afligirse ya que todo el alegre grupo pronto llegó en tropel a la casa
con los adornos de Navidad. Agaricus y los Crocus a quienes se les había
helado los pies y tenía sabañones, estuvieron quejándose de sentir
hormigueos en los pies.

Después de que las habitaciones habían sido decoradas, los muchachos Crocus
a quienes siempre les gustaba estar afuera al aire libre, propusieron un
juego de Rughy. No sé lo suficiente acerca del juego como para describirlo,
pero todo iba bien hasta que llegó la hora de que tuvieron que amontonarse
unos sobre otros sobre el balón, cuando emergieron de aquella pila,
Platinum, Belladona y los muchachos Crocus sufrían de epistaxis. La sangre
de Platinum era obscura y se coagula, la de Belladona era rojo brillante y
caliente pero la de los Crocus caía haciendo un hilo de color oscuro. Ellos
rieron y pretendieron no hacerle caso, pero a pesar de sus pretensiones, un
sudor frío les vino en grandes gotas sobre sus frentes y se desmayaron.
Mientras la mamá tratando de volverlos a la realidad se dio cuenta de que
se rascaban continuamente, ahora aquí, luego allá como si tuvieran comezón
en todas partes por lo que les aflojó la ropa para investigar cual no sería
su sorpresa al encontrar el cuerpo de cada uno de ellos cubierto de un
enrojecimiento escarlata. La rapidez de decisión era uno de los puntos
fuertes de la Sra. Crocus, aunque se viera obligada a cambiarla de
inmediato así que mandó a los suyos a la cama y  llamó al doctor, también
envió a su esposo con los invitados a casa y esperaba que su celebración de
Navidad no hubiera sido el inicio de una epidemia de escarlatina en el
pueblo.

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Al presentar a Crocus Sativa como una familia en una celebración habla
extensamente de un mismo sujeto, se extiende en muchos síntomas que compara
con diferentes medicamentos, sus invitados, pero necesitamos de una
especial concentración, como cuando leemos las largas descripciones de
Homero para poder resumir los datos y formarnos un claro concepto del
remedio.

PSORINUM Y SULPHUR

Psorinum fue el fundador de la gran familia aristocrática Psora. Su nombre
antiguo no era Psorinum, pero por razones que convienen, lo llamaremos así.
La historia nos proporciona un buen conocimiento de él pero no dice cuando
y donde nació. El que su nacimiento ocurrió tiempo atrás en la antigüedad
es un hecho conocido por que en los libro bíblicos, una rama de su familia,
la rama llamada  lepra, se había vuelto aristocrática, pero se crearon
leyes especiales para evitar que la gente tuviera familiaridades con sus
miembros. También es un hecho conocido a través de las generaciones, que
tanto sangre real como leal se han mezclado abundantemente con la Psora; y
¿cómo fue entonces, que la patricia familiar de Psorinum se formó? Él mismo
era plebeyo pero, ¿qué importa eso? Todos los árboles genealógicos de las
familias aristócratas han estado alguna vez en suelo plebeyo.

Si Psorinum viviera hoy, se le encontraría en los barrios bajos de una de
nuestras grandes ciudades, sería joven pelafustán más triste, más mugroso,
con los ojos irritados, cascarrabias, hediondo e inmundo que ha vivido,
pero Psorinum vivió antes de que apareciera al pilluelo en las ciudades;
probablemente vivió antes de que apareciera el pilluelo en las ciudades;
probablemente vivió antes de que aparecieran las ciudades mismas. Así es
que no pudo ser un pilluelo de barriada, debe haber sido un porquero.
Posiblemente al hecho de que criaba puercos probablemente se debió el que
recibiera el titulo de "Sir" y como su nombre original era Ra, por muchas
generaciones su familia vivió con el nombre de Sir Ra que degeneró en el de
Psora, hasta que recientemente un genealogista, al tratar de reunir la
historia de Sir Ra con un descendiente aristocrático, derivó el nombre al
de Psorinum. Psorinum, el porquero, en realidad nunca gustó mucho de su
trabajo. Se volvió melancólico, apático, triste, desanimado. Esa pudo haber
sido la razón por la que no tenía la ambición de estar limpio. La
influencia de la compañía es tan grande que uno, rápidamente hace suyos los
deseos de sus asociados. No es de sorprenderse entonces que al tener a los
cerdos por camaradas encontremos que él no tenga ambiciones y esté sucio.
Al igual que los cerdos él se recreaba solamente con la suciedad y como
había perdido el sentido del olfato no le era tan repugnante como para el
resto de las personas. Era tan sucio que se llenó de costras sucias,
gruesas y amarillas; le salieron en el cuero cabelludo y se extendieron
hacia la frente, el cuello, los oídos y mejillas. Las costras se quebraban
y agua amarilla y agua fluía de ellas, una pus amarilla y maloliente manaba
de debajo de las costras; el cabello se le volvió tieso y enmarañado y
lleno de sabandijas. Su piel estaba sucia y tenía una apariencia grasosa y
tenía todo el cuerpo lleno de erupciones costrosas y malolientes. Se veía y
olía como si nunca se bañara y probablemente no lo hacía.

Que cosa extraordinaria hizo para elevar a su familia de su origen plebeyo,
no se sabe, fuera del hecho, como dije antes, de criar puercos muy bien. Es
posible que alguna de las invenciones de su nieto Sulphur le fueran
atribuidas a él. Psorinum y su nieto Sulphur son tan parecidos entre sí
como si fueran dos chícharos y a menudo toman al uno por el otro.

Sulphur era más filosófico que su abuelo pero en el carácter se le parecía
mucho. Ambos son irritables a veces, ambos tienden al desaliento, triste e
infelices y en ocasiones ambos son estúpidos, aunque Sulphur no es tan
intenso en ello como Psorinum.

Sulphur parece tener un verdadero afecto por su abuelo. Sabe todos los
pensamientos y acciones espontáneos y naturales del viejo que siempre
fueron suprimidos. No soporta la injusticia y nunca pierde la oportunidad
de sacar a su abuelo a la conversación y hacerlo presente a los demás.
Aunque ciertamente el viejo caballero se retira rápidamente y de "motu
propio", pero Sulphur se siente satisfecho porque ha remediado un error. Si
Sulphur tiene un objetivo especial en la vida, es el de deshacer todos los
males infringidos a su abuelo Psorinum y con todo le dicen: antipsórico.
¡Ah, bien! La gente es a menudo mal juzgada por las masas quienes no ven
más allá de la superficie.

Psorinum y Sulphur ya no pueden moverse y departir en el grupo social al
que el otro pertenece ya que Psorinum no siente agradable al estar al aire
libre y Sulphur casi se sofoca si está en cuarto caliente.

Psorinum tenía un apetito voraz, podía estar comiendo todo el tiempo, pero
por mucha hambre que tuviera no se le podía persuadir de que comiera carne
de cerdo. Es mucho esperar que alguien pueda comerse a sus primitivos
compañeros. A Psorinum le encantaba la cerveza y siempre tenía deseos de
tomarla con su cena. Sulphur parece haber heredado este gusto pero
intensificado. Tiene un violento gusto por la cerveza tanto la normal como
la espesa y amarga al igual que una sed insaciable. Había veces que sentía
deseos de beber desde la mañana hasta la noche. ¡Pobre Sulphur! No es el
único que no puede refrenar sus impulsos por el alcohol porque sus
ancestros indulgentemente abusaban de la práctica de beberlo. Es una
herencia diabólica, esa espantosa sed de alcohol nace del egoísmo y
engendra más egoísmo. Sabiendo que el abuso sigue tan de cerca los talones
del hábito ¿cómo nos vamos a atrever a tender una línea entre ambos, cuando
Dios mismo no lo ha hecho?.

Psorinum está cansado, nervioso, débil, la más pequeña faena lo fatiga, se
ve pálido, delgado y es friolento. Es tan sensible al frío que se pone sus
ropas gruesas de invierno cuando está haciendo calor.

Sulphur también está cansado, débil, delgado y con los hombros encorvados
pero siempre anda abriendo ventanas para respirar aire fresco.

Psorinum padecía dispepsia. Es un problema frecuente en los bebedores.
Ocurría que se despertaba hambriento a media noche pero sentía pesadez en
el estómago después de comer. Sufría de vómitos y eructos rancios y agrios
que sabían como a huevos podridos. Sulphur parece haber heredado el débil
estómago de su abuelo junto con su propensión al alcohol. No importa cuan
hambriento esté Sulphur, se llena con poca comida. También produce los
eructos con sabor a huevo podrido y los vómitos ácidos. A Sulphur le da
hambre a las 11 a.m. en lugar de por la noche como su abuelo. Ambos tienen
evacuaciones hediondas con un olor extremadamente penetrante y pegajoso
(permanente) pero la evacuación característica de Psorinum es café y fluida
mientras que la de Sulphur puede ser variable con cualquier característica.

A Sulphur no le molesta la mugre más que a su abuelo, su cara se ve tan
cetrina y sucia como la de Psorinum aunque es cierto que no tiene el
aspecto tan grasoso, pero es que Sulphur no fue criado entre los cerdos.

El apetito de Sulphur desaparece a la vista de la comida pero trata de
emparejarse bebiendo mucho agua, ya que cuando Sulphur come poco, bebe
mucho.

Psorinum no percibe ninguna clase de sabor en la boca mientras que la boca
de Sulphur es un esfuerzo por complacerlo, se va al otro extremo y acepta
toda clase de sabores imaginables. Lo despierta por la mañana con un sabor
amargo y fétido (asqueroso) y luego continua con una lista que va desde el
ácido, dulzón, metálico hasta el cúprico, pastoso, avinagrado, pútrido y
nauseabundo al final. Pero Sulphur no está más complacido con el resultado
de los que está Psorinum.

Un día encontró Psorinum a su nieto doblado con un cólico; el viejo
recordando cuan rápido se alivian sus cólicos comiendo, aconsejó la misma
cura, pero Sulphur, levantando la vista hacia el condolido rostro del viejo
dijo: "al demonio con eso, abuelo, eso fue justamente lo que me lo
provocó".

Psorinum tenía un dolor en la región cardiaca que empeoraba cada vez que
respiraba profundamente. Sulphur sentado junto a él con un dolor semejante
que se empeoraba con la respiración profunda. Cada uno estaba inquieto por
el otro y la ansiedad que sentía cada cual les provocó un ataque de
palpitaciones.

Al igual que su abuelo, Sulphur, padece de cuello tieso y glándulas
agrandadas, pero las suyas no tienden a doler al ser tocadas como las de
Psorinum.

Después de que Sulphur se dio a la bebida, la cara se le volvió roja,
hinchada y de aspecto áspero y burdo. Psorinum no bebía tanto como Sulphur
así que él solo tenía una gran nariz roja.

Sulphur parece haber heredado "la sangre mala" de su abuelo por que él
también sufre de erupciones y ¡Oh! ¡Qué comezón dan esas erupciones! Amos
se rascan hasta sangrar, Psorinum se frota para aliviar la comezón con lo
que le salen pústulas y vesículas, mientras que Sulphur, al frotarse le
queda una zona irritada con una sensación quemante. La comezón de Sulphur
es en realidad una ilustración de traviesa coquetería por el hecho de que
Sulphur se congratula de haberla, al fin conquistado, en algún lugar de su
cuerpo pero no tarda mucho en brotarle en otro lugar distante del interior
como diciéndole "aquí estamos de nuevo" y se lanza a darle comezón con
renovado vigor. Comienza cuando se está desvistiendo por la noche, se
empeora con el calor de la cama y lo  atormenta hasta las 3 ó 4 de la
madrugada, entonces se retira para planear una nueva campaña de ataque y
comenzar de nuevo en cuanto Sulphur se despierta por la mañana.

En cambio no hay nada de coquetería en la comezón de Psorinum, en cuanto se
mete en la cama y se calienta, se pone manos a la obra atacando todo el
cuerpo y trabaja constantemente y a un mismo ritmo hasta la media noche.

Ambos tienen sueños vívidos y angustiantes, cuyos efectos les siguen
rondando aún después de despertar. Con tales peleas contra la arpía de la
comezón antes de dormir y esos aterradores sueños no es de sorprenderse que
ambos estén cansados en la mañana y somnolientos durante el día.

Cuando Psorinum era un niño podía estar agitado, inquieto o molesto toda la
noche y al día siguiente continuaba tan vivo y lleno de movimiento y
energía como siempre, inclusive ahora de adulto no esta tan cansado por las
mañanas como Sulphur.

Ya es de día, Sulphur y Psorinum están bostezando con sueño, así es que nos
retiraremos de puntillas en espera que el día les de lo que la noche les
negó... una siesta reparadora.

SABADILLA

Sabadilla se está rascando la cabeza, siente comezón y que algo camina en
el cuero cabelludo; mira de cerca y casi puedes ver los bichos que se
arrastran. Los bordes palpebrales están rojos. Mira de nuevo y no te
sorprenderás de encontrar ladillas entre las pestañas. Se frota la nariz,
sus mejillas están rojas. La abuelita dice son gusanos y tiene razón ya que
Sabadilla está gusaniento al igual que piojoso. Pobre Sabandija abrumada
Sabadilla, está enfermo; estuvo enfermo antes de tener los gusanos y los
piojos, de otra manera no podría haber sido un campo tan propicio para que
éstos se desarrollaran.

Con sabandijas puede esperarse que haya mucha comezón y Sabadilla la tiene.
Hay comezón en el cuero cabelludo, en los oídos, nariz y ano, hormigueo en
la piel, comezón en todas partes, por la noche al acostarse. A decir
verdad, sufre de comezón casi tanto como nuestros viejos amigos Sulphur y
Psorinum.

Como podría suponerse en un individuo tan altamente psórico, Sabadilla es
sensible al frío. Le gusta sentarse junto al fuego y tomar bebidas
calientes. Se enfría fácilmente, sufre de escalofríos que le suben de los
pies a la cabeza, tiene lagrimeo, sus párpados están rojos, padece coriza
fluida, mucosidad profusa, delgada y transparente de la nariz y estornudos
violentos.

Alguien que podía tener un catarro tan parecido a la fiebre de heno podría
tener los mismos síntomas sin exponerse al frío y eso es lo que hace
Sabadilla. Si sale a ayudar con el heno o a dar un paseo entre los dulces
campos sembrados de clavo o camina entre la floreciente ambrosia o
cualquier otro olor fuerte o inclusive cerca de las flores llenas de polen,
inmediatamente le da la coriza y los estornudos violentos. La cara se le
pone caliente, el rostro y los ojos se enrojecen y fluye profusamente la
nariz, pero ahora lo llamamos fiebre de heno.

Sabadilla tenía un apetito morboso por los pudines y postres y disgusto por
la carne y las cebollas. ¿no es ese un apetito como de gusano? A Sabadillo
le da cólico. ¿Cómo no le va a dar con todos esos parásitos? Le dan dolores
en el abdomen que son como si le cortara con un cuchillo, también se queja
de una sensación de tener una pelota dando vueltas y moviéndose por todo el
abdomen. Igualmente Sabadilla se queja de mareos con sensación de que todo
le da vueltas, como el movimiento de una rueda, con vértigo. Dice que su
cerebro está girando y girando en redondo y si cierra los ojos, gira en la
dirección opuesta. Siente los giros en la región del ombligo, giros a
través del abdomen y giros en los testículos. Padece giros y ruidos en el
abdomen como si estuviera vacío.

Sabadilla está inquieto por las noches y por la mañana, se despierta
asustad. Su sueño por la noche no es reparador lo perturban sueños
confusos. Se despierta a menudo y entonces le invade un frío helado con una
sensación de calor interno y un sudor frío. También tiene una excesiva
comezón por todo el cuerpo, en las noches cuando se acuesta y el rascarse
le produce un ardor violento. Por las mañanas cuando despierta, se siente,
más cansado que cuando se acostó, le duele todo como si se hubiera acostado
sobre bloques de madera. Con esas noches tan intranquilas, esta adormilado
todo el día; en cuanto se sienta, cae en un sueño profundo y si alguien
pasa y lo despierta, no le gusta nada y se pone muy malhumorado.

Sabadilla tiene dolores intensos en todos los huesos y especialmente en las
articulaciones. Tal parece como si dentro de los huesos le cortaran con
cuchillos filosos.

Le dan débiles punzadas que le palpitan, algunas veces casi como un
pellizco que va de un lado a otro por el cuerpo, a veces apareciendo en el
mismo lugar.

Sabadilla siempre está extremadamente cansado. Siente un gran cansancio y
pesantez en todas las extremidades, esta tan débil que se tambalea y casi
se cae, se siente paralizado, especialmente en los pies. Siente los brazos
pesados y le gustaría dejarlos colgando sin hacer esfuerzo; está tan débil
y cansado que siempre tiene ganas de acostarse, en especial durante las
últimas horas de la mañana y por la tarde. Las plantas de los pies le sudan
excesivamente, le duelen al caminar, siente cada piedrecilla sobre la que
pisa y le duele. Por otro lado padece dolores quemantes, los describe como
una sensación de carbones calientes en varias partes, siente ardor en el
cuero cabelludo y la frente sobre las cejas, en los labios, el ojo
izquierdo, en los oídos, en la lengua, en la boca, en la garganta, por todo
el esófago, en el estómago, abdomen y ano; hay ardor en la Uretra, la orina
quema; hay ardor en el pecho y entre los omóplatos; ardor en las rodillas;
ardor y hormigueo en la piel aquí y allá por todo el cuerpo. También le dan
dolores presivos y constrictivos.

Sabadilla tiende un poco a ser hemorrágico, le sangra la nariz, hay sangre
en la orina, sangre en las evacuaciones, carraspea sangre de los orificios
nasales posteriores pero eso probablemente viene de la nariz.

Muchos de los dolores de Sabadilla empiezan del lado derecho y se pasan al
izquierdo pero su dolor de garganta va en dirección opuesta, comienza del
lado izquierdo y se pasa al derecho. La tendencia de Sabadilla de ir de
derecha a izquierda nos recuerda a Lycopodium pero la garganta de éste toma
la dirección de derecha a izquierda. La dirección de izquierda a derecha de
Sabadilla nos recuerda a Lachesis, pero la mayor parte de los otros dolores
de Lachesis van de derecha a izquierda.

Sabadilla se siente peor en las últimas horas de la mañana y por la tarde.
Se siente mejor al aire libre aunque el frío agrava casi todos sus síntomas
y se siente contento de sentarse junto a la estufa caliente y tomar bebidas
calientes sintiéndose más cómodo recostado.

Sabadilla es melancólico, malhumorado, vehemente, furioso y se irrita por
naderías; imagina toda clase de cosas extrañas acerca de su propio cuerpo,
que está encogido, que su estómago está arrugado, que su escroto esta
hinchado, etc. Sabe que no es así pero se imagina que puede verlo tal y
como lo describió. Es ansioso, inquieto, se sobresalta con el más pequeño
ruido.

Nadie podría imaginar que alguien tan condescendiente como Pulsatilla puede
darle antes o después de la fiebre. A pulsatilla le da sed antes del
escalofrío y con la fiebre y el sudor. En cambio a Sabadilla le da sed
entre los escalofríos y el calor. En Sabadilla, el escalofrío predomina.

Tanto Sabadilla como Pulsatilla trabajan bien después del abuso de la
quinina.

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Este remedio tan poco usado es un muy buen recurso cuando nos perdemos
entre Sulphur o Psorinum, a los que se parece tanto que deberías ser primo
hermano, trabaja caso de la mano de ellos. Tiene además sus propios
síntomas que lo identifican e individualizan. Valdría, muy bien la pena,
estudiarlo más a fondo para usarlo cuando esté perfectamente indicado,
trabajando entonces, mejor que los maravillosos abuelo y nieto.

PLUMBUM

El Sr. Plumbum habita en un vecindario modesto pero respetable. El es
pintor de oficio y durante sus años mozos había sido un hombre muy
trabajador. Más tarde se volvió un fracaso total y absoluto tanto física
como moralmente.

Se enflaqueció tanto que la piel se le arrugó, se le marchitó y se le pegó
a los huesos, es tan sensible al aire libre que aún en el verano anda
cubierto pero nunca suda.

El Sr. Plumbum está desalentado pero eso no es de extrañarse, ya que tiene
una esposa quien seguramente tendrá un ataque de histeria cuando él más
necesite de su ayuda y apoyo.

Todos los vecinos sienten lástima por él y a menudo acuden en su ayuda pero
no hay nada que puedan hacer con una mujer tan falsa como la Sra. Plumbum,
a menudo finge que está enferma incluso pretende estar inconsciente si hay
alguien cerca que pueda verla y aunque los vecinos se molestan y sienten
desagrado por su actitud sin sentido, son muy amables con el Sr. Plumbum.

