El intestino y su significado psicoenergético

por el Dr. Reimar Banis.

Historia e investigación actual sobre el intestino

Existe una estrecha relación entre el intestino y el alma. Los japoneses lo llaman „Hara“  y consideran al vientre como un importante centro energético. Por eso el prestigioso erudito y catedrático, el Conde de Dürkheim, recomienda concentrarse durante la meditación en el „centro del ser humano“: el vientre. Este punto lo puedo confirmar totalmente y quiero recomendar encarecidamente los ejercicios de relajación  en los que se intenta generar un sentimiento muy agradable de flujo energético en el vientre. La psicóloga humanista Gerda Boyesen descubrió en los años 70 que la mayoría de los pacientes anímicamente enfermos poseían un peristaltismo intestinal muy debilitado. Si se estimulan los movimientos intestinales al sacar a la luz los conflictos del alma que nos están bloqueando (punto que trataré posteriormente con más detalle), se produce una sorprendente autocuración anímica.

Investigaciones actuales han demostrado que una parte inusualmente grande de los neurotransmisores se producen  en el instestino. La serotonina, un transmisor de extraordinaria importancia en la vida afectiva, se forma en su gran mayoría en el intestino. El neurocientífico neoyorquino Michael Gershon ha descubierto que las entrañas están recubiertas por más de 100 millones de células nerviosas, lo que supera claramente el número total de neuronas de la médula espinal. A esto se añade que las vísceras disponen de un aparato nervioso propio, que es idéntico al del cerebro hasta en los tipos de células, agentes activos y receptores. Por eso Gershon habla en su nueva ciencia, la neurogastroenterología, del „cerebro estomacal“.

Ya desde hace tiempo estaba claro para la medicina naturista que tenía que existir una estrecha relación entre el intestino y el resto del organismo. El joven austriaco estudiante de medicina X.F.Mayr, que ha dado su nombre a la conocida cura Mayr, preguntó a principios del siglo XX a sus profesores  por el significado del vientre hinchado, del estreñimiento y de todos los otros posibles problemas intestinales. Se le informó de que todo aquello no tenía un significado digno de mención; una opinión que aún hoy en día está muy extendida en la medicina académica. Mayr no se contentó con esa respuesta y comprobó más tarde, ya como médico en activo, que mediante una dieta a base de panecillos y leche se podía sanar el intestino inflamado e irritado de las personas del mundo civilizado. Un importante efecto secundario que se observa con la cura Mayr  es una estabilización anímica general  y una mejora del ánimo, lo cual se puede considerar como una prueba más de la estrecha relación que existe entre el intestino y el alma.

Otro hito de la medicina biológica fue el descubrimiento de los gérmenes probióticos realizado por Nissle, un microbiólogo de Friburgo (Alemania),  durante la Primera Guerra Mundial. Nissle extrajo de la silla de un enfermero  determinados gérmenes del género escherichia que pueden frenar el crecimiento de gérmenes intestinales dañinos. A Nissle le llamó la atención que el enfermero era el único en el hospital de campaña que se libró de una infección intestinal mortal. El motivo hay que buscarlo en el efecto bacterioestático e inhibitorio del crecimiento que ejercían los propios gérmenes escherichia del enfermero que, en cierta medida, llevaba de esta manera una fábrica propia de antibióticos.  Sin embargo, durante mucho tiempo la medicina académica consideró esta tesis sobre una deficiente flora intestinal como algo puramente místico hasta que, hace aproximadamente diez años, se produjo una sanación dramática de colitis ulcerosa. El intestino de la mujer que enfermó de colitis fue totalmente limpiado y a continuación se le implantó un trozo de heces del tamaño de una nuez procedente de su marido sano, restableciendose la mujer totalmente. Desde entonces reina en la gastroenterología un auténtico optimismo y los gérmenes probióticos se emplean cada vez con más éxito. Las estrechas relaciones entre los gérmenes intestinales y el estado anímico ya llamó la atención alrededor de 1930 del descubridor de las Flores de Bach; el Dr. Edward Bach, cuando fabricó, a partir de gérmenes intestinales de sus pacientes, nosodos homeopáticos y vió como a través de ellos se alcanzaba una llamativa mejora emocional.