A las señoras Arsenicum, Ignatia y Carlsbad les encanta el pan de centeno y
con espíritu de buen vecino le llevan, con frecuencia, pan que hornear al
Sr. Plumbum, pero, la Sra. Arsenicum parece estar siempre tan ansiosa e
inquieta cuando va a ver al Sr. Plumbum y la Sra. Ignatia de una manera muy
evidente, se la pasa intentando suprimir sus sollozos mientras se encuentra
de visita con el paciente quien está sospechando de ambas y está seguro que
están tratando de envenenarlo con el pan y aunque se le antoja mucho, tiene
miedo de comerlo. El Sr. Plumbum siente a menudo que cada una de las
personas a su alrededor es un asesino y que desean matarlo pero hace una
excepción con la Sra. Carlsbad, ella es una persona muy platicadora,
compasiva y siempre está presta a condolerse de él y de sus males. A él le
disgusta conversar porque a menudo es incapaz de encontrar las palabras
adecuadas pero la naturaleza bondadosa de la Sra, Carlsbad hace innecesario
que él hable mucho. Ella cree que puede entender cuan difícil es para él
hablar ya que ella experimenta la misma dificultad cuando trata de
expresarse por escrito y a menudo olvida los nombre. El Sr. Plumbum sí se
comerá el pan de centeno de la Sra Carlsbad y quisiera que ella le trajera
pasteles o alimentos fritos, pero a ella no le gustan mucho ni los pasteles
ni las frituras así que nunca se le ocurre traerlos y él piensa tan
lentamente que para cuando piensa pedírselos, ella ya se fue.

El Sr. Plumbum es lento en todos sentidos, aún el funcionamiento de su
cuerpo es lento. Es lento para comprender un pensamiento e igualmente lento
para responder después de que lo ha comprendido. El verse obligada a
esperarlo es suficiente para que a la Sra. Plumbum le dé un espasmo
histérico de algún tipo.

Algunas veces ella le clava un alfiler para ver si puede hacer que se mueva
un poco más aprisa pero es inútil, es tan lento para sentir el alfiler como
lo fue para comprender el pensamiento.

Un día la Sra. Plumbum se sentó al piano e intentó alegrarlo con un poco de
música pero descubrió que no podía levantar los dedos suficientemente
rápido para poder tocar.  Se sintió desalentada y melancólica, pensó que ya
no recuperaría su habilidad. Sentíase la Sra. Plumbum de esta manera cuando
la Sra. Curare, quien es normalmente considerada una mujer floja, estúpida
y olvidadiza, se apresuró a consolarla porque ella también sabía lo que era
haber perdido habilidad en los dedos y las muñecas para tocar el piano.

La Sra. Plumbum, en realidad debía tener la compasión de sus vecinos en
lugar de su desprecio ya que sufría mucho a causa de sus hijos. La mayoría
de los que lograron nacer son epilépticos o idiotas. Los vecinos dicen que
esto ocurre porque la Sra. Plumbum toma drogas para abortar pero, están
equivocados.

El Sr. Plumbum no siempre fue el desastre que es ahora y tampoco llegó a
este estado de repente. Cuando empezaba a deslizarse lentamente hacia el
actual estado que guarda, acostumbraba tener cólicos con frecuencia. El
dolor era agudísimo, sentía como si le empujaran el abdomen hacia la
espalda; cuando tenía estos ataques de dolor la Sra. Plumbum generalmente
se ponía histérica y entonces los vecinos tenían que venir a ayudarlo. La
Sra. Colocynthis seguramente vendría con una taza de café caliente, el Sr.
Nux Vomica con una botella de agua caliente, entonces regañaría a la Sra.
Colocynthis por traer el café ya que éste haría empeorar el cólico. Cuando
la Sra. Colocynthis veía al Sr. Plumbum doblarse hacia atrás a causa del
dolor, le decía: "No haga lo mismo que nuestro vecino Dioscorea, dóblese
mejor para adelante Sr. Plumbum" y el Sr. Nux agregaría: "Sí dóblese sobre
las rodillas y póngase la botella de agua caliente sobre el abdomen". El
Sr. Plumbum sabía que el cólico aminoraba a veces si se doblaba hacia
delante, así que obedecía y ponía la botella de agua caliente en el
abdomen, pero algunas veces el dolor mejoraba si se doblaba hacia atrás,
así que se estiraba atrás de nuevo. El calor de la botella la hacía sentir
un poco mejor pero como ésta no era lo suficientemente pesada para
aliviarlo del dolor, la cambiaba por el masaje que sugería la Sra.
Colocynthis. Ya para este momento la Sra. Magnesia Phosphorica había
llegado y expresado su opinión, decía que las bebidas calientes estaban
bien así como las compresas calientes y el doblarse sobre las rodillas pero
que había algo más cuando hay dolor y esto era: la presión, así que después
de dar el café al Sr. Plumbum y ponerle la botella de agua caliente,
trajeron el diccionario Webster para ponérselo sobre la botella de agua
caliente con el objeto de aplicar mayor presión. El Sr. Nux Vomica estaba
tan seguro de que el café caliente empeoraría el cólico que se enojó y se
salió corriendo de la casa aventando sillas y golpeando puertas en su
camino, y en la oficina esa mañana era peligroso hacerle alguna pregunta
innecesaria o hacer el más pequeño ruido.

La Sra. Colocynthis parecía querer molestarse por el escándalo que hizo el
Sr. Nux por su café, pero recordó que si se enojaba, ella también tendría
cólico, así que se controló y ayudó a la Sra. Magnesia Phosphorica a poner
presión sobre el abdomen del Sr. Plumbum. Se sintió mejor pero el dolor era
aún severo, en ese momento llegó la altanera Platina para dirigir el
tratamiento del Sr. Plumbum, la Sra. Magnesia y la Sra. Colocynthis no
podían tolerar la arrogancia de la nueva enfermera así que decidieron
marcharse. Liberada de la interferencia de las demás, la Sra. Platina no
perdió tiempo para curar al paciente a su modo y sacó a pasear al Sr.
Plumbum al aire libre.

El Sr. Plumbum está enflaquecido pero esto no ocurrió repentinamente. Tenía
una manera de adelgazar muy peculiar de él y le tomó mucho tiempo llegar
hasta el grado de delgadez que tenía. Primero tuvo neuralgias que eran
excesivamente dolorosas, le daban dolores punzantes y quemantes y después,
esa parte donde los había tenido se marchitaba, se adelgazaba, se le
paralizaban los músculos y luego se enflaquecía. Había avanzado tanto que
parecía que su piel estaba pegada y jalada contra los huesos. No es de
extrañarse entonces, que esté entumecido y paralizado en parte.

El Sr. Plumbum había tenido una variedad de dolores, algunas veces eran
simples piquetes, algunas otras, los dolores eran desgarrantes, como si lo
apretaran o comprimieran mezclados con punzadas violentas; algunas veces
parecía como si le estuvieran rompiendo los huesos o se los estuvieran
raspando, se le disminuían y luego volvían de nuevo. A veces eran dolores
superficiales y otras eran profundos y no se le localizaban en un solo
lugar, le atacaban la piel, los músculos, los huesos y los nervios y a
menudo le cambian de un sitio a otro. El movimiento y el frío eran señales
de que le iba a comenzar el dolor y aunque el movimiento lo empeoraba, a
menudo cambiaba de posición a pesar de ello.

La Sra. Plumbum cavilaba tristemente y se ponía melancólica acerca de la
lentitud del Sr. Plumbum, ella quisiera que él se diera prisa para hacer
las cosas, dice que cuando sale a hacer alguna diligencia, parece como si
nunca fuera a regresar.

¡Pobre Sr. Plumbum! Si se excede cuando está al aire libre y se da prisa de
camino a casa, su cabeza y sus síntomas emocionales y mentales se empeoran.
La cabeza se le pone caliente, las manos y los pies se le enfrían como
hielo y se pone tan pálido que parece un muerto; de hecho los niños del
vecindario, lo llaman el cadáver que camina.

No se atreve a ir al teatro, o a una reunión política o a la iglesia porque
a menudo se desmaya cuando está en lugares muy concurridos. En ese momento,
por su apariencia, todos creen que está muerto, pero el Sr. Ammonium
Carbonicum, quien generalmente está presente, entiende lo que ocurre y lo
revive.

El Sr. Plumbum ha sufrido constipación casi toda su vida. Le comenzó
después de unos espasmos cuando era niño, entonces su mamá lo purgó y fue
de mal en peor. Sus evacuaciones eran pequeñas bolitas, algunas veces de
color gris cenizo, pero casi siempre en colores obscuros como negro o
verde. Con la constipación, tenía espasmos en el recto, constricción y
retracción del ano, acompañados de un dolor agudísimo y junto con todo eso,
sentía un dolor en el vientre como si le jalaran desde el ombligo hacia la
columna, que era terriblemente doloroso.

Cuando el Sr. Plumbum no estaba constipado, de seguro le daba diarrea y
sufría tanto con ésta como con el estreñimiento. Con la diarrea sufría muy
violentos, espasmos de los músculos abdominales, tenesmo o pujos que le
duraban mucho, espasmo y dolores como jalones del ano hacia arriba. Sus
evacuaciones eran acuosas, ofensivas, involuntarias, profusas,
sanguinolentas, babosas, amarillas u obscuras y todo ello acompañado de
vómito violento.

El Sr. Alumina se compadece del Sr. Plumbum ya que comparte con él los
problemas de la constipación porque él también tiene evacuaciones
difíciles, duras y nudosas. También padece constricción del recto y
tenesmos. A él también le da cólico.

La Sra. Platina también se compadece y siente simpatía por el Sr. Plumbum
en estos ataques. Ella pensaba que sabía como era eso de tener cólico y una
constipación obstinada. Ella padecía de dolores punzantes en el recto antes
de evacuar, lo que ella creía eran iguales a la dolorosa retracción del ano
que sufría el Sr. Plumbum. Inclusive la estúpida Sra. Opium simpatizaba con
el Sr. Plumbum por sus problemas de intestino.

Los niños Plumbum tienen terribles convulsiones. Cualquier niño podría
apenas tolerar la conmoción que una sola de esas convulsiones le
provocaría, pero los niños Plumbum llegaban a tener 4 ó 5 paroxismos por
día. Emiten unos chillidos que asustan y se muerden las lenguas durante las
evacuaciones y permaneces inconscientes hasta por una hora después de un
ataque. A veces también emiten unos quejidos como lamentos profundos casi
al final delas convulsiones; en ocasiones éstas se alteran con dolores en
las extremidades, estómago e intestinos. Las extremidades de uno de los
niños se paralizaron después de uno de los ataques y otro de ellos fue
lastimado al nacer, el occipucio fue muy oprimido y luego siguió una
convulsión tónica.

La Sra. Opium siente una gran pena por los Plumbums, piensa que entiende
todo acerca de las convulsiones ya que sus propios hijos padecen espasmos
de ambos tipos: clónicos y tónicos. Los hijos de la Sra. Opium pierden el
conocimiento durante las convulsiones, se les contraen las pupilas y la
respiración es pesada, espasmódica y roncante. También a veces sollozan y
parlotear con una palidez mortal en la cara y cuerpo. Esto es causado a
menudo por el miedo y les ocurría con frecuencia durante el sueño. Les
empieza el espasmo con un grito y caen en un largo y profundo sueño en
cuanto termina la convulsión. La Sra. Opium es demasiado estúpida para
distinguir cualquier diferencia entre las convulsiones de sus hijos y las
de los Plumbums y además si pudiera verla no la admitiría.

El Sr. Plumbum ha sufrido mucho y se encuentra avejentado, enflaquecido,
paralizado. Su historia consiste en ir de mal en peor y continuará en la
misma dirección mientras permanezca en este mundo.

LA LEYENDA DE SEPIA Y SILICEA

Tuve un sueño y el sueño se hizo realidad,

Pero la verdad era vieja, aunque parecía nueva verdad

Sepia, la doncella que en el mar nació

Y Selicea el joven que en la tierra apareció

tramaron juntos cómo podrían impedir ser atrapados

por la enfermedad... su viejo enemigo...

su común amigo, el hijo del hombre.

Así corre la leyenda que vino a mí.

La leyenda es cierta, como la verdad es cierta

Así como llegó a mí, así la daré para tí.

La doncella Sepia tenía el cabello café oscuro,

Una mancha en silla de montar amarilla le cruzaba la nariz y

mejilla,

tenía la tendencia a llorara sin saber por qué,

Estaba taciturna y triste y pensaba que moriría.

Aquellos a quienes ella amaba más, los mantenía a distancia,

y a veces, con todo y todo estaba malhumorada como un oso.

¿Escuchaste esta leyenda? Es una verdad cierta

Desearías haberla escuchado cuando ayuda necesitabas.

En la cabeza de Silicea había rizos de oro,

Sus ojos eran tan azules como el propio azul del cielo,

Él estaba ansioso e inquieto y las lágrimas brotaban

Cuando pensaba en el trabajo que sabía debía hacerse,

Trabajo que él pensaba estaba seguro, no podía hacer,

Aunque había hecho lo mismo a menudo en el pasado.

¿Dónde encontré esta leyenda, quieren saberlo?

De la tierra de los sueños vino hace mucho tiempo.

Así, Sepia cetrina y Silicea blanco planearon

Y mediatron tristemente temprano y tarde,

Todo por el bien del hijo del hombre.

Hace muchos, muchos años que se tarea comenzó,

Han logrado mucho, pero su tarea era grande.

Ellos lograrán más, la creyente pareja.

Ahora escuchen lo que hicieron como me fue contado,

Por el susurrante viento que venía del mar.

Cada uno construyó un castillo alto y grande

El castillo de Sepia estaba en la cima de una alta colina,

Mientras que el de Silicea estaba abajo en la playa,

En mitad de la arremetida de la tormenta y del rugiente océano.

El castillo de Sepia parecía estar descansando contra el cielo,

El cual lanzaba sobre él una influencia aquietadora.

Cada palabra de esta leyenda es verdad,

Recordarla toda sería mejor para ustedes.

Iban a lo alto de la colina, aquellos de quienes Sepia sería

Amiga,

Sus invitados mejoraban caminando,

El ejercicio violento les hacía bien.

Eran realmente felices en su soledad,

Porque se sentían muy solos con la naturaleza cuando salían,

Y deseaban que esa situación, nunca se acabara.

De la verdad de esta historia el viento respondía,

Cuando venía de la montaña con la primera luz del día.

Los huéspedes de Silicea nunca podían las montañas subir,

Ningún ejercicio violento les haría bien sentir.

Cuando caminaban o se detenían o andaban por ahí,

Una gran agravación de los síntomas surgía,

Y no tenían deseos de intentarlo de nuevo,

Por temor a encontrar que podrían agravarse más.

Las olas me contaron esto en la playa irrumpían,

Y dijeron que si yo escuchaba, mucho más me contarían.

Los amigos de Sepia empeoraban en la mañana, tarde y noche,

Los amigos de Silicea iban empeorando al mismo tiempo.

Empeoraban mañana tarde y noche,

Era algo con lo que la mayor parte de los invitados habían

Nacido,

Y sigue este hábito, de seguro lo averiguarás,

Cuando trabajando para hacerlos sentir bien estás.

Esta historia es cierta, si tienes alguna duda,

Sabes donde buscar la verdad para encontrar.

Los invitados en ambos castillos, cuando se calentaban mejoraban

Y ambos con un cambio de clima empeoraban.

El dolor de cabeza de Sepia mejoraba estando al aire libre,

En cambio el de Silicea, empeoraba al andar por ahí,

estaban de acuerdo tanto en el espíritu como en la letra,

en la cuestión de las corrientes de aire, votaban juntos,

estaban de acuerdo en esto también tanto en espíritu como en la letra.

Esta leyenda fue susurrada por el hombre que sufre

A través de todas las edades desde que el sufrimiento comenzó.

Los pies de los invitados de Silicea olían mal y les dolían,

Causado esto por excesivos sudores ofensivos de pies que tenían

Y aunque se lavaban los pies, una y otra vez

Nunca lograban que el olor se fuera de una vez,

Esta misma condición se encontraba en Sepia y

nunca lograba que se quitara aunque tallara y tallara.

Esta historia fue vivida antes de que fuera contada,

Y por eso sabemos que es antigua.

Los bochornos de Silicea eran frecuentes y cortos,

Le venían principalmente en la cara y la cabeza.

Sepia sentía que sus bochornos encendían

Y pronto en un sudor terminarían,

Tenía acaloramiento de todos lados,

Hasta que la cara se le ponía roja,

Y cómo deseaba saber de qué manera los bochornos deshacer.

Esta historia es cierta, como la verdad es cierta,

Como fue contada así yo la cuento a ustedes.

Los hijos de Sepia eran delgados, se parecían a él,

Sus panzas eran grandes y seca era su piel,

Las cabezas de los bebés de Silicea eran grandes,

Sudaban mucho de la cabeza, pero eso era todo.

Si todos los niños del mundo fueran la mitad de delgados

Como ellos, las perspectivas para la raza serían muy malas.

Aquí está leyenda, tómala en lo que vale,

Pero no me hagas para nada responsables de que haya surgido..

*- * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * -
*

La autora hace una composición en verso, que no es posible traducir en esa
misma forma para mí, por lo que solamente busco respetar el texto con
sentido original.

ESA GENTE DEL OTRO LADO DE LA BARDA

Phosphorus vivía en una cierta calle y Causticum vivía en la de enseguida.
Nunca pretendieron ser vecinos pero desafortunadamente cada uno de ellos
había escogido la cuarta casa de la cuadra, por lo tanto los patios
traseros colindaban y los separaban solamente una barda, barda que fue
testigo de muchas disputas.

Nadie sabía cómo había comenzado esta lucha encarnizada pero siempre había
muchos motivos para recomenzar la pelea.

La pelota de los Causticum siempre se le veía volar sobre el patio de los
Phosphorus y las canicas de los Phosphorus siempre se escurrían por debajo
de la barda hacia el patio de los Causticum. Si la hija de la Sra.
Phosphorus había puesto a secar ropa en un tendedero, la hija de la Sra.
Causticum de seguro saldría a sacudir su tapete de la entrada y a ensuciar
así la ropa recién lavada.

El gato negro del Sr. Phosphorus se paseaba por la barda, se le erizaba la
cola y arqueaba el lomo amenazante ante el gran perro negro del Sr.
Causticum, quien le ladraba desde su perrera como respuesta. Y así, los
motivos de molestia se multiplicaban día por día

Los Phosphorus eran de pelo negro y delgados mientras que los Causticum,
también de cabello negro, eran más bien d músculos rígidos. Los Causticum
son inquietos, activos, siempre moviéndose de un lado a otro, como dice el
Sr. Phosphorus siempre haciendo alguna diablura, en cambio según la Sra.
Causticum los niños Phosphorus son demasiados estúpidos y flojos para ser
juguetones y traviesos como sus alegres pequeños.

Un día cuando todos los niños estaban jugando en el patio,
desafortunadamente la pelota de los Causticum voló sobre la barda y le pegó
a uno de los pequeños Phosphorus en la nariz y la boca, como la familia
Phosphorus es extremadamente hemorrágica y sangra de  cualquier lado a la
mas pequeña provocación, el pequeño Phosphorus probó no ser la excepción de
la familia y empezó a sangrar con esa sangre brillante y roja, al recibir
el pelotazo, sangró tanto y por tanto tiempo que la Sra. Phosphorus entró
es desesperación al tratar de detener la hemorragia.

Por su parte, cuando el pequeño Causticum vio a donde había ido a dar su
pelota. Trepó por la barda para ir a recoger ir a recogerla pero en su
apresurado regreso cayó. Como da la casualidad de que los Causticum son tan
hemorrágicos como los Phosphorus, con la salvedad de que sus hemorragias
son venosas y no arteriales como las de Phosphorus, al caer y aterrizar con
la cara en el suelo, sangre obscura apareció inmediatamente en la nariz del
pequeño Causticum. La Sra. Causticum no tuvo tanto problema como la Sra.
Phosphorus para detener la hemorragia, pero ahí no paró el asunto; el Sr.
Phosphorus, quien creía que todo lo que venía de los Causticum era un
insulto, pensó, por supuesto, que todo había sido intencional, por lo que
demandó al Sr. Causticum que ordenara a sus hijos que no arrojaran mas
pelotas a sus pequeños, quienes jugaban pacíficamente en su propio patio
sin molestar a nadie. El Sr. Phosphorus, en su oficina había planeado decir
un pequeño discurso al Sr. Causticum donde le exigía una disculpa formal,
pero en el momento en que estuvo frente a su vecino, entró en un estado de
confusión tal que  se olvidó de lo que iba a decir.

Los hijos mayores de cada familia habían estado preparándose para sus
respectivos exámenes finales en la escuela y sufrían una fatiga mental. A
cada uno le había ordenado su médico que dejara la escuela y permaneciera
al aire libre el mayor tiempo posible.

El resultado fue que el patio trasero fue un pleito constante y la única
paz que podía disfrutar el vecindario era la que había cuando llovía puesto
que los Phosphorus se veían obligados a permanecer dentro de su casa. Los
Phosphorus siempre pueden decir cuando viene una tormenta porque los hace
sentir tiesos y enfermos. Las familias Phosphorus, Rhus Toxicodendron y
Rhododendron son los barómetros del vecindario. A  los Causticum no les
afectan las tormentas, a veces les dan pequeñas neuralgias faciales, pero
fuera de eso se sienten mejor en clima húmedo, sin embargo, tienen que
cuidarse mucho de las corrientes de aire frío ya que éstas han causado
muchos daños en la familia. Unos de los pequeños está parcialmente
paralizado porque se expuso al viento frío. Otro de ellos, está inválido
porque se le acortaron los músculos y se le encogieron los tendones debajo
de la rodilla y otro más permanece despierto noche tras noche a causa de
los dolores reumáticos desgarrantes y que siente que le tiran de los
músculos, lo que no le permite quedarse quieto. Sus amigos Rhus y
Pulsatilla, decían que entendían muy bien a Causticum ya que ellos padecen
también severos dolores reumáticos que no les permiten quedarse quietos,
pero el pequeño Causticum pensaba que Rhus y Pulsatilla no sabían
exactamente lo que era su reumatismo porque ellos al moverse de un lado a
otro, se mejoraban, mientras que él, aunque no podía quedarse quieto, no
sentía alivio con el movimiento.

Los Phosphorus son sensibles al frío también; les da catarro fácilmente y
además les cae al pecho, cosa que les desagrada mucho porque ellos son
personas con pecho angosto y delgado y sujetos a hemorragias, además, temen
los resultados y con razón ya que a muchos de sus antepasados murieron de
neumonía o de tisis.

El Sr. Phosphorus, quien se considera "tan bueno como cualquier médico"
generalmente trata las enfermedades de su familia de acuerdo a sus propias
ideas. Cuando sus hijos comenzaban a quejarse de tener una sensación de
despellejamiento y ardor en la tráquea, laringe o pecho, que se empeora al
toser; de un dolor que se extendía por todo el pecho y el abdomen; y de
cuando habían tenido una tos extenuante, dura y seca durante la cual se
"agarraban" el pecho, tos que se agarra acotándose del lado izquierdo que
se empeora por la noche, al hablar y reír, con el aire frío y que produce
una evacuación involuntaria, entonces comienza a medicinarlos.

El Sr. Causticum, quien también se precia de ser un magnifico doctor,
aunque nunca ha estudiado medicina, piensa que Phosphorus debe ser
increíblemente estúpido porque si no lo fuera les daría a sus hijos un
trago de agua para detenerles la tos. Causticum piensa que no hay nada
mejor que el agua fría para la tos, ¡si solo la gente lo supiera!... cuando
sus hijos han tenido accesos de tos ferina (convulsiva), él le ha parado
algunos de sus más duros paroxismos dándoles a beber agua.

Phosphorus se asustaba mucho cuando sus hijos tenían gripas y decía que no
era tan tonto como para darles agua a sus hijos, cual quiera sabía que el
agua siempre empeoraba la tos, así que los medicinaba y así hubiera seguido
hasta que se murieran y si su vecino Arsenicum no hubiese llegado a hacerse
cargo de los casos.

La Sra. Phosphorus había sido una exquisita cantante pero se resfrió y esto
le causó inflamación de las cuerdas vocales que evolucionó hacia una
ronquera que se le mejoraba cuando podía arrojar las flemas de la garganta.
Phosphorus logró reducir la inflamación pero una ronquera causada por
parálisis permaneció, cosa que Phosphorus no podía creer. Ahora que
Causticum era muy bueno para las ronqueras causadas por las parálisis de
las cuerdas vocales y podía haberla curado, pero él no tomaría un caso en
el que Phosphorus hubiera fallado hasta que alguien más se hiciera cargo y
lo invitara a participar.

Phosphorus dice que no es de sorprender que Causticun sea bueno para las
parálisis ya que en su familia se dan con mucha frecuencia. Después de que
la Sra. Causticum dio a luz no tuvo ningún síntoma, salvo una incapacidad
para orinar causada por parálisis de la vejiga.

Los niños Causticum sufrieron constipación por parálisis del recto. Uno de
los niños tiene una parálisis de la vejiga y dificultad para orinar porque
una vez fue obligado a aguantar los deseos de orinar hasta la hora de
salida de la escuela. Otro de los niños padece entumecimiento en una pierna
y parálisis en la otra. Un desgraciado pequeño se murió de hambre porque se
le paralizó el esófago mientras que otro murió de parálisis cerebral.

Por su parte Causticum dice que aunque Phosphorus no tenga tantos casos de
parálisis en su familia como él, tiene los suficientes como para poder
aprender algo si solamente tuviera experiencia. Los dedos de uno de los
hijos de Phosphorus están tan paralizados que no pueden comer por sí solo y
otro tiene parálisis en la columna.

Era curioso ver cómo se parecían los hijos de Phosphorus y lo de Causticum.
Cada uno de ellos tenía un hijo que no iba a la escuela por fatiga mental.
Causticum tenía uno que padecía parálisis en el recto y la vejiga mientras
que Phosphorus tenía un hijo con parálisis en los esfínteres. Causticum
tenía otro hijo que tenía parálisis en el brazo y Phosphorus uno con
parálisis en los dedos. Cada uno tenía un hijo con la cuerdas vocales
paralizadas y otro que estaba inválido por acotamiento de los tendones de
la rodilla.

Todos ellos tenían buen apetito regularmente. A los niños Phosphorus se les
antojaban las comidas y las bebidas frías, los helados y las cosas
refrescantes con sabor picante a especias.

A los niños Causticum les gustaba las carnes ahumadas, la cerveza, las
bebidas frías y las cosas agrias. A ambos les desagradaba la carne fresca y
las cosas dulces. Cuando les daba hambre, los niños Phosphorus se sentían
desmayar con náuseas y sensación de ansiedad en el área del corazón que se
mejoraba comiendo. Cuando los niños de Causticum están muy hambrientos les
da dolor de cabeza y no se les quita hasta que comen algo.

Un día se oyó un gran escándalo en el patio trasero y cuando el Sr.
Causticum corrió a ver qué era lo que pasaba, encontró a su pequeña hija en
el suelo con convulsiones, resulta que el gato de los Phosphorus tuvo un
mal entendido con el perro de los Causticum y esto asustó a la niña.
Después de ese día le dan convulsiones que empiezan con un grito,
generalmente en la noche cuando duerme. Tenía movimientos violentos en las
extremidades, rechinamiento de dientes, fiebre y las manos y pies fríos.
Después de ese día se le desarrollo corea. El Sr. Causticum quería matar al
gato, pero el Sr. Phosphorus insistía que si no hubiera sido por el perro
no habría habido ningún problema.

La Sra. Phosphorus era una mujer sensitiva e histérica y cuando supo que la
vida de su querido gato estaba amenazada se desmayó y se recupero para
entrar en convulsiones histéricas después de las cuales quedó totalmente
postrada.

El Sr. Phosphorus pensó que ya tenía suficientes problemas con su débil
condición sin tener que lidiar con vecinos problemáticos. Para ese momento,
el aire fresco lo había puesto a toser y tuvo que regresar a la casa.

Cuando la Sra. Causticum vio a su niña con convulsiones, casi se desmaya,
sufría de esa horrible sensación de sentir que se desmayaba y se hundía en
la muerte pero no perdía la conciencia, se recuperó pronto en bien de la
niña.

Uno de los niños Causticum tenía difteria. El doctor probablemente no le
dio el medicamento adecuado porque lo dejó con una parálisis post-diftérica
y pérdida total de la voz. Causticum tomó el caso y curó al niño él mismo.
A pesar de todas las precauciones el contagio cruzó la barda hacia la casa
de los Phosphorus y uno de los pequeños se enfermó solo que él no le fue
tan bien como al pequeño Causticum. El carácter adinámico de la enfermedad
se manifestó tempranamente. Hubo una postración rápida y una amenazante
parálisis del corazón, pero Phosphorus se las arregló para sacarlo del
cuadro bastante bien aunque no sabía tanto de parálisis como Causticum.

Phosphorus tiene un estómago débil, vomita todo inmediatamente después de
haberlo ingerido, el agua fría se le queda en el estómago hasta que se
calienta y entonces la vomita. Como a las 11 a.m. tiene una débil sensación
de vacío con dolor en el estómago y dolor en la espalda del lado opuesto
que se mejora comiendo. Los dolores del estómago se mejoran comiendo
alimentos en frío, helados, hielo, etc.

Causticum se disgusta con cualquiera que no se refrene de tomar agua fría o
helado cuando está sufriendo de dispepsia. El agua fría le causa tanto
dolor.

Causticum tiene que ser muy cuidadoso con lo que come, el pan le produce
presión, la carne fresca le da náusea y pirosis, el café y las cosas ácidas
parecen agravar sus síntomas. Padece de muchos ardores en el estómago,
dolor severo y retortijones en la boca del estómago, le duele al tacto.

Phosphorus también sufre de ardores en el estómago, entonces toma agua
fría, le da la presión de que nunca toma la suficiente pero la vomita en
cuanto ésta se calienta. Phosphorus también tiene retortijones en el
estómago y severos dolores cortantes, no puede tolerar la más mínima
presión. Ambos tienen vómitos amargos y los dos vomitan sangre.

Cuando Phosphorus camina por la calle, Causticum lo observa cómo se
tambalea y hace eses. Entonces diagnostica ataxia locomotora progresiva y
da gracias de que es Phosphrorus y no él quien tiene la enfermedad.

No sabe que sus propias perturbaciones de la vista, su inhabilidad para
poner las manos y los pies en el lugar que desea, no son más que el
comienzo de la misma enfermedad.

Causticum padece mucho ardor, lo tiene casi por todos lados y como si no
fuera suficiente el ardor por dentro, los pequeños Causticum siempre tiene
ardor en los dedos. Phosphorus siente un gran ardor desde la boca hasta el
estómago, pero no deja que los Causticum se den cuenta y cuando los ve con
los dedos ardientes, dice que más vale se preparen para lo que les espera.

La Sra. Causticum se pregunta cómo es posible que la Sra. Phosphorus sea
tan tonta de usar compresas frías en la cabeza cuando hay dolor si el calor
hace que se mejore tanto la cabeza, la Sra. Phosphorus no puede entender
cómo la Sra. Causticum están tan en contra de las compresas frías e insista
en aplicar calor cuando tiene dolor de cabeza.

Y así, la contienda entre las dos familias seguía y seguía y sospecho que
continuará mientras haya un Causticum y un Phosphorus sobre la tierra con
el aliento suficiente para continuarla.

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Este es uno de los estudios comparativos entre dos de los medicamentos más
afines y contrarios que tenemos en la materia médica, hermosísimamente
hecho y salpicado con la delicada inventiva de la autora. A través de cada
línea, de cada frase va dibujando magistralmente a cada unos de los
remedios entremezclándolos y diferenciándolos al mismo tiempo en todos los
puntos donde son afines. Podemos leer en cada frase un detalle importante
de cada medicamento, inclusive su esfera mental, delineada delicadamente al
hablar de sus pensamientos y su posición ante los sucesos descritos.
Podemos estar seguros que el mismo Dn. Samuel Cristiano Hahneman, dentro de
su adusta expresión sonreiría complacido por la forma de presentar a estos
dos importantes benefactores de su terapéutica. Podemos pues confiar en
todos y cada uno de los síntomas que nos describe para indicar nuestros
remedios en circunstancias similares a las descritas, obviamente sin tomar
en cuenta la pelota, gato o perro.

SOBRE UNOS VECINOS QUE NO ERAN MUY AMISTOSOS

(enemigos)

Erase dos vecinos que vivían muy cerca al lado de un camino, uno se llamaba
Apis y el otro Rhus Toxicodendron. Se parecían tanto, que un mal
fisonomista podía fácilmente confundirlos. Debido al parecido entre ambos,
uno podía fácilmente suponer que congeniaban y andarían juntos, pero
contrariamente a lo esperado, eran enemigos acérrimos.

A cualquier  lado a que Rhus decidiese ir, Apis, bajo ninguna circunstancia
lo seguía y viceversa. Si accidentalmente se encontraban en la misma casa,
pelearían y pelearían a tal grado que sería imposible que alguien pudiera
poner paz entre ellos, seguían peleando hasta el extremo de destruirse
entre ellos mismo e inclusive la casa donde se encontrasen.

Apis era nervioso, irritable, inquieto (restless), histérico, era tan
inquieto por las noches que pensaba que moriría. Rhus, por su parte, decía
que cualquiera se moriría con esos chillidos de niños por las noches; nunca
había escuchado alaridos tan estridentes como los que escuchaban que daban
los niños de Apis, también decía que si fueran suyos, les daría nalgadas
cada vez que se pusieran a chillar de ese modo. Los hijos de Rhus eran
inquietos tanto como los de Apis, se levantaban por las noches, tiraban las
cobijas al suelo, deambulaban por la casa, pero "se les había enseñado a
permanecer callados y a no molestar a los vecinos".

La verdad era que los niños de Rhus lloraban tanto como los de Apis, pero
como dicen: nadie oye el ruido de sus propios hijos.

Algunas veces Rhus se sentía tan abatido que sentía que podía salir
corriendo y ahogarse si no tuviera miedo a la muerte. Apis tenia miedo de
morir, le temía a la muerte más que nada y la idea del suicidio jamás
pasaba por su mente.

Los niños de Apis se inclinaban a tener problemas en el cerebro;
agrandamiento hidrocefálico y fontanelas abiertas. El niño parecía querer
horadar la almohada con la cabeza, después la lanzaba hacia atrás y la
robaba; los ojos rojos, la cabeza caliente, las manos frías y azules, había
dejado de orinar y con todo eso, los repentinos chillidos agudos. Rhus se
congratulaba de que sus hijos no tuvieran hidrocefalia y decía que si la
Sra. Apis hubiera atendido adecuadamente a sus hijos cuando se quejaban en
el verano de erupciones y fiebre, ellos también hubieran evitado la
enfermedad.

Apis y Rhus eran susceptibles a padecer las mismas enfermedades, lo que
unos tenía el otro también, muy a pesar de ambos.

Cuando Apis tenía los ojos irritados, Rhus los tenía también. Si los
párpados de Apis estaban hinchados y edematosos, los de Rhus también.
Cuando los párpados de Apis estaban tan hinchados que no podían abrirlos y
colgaban como sacos sobre la cara, los de Rhus estaban en la misma
condición, si los párpados de Apis tiene un color rojo azulado o un blanco
purpúreo los de Rhus estaban rojo fuego. Apis tenía erisipela en los
párpados, una leve hinchazón se extendía a toda la cara; la erisipela de
Rhus también se extendía por la cara pero pequeñas vesículas acuosas se
encontraban esparcidas sobre la erupción previa. Apis pensaba que Rhus  era
muy tonto al usar compresas calientes cuando el agua fría le refrescaba
tanto sus hinchados ojos. A su vez, Rhus pensaba que si Apis no fuera tan
cobarde soportaría la molestia de la compresa caliente para disfrutar del
alivio que le seguía.

Apis y Rhus eran un poco duros de oído, padecían otitis y escarlatina pero
Rhus arrojaba pus sanguinolenta, escoriante por sus oídos. Ambos tenían
hidropesía después de la escarlatina. Ambos sangraban por la nariz en las
mañanas, aunque Rhus también lo hacía por las noches.

Apis era propenso a las erisipelas en la cara, se ponía intensamente
caliente, color rosa, rojo lívido, hinchado, brillante, le dolía al tacto
con dolores punzantes y le daba solamente en el lado derecho y se pasaba al
izquierdo. las erisipelas de Rhus eran calientes, muy hinchadas, rojas
obscuras o brillantes, piel brillosa con vesículas, picantes, pruriginosos,
pero las erisipelas de Rhus comenzaban en el lado izquierdo y se pasaban al
derecho. Rhus decía: "si quieres ver niños viciosos, tan solo necesitas ir
a ver cómo los jóvenes Apis rechina sus dientes", y al mismo tiempo que
Apis declaraba que sus niños no eran viciosos, que se trataba de un
rechinido involuntario que no podían evitar y agregaba: "pero si quieres
ver niños mugrosos, ve a ver a los de Rhus, sus lastimadas cabezas son tan
repugnantes que no resisten una inspección siquiera, son tan viles que se
han arrancado el cabello a mordidas" a lo que Rhus respondía: "si en verdad
te les acercas a inspeccionar no encontrarás ningún piojo que es mucho más
de lo que puede decirse de los niños de Apis.

Cualquier otra cosa pudo haberles ocurrido a los jóvenes Rhuses, pero sus
cabezas nunca habían sido afeitadas simplemente porque estaban llenas de
piojos".

Apis decía que Rhus se sentía tan aristócrata que la carne no era
suficientemente buena para él, que necesitaba comer ostiones y
exquicisiteces para poder vivir y que desde luego, jamás tocaba ni la
cerveza ni el tabaco.

Rhus acusaba a Apis de imitarlo en todo, hasta le había copiado su punta
roja de la lengua. Rhus también decía: "Apis es celoso, si no lo fuera, no
haría las declaraciones que hace; pero no es de extrañarse que alguien tan
torpe y desmañado como Apis no esté celoso de otros que no son tan torpes
como él". Rhus estaba propenso al reumatismo, si se mojaba o fatigaba sus
músculos, era seguro que el reumatismo apareciera enseguida. Atacaba sus
músculos, atacaba sus articulaciones, pero parecía disfrutar del más
diabólico de los placeres al establecerse en los tendones, exactamente
donde están unidos a los músculos o a los huesos. Estos lugares eran sus
puntos fuertes, ya que en ellos, la acción vital es muy lenta, de baja
intensidad, muy fácil de arrojar. Generalmente elegía el lado izquierdo
pero algunas veces intentaba el derecho.

Rhus detestaba el clima lluvioso, ya que su reumatismo siempre seleccionaba
los días de lluvia para celebrar carnaval. A medida que la tormenta se
acercaba la fiesta reumática comenzaba y a pesar de los grandes esfuerzos
que Rhus hacía no podía aplacarla, no mientras la tormenta durara. Cada vez
que Rhus se movía el reumatismo hacía sentir su presencia en su intento de
moverse, no lo dejaba en paz hasta que decidía volver a descansar.

Una vez cuando Rhus caminaba de arriba abajo por su cuarto como un león
enjaulado, mientras se acercaba una tormenta, se asomó por la ventana y de
inmediato se enojó con Apis porque éste se burlaba de él. De seguro Apis
también estaba sufriendo el reumatismo aunque lo tuviera del lado derecho
en lugar del izquierdo. Apis miraba a Rhus y pensaba: "no podría estar
caminando de esa manera si tuviera un dolor severo como el mío", y Rhus a
su vez, observándole con fiera mirada decía: "no debe estar sufriendo tanto
como yo o no podría mantenerse quieto como está". El clima húmedo no
parecía afectar a Apis tanto como a Rhus, se frotaba sus doloridos dedos y
esperaba que sus manos nunca se deformaran con nudosidades gotosas como las
de Apis. Debería saber que era una esperanza vana ya que todos sus
ancestros tenían nudosidades gotosas.

Rhus decía que no era sorprendente que Apis fuera tan torpe y se le cayeran
las cosas con esas manos. Apis sabía que su torpeza se debía a una
amenazante parálisis que tenía origen en un problema de la columna. Rhus
pensaba que Apis no podía contarle nada acerca de sus problemas en la
columna, él había tenido inflamación de las meninges después de haber
dormido a la intemperie en suelo húmedo, pero no le había dado parálisis.
El sí podía contarle a Apis todo a cerca de esto ya que le había dado
después de haber hecho ejercicio en exceso y haber pescado un resfriado.

Rhus se despertó una mañana con palpitaciones violentas en el corazón. Se
había excedido en el esfuerzo físico el día anterior.

Rhus tenía un corazón cansado y tenía que tener mucho cuidado de no hacer
mucho esfuerzo o de mojarse. Se asomó a la ventana para ver si, como de
costumbre, Apis lo estaba imitando y como lo esperaba, ahí estaba Apis,
sentado al aire libre tratando de recuperar el aliento, la expresión de
angustia en su rostro, denotaba la afección cardiaca. Cada contracción del
corazón sacudía todo su cuerpo. Daba la impresión de que cada vez que
respiraba sería la última inhalación. El mismo Rhus se daba cuenta de que
la imitación era un tanto exagerada, pero no le sorprendía debido a que
Apis siendo tan histérico, era capaz de llevar sus imitaciones a cualquier
extremo.

Rhus pensaba que Apis era un ridículo por hacer tanto escándalo acerca de
la nueva ley de vacunación, pero Apis había tenido una experiencia: sus
niños no eran de los que podían ser vacunados con veneno y permanecen
tranquilos, ya que en lugar de brazos como los de los afortunados
insensibles, sus vacunas eran seguidas de inflamaciones del brazo y del
hombro, los cuales se volvían sensibles al tacto. Les aparecían manchas
rojas con líneas también rojas hacia los ganglios axilares; les aparecían
erisipelas, se formaba un absceso que arrojaba grandes cantidades de pus y
antes de que curara, tejidos gangrenados aparecían por la abertura.

Apis estaba convencido que era veneno de sangre los que les introducían a
sus hijos en el cuerpo y que no tenían derecho de poner en peligro sus
vidas.

El hecho de que sus hijos hubieran muerto de viruela a pesar de haber sido
vacunados, no contribuía a aumentar el deseo de vacunarlos nuevamente. Apis
calificada la vacunación como una práctica bárbara y Rhus acusaba a Apis de
tener una mente perjudicada. Apis y Rhus tenían cada uno un hijo enfermo de
diarrea, ambos estaban bajos de condición y en peligro. El niño de Rhus
tenía disentería con tendencia al estado tifoídico. El niño de Apis tenía
cólera infantum y había caído en un estado hidrocefaloide. Cada uno tenía
evacuaciones involuntarias sin dolor y (offencive) fétidas. El niño de Apis
evacuaba involuntariamente en cada movimiento con una constante exudación
del ano, de la cual el paciente no tenía conciencia. El niño de Rhus se
empeoraba por las noches, especialmente si bebía agua helada. El problema
aparecía después de mojarse y después de un esfuerzo y era peor en un clima
frío y húmedo. El niño de Apis se empeoraba por la mañana, se empeoraba en
cuarto caliente, o con bebidas ácidas y si se movía. Ambos tenían dolores
antes de las evacuaciones, también sentían deseos de evacuar y pujo pero
Rhus tenía dolores desgarrantes en los muslos y el pequeño Apis tenía una
sensación de ser golpeado en los intestinos durante l evacuación. Una vez
que evacuaban Rhus sentía una disminución en el dolor y el deseo de
evacuar. Apis tenía una excoriación anal, calor y palpitaciones en el recto
además de todo.