Terapia intestinal biológica

Mi experiencia con el tratamiento naturista de la flora intestinal se remonta a aproximadamente  treinta años. Para establecer un diagnóstico empleo el diagnóstico por la lengua y el rostro, además del microscopio de campo oscuro y de la electroacupuntura o bien el test Vega. Durante este tiempo he probado de todo y también he mejorado algunos puntos, de manera que han surgido terapias de eficacia probada que, en lo básico, se orientan según  las recomendaciones de mi amigo H.W. Schimmel (descubridor del test Vega) así como de versados naturistas tales como Josef Karl. Además he desarrollado métodos de gran alcance, conocidos como „energética psicosomática“ que ofrecen la posibilidad de reconocer los conflictos psicoenergéticos y eliminarlos. A través de ello, y  en sorprendentemente muchos casos, se ha llegado a una clara y duradera mejoría y a curaciones de enfermedades crónicas.

En contra de prejuicios ampliamente extendidos,  la experiencia me ha enseñado que la alimentación la mayoría de las veces tiene una importancia secundaria para la salud del intestino. Incluso se puede llegar más lejos y afirmar que particularmente los crudívoros y vegetarianos que, preferentemente comen alimentos crudos, tienen con una frecuencia llamativa una peor flora intestinal. Ya el médico austriaco Mayr criticó la fermentación que produce la digestión de alimentos crudos con la formación de alcoholes de mala calidad simplemente por que el intestino se ve sobrecargado. Igual de malo es comer demasiada „comida basura“. El mejor intestino lo he encontrado en personas equilibradas emocionalmente, que realizan ejercicio físico y optan por una dieta mediterránea, productos lácteos y cocina tailandesa. Me parecen excepcionalmente importantes los principios activos antibióticos que se encuentran en el ajo, tomillo y curry. Uno debería inundar su intestino de semejantes antibióticos naturales y no ser ahorrativos en su uso. Aun cuando uno huela a ajo, muy seguramente no sólo vivirá más tiempo, sino que también claramente estará mucho más sano.

El principal problema de la así llamada patología intestinal radica en los gérmenes patógenos que producen agentes nocivos en exceso convirtiendo al intestino en un auténtico laboratorio de productos tóxicos. Muy a menudo se trata de agentes anaeróbios. En algunos casos  también participan  hongos intestinales, particularmente si se han introducido en la mucosa produciendo, allí, aldeidos y otros productos semejantes. Estas personas hablan de un sentimiento de  hinchazón , de cansancio y de un funcionamiento deficiente del intestino – bien en forma de estreñimiento, bien como irritación intestinal con heces blandas. Muchas personas tampoco sienten nada en el  intestino y, por el contrario, padecen una acidificación provocada por el mismo que les causa dolor de cabeza, tensiones, eccemas en la piel y otras cosas semajantes.

De la hidroterapia del colon he visto buenos resultados igual que de la limpieza inicial del intestino con el tránsito FX o bien Ozovit. La irrigación intestinal habitual no es lo suficientemente intensa. Muchos pacientes experimentan también mejorías después de que el especialista les haya sometido a una enteroscopia, simplemente porque previamente hay que limpiar a fondo el intestino. La colodina americana y la arcilla de Luvos son una   ayuda muy útil  para la limpieza. Para mí, los mejores medios para regenerar la flora intestinal son Mutaflor (las bacterias de Nissle ya mencionadas!), Hylak forte y Omniflora. También ayuda, especialmente en el caso de anaeróbios, el Saccharomyces boulardi (Perenterol) que originariamente  era un remedio de la selva de los aborígenes contra la diarrea.(y además ajo!!).

Para algunos pacientes no hay nada mejor que las semillas hidrófilas como Mucofalk que aumenta el volumen de las heces y seguramente, por ello, se eleminan mejor los productos tóxicos. Las bacterias bífidus son igualmente muy valiosas y hoy en día ya se pueden encontrar en el supermercado de la esquna („Biojoghurt“).  Todas las bebidas de leche acidificada como kéfir, kombuch o suero de leche, así como el Kanne-Brottrunk (bebida de trigo fermentado) son excepcionalmente beneficiosas al igual que el vinagre de fruta y las bebidas procedentes de la fermentación. A través de ellos se frena  la multiplicación de gérmenes patógenos aunque, naturalmente, no se debe olvidar tomar al mismo tiempo gérmenes beneficiosos, ya que, si no, sólo se expulsa a los „intrusos“ en forma de gérmenes intestinales dañinos y poco tiempo después están de nuevo ahí. Esto mismo se aplica a los antibióticos que matan las bacterias beneficiosas dejando con vida a las dañinas teniendo como consecuencia el inicio del archiconocido círculo vicioso  de recaídas de las infecciones, que a veces visitan a guarderías completas amargándoles la vida a algunos niños (y a sus padres). Si se toman gérmenes intestinales de gran calidad a menudo desaparecen rápidamente estas visiones negativas.

Energética Psicosomática

En el campo energético he tenido particularmente buenas experiencias en lo que se refiere a la solución de conflictos emocionales. Hay que imaginárselo de manera que haya una escala jerárquica para valorar las causas. Si se comienza a tratar por la verdadera causa, entonces se tienen lógicamente las mejores posibilidades de curación. La cara externa de la enfermedad refleja, por ejemplo, una carencia de elementos nutritivos y valores trastocados de los minerales, de manera que la terapia ortomolecular  o la toma de unos determinados elementos nutritivos representan, a mi entender, sobre todo una terapia puramente sintomática, por lo menos en lo que se refiere a las disfunciones intestinales.

Eso mismo es válido para los estimuladores encimáticos y remedios que facilitan la digestión que dicen estimular el intestino enfermo, sin que, por el contrario, atajen la verdadera causa. Por eso, muchos pacientes se quejan además de dolor de estómago y acidez sin que el especialista encuentre nada, simplemente porque los agentes tóxicos que proceden de los últimos tractos intestinales están provistos de histamina que conlleva una liberación de ácidos gástricos al circular por el estómago. En estos casos los remedios gástricos son comprensiblemente una pura falacia; hay que acabar con las bacterias y los hongos intestinales patógenos responsables de la causa y, entonces, desaparecen rápidamente y de manera duradera los molestos trastornos.

Una causa extraordinariamente habitual de los trastornos intestinales son los conflictos emocionales inconscientes que, a través del sistema nervioso vegetativo, conducen a disfunciones del peristaltismo y de la irrigacion sanguinea. Además, según mis experiencias, los conflictos emocionales desencadenan bloqueos energéticos que tienen como consecuencia un descenso de la energía vital a través de los centros energéticos (Chakras) y de la energía emocional. Yo mido la carga energética de los cuatro niveles más importantes del aura cinesiológicamente con el aparato de test Reba (de Rubimed). En casos donde hay valores bajos de energía emocional observo, a menudo, un sistema inmunológico deficiente, y hay que tener en cuenta que el intestino es el responsable de un 70% de la capacidad inmunológica de todo el organismo.  En casos de valores emocionales bajos se produce con facilidad una defensa deficiente en el intestino, pudiendo así los gérmenes intestinales patógenos multiplicarse mejor ocasionando los conocidos trastornos.

En principio esto también es válido para los valores de la energía vital; una energía vital disminuída debilita el peristaltismo lo que conduce a un estancamiento de las deposiciones. Normalmente un tránsito intestinal sano está por debajo de las 24 horas, sin embargo en el caso de muchas personas no aparece antes del lunes en las deposiciones lo que habían comido el sábado. Estas personas no sólo tienen un laboratorio interno de productos tóxicos, sino que además una acción tan especialmente prolongada de estas toxinas facilita naturalmente el que éstas pueda llegar hasta los rincones más recónditos del organismo. Consecuencias típicas de estos laboratorios intestinales de productos tóxicos son sudor en los pies y aliento maloliente, caída del cabello y tez pálida, cansancio y tensiones y , en estos tiempos del „anti-aging“ quisiera llamar la atención sobre el hecho de que a través de la „suciedad“ interna  uno envejece naturalmente de manera desproporcionadamente rápida.