Rhus tenía la lengua seca, áspera y roja en las orillas y en la punta. En
cambio Apis tenía seca la lengua, brillante, resquebrajada, (sore)
lastimada y con poco o ningún deseo de beber.

Tus tenía mucho deseo de agua fría o leche. Apis tenía una sensación de
haber recibido magulladuras en la pared abdominal acompañada de una
excesiva suavidad que se sentía a la más mínima presión. Rhus tenía dolores
en los músculos, dando la sensación de que se los desgarran hacia abajo y
sentía necesidad de cambiar de posición para sentir alivio.

El niño de Rhus tenía sueño intranquilo y sueños muy vívidos en los que
enfrentaba problemas, trabajos duros y dificultades, mientras que el sueño
del niño Apis lo tenía yaciendo en un estado de estupor, el cual era
ocasionalmente interrumpido por gritos agudos y estridentes. Rhus y Apis
cuidaron tan bien de sus hijos que ambos se recobraron.

Rhus había pescado un catarro y había estado bajo la lluvia tres o cuatro
días antes y permaneció mojado por varias horas, como resultado tuvo
opresión en el pecho, desazón por las noches, dolor agudo de pecho,
incapacidad para respirar profundamente y su respiración era agitada,
apresurada y por las noches se volvían muy cortas sus inhalaciones
acompañadas de una tos seca y molesta con un dolor desgarrador en el pecho.
Apis también tenía gripa, una tos seca espasmódica por las mañanas y por
las tardes que empeoraba por las noches. Inhalaciones profundas le
provocaban la tos. Rhus se alegraba riéndose entre dientes, que por una vez
Apis no había tenido muy buen éxito con sus imitaciones.

Rhus pasó un día en el parque y dos o tres días después despertó para
encontrarse que su cara y manos estaban hinchadas, rojas y cubiertas de una
vesícula repletas de un líquido amarillo claro.

Las vesículas confluyeron en forma de ampollas. Cuando se reventaban y el
líquido hacía contacto con la piel, se formaban nuevas vesículas. La
sensación de comezón y ardor eran intensas. Cualquier roce causaba comezón
que se mejoraba frotando, pero al frotar hacía que la erupción se
extendiera ya que era casi imposible frotar sin que las ampollas se
reventaran. Después de haber frotado, el ardor y la comezón se volvieron
casi enloquecedores. La aplicación de agua caliente causaba primero
agravación y luego una mejoría. Rhus pensó que, por fin, tenía algo que
Apis no podría imitarle, ya que Apis no había estado ante el veneno, pero
ahí estaba Apis que en nada se quedaba atrás cubierto con manchas rojas que
a su vez estaban cubiertas con pequeñas vesículas que exudaban humedad. La
comezón, los piquetes (stinging) y el ardor eran intolerables. Apis se
rascaba hasta sangrar. La erupción empeoraba con el más ligero soplo de
aire pero era igualmente sensible al calor del cuarto o de la cama. Apis no
padecía estas erupciones con frecuencia, era más propenso a padecer
urticaria como de piquetes de abeja. Eran pequeñas manchas blancas con una
aureola roja, daban una comezón violenta y que se empeoraba por las noches
o también como elevaciones aisladas, dolorosas, suaves al tacto y que
tomaban un color purpúreo ó lívido, pero una vez, como Rhus decía, solo por
imitarlo, Apis tuvo la erupción vesicular sobre una base inflamada. Rhus a
veces tenía urticaria pero le salía por mojarse; era entonces cuando Apis
se preguntaba a quién.

Apis padecía de irritabilidad nerviosa, mayor que la de Rhus. Apis estaba
inquieto, con desasosiego por la noche, originado por estados nerviosos.
También Rhus estaba desasogado por las noches pero se debía más bien  al
calor.

Apis tenía una gran debilidad en todas sus extremidades y siempre tenía
deseos de recostarse, también Rhus.

Apis tenía mucho sueño por las mañanas, con trabajo se le despertaba, tenía
el sueño muy pesado. A Rhus le daba sueño muy pesado. A Rhus le daba sueño
después de comer. Apis sufría de un agravamiento general por las noches.
Rhus padecía una agravación particular por la noche y Apis por la mañana.
Ambos se ponían mal por la noche al ir a dormir. Apis se sentía mejor al
aire pero frío. Rhus estaba mejor al aire caliente. Como Apis se empeoraba
con el movimiento, Rhus se mejoraba si se movía continuamente.

Apis se podía enfermar con emociones mentales, choques mentales severos,
heridas hechas con objetos punzantes, heridas o con objetos cortantes y
erupciones suprimidas. A Rhus se le podía enfermar con sudoraciones
repentinas, clima húmedo, músculos sobre-fatigados y por mojarse.

La familia Apis estaba sujeta a efusiones (desahogos). Tenía efusiones de
la aracnoides, del pericardio, de la pleura, del peritoneo y de los tejidos
celulares subcutáneos. No importaba qué enfermedades tuvieran, la
hidropesía parecía desarrollarse siempre. Les daba hidropesía después de la
escarlatina, con reumatismo crónico, con angina de pecho, con marasmo. Las
mujeres de la familia tenían hidropesía durante el embarazo, convulsiones
puerperales, prolapso del útero amenorrea y cáncer de las glándulas
mamarias.

Rhus se asomó a la ventana un día y vio a su vecino Apis sentado en la
silla en el porche, hinchado desde la coronilla hasta la planta de los
pies. Había hidropesía en todas partes, en sus brazos, en el abdomen, en
los pies, las piernas, todo había sido atacado. La piel se había reventado
en algunas partes de las piernas y agua rezumaba por las aberturas.

Le era imposible recostarse. Rhus se acordó de cuando él también había
tenido hidropesía, pero había estado tan mal que se había visto obligado a
permanecer en cama. "Ciertamente Apis no debía estar muy enfermo si es que
podía estar fuera al aire libre". Desafortunadamente para la prognosis de
Rhus, Apis tenía un corazón cansado y la compensación había cedido, así es
que todo lo que se podía hacer por Apis era evitar sus sufrimientos
mientras viviera y darle eutanasia. Rhus no le sobrevivió mucho tiempo, por
alguna inexplicable razón, la viruela se desarrolló. Las erupciones de
volvieron lívidas, tenía la fiebre quemante, sed quemante, los labios y los
dientes se le cubrieron con una tenaz mucosa color café, dejo de orinar, le
sobrevino la diarrea con evacuaciones obscuras y sanguinolentas acompañadas
de una gran postración.

Por una única vez, Rhus había seguido a Apis y nadie sabe si alguna vez se
pusieron de acuerdo.

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Lo que parece un gracioso cuento es por desgracia una historia, es cierto
todos y cada uno de los síntomas y situaciones de esta fábula, dos remedios
que se parecen tanto, a final de cuentas son tan diferentes, como
diferentes son nuestros pacientes, es la forma de hacer un diagnóstico
diferencial medicamentoso entre los más semejantes para no caer en la floja
acción de dar los dos para que la mana saquen al paciente del problema,
puesto que por su similitud ambos se van a interferir, se van a inactivar,
se van a DESTRUIR y de paso, como dicen al principio, DESTRUYEN LA CASA, es
decir, destruyen al paciente, lo agravan y más aún pueden matarlo.

Cuan falso es entonces el dicho popular "los chochos si no te hacen bien
tampoco te harán daño", si el remedio utilizado no te hace bien es bastante
probable, sobre todo si se usa en alta potencia, que te dañe, tanto más
cuanto más profundamente obre distorsionando la reacción orgánica, la
reacción de la fuerza vital, distorsionando el cuadro sintomático y
desperdiciando la fuerza vital en infiernito cuando puede ser que estamos
quemando el remanente de ella.

HEPAR, EL PACIFICADOR

Hepar está en problemas, su amigo Silicea está enfermo, a decir verdad,
está muy enfermo. No se trata de un ataque agudo en esta ocasión, es un
problema crónico que parece haber llegado a su culminación. La condición
crónica de Silicea ha durado mucho tiempo y es de naturaleza seria, nunca
ha estado bien. Heredó una constitución escrofulosa y nunca mejoró mientras
crecía. Cuando era bebé, tenia una cabeza muy grande con las fontanelas
abiertas y un cuerpo pequeño y enflaquecido, estuvo fuertemente amenazado
por el raquitismo.

Tenía las glándulas agrandadas y supurantes. Después de que  lo vacunaron
le salieron abscesos y le dieron convulsiones. Tenía dolores que iban en
aumento y de abajo hacia arriba. Cuando era pequeñito, su enfermera lo dejó
caer y se lastimó la cadera pero nadie se dio cuenta, así que, no se le
puso atención y se desarrolló el mal de la articulación de la cadera (pot).
Tenía caries con supuración y aberturas fistulosas que dolían mucho al
tacto. La secreción era delgada acuosa y muy ofensiva.

Hepar y Silicea han sido camaradas desde la niñez y han tenido muchas
calamidades en común. Cada vez que nos encontrábamos a Silicea, era muy
probable que Hepar anduviera por ahí en algún lado ya fuera que se hubiera
ido un poco antes o que muy pronto fuera  a hacer su aparición. Hepar
siempre tenía un efecto calmante sobre Silicea, esto era curioso ya que
Silicea era un tipo peleonero y obstinado, y a su vez, Hepar se irritaba
por las pequeña causa y se ponía tan furiosamente enojado que le daban
ganas de matar a alguien.

Hepar tenía otro amigo a quien ha conocido desde la infancia, su nombre es
Mercurius. Silicea y Mercurius nunca pudieron llevarse bien. Tengo
entendido que era probable que estuvieran un poco celoso el uno del otro en
relación a Hepar, aunque nunca les escuché decirlo.

Cada vez que Silicea y Mercurius se juntaban, era seguro que hubiera una
batalla campal. A Hepar no le gustaba que Silicea y Mercurius pelearan, ya
que era amigo de ambos. Siempre estaba alerta, inclusive desde que era
pequeño, y cuando era posible se colocaba entre los dos beligerantes para
prevenir la pelea. Mercurius siempre tuvo una disposición irritable,
pleitista y desconfiada junto con una falsa de valor. A la fecha, en cuanto
Mercurius va a Silicea, comienza una disputa, Silicea trata de mantenerse
calmado pero le gustaría golpear a Mercurius, ¡es tan insultante! Silicea
rápidamente pierde los estribos muy a su pesar, piensa que Mercurius es un
gran cobarde y que no sirve para nada.

Silicea está abatido, cansado de la vida y le gustaría ir y ahogarse, pero
eso no es sorprendente, si recordamos lo mucho que ha sufrido.

A Hepar le entra la melancolía por ratos, se la pasa extremadamente triste
por horas, sus dolores lo desaniman, se pone tan triste que piensa
seriamente en destruirse a sí mismo.

La ansiedad lleva a Mercurius a tener pensamientos suicidas, no tiene valor
para vivir.

Silicea y Mercurius son dos tipos inquietos, inestables, es increíble que
no hayan cansado a Hepar.

Silicea es intranquilo, impaciente, nervioso, comienza a sentirse así con
el más pequeño ruido.

Mercurius no se puede estar tranquilo, va de aquí para allá llevado por la
angustia como si hubiera cometido un crimen; teme perder la razón.
Probablemente es su conciencia que lo está molestando porque ha sido muy
malo con Silicea. Si tan solo Silicea pudiera entender la extrema angustia
de Mercurius, tal vez le darían menos ganas de pelear con él.

Mercurius considera a todo el mundo como su enemigo. Silicea debería ser
indulgente con él pero es muy sensible y Mercurius ha herido sus
sentimientos muchas veces con su manera insultante de ser, así que, Silicea
no puede entender, ni perdonar a Mercurius y por su parte, éste no puede
entender a Silicea, por lo tanto, continúan siendo enemigos.

Hepar es extremadamente sensible al dolor pero sus sentimientos no se
hieren tan fácilmente, es un gran luchador, furioso en sus asaltos,
probablemente debido al hecho de que ni a Silicea ni a Mercurius les
interesa pelear con él, es que no puede mantener la paz entre ellos.

La amistad de Hepar con estos dos nació tiempo atrás cuando todos tenían la
enfermedad de la articulación de la cadera. Silicea había estado enfermo
por más tiempo y su caso había sido tristemente ignorado; al principio
pedazos de hueso se le salían y había varias aberturas fistulosas que eran
muy dolorosas. Mercurius estaba sufriendo todos los dolores de la
enfermedad cuando la pus salía a la superficie, sufría intensamente por las
noches.

Como recordarán, Mercurius era un sujeto muy inquieto, no podía mantenerse
quieto especialmente por las noches aún cuando no tenía la enfermedad de la
articulación de la cadera; al caminar sentía que empeoraba el dolor y le
daba la impresión de que cuando el dolor estaba en su peor momento era
cuando más ganas le daban de caminar. El pobre Hepar sentía una gran
compasión por Mercurius, sabía por experiencia lo que eran esos espantosos
dolores nocturnos. Su cadera estaba tan extremadamente sensible que se le
perlaba la frente de sudor cada vez que se le hacía curación.

Silicea y Mercurius vivían uno al lado del otro. Cada vez que Mercurius
pasaba la noche luchando con el dolor y la inquietud estaba, lógicamente
débil e irritable durante el día y cuando creía a Silicea cojeando por ahí,
le entraba un sentimiento de coraje hacia él, así que le lanzaba un saludo
desagradable y ofensivo de los que a menudo los muchachos se decían. Al
principio Silicea sentía lástima por Mercurius ya que, mucho tiempo antes
en el pasado, él también había tenido que soportar esos dolores nocturnos y
no había olvidado cómo eran pero Silicea era un muchacho que no podía
controlar su genio más de tres minutos bajo provocación, así que Mercurius
lo ponía en una disposición para pelear, entonces comenzaba la batalla,
cada uno le lanzaba sus juguetes al otro  de una manera por demás
maliciosa. En este punto, Hepar intervenía, atrapada el proyectil en el
aire y lo lazaba suavemente hacia atrás o por encima de ellos, según fuera
el caso y de esta manera convertía la pelea en un alegre juego. Desde
entonces, Hepar ha estado suavizando la relación entre Silicea y Mercurius.

Mercurius no pudo resistir la tentación de hacer comentarios hirientes
acerca de los pies de Silicea, dijo que sabía que Silicea nunca se lavaba
los pies ya que el simple sudor no podría hacer que le dolieran los dedos
ni que le olieran tan mal los pies y triunfalmente mostró sus propios
calcetines húmedos como prueba de lo que estaba diciendo. La verdad era que
Silicea se sentía muy mal a causa del olor de sus pies y se los lavaba
muchas veces al día pero no podía lavar el olor a sudor. Finalmente
desesperado se puso algo y suprimió el sudor, entonces, se metió en un
problema como lo hace la gente cuando suprime la demostración de una
enfermedad, de hecho, muchos de los problemas actuales de Silicea, han sido
acelerados por la supresión de ese sudor de los pies.

Los tres muchachos fueron grandes sudadores desde la infancia. Hepar
siempre sudaba con el más mínimo esfuerzo, su sudor era frecuentemente
agrio y ofensivo. Silicea sudaba profundamente de la cabeza y la cara, la
mañana encontraba la almohada empapada de sudor, sudaba con el más pequeño
esfuerzo, y ahora desde que está tan enfermo, tiene profusos y debilitantes
sudores nocturnos que son agrios y ofensivos. Mercurius siempre fue un
sudador profuso, con el más insignificante esfuerzo comenzaba a sudar y su
sudor era ofensivo, pero todos sus sudores juntos no hacían que se sintiera
mejor, a veces lo empeoraban, las pijamas de Mercurius estaban tan
manchadas de amarillo por el sudor que su mamá no podía blanquearlas por
más que las lavaba, siempre se veían grasientas.

Hepar era un chico muy friolento; su mamá nunca tenía que hacerlo regresar
por el abrigo, no le gustaba el frío por nada. A Mercurius no le gustaba
estar muy caliente ni muy frío. Silicea dice que Hepar tiene razón acerca
del frío.

Silicea tenía un panadizo (uñero) los dolores eran lacerantes, punzantes,
quemantes, palpitantes y severos; la supuración acuosa y ofensiva. Hepar
había sido vencido por un panadizo cada año durante varios años y sentía
mucha lástima por Silicea, decía que si pudiera tan solo soportar el peso
de una cataplasma de calor ese calor haría que se sintiera mejor. Pero
Silicea pensaba que no podría soportar el calor ya que inclusive el calor
de la cama lo empeoraba. Mercurius les dijo que eran unos idiotas si
intentaban ya calor o frío, ambos harían que empeorara el dolor, él había
pasado por todo eso y lo sabía.

Así que entre pleitos y haciendo las paces los muchachos crecieron y ahora
Silicea está en estado de consunción; trató de aprender el oficio de
cortadores de piedras pero fue demasiado para él, tuvo neumonía, la cual
fue ignorada, tuvo tubérculos y luego se le formaron abscesos seguidos por
cavidades. Las hemorragias aparecieron y ahora los síntomas de septicemia
le han seguido. Padece sudores nocturnos profusos, húmedos, fríos,
cadavéricos, los cuales le cubren todo el cuerpo. La expectoración es
abundante, es muco-purulenta, ofensiva, hay gran debilidad. Hepar a veces
puede aliviarlo de la respiración opresiva. Mercurius vino una vez y le
detuvo los sudores nocturnos pensando que le hacia un favor pero Silicea
empezó a tener mucho más dolor cuando se le quitaron los sudores, así que
se alegró de que le volvieran por lo tanto Hepar ronda a su alrededor
ayudándolo cuando es posible y mantiene a Mercurius alejado para que no
haga más daño.

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Con alegres comparaciones se mete, la autora, a comparar la acción de los
tres medicamentos que con más frecuencia se indican en las infecciones
localizadas, desde luego no son los únicos, hay muchos más con una acción
tan buena como la de estos, siempre y cuando sean bien indicados en todos
sus detalles, como belladona, Lachesis, Tarentula, Myristica, etc.

MERCURIUS, SULPHUR Y CINNABARIS

Quién hubiera imaginado que el Sr. Mercurius y la Srita. Sulphur alguna vez
pensaran en casarse, más aún, quién hubiera supuesto que se casarían el uno
con la otra. La Srita. Sulphur es una mujer del tipo tan filosófico,
siempre estudiando e inventando cosas. Es verdad, ella es floja, floja y
mugrosa, pero la flojera es la madre de la invención. A veces le da
demasiada flojera para ponerse a estudiar algo y luego se entristece
durante semanas y le dan ganas de morirse.

El Sr. Mercurius es muy diferente, pertenece a un diferente grupo social,
forma parte de un círculo sociable, mientras que ella no movería un dedo
para pertenecer a ese grupo.

El Sr. Mercurius es lento de intelecto, no podía inventar nada para salvar
su vida. La Srita Sulphur es demasiado floja para hacer algún esfuerzo, por
lo tanto es sucia, su casa está sucia; está tan acostumbrada a la mugre,
que ya no le afecta ni lo nota, no la ve, "su mente está ocupada en cosas
más importantes".

El Sr. Mercurius no tiene una pizca de flojo, no está quieto ni un minuto
si tiene fuerzas para moverse.

Como podría separarse de una pareja tan dispareja, ella lo regaña porque no
se está quieto ni un momento y él, inconforme con las cosas a su alrededor,
le contesta y la regaña a su vez porque ella no tiene la casa limpia.

De esta pareja tan desigual, dos niños nacieron: Cinnabaris (Mercurius
Sulphuratus Ruber) el primero, se parece a su padre, creció, entró a la
sociedad y se volvió muy popular hace años; Mercurius Sulphuricus que nació
muchos años después se parece más a su madre. Es tan poco sociable, que
rara vez se lo encuentra uno.

Cinnabaris posee una mente clara y una disposición alegre, pero no perturba
su mente con asuntos metafísicos; descuida y abandona las cosas porque se
le olvida hacerlas. Es irritable a veces, como su madre, le gusta estar
solo en ocasiones cosa que hereda de ambos padres.

La mayor parte de la gente se siente muy bien cuando tiene el estómago
lleno, cosa que no ocurre con Mercurius Sulphuricus, que se pone irritable
con una buena comida, pero ha tenido un estómago débil desde su niñez.

El Sr. Mercurius y la Sra. Sulphur tuvieron grandes problemas para criar a
sus hijos.

El estómago de Mercurius Sulphuricus es más bien como el de su padre quien
a menudo ha tenido problemas con el estómago después de comer, pero aunque
algunas veces casi perdía la conciencia por la náusea, su estómago no tiene
esa exagerada sensibilidad que tiene el de su hijo Mercurius Sulphuricus;
mamá también tiene un estómago débil pero ella vomita antes, al igual que
después de las comidas.

El hijo mayor Cinnabaris, ocasionalmente tenía problemas con su estómago,
pero pronto eructaba y se sentía aliviado. Un punto en el que los dos
hermanos se parecen, es en que ambos hermanos se sienten mejor después de
vomitar.

Durante su segundo verano de vida, el pequeño Mercurius Sulphuricus tuvo
cólera infantum, ¿cómo haberse escapado de tenerla con ese estómago y una
madre tan floja? Al igual que su madre, sus problemas comenzaban temprano
por la mañana, las evacuaciones eran profusas, amarillas o blancas acuosas
y salían como chorro caliente quemando el ano.

Cinnabaris no tuvo cólera, pero cuando fue mayor le dio disentería, durante
ese ataque la diarrea era un moco verde y había algo de sangre mezclada con
ella. Al igual que su padre, se empeoraba por las noches pero
contrariamente a su padre, la evacuación  manchaba la piel cerca del ano
con un color cobre.

El pequeño Mercurius Sulphuricus tuvo hidrotórax, heredado de su madre,
como ella, sufría de una gran diseña, así que no podía acostarse, pero sus
ataques eran peores en la tarde mientras que a su mamá le venían por la
noche. Cinnabaris, por ser como su padre, escapó a estos ataques.

Cuando los muchachos crecieron, siguieron el ejemplo de su padre,
pertenecían al club, eran parte de la "pandilla", salían por las noches,
por lo que, tuvieron problemas justo igual que su padres los tuvo antes que
ellos.

La enfermedad específica de Mercurius Sulphuricus era acompañada de una
intensa congestión, pero era fácilmente suprimida.

Cinnabaris tuvo éxito al suprimir su primer ataque de gonorrea pero
contrajo la enfermedad una segunda vez y después agregó sífilis a eso,
entonces, sí que tenía un gran problema. Tomó Mercurio y Yoduro de potasio
sin fin pero no pudo suprimir el problema completamente, la supuración
verde amarillenta continuó por mucho tiempo. Tuvo sifilítica en la que el
prepucio estaba terriblemente hinchado, violáceo y ulcerado. También tuvo
excrecencias sicóticas y cuando finalmente logró suprimir todo esto, tenía
úlceras sífilicas en la faringe, reumatismo gonorreico, iritis sifilítico y
nudosidades en la espinilla. (Sífilis terciaria).

Mercurius Sulphuricus tiene úlceras en los tobillos y reumatismo gonorreico
como resultado de la supresión de la enfermedad. Al igual que su padre, sus
dolores son peores durante la noche y como él ambos muchachos son
inquietos.

Mercurius Sulphuricus tiene mucho ardor. Tiene ardor en la boca y en la
lengua, en la garganta, en la laringe, en el pecho, en el abdomen, en el
ano, en las orejas, cara y pies. Cinnabaris tiene algo de ardor pero no
tanto como su hermano.

¡Vaya que si se ganaron el derecho de arder! Lo heredan de ambos lados de
la casa y se lo han ganado también.

Si miraras dentro de la boca de Mercurius Sulphuricus podrías pensar que
estás viendo la boca de su padre, hay el mismo color azulado de las encías
y las úlceras pero su boca tiende a estar más seca que la de su padre.

Cuando la familia se va a acostar por las noches empiezan los problemas.
Los problemas de papá comienzan más temprano con una comezón como de
piquetes de pulga por todo el cuerpo especialmente si está muy caliente, se
siente un poco mejor después de rascarse pro debe levantarse de la cama y
dejar que se enfríen las sábanas.

Cuando la mamá ya está muy a gusto acostado, le comienza la comezón y a
veces desde que se desviste para ponerse el camisón, le da aquí y allá y
por todos lados; se rasca de un lado se rasca en otro hasta que sangra. La
comezón es seguida por punzadas o ardores pero puede soportar mejor eso que
las comezones.

A Cinnabaris le da comezón en muchos lugares por la noche y mientras más se
rasca, más comezón le da.

A Mercurius Sulphuricus le va mejor que a los demás porque sólo le da
comezón en el cuero cabelludo y en la nariz pero mientras que los otros
están inquietos por causa de la comezón, él está inquieto a causa de los
malos sueños.

Si la comezón o los sueños no los mantiene despiertos por la noche,
entonces los dolores lo hacen porque tal parece que todo tipo de dolor que
les pueda dar, les vienen a todos los miembros de la familia, por las
noches.

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La comparación de dos remedios de grupo tan diferentes como son un sicósico
y un psórico que además se combinan para dar dos medicamentos más con la
firma de la casa, psórico-sicósica, es el tema de esta narración, que es la
forma de comparar cuatro remedios con denominadores comunes, con semejanzas
tan cercanas que si no tenemos las pequeñas diferencias a mano no podremos
saber ya no cual es sino cual usar ante síntomas que aparentemente caben
fácilmente para cualquiera de ellos.

Entre nosotros es más conocido Cinnabaris como Mercurius Sulphuratus Ruber
(Sulfato rjo de mercurio) y el Sulfato amarillo de Mercurio es el hermano.

CONIUM MACULATUM

Había problemas en la familia Conium. El abuelo fue uno de esos viejos
fumadores a quien siempre se le encontraba con una pipa en la boca,
estuviera fumándola o no y la presión de esa pipa sobre el labio, le había
provocado un carcinoma.

La mente de la abuela, gradualmente se había debilitado, era malhumorada y
fácilmente se alteraba por pequeñeces. Nunca nadie había visto a los dos
viejos peleando pero cada uno de ellos, tenía manchas de quimosis
(moretones) que se veían un tanto sospechosos, los dos necesitaban
atención, la cual no se podían brindar el uno al otro, por tal razón el Sr.
Conium los llevó  a su casa para que los cuidara su esposa.

El Sr. Conium es de los que no pueden tomar una gota de alcohol sin
intoxicarse. Una noche, poco tiempo después de haber traído a sus padres a
casa, salió con unos amigos y tomó un poco de vino, al llegar a casa se
cayó y golpeó la espalda contra la piedra que formaba el borde de la acera.
Desde esa noche si se rie o estornuda le da un dolor agudo en la parte
inferior de la espalda y a veces hay un hormigueo en la espina como si se
le hubiera dormido, las manos y pies muchas veces se le entumecen; se
siente exhausto después de una corta caminata o de una excitación. El Sra.
Conium parcialmente se paralizará como resultado de esa caída.

Uno de los muchachos Conium, jugando básquet se lesionó un ojo y desde
entonces está confinado a un cuarto oscuro, hay un ligero enrojecimiento en
el ojo pero la más pequeña cantidad de luz le causa un dolor extremo,
durante la noche le duele aún en la oscuridad y dolores severos lo
despiertan cuando ya se ha dormido.

La Sra. Conium tuvo un niños que tuvo marasmo, un bebé de aspecto pálido,
enfermizo y de un apetito feroz, glándulas mesentéricas agrandadas,
cervicales endurecidas, distensión del abdomen, que era peor después de
tomar leche, y eructos ácidos que empeoraban por la noche. Al pequeño bebé
con marasmo no lo cura su mamá, probablemente si hubiera llamado a su amiga
y colaboradora la Sra. Baryta Muriatica, hubiera podido salvarlo. La Sra.
Baryta Mur. Muchas veces completa el trabajo de la Sra. Conium. La Sra.
Conium tomó muy a pecho la muerte de su bebé, estaba muy deprimida y no
quería estar sola, no quería estar con extraños; caminaba sin rumbo como si
estuviera medio dormida, había perdido el apetito, el pelo se le empezó a
caer, se volvió olvidadiza, no podía recordar las cosas. Le tomará a la
Sra. Conium mucho tiempo recobrarse del shock de la muerte de su niño.

Un día cuando la Sra. Conium estaba cuidando a su niño hidrocéfalo,
accidentalmente éste le dio un golpe con el pie en el seno, y ella no le
dio mucha importancia, pero poco tiempo después notó que tenía un
endurecimiento en el sitio del golpe. Al pasar de los días el
endurecimiento fue creciendo en tamaño y dureza hasta que toda la glándula
se puso dura. Estaba tan dura como un cartílago, inmóvil y dolorosa. Los
dolores eran quemantes, agudos, golpeantes, punzantes, penetrantes y
empeoraban por la noche. El pezón estaba retraído, los ganglios axilares
agrandados y doloridos. Había una falta de calor animal, sentía frío,
deseaba sentarse al rayo del sol, se agravaba en el clima frío y con el
viento helado. Su apetito era pobre, sentía un gran deseo de tomar café,
sal y cosas ácidas, se sentía amodorrada durante el día, pero por la noche
podía permanecer acostada sin dormirse hasta después de media noche, tan
pronto como cerraba los ojos al dormir empezaba a transpirar por todo el
cuerpo aunque más profusamente alrededor de la cabeza y porciones
superiores del cuerpo.

Tal parece que no valía la pena que la familia Conium tratara de dormir ya
que son muy propensos, al hacerlo, de dolores, ansiedad, pavor,
transpiración o pesadillas perturban sus sueños o los despiertan.

Una de las hijas de la Sra. Conium llegó a la casa de la escuela, se había
preparado para un examen y había sido demasiado para sus nervios. Ella es
totalmente histérica, ríe y llora e inclusive cae en convulsiones
histéricas.

CONIUM Y EL CANCER

Noviembre 8 de a 1908: la Srita. Ella vino a mí el 8 de Noviembre de 1907.

"Mi padre murió de consunción, tuvo asma por años y finalmente pasó a mejor
vida".

La Srita. Ella tuvo abscesos en el oído cuando tenía alrededor de once
años, también uñeros en todos los dedos, uno después de otro; cuando tenía
como 16 años tuvo un absceso justo debajo de la rodilla.

Antes de enfermarse, Ella era brillante, de disposición gozosa, le gustaba
el trabajo y la vida al aire libre, estaba llena de simpatía. Durante siete
años vivió con una amiga que tenía  cáncer en ambos senos y se hizo cargo
de ella, la amiga no era su paciente.

Hace dos años atendió a una hermana que murió de repente e inesperadamente.
El shock fue tan grande que anduvo aturdida y no comió en cuatro días. Poco
tiempo después de la muerte de la hermana, se despertó y se encontró con
que se cabello se había quedado en la almohada, no daba crédito a lo
ocurrido, cuando se vio al espejo no tenía cabello ni cejas ni pestañas, de
hecho no le quedaba un solo cabello en ninguna parte del cuerpo.

Después de shampooes de petroleum y tratamiento electrónico le salió
cabello blanco en la cabeza, luego se volvió café pero le quedaron por ahí
algunos sitios sin cabello (alopecia areata) en los que ha tenido dolores
severos.

En Diciembre de 1906, recibió un golpe sobre el seno derecho con un
atomizados de fuego, grande y pesado. Con fenol sódico se le quitó el dolor
el primer día, después se le puso duro y un poco hinchado en la areola del
pezón y así continuó hasta que toda la glándula se le puso dura como
cartílago y de esa manera se sentía al tocarla. El pezón se retrajo y junto
con la areola se hundió. La glándula está unida a la piel en más de la
mitad de su superficie y es muy sensible al tacto. Había dolor, ardor y
sensación de estiramiento que se extendía hacía el hombro; la areola estaba
roja y escamosa, el pezón irritado, tenía comezón y sentía un estiramiento
desde la escápula como si el seno estuviera amarrado a ella. Tenía
exudaciones por el pezón con supuraciones sanguinolentas y acuosas de color
amarillo. Hubo hinchazón alrededor del pezón hasta que se le aplicó
antiflogistina, entonces se retrajo. Los ganglios de la axila se agrandaron
y le dolían.

Padeció bochornos durante cinco o seis meses, el calor le sube y se le va a
la cabeza seguido de escalofríos. Siente deseos de aire fresco.

Dolores en los pies como si le jalaran las piernas y calambres que le dejan
los dedos hacia abajo y una gran hinchazón le sale de la pantorrilla. Está
confundida, no puede recordar a causa del dolor en la base del cerebro
donde tiene dos rodetes sin cabello.

Melancolía durante un mes. No quiere estar sola ni ir a reuniones ni
conocer gente.

Deja lo que está haciendo para subir a ver a su hermana y estar cerca de
ella, no vuelve a bajar hasta que la hermana baja también. Llora si alguien
le habla, piensa que la está criticando y señalando errores y que nadie la
quiere. Piensa en todas las cosas tristes que le han pasado y cavila
amargamente en ellas.

Duerme mal por las noches, simplemente se recuesta sobre la cama sin ningún
deseo de dormir, pero hacia la madrugada, se queda dormida, se siente
cansada, siente somnolencia durante el día. Teme bañarse por no enfriarse;
acostumbraba a tomar baños fríos todas las noches.

Suda desde la punta de la cabeza hasta la cintura con el más pequeño
esfuerzo.

Le desagrada el clima frío; antes le gustaba. No puede soportar sentir el
frío, le atraviesa los hombros.

Toda cansada.

Tiene mucha sed, siente que nunca toma la suficiente agua. Se le antoja
muchísimo el café, este la estimula.

Sufre constipación, evacua con dificultad.

Orina frecuentemente.

Expectora grumos negros.

Lóbulo superior derecho de la tiroides agrandado, el lóbulo inferior era el
que antes estaba agrandado.

Hay una sensación de cansancio en el pecho.

¿Conium M c una dosis?

Marzo 28, 1909: esta noche Ella está aquí para decirnos que todos sus
síntomas mentales han desaparecido.

No tiene ninguna clase de dolor en ninguna parte. El endurecimiento del
seno es casi una pulgada de diámetro más pequeño. Podemos observar que la
glándula mamaria, en lugar de ser una gran masa dura, se ha dividido en
muchas protuberancias pequeñas; está muy suavizado y desprendido de la
piel, el enrojecimiento intenso que había sobre el pezón ha desaparecido la
retracción del pezón y de la areola es menor, la supuración casi ha cesado.
Los ganglios axilares están más pequeños y la inflamación ha casi
desaparecido. La glándula mamaria misma no duele al tacto y ella dice que
ya no siente dolor en el seno.

Damas y caballeros, les he presentado este caso, simplemente para mostrar
la acción de Conium mientras actúa. La desaparición de los síntomas
mentales, del dolor, de la inflamación, la división y la disminución del
tumor y el comienzo del desprendimiento de la piel, la disminución de la
retracción del pezón y de la areola, el aminoramiento del intenso
enrojecimiento, la mengua de la cantidad de supuración y el mejoramiento de
los ganglios axilares, son todos síntomas esperados en la línea de cura.

Damas y caballeros, ¿Curará Conium este caso? Si no, ¿Qué remedios son los
adecuados a prescribir enseguida?

VISITA A UN SANATORIO

Os invito a imaginaros que estáis en un sanatorio donde personas que tienen
problemas de estómago están siendo atendidas. Casi todas las familias de la
materia médica están representadas aquí, pero el tiempo permite la
presentación de unas cuantas.

Ahí está nuestro amigo el Sr. Arsenicum paseando bajo el sol. Es tan
inquieto que prueba todas las camas y sillas vacías que encuentra por las
noches. Es probable que tenga cualquier cosa en el estómago, desde simple
indigestión después de haber enfriado su estómago con un helado, hasta
cáncer. Si toma el más pequeño sorbo de agua fría, lo vuelve
inmediatamente. Tiene una extremada sensibilidad en el estómago, ardor en
éste y en el esófago, cualquier cosa que come, le produce ardor y el
vomitar también le produce ardor. Padece dolores con ardor casi en
cualquier lado, aunque aplicar calor o tomar bebidas calientes la mejora; y
aunque dice que siente como si un millón de diablillos le estuvieran
clavando un millón de agujas calientes, tiene frío y desea se le envuelva
cálidamente. Es irritable y ansioso, está seguro de que va a morirse, sus
dolores son intolerables y lo llevan a la desesperación, tiembla de dolor.

El compañero de cuarto de Arsenicum, es el  Sr. phosphorus, es otro al que
puede pasarle cualquier cosa en el estómago. Si toma agua, se le quedará en
el estómago hasta que se le caliente, pero no más. Está lleno de
presentimientos tenebrosos y fácilmente se encoleriza. Se siente mejor
cuando está en el exterior. Ambos se quejan de presión en el estómago, de
intensos ardores y retortijones. En ambos, el estómago está sensible al
tacto, los dos se sienten mejor después de comer, pero el dolor y el vómito
del Sr. Phosphorus  se mejora con el hielo o el agua helada, mientras que
las bebidas frías sólo agravan a Arsenicum.

¿Veis a esa mujer flaca y anémica que se pasea de un lado a otro frente al
calentador? Está vestida con ropas muy abrigadoras, pero piensa que casi se
está congelando. Ella es la Sra. Ferrum Arsenicosum. Parece ser una buena
persona pero solo por un momento, no la contradigas porque verás que sus
estados de ánimo se alteran se excita fácilmente, es irritable y peleonera.
Es supersensitiva al ruido, no le gusta hablar o escuchar que alguien más
hable. Es sensible al dolor y padece muchos. El comer o las bebidas le
producen ardores, retortijones y dolores impresionantes en el estómago, la
mantequilla le enferma completamente. No le gusta la carne pero le encanta
el pan y las cosas agrias. Las bebidas frías, las comidas grasosas y las
cosas agrias. Las bebidas frías, las comidas grasosas y las cosas agrias la
empeoran. Se cansa mucho de tanto caminar y entonces se sienta; se mejora
por un rato pero pronto empeora de nuevo y vuelve caminar.

La urgencia de caminar rápido y el cansancio causado por caminar de prisa,
por andar en auto, por permanecer mucho tiempo de pie y cualquier
enfriamiento, la empeoran pero el caminar lentamente la mejora.

Esa pequeña y enflaquecida mujer, y bien arropada que está allá sola bajo
el sol en el bien protegido porche es la Sra. Bariun Sulphuricum, se
empeora con el movimiento, a veces se empeora con el movimiento, a veces se
empeora al sentarse derecha o al pie; el aire frío la empeora también pero
le encanta estar al aire libre así que está muy cerca de sentirse feliz
cuando se encuentra como en este momento.

Ella es una mujer tímida, recelosa y criticona por lo tanto no le gusta
estar acompañada.

Su apetito varia, pude ser devorador o un simple deseo de comer. Al igual
que la Sra. Lycopodium se siente satisfecha después de haber comido un
poquito y como Lycopodium muchas de sus afecciones se localizan en el lado
derecho. Tiene calambres abdominales, dolores presionantes con sensibilidad
en el estómago después de comer.

Aquella pequeña viejecita que esta sentada allá es la Sra. Carbo Animalis.
Está nostálgica, triste y débil, no quiere hablar con nadie y desea estar
sola.

Tiene una sensación de vació doloroso en el estómago que el comer no le
aminora. Siente dolores quemantes y presionantes, también siente como si
tuviera una tenaza que le apretara en el estómago y le sale por la boca. Su
digestión es muy lenta, casi toda la comida le produce malestar. La lengua
y la boca le arden, de hecho siente como si todo estuviera despellejado
desde la punta de la lengua hasta el estómago.

El Sr. Bismuthum es justamente el opuesto de la Sra. Carbo Animalis, en el
sentido de que no soporta estar solo. Siempre está malhumorado y a disgusto
con lo que le rodea y no duda en quejarse al respecto. Nunca permanece
mucho tiempo en un lugar, se sienta un poco, va y se recuesta otro poco,
luego se levanta y camina un rato. Siente ganas de tomar bebidas frías y el
agua fría le alivia pero vomita todos los líquidos en cuanto caen al
estómago. Su digestión es lenta, continua comiendo durante varios días
hasta que el estómago está tan lleno que no le cabe más, entonces pasa un
día vomitándolo todo. Tiene protuberancias duras entre el ombligo y
costillas inferiores. Padece dolores espasmódicos, quemantes, punzantes,
presionantes en el estómago al igual que la sensación de tenaza que
aprieta. Tiene ruidos por gases en el estómago, gases que raramente arroja
pero cuando lo hace se siente aliviado.

Más allá se encuentra la Sra. Hydrastis Canadensis, ella es muy conocida en
el pabellón de ginecología, primero tuvo úlceras en el cerviz que estaba
hinchado y endurecido y con una tenaz leucorrea viscosa, se las curaron con
tratamiento local. Después la encontramos en el quirófano, tenía cáncer en
el pecho, que le fue extirpado; ahora tiene cáncer en el estómago. Su
digestión es lenta; come algo y ahí se le queda como un peso, lo que le
ocasiona una sensación de plenitud después de comer. Cuando no come tiene
una sensación de vacío desmayante y repugnancia por la comida, junto con
todo esto padece una constipación obstinada y sin deseos de evacuar. Tiene
dolores cortantes, muy severos pues siente como una fuerte pulsación en el
estómago que le molesta mucho; si pones la mano sobre el vientre,
fácilmente puedes sentir su latido. Se ha enflaquecido mucho y está débil,
abatida, arita a causa de esos dolores. Está esperando la muerte y la
desea.

Este sujeto flojo que veis ahí es el Sr. Kali Bichromicum. No quiere
trabajar ni física ni mentalmente y más bien tiende a deprimirse y
desalentarse. La comida le cae como un peso, una carga en el estómago o la
vomita por indigestión. Nunca se duerme antes de media noche porque tiene
flemas que lo ahogan y lo asfixian y a las dos de la madrugada despierta
con una respiración opresiva o ardor en la boca del estómago y expectora
sangre. Tiene úlceras en el estómago. Ha estado bebiendo mucha cerveza

La Srita. Condurango se siente miserable y tiene razones para sentirse así;
se ha enflaquecido muchísimo y está anémica, su piel está seca y escamosa.
El cáncer es frecuente es su familia; les ha dado en el párpado, en la
nariz, en la punta de la lengua, en el pecho y ella tiene uno en el
estómago. La garganta le arde, le duele y está lastimada. Vomita todo lo
que come y además arroja algo que parece sedimento café y que ella no
comió. Su estómago es sensible a la presión y en la región del píloro tiene
una hinchazón dura y nudosa. El dolor en el estómago es muy severo y a
veces se refleja hacia los hombros.

¿Veis esa mujer comiendo sobre el césped? No trae sombrero ni abrigo y su
vestido es claramente uno de verano. Ella es una fiel defensora de la
escuela al aire libre. No, no es la Srita. Pulsatilla, se trata de la Sra.
Kali Sulphuricum. No le gusta nada caliente, inclusive el baño caliente le
agrava. Es excitable, obstinada y se enoja fácilmente. El esfuerzo mental
la empeora y el descanso en cualquier forma la agrava. Es supersensitiva al
ruido y es tímida. Siente una gran congoja y ansiedad en el estómago, no
tiene apetito, siente aversión por el pan, los huevos, la carne, las
bebidas y comida caliente. La Sra. Kali Sulphuricum hace cualquier cosa que
la mantenga fresca y le agradan las cosas dulces y las cosas frías. Su
estómago se altera fácilmente y se siente satisfecha con poca comida.
Mejora eructando. Padece dolores quemantes, cortantes, pellizcantes,
presionantes, punzantes y de tenazas que le aprietan el estómago, además
angustia y pulsaciones en el mismo después de comer o beber. Tiene una sed
quemante.

Esa débil y bien abrigada mujer que está a punto de subir a su carruaje es
la Sra. Nitric Acidum. Los ojos hundidos, los círculos obscuros alrededor
de los ojos, nariz y boca y el rostro cetrino y hundido nos hablan de sus
sufrimientos. No es necesario saber de los dolores presionantes, pulsantes,
quemantes y retortijones en el estómago que le dan y de las náuseas y
vómito después de comer para sospechar que tiene ulceras en el estómago.
Pasa mucho tiempo en su carruaje, porque el pasear la mejora.

La Sra. Kali Arsenicosum pálida, color de cera, ansiosa, asustada, nerviosa
e hipersensitiva sufre de una gastritis obstinada y crónica. Se queja de
sentir una ansiedad la cual, dice, le extiende desde el estómago a la
columna vertebral, también se queja de frío en el estómago. Le gusta tomar
bebidas calientes, cosas agrias dulces y abomina la comida. Los dolores en
su estómago son quemantes, cortantes, presionantes con retortijones y
náuseas intensa. Le vienen después de comer, de tomar bebidas frías y por
la noche se mejora con el calor. Es una  persona irritable que siempre está
encontrando defectos en los demás, inclusive le gustaría matar a alguien.
Los otros pacientes la amenazaron de hacerla arrestar por peleonera y
abusona si no corregía su conducta. Sospecha de todo el mundo, piensa en
matarse y llora por las noches aún cuando duerme.

La Sra Lycopodium anda por ahí con un Kimono desamarrado de la cintura
porque no soporta que nada toque su estómago. Le da hambre a la hora de la
comida pero con un bocado o dos se siente satisfecha. Es muy sensible,
nadie se atreve a darle las gracias por que esto la hace llorar. Tiene una
sensación de revoltura en el estómago, siente retortijones, dolores
cortantes y atenazantes, los dolores se agravan si se dobla o después de
comer; ahora que entre las 4 y las 8 p.m. se mejora al eructar
recostándose, poniéndose al aire libre caminando y cuando se calienta bajo
las cobijas de la cama.

El Sr. Sulphuric Acidum sufre de alcoholismo crónico, su estómago está
prácticamente arruinado. Lo primero que hace en la mañana es vomitar agua y
moco tan ácidos que hace que se le destiemplen los dientes. No puede
retener agua en el estómago a menos que esté mezclada con alcohol. Siente
un gran deseo de comer fruta fresca y tomar brandy. Su garganta está
despellejada y sensible y tiene la boca llena de úlceras, ¡Cómo no va a ser
así con ese estómago tan ácido! Tiene dolores agudísimos que le atraviesan
el estómago. Esta sujeto a hemorragias, sangra con una sangre negra casi
por cualquier lado. Se siente peor al aire libre y no hace más que sentarse
y llorar todo el día, es un bueno para nada. Cuando llega a hacer algo, se
apresura para terminar pronto como queriendo salir de ello lo más rápido
posible.

La Sra. Robinia padece un dolor sordo, pesado, como si la exprimieran
constantemente después de comer, solo come una vez al día debido al severo
dolor que sufre al hacerlo. La comida se le agria en el estómago
inmediatamente después de ingerirla, todo lo que come se vuelve ácido y
como el Sr. Sulphuric Acid, se le destiemplan los dientes  cuando vuelve el
estómago. Si toma agua por la noche, la vuelve en la mañana verde y agria.
Está muy deprimida y llora todo el día por el dolor en el estómago.

La Sra. Iris Versicolor es otra a la que se le vuelve ácido todo lo que
come y cuando vomita siente como si le escaldaran la garganta, la lengua,
la boca, de hecho todos los sitios que toca el vomito. Siente un gran ardor
en el estómago que apenas puede soportar. Está deprimida y desalentada.

Esa mujer, enflaquecida con la expresión de sufrimiento en el rostro y que
está llorando cerca del piano es la Sra. Kreosotum. La música la hace
llorar. Es una gran sufridora, se ha adelgazado rápidamente desde que llegó
a aquí, anhela la muerte. Siente una enorme sed, bebe ávidamente y luego
vomita. Tiene la sensación de tener un hielo en el estómago o una sensación
de hartura como si hubiera comido mucho. También tiene dolores
presionantes, retortijones y dolores ulcerantes con vómito de sangre.

El Sr. Mercurius Corrosivus tiene una mente perezosa. Puede quedarse
mirando a una persona que le esté hablando y no entender una palabra de los
que se le esté diciendo. Tiene una sed violenta e insaciable de tomar
grandes cantidades de agua fría. la comida caliente le repugna, prefiere la
comida fría. su estómago está distendido y lastimado. No puede soportar que
se le toque ni siquiera con la ropa. Padece dolores quemantes,
aguijoneantes y retortijones; su vomito es espasmódico, incesantes y
doloroso. Vomita bilis, moco viscoso, pegajoso y sangre.

¿Veis a esa mujer que está allá hablando con el Sr. Bismuthum, es la Sra.
Lachesis, se distingue por ser una de las mujeres más locuaces del mundo.
Tiene una imaginación vívida, habla rápidamente, utiliza un buen lenguaje y
brinca de un tema al otro con asombrosa rapidez. Al Sr. Bismuthum le gusta
la compañía pero le gusta ser él el que hable. Si los observáis, veréis que
él se retira y la deja sola a los pocos minutos, pero ella encontrará
pronto alguien con quien hablar, ya que necesita hacerlo. ¿Habéis observado
su mejilla roja? Y si voltea veréis qué pálida está ya que ella sufre
mucho. A veces está callada y triste, en ese momento le desagrada la
compañía y no quiere hablar. Tiene cáncer en el estómago. Siente una
presión royente, no dolorosa que se mejora después de comer pero le vuelve
en cuanto el estómago está vació de nuevo. La boca del estómago le duele al
tacto y tiene dolores sordos y punzantes. No puede aguantar la ropa en el
cuello ni en la cintura, así que usa un vestido suelto estilo imperio sin
cuello.

Al final, pero no al último, está nuestro viejo amigo Sulphur, que sigue
siendo el mismo sucio y "harapiento filósofo" que siempre hemos conocido.
Tiene la misma sensación de vacío, de desmayo, de que se va por el estómago
a las 11 de la mañana y la misma sensación de peso de la que se quejaba. Es
demasiado flojo para animarse a sí mismo, demasiado infeliz para vivir y le
teme al baño tanto como cuando era niño. Probablemente piensa que la comida
fue hecha para adornar y el agua para beber ya que come poco y bebe mucho.

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Al  leer este capítulo de veinte medicamentos tan parecidos recordé a
Homero con sus recordé a Homero con sus relatos atestados de personajes
interrelacionados. Hay que hacer una lectura atenta y lenta relacionando
los síntomas comunes y aplicando la diferencia a cada medicamento. Todos
padecen del abdomen pero no solo ahí, sin embargo el diagnostico
diferencial lo hace con síntomas abdominales, efecto de la larga y profunda
experiencia que se trasluce en estas páginas, con ganas de que hubiera
escrito más de estos agradables y simpáticos capítulos.

LA VISITA DE PAPA HOMEOPATIA AL HOSPITAL

PRISIÓN DEL ENEMIGO

Los rayos del sol poniente caían sobre las blancas tiendas que formaban el
hospital prisión del enemigo. Afuera, en el aire fresco, los cirujanos del
enemigo descansaban brevemente en espera de ser llamados a comer. Habían
trabajado duro todo el día y aunque no estaban satisfechos con los
resultados de su labor, se tranquilizaban a sí mismos diciéndose que habían
hecho lo más que habían podido, cualquiera que los resultados hayan sido.

Dentro del hospital prisión, hambres que sufrían, se revolvían en su camas
sin poder dormir; se lamentaban y añoraban sus hogares y sus amigos.

De entre los cansados cirujanos surgió un extraño de cabello blanco y pidió
para visitar a sus amigos en el hospital.

Una mirada a aquel rostro tranquilo y benevolente los convenció de que no
pretendía hacer ningún mal, por eso cuando les mostró un maletín lleno de
botellas que contenían azúcar y les preguntó si podía dárselas a sus
amigos, entre risas le contestaron: "deles todo el dulce que trae de casa,
que le dé la gana, no tenemos ninguna objeción". Y así comenzó la visita de
Papá Homeopatía a sus amigos en el hospital prisión del enemigo.

Se detuvo en la entrada de la sala de cirugía y el corazón le dolió por el
sentimiento de lástima que surgió del sufrimiento innecesario que sus ojos
vieron en aquel lugar.

En un catre, muy cerca de él, yacía un sujeto grande y robusto que daba la
impresión de ser capaz de soportar cualquier dolor sin emitir queja alguna.
Había sido operado poco tiempo antes y la herida se le había inflamado
rápidamente, seguida de fiebre alta. Se encontraba intensamente nervioso,
se sentía seguro de no poder aguantar ese dolor aterrador y estaba cierto
que moriría; mantenía la vista fija sobre las manecillas del reloj para ver
si llegaban a cierta hora de la que estaba seguro no viviría más allá de la
misma, se revolvía en la cama, se quejaba, mostraba disgusto e impaciencia
y estaba muy alterado y temeroso. No podía pensar en nada que no fuera su
sufrimiento y su muerte. Ni siquiera le dio gusto ver a papá Homeopatía,
sufría tanto y estaba tan cierto que moriría... Probablemente así hubiera
ocurrido si Papá Homeopatía no hubiese reconocido a Aconitum, colocó un
poco de azúcar sobre la lengua y de esta manera conquistó la fiebre, la
inflamación y la ansiedad.

Sobre el siguiente catre, estaba un hombre que se sentía disgustado por la
agitación que Aconium estaba haciendo si no hubiera estado tan ocioso al
punto de que era indiferente a todo lo que ocurría. Nada lo perturbaba, no
se tomaba la molestia de pensar acerca de las cosas que veía y oía, este no
parecía tener ningún poder de recuperación. Su herida no era muy grande
para comenzar, pero los cirujanos habían tenido muchos problemas para
detener el sangrado, no había una hemorragia de hecho pero sí una constante
emanación de sangre obscura. A pesar de todo lo que los cirujanos hicieron,
la herida, en lugar de curar, se volvió negra y se hizo una escara, los
cirujanos volvieron a operar, solo para obtener los mismos resultados. Su
cara estaba pálida, fría, con aspecto de muerto, parecía como si lo
estuviera cuando estaba dormido y yacía sobre el pecho demasiado indolente
como para preocuparse si se moría o no. Papá Homeopatía llamó a Carbo
Vegetabilis y el hombre empezó a mejorar de inmediato.

En los siguientes dos catres había unos gemelos. Aún Papá Homeopatía tuvo
dificultad para distinguir cual era Hypericum y cual Ledum. Cada uno estaba
en peligro de tétanos si no se hacía algo de inmediato. El examen mostró
que Ledum había pisado una espina que había pinchado el pie y picado el
hueso, dijeron los cirujanos, la herida estaba fría al tacto y él se sentía
magullado y adolorido de todos lados.

Hypericum también había pisado una espina, pero en su caso la espina había
picado un nervio y el dolor era casi insoportable, mismo que se extendía
por la pierna y subía a través de la columna hacia la cabeza y la cara.

Del otro lado del pasillo donde se encontraba Carbo Vegetabilis, estaba su
primo Strontium Carbonicum, tenía una herida tan extensa que se requirió se
le cortara mucho para poder salvarle la vida en primer lugar. Papá
Homeopatía lo encontró postrado y frío, quería que le pusieran más cobijas;
la sangre le manaba a través de los vendajes como a su primo Carbo
Vegetabilis y su aliento era casi tan frío como el de Carbo Vegetabilis.

Un poco más allá estaba un hombre con el ojo tapado. Papá Homeopatía no
estaba muy seguro si se trataba de Staphysagria o Symphytum, pero el examen
mostró que la córnea había sido lacerada por un golpe y no fue este el
único problema que el examen reveló. Por alguna razón los cirujanos habían
abierto el abdomen de Staphysagria y las paredes del mismo habían adquirido
un aspecto nada saludable, tenía dolores punzantes.

En cuanto Papá Homeopatía descubrió esto supo que unos cuantos gránulos
comenzarían el proceso de granulación para Staphysagria inmediatamente y se
los dio.

Phosphorus también estaba en la sala de cirugía. Papá Homeopatía lamentó
encontrarlo ahí, era un sujeto hemorrágico que aún sus heridas pequeñas
sangraban profusamente y después de que éstas han sanado se le vuelven a
abrir otra vez y sangran. Lo acababan de traer de la mesa de operaciones y
el cloroformo le había provocado terribles náuseas. Sentía una gran
necesidad de tomar agua fría pero la vomitaba en cuanto se le calentaba en
el estómago. Las enfermeras tenían temor de dejarlo vomitar por miedo a que
le comenzara una hemorragia pero no sabían qué hacer para impedirlo. Se
sintieron sorprendidas y encantadas de ver que la náusea desapareció cuando
Papá Homeopatía puso un poco de azúcar sobre la lengua de Phosphorus.

Un poco más allá se encontraba un hombre con una pierna rota. Los huesos no
le soldaban y los cirujanos habían llegado a la conclusión de que debían
suturarlos en cuanto tuvieran tiempo para la operación. Symphytum no hizo
mucha alharaca por la fractura por la fractura pero se quejaba amargamente
de la presión del vendaje sobre una vieja herida en la rodilla; también se
quejaba de un severo dolor en el ojo, no había daño visible sobre el globo
ocular pero la enfermera había dejado caer accidentalmente un instrumento y
el mango había golpeado directamente en el ojo, de ahí el dolor. Un polvo
de Papá Homeopatía calmó el dolor y antes de que los cirujanos hubieran
tenido tiempo de operar, el hueso había soldado.

Más allá al otro lado de la tienda estaba un hombre que no debía estar en
la sala de cirugía aunque pertenecía allí originalmente. Había sido herido
severamente y los cirujanos no pudieron encontrar la bala aunque la habían
buscado concienzudamente, cortando, sondeando, inquiriendo, etc. Unos
cuantos días después de la operación comenzó con un violento escalofrío
mezclado con calor y sudor. Le subió la temperatura pero el pulso le subió
mucho más rápido en proporción. Le dolía todo, se sentía mejor moviéndose
por lo que se mantenía en movimiento y hablaba más rápido de lo que se
movía. Su cara estaba pálida y hundida aunque sus mejillas estaban rojas y
calientes. Su boca estaba fétida, el aliento ofendía, la lengua saburrosa y
café; tenía el pulso rápido, irregular y aleteante y el corazón amenazaba
con fallarle. Pensaba que era una persona cuando se acostaba de un lado y
otra diferente cuando lo hacía del otro. Papá Homeopatía pensó que podía
ser Árnica, Bapticia y Rhus, todos en uno, pero sabía que era Pyrogenium.

Cerca de Pyrogenium se encontraba otro hombre que tenía fiebre. Se trataba
de Árnica y estaba tan dolorido de todos lados al igual que Pyrogenium y
con tantos dolores como éste; también estaba inquieto, no dejaba de moverse
y esto se debía a que la cama estaba muy dura, pero se empeoraba con el
movimiento, con el hablar e inclusive con el sonido. No podía soportar que
nadie se le acercara por el temor que pudiera lastimarlo; quería estar
solo. Estaba embrutecido, podía empezar a hablar y de pronto caer en su
estúpido sueño.

El sol ya había desaparecido detrás de las distantes colinas y la luna y
las estrellas habían tomado posesión de los cielos cuando Papá Homeopatía
terminó su visita a la sala de cirugía. Los cirujanos que regresaban de su
cena, notaron la quietud del lugar y se preguntaron si el viejecito había
asesinado a todos los pacientes pero cuando entraron en la tienda y los
vieron a todos descansando tranquilamente dijeron: " Esto prueba el efecto
de la mente sobre el cuerpo, solo una visita de alguien que venía de casa y
todos los hombre nostálgicos se han tranquilizado, ¿Qué les habrá dicho el
viejo?

Una enfermera que había observado al viejo trabajar en un recorrido por la
sala, dijo que había sido el azúcar homeopático y justo cuando el cirujano
iba a burlarse de los que dijo la enfermera, un búho en el árbol cercano
dijo: "cierto, cierto".

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En este capítulo muestra de manera rápida y sencilla el pequeño valor y a
la vez grande de cada síntoma para reconocer la diferencia de los parecidos
que alopáticamente son colocados en el mismo tratamiento sin importar las
individualidades personales y no resiste la tentación de ironizar elegante
y delicadamente a la vez que simpática sobre los alópatas.

DE LA FORMA EN QUE LOS IODUM MOSTRARON SU

PATRIOTISMO

Una vez, hace mucho tiempo, mientras el tío Sam andaba buscando algo por la
barda de su patio trasero, pudo ver a una iracunda vecina quien
inmisericordemente castigaba a su hijo. Por ser él un caballero muy humano,
aquella escena le llenó de furia, pero se controló y gentilmente dijo:
"Señora, ¿Sería tan amable de suspender su actual método de tratamiento a
ese niño?" la madre respondió que el niño era de ella y que podía tratarlo
como se le diera la gana. Ante esa respuesta, el fío Sam le dijo que le
daba diez minutos para que se fuera y dejara a ese niño en paz, de lo
contrario, despertaría a su águila guerrera y rescataría al niño. Entonces
la vecina le dijo que estaba interfiriendo en algo que no le importaba y
que jamás volvería a hablarle o a escucharlo. Pero resulta que el tío era
nada menos que el presidente de la rama oeste de la Sociedad para la
Prevención de la Crueldad Hacia los niños y de la Sociedad Humanitaria, así
que su "Interferencia" competía con su trabajo en su propia jurisdicción,
por lo tanto llamó a la ave cantadora Paz, la cual había cantado a los
hijos del Tío Sam para que durmieran por más de 30 años, Paz llamó a su
hermano Águila Guerrera, para que viniera a tomar su lugar mientras ella
recogía sus alas y se acurrucaba para dormir. Entonces, por todos los
dominios del Tío Sam sonaron las notas del clarín de la guerra.

Resulta que en ese mismo momento, el viejo Iodum se encontraba en estado de
ánimo melancólico y deprimido poco usual en él, un miedo al mal se había
posesionado de él, estaba inquieto y despertaba un poco después de media
noche; como tenía un oído muy sensible, escuchó el eco de la primera nota
de guerra y comprendió su significado, parecía como si le hubiera asido el
corazón con una mano de hierro (Cactus). Saltó de la cama y pensó que se
volvería loco, con piernas tambaleantes caminó y de pronto, una idea se
apoderó de él; sus pensamientos se volvieron fijos.

Tenía una numerosa descendencia, sus hijos se habían casado con miembros de
todas las familias influyentes en el mundo, aunque si bien era cierto que
los hijos de ellos se habían contentado con apoyarse en la reputación de
grandeza de sus antecesores, que valía bien poco ya que ellos carecían de
reputación propia pues el abuelo Iodum, sabían, nunca había tenido la
ocasión de hacer mucho y ésta era la oportunidad de hacerse famosos. Los
reuniría a todos y formaría una brigada para ofrecer sus servicios al Tío
Sam. Así que, el abuelo Iodum envió cartas a todas y cada una de las ramas
de la familia explicándoles su proyecto pero solo cinco de las veintiuna
respondieron. Las ramas inútiles de la familia permanecieron silenciosas y
el pobre abuelo Iodum tuvo que contentarse con presentar a su país a un
regimiento en lugar de una brigada, los que respondieron, lo hicieron
notablemente.

Los Mercurius Iodatus Ruber llegaron primero. El padre era Mercurius
Iodatus Ruber y la madre era una Iodum por lo que esta rama tenía más
sangre Iodum en sus venas que las otras aunque en algunas cosas se parecían
a la familia Mercurius. Tenía ocho hijos y una hija y los trajo a todos.
Después llego la rama de los Mercurius Iodatus Flavus, luego los Ferrum
Iodatum, Arsenicum Iodatum y finalmente Calcárea Iodata. Todos trajeron a
sus familias con excepción de Calcárea Iodata que no tenía a nadie a quien
traer. Las esposas e hijas cosieron cruces rojas en las mangas e integraron
el cuerpo hospitalario y los niños que tenían edad suficiente para tocar el
flautín o un tambor, formaron el cuerpo de los flautines y los tambores.

El abuelo Iodum objetó que se les practicara un examen físico a sus hombres
porque con excepción de los hombres Mercurius, todos los demás eran un
montón de flacos y temía que no dieran el peso; además estaban más bien
inclinados a tener corazones débiles. El abuelo Iodum mismo era muy delgado
y la mayoría de sus hijos se le parecían en ese aspecto. A pesar de su
apariencia, formaban, cuando estaban juntos, un muy buen regimiento y el
abuelo, orgullosamente, se lo ofreció al Tío Sam con la sola condición de
que deberían permanecer juntos y conservar sus propios oficiales.

El abuelo trajo a la abuela Iodum y la nombró cocinera en jefe porque tanto
él como sus hijos estaban siempre tan hambrientos y comían tanto que estaba
seguro que alguien que no tuviera tanta experiencia, sería incapaz de
preparar comidas adecuadas. A Arsenicum Iodatum no le importaba quien fuera
la cocinera ya que a su familia nunca le daba hambre, aunque siempre
andaban sedimentos de agua fría que tomaban en pequeños y frecuentes
sorbos. Ferrum Iodatum estuvo de acuerdo con Arsenicum Iodatum en lo que
respecta a la comida ya que su familia era sedienta y no hambrienta. A
Mercurius Iodatus Ruber le daba sed pero bebía solo un poco. Mercurius
Iodatus Flavus no tenía deseos de comer pero le daba mucha sed y trajo
consigo limones para poder beber algo ácido ocasionalmente. Todos
decidieron que sería mejor acompañar cerca de un manantial abundante ya que
todos ellos eran un grupo obstinado.

Al abuelo Iodum no le agradó mucho la idea de tener un cuerpo de tambores,
era muy sensitivo al ruido y le molestaba, pero al resto de la familia, por
ser menos sensible, más bien le gustaba la idea y Mercurius Iodatus Ruber
quien era muy duro de oído, debido a que le juntaba cerilla en las orejas,
abogó por la causa de los niños, así que, el cuerpo permaneció y como la
sensibilidad del abuelo Iodum pronto se volvió torpeza de oído, todos
disfrutaban la música de la banda.

El abuelo Iodum era un hombre muy activo. Nunca podía permanecer quieto, de
noche o de día así que rápidamente tuvo al regimiento organizado. Los
oficiales fueron seleccionados de entre los miembros de la familia
Mercurius Iodatus Flavus ya que daban lo mejor de sí mismos en momentos de
peligro y ansiedad mientras que las otras familias bajaban su rendimiento
al mínimo cuando estudiaban cualquier cosa.

Los ejercicios en el campo no les caían bien a ninguna de las ramas Iodum
con excepción de Mercurius Iodatus Flavus, el abuelo mismo y sus hijos. El
tener que moverse de un lado a otro hacía que todo el resto se sintiera mal
de algún modo. El acampar al aire libre parecía afectar a las diferentes
ramas de maneras distintas. Los Arsenicum Iodatums heredaban algo de su
abuelo Arsenicum, eran friolentos y no podían soportar el clima frío agudo.
Los Ferrum Iodatums se sentían mejor al aire libre o en las corrientes de
aire, en esto se parecían a los Iodums que estaban mejor al aire libre
frío. Los Mercurius Iodatum Ruber también son más brillantes al aire libre
mientras que los Mercurius Iodatus Flavus son más susceptibles al clima
húmedo y frío.

Fue muy bueno que el cuerpo hospitalario hubiera sido establecido ya que
los trabajadores de la Cruz Roja pronto estuvieron muy llamados. En sus
días de juventud, el abuelo Iodum le "había dado vuelo a la hilacha" y
ahora estaba recibiendo el castigo de los viejos sifilíticos. Era muy
molestado por terribles dolores nocturnos en las articulaciones, no había
hinchazón pero sufría dolores en los huesos del brazo sobre el que se había
acostado. Ferrum Iodum también le había dado vuelo a la hilacha y ahora en
recompensa su reuma, de origen sicósico, hizo su aparición. Tenía una
sensación de parálisis magulladora en todas las extremidades con aversión
al movimiento, los dolores se extendían desde el pie hasta la pelvis, esto
era por las noches.

A Arsenicum Iodatum también le habían gustado las parrandas de joven y al
igual que el abuelo Iodum, su gota reumática era de origen sifilítico.
Tenía dolores severos en la pantorrilla, por las tardes, los cuales se
extendían por toda la pierna, se le desaparecían cuando se ponían en
actividad y le regresaban cuando estaba en reposo, por lo que, en las
tardes, si no se encontraban haciendo ejercicios con el regimiento, se le
hallaba haciendo diligentemente ejercicios de calentamiento.

Mercurius Iodatus Flavus también siguió los pasos de su abuelo. Su gota
reumática se manifiesta por medio de rigidez, inflamación y dolores; sentía
las extremidades pesadas y doloridas, había dolor y debilidad en las manos
y dedos, dolor en los huesos de la cabeza, rigidez del cuello, dolor
magullante sobre toda la región escapular; la mayor parte de los dolores se
empeoraba por las noches y mejoraban con el movimiento.

Mercurius Iodatus Ruber también tenía reumatismo, pero él era sicósico, y
su reumatismo era primordialmente muscular, del tipo de los que cambian de
lugar y se le alternaba entre brazos, piernas, manos y pies. Todo esto
mantenía a las enfermeras muy ocupadas, pero ellas conocían bien su trabajo
y lograban mantener lo suficientemente bien a sus pacientes para que
pudieran realizar su trabajo la mayor parte del tiempo.

Cuando se reúne tanta gente de la manera tan apresurada como se hizo en
este caso, los arreglos sanitarios no siempre pueden ser de los mejor y en
el campo Iodum, aunque se tuvo mucho cuidado, estaban lejos de ser
perfectos: un pequeño muchacho Iodum de cabello y ojos obscuros fue el
primero en mostrar los resultados. Una noche, la jefa de enfermeras se vio
sobresaltada por la tos seca de un crup, corrió a la cama del pequeño Iodum
creyendo que tenía un caso de crup espasmódico pero la investigación reveló
la existencia de una exudación gruesa, blanca, grisásea sobre el velo del
paladar y las amígdalas, estas se encontraban crecidas y había mucho dolor
en la garganta, el tragar era doloroso, el aliento era ofensivo, la
respiración irregular, corta y rápida, aleteo nasal y salivación.

El niño se agarraba la garganta con la mano, la enfermera rápidamente lo
aisló pero fue demasiado tarde, la difteria se había propagado y tal
parecía que por algún tiempo el cuerpo de flautines y tambores estaría
completamente aniquilado.

Los muchachos Mercurius Iodatus Falvus fueron los siguientes en sucumbir a
la terrible enfermedad. En ellos, la membrana comenzó como pequeños puntos
en el lado derecho de la garganta, pero rápidamente se unieron y formaron
parches amarillos; la base de la lengua estaba cubierta por una capa gruesa
amarilla como si fuera un pedazo de gamuza, la punta y las orillas estaban
limpias y rojas. Tenían mucha sed de agua fría que bebían en pequeños
sorbos porque la garganta estaba muy llena; las bebidas calientes y el
pasar saliva causaba dolor; había saliva fétida en abundancia que hacía que
doliera el mentón, la nariz estaba obstruida por escamas gruesas amarillas
y membranas, pero del lado derecho; había mucho carraspeo doloroso con moco
viscoso, edema de la garganta y cuello, gran postración, fiebre alta, orina
escasa y altamente coloreada. En la mayor parte de los niños Mercurius
Iodatum Ruber, la difteria empezó del lado izquierdo. la oro-faringe estaba
de color rojo oscuro, la lengua con una capa gruesa y amarilla o había
ausencia de esta capa en la base; el tragar era doloroso, la lengua y las
encías hinchadas y sensibles y la garganta era sensible al tacto.

Los niños Arsenicum Iodatum tienen un deposito membranoso grueso que cubre
la boca desde la oro-faringe hasta la orilla externa de los labios y el
canal auditivo externo; aliento fétido; respiración corta y difícil, mal
olor del paciente; diarrea al comenzar a moverse en la mañana. Solo unos
cuantos niños de esta familia se encontraba en el pabellón de difteria.

Las enfermeras tuvieron mucha dificultad para salvar a los niños, fallas en
el corazón amenazaron frecuentemente pero, al fin, el cuerpo de los
flautines y tambores estuvo completo de nuevo y chirriar de los flautines
junto con el redoble de los tambores sonó como la más dulce música a los
oídos de los angustiados parientes.

El abuelo Iodum sabía que la tuberculosis era muy dominante en su familia y
debería haber insistido en que se le practicara un examen físico a cada
miembro de la familia que se unió al regimiento en lugar de haberlo
objetado. Las tiendas fueron levantadas justo antes de las frías tormentas
de primavera así que las penurias en la vida del campo comenzaron de
inmediato. Al abuelo le dio neumonía y a varios de sus hijos, que fuero
internados con escalofríos seguidos de fiebre alta, dolor en el pecho,
respiración ansiosa y corta, expectoración pegajosa, rojiza, (exudado
herrumbroso) amarilla, teñida de sangre y difícil. Todos se recuperaron
excepto uno de los hijos, la enfermera lo envió a casa en cuanto fue
posible pero no sirvió de nada. Se enflaqueció más, la voz se le volvió
difícil, débil y áspera, la cara pálida y las mejillas rojas; tuvo fiebre
contínua que disminuía sólo unas cuantas horas en la tarde, sudaba
profusamente, tenía hambre, expectoraba sangre y tenía hemorragias, no
podía soportar el calor de la habitación y la tisis apresuró su partida al
otro mundo.

Mercurius Iodatum tenía gripe, se quejaba de una sensación de adoloramiento
en todo el pecho, de un dolor abajo del pecho derecho al respirar
profundamente y una expectoración profusa y amarilla. Mercurius Iodatus
Flavus solamente se había resfriado.

Arsenicum Iodatum heredó la tisis por ambos lados de la casa, así que,
cuando se exponía al frío no dejaba de tener gripe o neumonía primero pero
evolucionaba hacía la tisis enseguida. Primero notó una ligera tos seca que
se volvía más y más frecuente y algunas veces se aflojaba. Había una
expectoración muco-purulenta y a veces viscosa; no tenía apetito pero
sentía una gran sed de agua fría y al igual que su abuelo Arsenicum, la
vomitaba casi en cuanto la tomaba. El lado izquierdo de su pecho se volvió
plano, había matidez en la percusión, la respiración se hizo rápida y con
cualquier esfuerzo había jadeo que se hizo audible; se volvió asmático por
las noches y tenía que sentarse para respirar, el pulso se puso débil y las
hemorragias aparecieron, tenía una gran postración vital. Es muy
comprensible que no hay lugar en el campamento para él así que la enfermera
lo mandó a su casa y no fue prematura la decisión ya que apenas tuvo la
fuerza suficiente para llegar.

Podría esperarse que Ferrum Iodatum heredada la naturaleza hemorrágica de
su abuelo Ferrum, pero no lo hizo. Ferrum era propenso a tener hemorragias
casi en cualquier lugar y a cualquier hora así como por cualquier
provocación. Ferrum Iodatum nunca tuvo ninguna hemorragia hasta que cayó en
un estado de franca consunción. En realidad ya la padecía antes de ir al
campamento, pero como su abuelo Ferrum, frecuentemente tenía la cara
enrojecida por lo que se engaño a sí mismo al pensar que su salud era mejor
de lo que en realidad era, se convenció a sí mismo que la vida en el
campamento le caería bien ya que siempre se sintió mejor al aire libre,
pero la realidad era que estaba muy débil y enflaquecido. Por las noches se
quejaba de escalofríos los cuales eran seguidos de calor y sudores
nocturnos. La tos, que al principio era seca, más tarde se vio acompañada
de una expectoración verdosa y purulenta que contenía pequeñas partículas
caseosas (como de queso). Sentía una gran opresión en el pecho y le daban
deseos de respirar profundamente pero si lo hacía le provocaba una
sensación de adoloramiento en el pecho. La indigestión le daba muchos
problemas, se sentía lleno después de haber comido un poco. El corazón le
latía violentamente sin ninguna provocación, incluso le despertaba por las
noches. Ferrum Iodatum debía haberse quedado en casa.

Las privaciones de la vida en el campo menguaron un tanto, con
enfermedades, las filas pero quedaba todavía un regimiento que al fin
estuvo listo para ser enrolado. Justo en ese momento, se presentó Calcárea
Iadata y se enlistó. Era un sujeto flojo e indiferente que se parecía un
poco a su abuelo Calcárea Ostrearum. Explicó que había tenido un ataque de
gota reumática por lo que pensó que no les serviría de mucho si se
enlistaba ya que tenía el cuello muy tenso en la parte de atrás, tanto que
no podía mover la cabeza y sus manos y dedos estaban demasiado entumecidos
como para sostener un arma, sentía las piernas demasiado cansadas como para
poder caminar además del dolor magullante y palpitante que tenía que
soportar.

Estando por fin listo, el abuelo Iodum se lo notificó al Tío Sam pero en el
Inter. Había habido una gran batalla naval en la casa de la vecina a quien
hicimos referencia al principio de nuestro relato, en esa batalla, los
niños de la vecina comenzaron a pelear y ella se asustó tanto que
inmediatamente los llevó  con su ingobernable hijo al tío Sam y corrió a
casa. Por lo tanto, la guerra había terminado y ya no hubo necesidad del
regimiento preparado por Iodum, así que éste se desbarató y cada hombre,
mujer o niño se fue a casa con el corazón orgulloso, sintiendo que había
dado lo mejor de sí mismo para "pelear, dar su sangre y morir por su
patria".

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UN DIA EN EL AZUL OCÉANO

Eran las 11 de la mañana del 19 de marzo de 1901, el Hohenzollern se
alejaba lentamente del muelle Brooklyn, salía entre la niebla con una
llovizna menuda y pertinaz.

Nosotros de pie, recargados en la barandilla, arrojando flores y adioses a
nuestros amigos que nos despedían.

Nos quedamos ahí, observando como se perdían en la distancia, hasta que, de
pronto, llamaron para la cena y nos fuimos al comedor.

Al recorrer con la vista el salón, descubrimos que un buen número de
nuestros viejos amigos estaban a bordo.

El estúpido Cocculus estaba ahí. Es un tipo vacilante, nada le agrada,
nunca termina ninguna cosa y habla y habla hasta que te fastidia, pero lo
hace para ocultar su timidez. Le tiene tanto miedo a la muerte que es
realmente sorprendente el hecho de que se haya decidido a hacer este viaje
por barco, pues antes la más mínima amenaza de hundimiento, lo único que
haría sería sentarse a llorar, a quejarse y a gimotear pero no movería un
dedo para salvar a nadie.

El Nux Vomica estaba sentado junto a él. Se habían sentado al otro extremo
del salón, lo más lejos posible de la puerta de acceso a la cocina porque
es tan sensible que no puede soportar el olor de la comida. Es un hombre
muy cuidadoso y singular. Se enoja muchísimo con naderías, pero cuando no
está irritable, hipersensitivo o deprimido, es una persona muy agradable
para estar con ella.

El Sr. Petroleun se sentó en el lado opuesto. El también es delicado, se
ofende tan fácilmente y se pone tan violento cuando se irrita que todos
tenemos cuidado al acercarnos a él. Siempre está preocupándose por su
familia y deseando no haberlos dejado y nosotros, en nuestro interior,
hubiésemos querido que no lo hubiera hecho.

A la izquierda del capitán se sentó el señor Tabacum. Cuando no tenía sus
ataques de depresión que le venían por indigestión, estaba alegre,
simpático y hablantín siempre diciendo tonterías. No podía concentrarse lo
suficiente en algún tema para hablar con sentido.

La Sra. Carbolica Acidum se sentó junto al Sr. Cocculus. Es una mujer
tranquila y amable, muy distinguida, así que la presencia del Sr. Cocculus
no le afectó.

El Sr. Glonoinum es un hombre brillante, buen conversador, se expresaba con
tanta fluidez que tenía entretenida a toda la concurrencia sin esfuerzo
alguno. Había veces que no tenía ganas de hablar, entonces con trabajos se
le podía sacar palabra.

El Sr. Kali Bichromicum se sentó  junto a la Sra. Carbolic Acidum. Era tan
flojo, indiferente y enfermizo que las otras personas pensaban que debería
haberse quedado en casa, probablemente al aire encerrado y el olor a comida
lo agravaban; pobre hombre, pero lo otros no sabían eso y es muy fácil
juzgar mal a alguien.

La Srita. Kreosotum estaba junto al Sr. Tabacum. Es una mujer muy emotiva;
las lágrimas nunca están muy lejos de sus ojos, se quejaba de estar cansada
del mundo, inclusive las tonterías del Sr. Tabacum no podían hacerla
sonreír y cuando la orquesta comenzó a tocar, ella se puso a llorar a
mares. Creo que ni ella misma sabía la razón de su llanto.

La Srita. Colchicum se sentó al lado del Sr. Nux Vomica. Es una enfermera
muy bien entrenada y acaba de estar al cuidado de un paciente
extremadamente difícil. Estaba completamente agotada, necesitaba descanso.
Por eso estaba haciendo este viaje y como el Sr. Nux, el olor a comida le
molestaba y no podía siquiera ver los alimentos.

La Sra, Lactacid es una mujer sarcástica y criticona, muy exigente con los
demás pero muy floja con ella misma; se sentó junto al Sr. Petroleum y lo
mantuvo de mal humor todo el tiempo.

La Srita. Sepia, sentada del otro lado del Sr. Cocculus estaba muy triste,
nerviosa, el menor ruido la molestaba. Tenía la mente llena de malos
presagios. Estaba segura de que algo terrible le  pasaría al barco antes de
llegar a Génova y el Sr. Cocculus siendo tímido y estúpido no supo como
confortarla.

La Srita. Theridion se sentó al lado derecho del capitán, enseguida estaba
el Sr. Glonoinum. Ella es una mujer alegre, hablantina y estaba lista para
enfrentarse al Sr. Glonoinum en un encuentro mental, solo para
entretenerse, en cualquier momento. Uno no siente el tiempo cuando esta con
ella.

La cena fue excelente, no podría recordar todo el menú

Al Sr. Cocculus el simple hecho de ver la comida le producía aversión
aunque tuviera hambre; durante esa primera cena en el barco solo comió pan
con agua. Ni siquiera tomó cerveza que con frecuencia se le antoja.

La Srita. Colchinum descubrió al ver el menú, que se le antojaban muchas
cosas de las ahí listadas, pero cuando se las trajeron, el simple olor, ni
siquiera la vista, le provocó náuseas y escalofrío.

El Sr. Nux Vomica, llegó a la mesa con hambre sentía aversión por la
comida, lo único que se le antojaba eran las cosas grasosas y la
mantequilla, comió todo lo que quiso, aunque sabía que no le caería bien.
Terminó su comida con cerveza y brandy que le encantaban.

Había las suficientes golosinas en la cena incluso, para satisfacer al Sr.
Petroleum, y así lo hizo, deseando, así mismo tomar cerveza para pasar
mejor las golosinas. No nos sorprendió que se mareara más tarde.

El Sr. Kali Bichromicum había perdido el apetito casi por completo pero
tenía un gran deseo de cerveza. La Srita. Kreosotum tenía mucha hambre,
deseaba una buena carne o carnes ahumadas si las hubiera. Deseaba su comida
caliente porque se sentía mal si la tomaba fría y deseaba todas las bebidas
espirituosas porque le calentaban el estómago, según decía ella.

La forma en que la Sra. Lactacid atacó la comida y la bebida, hablaba de su
voraz apetito y de la sed que tenía.

La Srita. Theridion tenía hambre, pero no sabía qué quería comer,
finalmente decidió comer naranjas y plátanos; también se le antojó el
brandy y el vino y si hubiera sido hombre se habría fumado un puro.

Algunos pasajeros, en un viaje anterior, habían bautizado nuestra
embarcación con el nombre de "Billie la aplanadora" y pronto nos dimos
cuenta por qué, pues estaba decidida a hacer honor a su reputación.

A la Srita. Conchicum, le habían dado tantas náuseas por el olor de la
comida que cuadno el barco comenzó a bambolear sintió que no podría
soportarlo y rápidamente se fue a su camarote para que no ocurriera una
desgracia en el comedor.

Ahora resultaba que ni el Sr. Tabacum, ni el Sr. Glonoinum podían tolerar
a los alcohólicos, inclusive el humo que arrojaba el Sr. Tabacum intoxicaba
y un vaso de vino hizo que el Sr. Glonoinum se sintiera peor, así que
cuando la Srita Colchicum se levantó de la mesa, ellos fueron en su
auxilio, felices de tener una excusa para retirarse también.

La Srita. Colchicum se sintió mejor cuando se alejó del olor de la comida y
fue entonces cuando pudo recostarse, escogida y se quedó inmóvil.

El Sr. Nux Vomica adquirió una palidez de muerte acompañada de náuseas,
pero él sabía que no vomitaría, así que se quedó todavía un rato después de
que salió la Srita. Colchinum, sin embargo al poco tiempo después tuvo que
retirarse.

La Sra. Carbolic Acidum había comido muy poco cuando sintió deseos de
volver el estómago, pero evitaba entrar a su camarote todo lo que podía
porque cualquier cuarto le parecía cerrado y caliente.

La vista de la comida le había provocado náuseas al Sr. Kali Bichromicum
que fue a su camarote y vomito todo lo que había comido, después de eso,
volvió a la cubierta y en cuanto respiró aire fresco, se sintió mejor.

El Sr. Cocculus se sintió muy bien hasta que subió a cubierta y vio el
movimiento del barco, entonces su estómago comenzó a brincar de arriba a
bajo y perdió todo lo que había cenado. Corrió hacia su camarote, se
acurrucó en su litera y cerro los ojos para no moverse ni ver nada que se
moviera y se sintió mejor. Se hubiera sentido muy a gusto si no hubiera
tenido miedo de que el barco se hundiera y él muriese por ello.

Cuando el Sr. Tabacum ayudó a la Srita. Colchicum a ir a su cuarto, se dio
cuenta de que el andar de un lado para oro iba a ser demasiado para él; se
sintió mal del estómago, se mareó, sintió que se desmayaba y un sudor frío
le cubrió. Tambaleante logró encaminarse a la cubierta, donde podía
mantenerse quieto. Cada movimiento lo hacía sentir peor, pero sabía que si
tan solo pudiera llegar a la cubierta donde podía mantenerse quieto, se
sentiría mejor. Para ese entonces el Sr. Kali Bichromicum y la Sra.
Carbolic Acid ya llevaban un buen rato en la cubierta y se habían
recuperado lo suficiente como para sentirse ellos mismos de nuevo; de
pronto vieron venir al Sr. Tabacum y se asustaron, se veía tan pálido y
angustiado, además el sudor frío en el rostro y manos y la frialdad de su
piel, les hizo pensar que estaba a punto de darle un colapso, se
apresuraron a ayudarlo. Lo llevaron a un lugar cubierto donde ya no tenía
que moverse y muy pronto su trivial conversación comenzó a fluir de nuevo.

La Sra. Lactacid Acid también se sintió mal con el movimiento, así que se
sentó junto al Sr. Tabacum pero al poco rato se volvió sensible al aire
frío, se sintió incómoda y se bajo al interior del barco.

Cuándo el Sr. Glonoinum llegó a cubierta en busca del Sr. Tabacum, se
encontró al Sr. Nux Vomica doblado sobre el barandal en actitud de vómito y
le dijo dándole una palmada en la espalda "qué tal viejo, ¿Contribuyendo en
algo para el Océano Atlántico?. Resulta que el Sr. Nux estaba pasando mal
mientras se deshacía de lo que había comido y al oír el sarcástico
comentario se enojó tanto que podía haber derribado a su interlocutor de un
solo golpe, todo esto, mientras el Sr. Glonoinum esquivaba, apenas a
tiempo, el libro que el Sr. Nux le había arrojado.

Todos los movimientos que tuvo que hacer provocaron en el Sr. Glonoinum una
sensación de leve calor que lo enfermaba, en el pecho y en el estómago por
lo que decidió ir a sentarse junto al Sr. Tabacum.

En relación al resto de nuestros amigos, encontré a la Srita. Sepia con un
terrible dolor de cabeza recostada en su camarote. Se sentía mejor estando
acostada, la dejé ahí porque sabía que se sentiría triste y melancólica si
la llevaba al exterior. Encontré a la Srita. Kreosotum caminando por la
cubierta, había vomitado todo lo que había comido, incluso el desayuno y se
sentía tan desadosegada que no podía permanecer quieta. La Srita Theridion
tenía un gran dolor de cabeza, estaba nerviosa y deprimida, no podía
moverse, ni hablar, ni cerrar los ojos porque todo ello le hacía sentir
enferma; le di a tomar agua caliente con lo que la náusea y el arqueo
mejoraron.

El Sr. Petroleum, había estado sufriendo de náusea, cólico y somnolencia
desde la cena y lo encontré en su cama bien cubierto. Había caído en un
sueño intranquilo. Mientras lo observaba recordaba la cantidad de comida
que había ingerido por lo que no me sorprendió su sueño inquieto.

Volví a cubierta y me uní al grupo del Sr. Tabacum justo en el momento en
que subía el Sr. Nux Vomica, su desagradable experiencia sobre el barandal
había concluido y se sentía mejor.

El Sr. Glonoinum señaló que ya no le era útil el libro del Sr. Nux y se lo
devolvió y cuando lo hizo Nux respondió que a él tampoco.

Y así pasamos nuestro primer día lejos de América.

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LA REUNION DE LA SOCIEDAD HOMEOPATICA ESTATAL

EN EL BOSQUE DE LA MATERIA MEDICA

(Un boceto de caracteres)

La Sociedad Homeopática Estatal, sintiéndose aburrida de reunirse cada año
en deferentes ciudades, decidió celebrar su doscientos aniversarios con una
convención en el bosque de la Materia Médica.

Cuando el día de la reunión llegó, el distraído Dr. Rhus Tox. Trepó sobre
una pared de piedra e inmediatamente olvidó para qué había subido ahí. La
Dra. Ranunculus Bulbosus, quien nunca podía soportar los cambios de
temperatura, se puso su sombrero amarillo (decorado) y se sentó protegido
en el césped a los pies de Rhus.

Un poco más allá, en la orilla del bosque se encontraba la cambiante Dra.
Pulsatilla, cuidada por el Dr. Lycopodium su buen y honesto caballero,
mientras que el viejo Dr. Silicea, bien envuelto para mantenerse caliente,
estaba recargado contra la pared; todos esperaban con diferentes grados de
impaciencia que llegara el tren que traía a sus hermanos médicos, a esta su
primera convención en el bosque de la Materia Médica.

A la distancia, se oyó el silbido del tren. El Dr. Rhus, tiesamente levanto
la cabeza desde la elevada posición en la que se encontraba, colocó las
manos en la espalda y con una muñeca de desagrado, lentamente se levantó y
dirigió, cojeando, hacia la estación. La Dra. Ranunculus, quien odiaba
moverse y que no podía siquiera soportar el cambiar de posición,
cuidadosamente, se reacomodó el sombrero y se quedó muy quieta en el pasto
a esperar que apareciera el grupo. La Dra. Pulsatilla comenzó a caminar
hacia la estación. Luego cambió de opinión y regresó, luego volvió a
cambiar de opinión y de nuevo se fue a la estación, entonces comenzó a
llorar sin razón alguna, no sabía que hacer hasta que el Dr. Lycopodium se
quitó el sombrero ?siempre se sentía mejor con la cabeza descubierta- le
ofreció el brazo derecho y la llevó al encuentro de sus amigos que
llegaban.

El Dr. Silicea había sido cortador de piedra en sus sueños mozos, pero el
trabajo no estaba de acuerdo con él, así que, estudió medicina. Era un tipo
curioso y peculiar, siempre tenía frío y se quejaba cada vez que había un
cambio de temperatura. Tenía el hábito, justificado, de lavarse los pies
cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo y se distinguía por los
arranques de cólera que le daban cada vez que había luna nueva. Al Dr.
Silicea no le dieron ganas de moverse, así que, se quedó con la Dra.
Ranunculus Bulbosus.

El tren se detuvo y doctores, por cientos, se apearon del mismo. El Dr.
Rhus pronto encontró a su viejo compañera de clases y camarada el Dr.
Bryonia, se fueron juntos de la estación. El Dr. Rhus se mejoraba con cada
paso que daba en cambio Bryonia se agravaba con cada uno. Al primero,
gradualmente le desaparecía el entiesamiento de la región lumbar en tanto
que a su compañero le iba aumentando el mismo entiesamiento y para cuando
llegaron al bosque, el Dr. Bryonia apenas podía moverse del dolor y la
tiesura, en cambio el Dr. Rhus estaba tan animado y flexible como cualquier
joven graduado. El Dr. Rhus Pronto encontró un mullido banco para que el
Dr. Bryonia pudiera recargarse en él mientras que él mismo se sentó sobre
la rama de un árbol que se mecía y donde podía mantenerse en movimiento
mientras hablaba y evitaba de esa manera que le volviera el entiesamiento
de los músculos.

Una vez reunida la asamblea en el bosque, el Dr. Rhododendron ? el profeta
del clima- se trepó al risco más alto que pudo encontrar para vigilar si
llegaba una tormenta. El mismo se consideraba una autoridad en lo que a
clima se refiere, podía predecir la llegada de una tormenta mucho antes que
nadie siquiera sospechara que vendría.

Todos tenían hambre para cuando llegaron al bosque, así que estuvieron de
acuerdo en cenar primero y celebrar la fiesta de la razón después.

El Dr. Plumbum estaba dispuesto a ayudar a poner la mesa pero el Dr. Sepia,
quien se había hecho cargo, notó que tenía la muñeca caída (débil) y le dio
miedo que fuera a romper los platos así que, le ordenó que se fuera a
descansar.

Le pidieron al Dr. Hydrophobinum que tomara una cubeta y se fuera a buscar
agua a un manantial, pro fue tal la expresión de horror en su rostro de
solo pensar en el agua, que el Dr. Natrum Muriaticum fue en su lugar, la
extrema sed que le aquejaba haría que encontrará agua donde los demás no
hubieran podido. Cuando empezaba a caminar, cubeta en mano, escuchó un
grito que le heló la sangre, buscó de donde provenía el grito y vio al hijo
del Dr. Bufo había descubierto el manantial por él, pero había caído en un
ataque de histeria.

La Dra. Lachesis tenía hambre que no podía esperar hasta que sirvieran la
cena, así que se ofreció a preparar los ostiones, pensando en que podría
comerse algunos mientras los preparaba. La Dra. En cuestión era una
parlanchina tan inveterada que el Dr. Sepia, no queriendo ser molestado por
su bla, bla le dijo que manejar ostiones le arruinaría su vestido. La Dra.
Entonces le explicó porqué todos sus vestidos debían ser escotados y no
podía entender porqué la moda dictaba el uso de esos sofocantes cuellos
altos. El Dr. Sulphur estaba más hambriento que la Dra. Lachesis, así que
él mismo se ofreció a abrir los ostiones, ya que nada podía arruinar su
ropa, estando el Dr. Sepia de acuerdo en que ya nada podría poner peor sus
ropas con un poco más de mugre.

A la Dra. Carbo Vegetabilis le disgustaba hablar, pero aunque le gustara,
era demasiado tímida para ofrecer su ayuda y se sentó en un montón de ramas
secas y se abanicó. La Dra. Calcárea Carbónica agradable gorda y llena de
ansiedad para que no se retrasara la cena, se apresuró a ayudar pero con el
esfuerzo inmediatamente sufrió palpitaciones y comenzó a sudar profusamente
por todas partes, así que, tuvo que detenerse y aquietarse.

El Dr. Capsicum, a quien encantaba el café, aunque le provocaba náuseas,
tomó el molino y empezó a moler el grano que el Dr. Angustura había traído.
El Dr. Arsenicum, demasiado inquieto para permanecer inmóvil y feliz de
tener la ocasión de calentarse, se apresuró a prender el fuego. El Dr. Nux
Vomica que nunca estaba muy feliz a menos que estuviera enojado por algo,
miró el café y desaprobó su presencia, él prefería el brandy pero los Dres.
Hyosciamus y Rhus Toxicodendron que pertenecían a la Fraternidad de la
Temperatura se oponían a los alcohólicos de todas clases e insistieron que
no se admitiera ninguno en la reunión. El Sr. Calendula, el especialista en
las heridas laceradas, pensó que le estaban poniendo demasiada atención a
la cena, él nunca tenía hambre pero las cosas le sabían bien cuando las
comía.

La cena fue finalmente anunciada, fue servida a manera de colación, cada
uno trajo la comida que más le gustaba y tal colección de alimentos nunca
antes se habían reunido en la misma mesa. La Dra. Calcárea Carbónica había
traído una canasta con huevos cocidos, papas crudas y trigo, ella fue una
de las creadoras de la dieta a base de vegetales crudos inclusive estuvo de
acuerdo en que se comiera gisy carbón a veces. El Dr. Mezereum y el Dr.
Sanicula trajeron un lindo jamón grasoso, pero insistieron en comer toda la
grasa ellos mismos. El Dr. Natrum Muriaticum contribuyó con pecado. El Dr.
Antimonium Crudum, el de la "fama del amor estático a la luz de la luna",
trajo pepinillos dulces. El Dr. Allium cepa trajo cebollas y el Dr. Hepar
Sulphur proveyó el vinagre y el Dr. Natrum Muriaticum les dio la sal. El
Dr. Belladona era exclusivamente afecto a limonada y al igual que el Dr.
Arsenicum había traído unos limones, después localizó al Dr. Argentum
Nitricum, quien tenía la reputación de ser comedor inveterado de azúcar, a
tal grado, que siempre se estaba enfermando por eso. De seguro el Dr.
Argentum Nitricum había traído una bolsa de azúcar y el Dr. Belladona pudo
hacer su limonada. La Dra. Alumina trajo arroz pero no se molestó en
cocerlo, ella era una de las convertidas a la dieta cruda. El apetito de la
Dra. Pulsatilla era tan indefinido que no estaba segura de qué era lo que
quería, así que no trajo nada. El Dr. Chamomilla trajo col agria y se enojó
mucho cuando alguien le dijo que le daría cólico si la comía. El Dr.
Magnesia Carbónica trajo sandwichesde carne y el Dr. Ignatia trajo de
queso. Nadie que no pertenezca al mundo de la Materia Médica sabrá alguna
vez de todo lo que había en la mesa. Alguien de fuera se preguntaría porqué
había una pila de gises junto al plato del Dr. Nitric Acid.

Justo después de que todos se habían sentado a la mesa, los Dres. Calcáres
y Phosphorus entraron trayendo latas de helado que habían sido olvidadas.
Era divertido ver como al sentarse a la mesa, lo habían hecho guiados por
las simpatías y gustos de cada uno. Al final de la mesa se sentó el Dr.
Symphytum, el famoso cirujano del ejército, en realidad no es tan guerrero
como su nombre parece serlo, sabe todo acerca de contusiones, luxaciones,
esguinces, heridas de bala y fracturas, puede hacer que los huesos rotos se
usan de nuevo cuando se resisten a hacerlo. A su derecha se sentó la
pequeña Dra. Calcárea Phosphorica, quien tuvo un raquitismo de niña, el
cual fue tratado inadecuadamente y la dejó con una curvatura lateral de la
espina, a decir verdad, le dejó todos sus huesos largos curvados pero a
pesar de su deformidad ella es una especialista en problemas de huesos.
Puede detener la supuración de los huesos y articulaciones y se dice que
puede hacer soldar fracturas después que todos han fallado en el intento.

Enseguida de la Dra. Calcárea Phosphorica, se encontraban los conocidos
cirujanos Hepar y Silicea, se dice que pueden remover cuerpos extraños del
cuerpo del paciente sin usar bisturí. Junto al Dr. Phosphoric, el gran
especialista en necrosis, se encontraban los Dres. Arsenicum y Mercurius,
que trabajaban en la misma línea. El Dr. Hypericum se sentó junto al Dr.
Ledum y discutieron sobre heridas por punción porque el campo de acción del
Dr. Hypericum se encontraba en las heridas donde los nervios habían sido
lacerados.

El Dr. Sulphur, el filósofo, era un médico de consulta para casi todo el
mundo. Si alguien tenía un caso que no mejorara como debiera, el Dr.
Sulphur era llamado para que ayudara. Era realmente maravilloso como podía
ayudar a casi todo el mundo. Se sentó a la mesa con su nieto el Dr. Nux
Vomica al lado de él y con su abuela Psorinum en el otro, formando un
tranquilo grupo familiar. Ellos tres estaban intensamente interesados en
las enfermedades que habían sido suprimidas por drogas.

Los Dres. Allium Cepa, Euprasia y Mercurius Corrosivus estaban llamando
mucho la atención con sus lágrimas. Los ojos de la Dra. Eupracia y
Mercurius estaban rojos a causa de ellas pero no eran lágrimas de dolor ya
que los Dres. Allium Cepa, Euphrasia y Mercurius Corrosivus eran sólo
especialistas en los ojos de quienes les había dado gripa.

Los Dres. Lachesis, Lycopodium, Mercurius Iodatus Ruber y Mercurius Iodatus
Flavus, los especialistas en garganta se sentaron juntos y discutieron
sobre los méritos de las gargantas irritadas que comenzaban en el lado
izquierdo o en el derecho.

Los Dres. Tellurium y Pulsatilla, especialistas de guerra hablaron acerca
de las supuraciones acres y blandas de los oídos. El fatigado Dr. Digitalis
el conocido especialista del corazón quien había estado tan extremadamente
ocupado que había temido, hasta un poco antes de que el tren arrancara, que
no iba a poder asistir a la reunión, se encontraba con sus amigos el Dr.
Cactus, el grande, el Dr. Kalimia Latifolia y el Dr. Spigelia; todos los
especialistas del corazón, menores, se sentaron cerca y escucharon las
palabras de los cuatros grandes.

El Dr. Rhus Tox dejó a su amigo el Dr. Bryonia por un rato y trabó combate
con sus enemigos los Dres. Anacardium y Cortón Tiglinum, los especialistas
de piel, en una acalorada discusión acerca del adecuado tratamiento de las
erupciones vesiculares.

Los Dres. Agaricus y Actea Racemosa, especialistas de los nervios,
discutieron sobre la corea con el Dr. Cicuta quien a veces trataba la corea
aunque prefería la epilepsia.

Los alienistas, Dres. Stramonium, Hyosciamus y Belladona, conociendo bien
el éxito de la Homeopatía en las enfermedades mentales, discutieron sobre
lo aconsejable que sería urgir a la Sociedad que pudiera al Estado de unos
cuantos Hospitales Homeopáticos más para enfermos mentales.

Los Dres. Stannum y Tuberculinum, especialistas en los pulmones estuvieron
de acuerdo en que se había hecho demasiado énfasis sobre el tratamiento al
aire libre para los tísicos. La Homeopatía era el arma adecuada para
combatir a la gran plaga blanca y existían todas las razones por las que
debería haber hospitales homeopáticos para tísicos.

A ambos lados de los Dres. Sepia y Kreosotum estaban agrupados los
especialistas en enfermedades de mujeres y a ambos lados de los Dres.
Cannabis Sativa, Nitric Acid y Thuja estaban los especialistas en
enfermedades de hombre y así, por todas las mesas, aquellos que sentían
simpatía el uno del otro, se sentaron juntos mientras que aquí y allá se
encontraba el médico general, el buen doctor familiar que escuchaba todas
las penas de todos sus pacientes y los curaba cualquiera que fuera su
problema.

Justo después de que todos se habían sentado, entró corriendo el Dr.
Aconitum lleno de una ansiedad febril, se dejó caer en una silla junto al
Dr. Spongia, venía de atender un caso violento de difteria y quería
discutirlo.

A la mitad de la comida el Dr. Colocynthis, quien había hecho un gran
coraje, un poco antes, se dobló en un cólico y el Dr. Cuprum lo asistió
desde la mesa. Junto cuando todo estaba tranquilo de nuevo, el Dr. Drosera
quien tenía dificultades para tragar, tuvo la mala suerte de que se le
atoraran algunas migajas de pan en la garganta, después de lo cual le dio
una incesante tos seca que terminó en vómito.

Cuando la comida se terminó, el Dr. Phosphorus, el maestro de ceremonias,
se levantó y llamó a la Dra. Lachesis para que respondiera al brindis de
las damas. La Dra. Era una mujer orgullosa pero le encantaba hablar,
generalmente brincaba de un tema a otro, con gran rapidez, pero esta vez no
lo hizo. Dijo que pensaba que las mujeres debían entrar en las profesiones
pero que nunca debían casarse. Si las mujeres nunca se casaran nunca
tendrían razones para sentir celos y se ahorrarían una gran cantidad de
tristeza innecesaria, etc, etc. Luego el Dr. Phosphorus llamó al Dr.
Chamomilla para que contestara al brindis por los niños; dijo que no estaba
de acuerdo con la Dra. Lachesis porque si las mujeres no se casaran no
habrían esos pequeños, queridos y valientes bebés que lo hacían a uno
pasearse de un lado a otro toda la noche con ellos en brazos cuando tenían
cólico.

La primera nota triste se dio cuando la Dra. Ignatia fue llamada para que
diera el brindis de los miembros ausentes. Era muy sensitiva y estaba
consciente de que cuando hablara de aquellos a quienes nunca se les vería
de nuevo en la Sociedad Estatal, el Dr. Natrum Muriaticum, la Dra.
Pulsatilla y algunos otros tendrían que sacar sus pañuelos para secarse las
lágrimas.

Me gustaría contarles cómo el Dr. Sulphur respondió al brindis "El paso del
médico general" y cómo el Dr. Chininum Sulphuricum respondió al brindis
"Homeopatía". Me gustaría contarles acerca del papel del Dr. Melandrium en
la vacunación y sobre la discusión que surgió. Me gustaría decirles acerca
de todos los otros papeles que se leyeron en la junta pero el tiempo me lo
impide por lo tanto, los dejo y nos veremos de nuevo el año próximo en los
bosques de la Materia Médica de Pennsylvania.

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El Subtítulo es realmente el verdadero título de este capítulo final, ya
que hace una agrupación de remedios en base a sus acciones predominantes, a
sus gustos, a sus sentimientos al mezclar de manera magistral y a la vez
simple y amena lo más característico de cada uno logrando que así pueda el
neófito retener las interrelaciones con facilidad, para que dado el caso
busque entre los afines sin riesgo de perderse entre muchos aparentemente
semejantes.