Después de una experiencia de muchos años con la „energética psicosomática“, he comprobado que, por lo menos, en el 90% de todos los pacientes, independientemente de cada cuadro clínico, los bloqueos energéticos ocasionados por las cargas de las radiaciones terrestres y los conflictos emocionales son la primera y más importante causa de enfermedad. Esto se comprueba viendo que al eliminar las cargas de las radiaciones terrestres y los conflictos emocionales  la inmensa mayoría de los pacientes o bien mejoran considerablemente,  o bien incluso en muchos casos se sanan. Un tratamiento adicional del intestino se hace , en muchas ocasiones, innecesario o se reduce considerablemente. Como he mencionado, esto es válido para la gran mayoría de los cuadros clínicos, lo que a menudo confunde a los médicos académicos, porque no se pueden imaginar que la mayoría de las enfermedades son debidas a unas pocas causas. Pero los enormes éxitos en la práctica diaria demuestran que tan sólo la eliminación de las verdaderas causas de la enfermedad ya es suficiente en la mayoría de los casos.

Quisiera documentarlo con un caso típico:

La Sra. S. tiene 52 años y es ama de casa, desde hace veinte años padece dolor de cabeza crónico que a veces le obligan a  permanecer durante días enteros totalmente inmóvil en un cuarto oscuro. A esto se le añaden eruptos, molestos gases intestinales y un sentimiento constante de cansancio general. Diversos terapéutas le ayudan siempre a corto plazo e incluso en las clínicas universitarias y en las ambulancias contra el dolor nadie le podía ayudar a pesar de que la habían examinado a fondo y sometido intensamente a terapias. Al examinarla con el aparato de test Reba arrojó unos valores extremadamente bajos de la energía vital general de un 20% y unos valores emocionales también de un 20%. Se le aprecia una fuerte geopatía así como un enorme conflicto emocional en su mente con el síntoma „pensar equivocadamente“.  Se le recomienda examen del lugar donde está situada su cama a través de un paso de varillas (sin blindaje!) y  Emvita (1) 28 y Chavita 7 para eliminar los bloqueos energéticos (dosificación: 2×12 gotas durante tres meses). Además Mutaflor 100 1×1 y Hylak plus 2×40 gotas para estabilizar la flora intestinal. Tres meses más tarde en un reconocimiento de control, me encuentro con una paciente radiante que, por primera vez en décadas, carece de molestias y que se encuentra de nuevo bien en todos los aspectos. En un reconocimiento después de un año la paciente seguía sin tener molestias de ningún tipo.

A algunos compañeros de profesión excépticos puede que al leer el relato de este caso les ocurra como a mí más de una vez me ha ocurrido en el pasado: me encuentro con un paciente cuyos síntomas coinciden exactamente con la descripción de un compañero de profesión y que el había relatado en un artículo de una revista especializada como un enorme éxito. Esto me ha ocurrido de hecho más de una vez en mi práctica diaria y no pocos pacientes se convirtieron en auténticas „celebridades“ (por ética profesional no diré de quién se trata!) A estos profesionales escépticos quiero replicarles que me encuentro constantemente con casos de curaciones extraordinariamente ciertas y duraderas con la „energética psicosomática“ acompañada de una terapia de la flora intestinal según el procedimiento ya descrito. Como no hay nada que convenza más que el propio éxito, recomiendo que simplemente uno lo pruebe en casos escogidos, por ejemplo en típicos pacientes problemáticos, para que uno se convenza realmente.

Conclusión

El conocido refrán „La muerte reside en el intestino“ debería ser reescrito como „La vida reside en el intestino“! Y es que las personas sanas y vitales tienen todas un intestino absolutamente sano. Un intestino sano no se obtiene así como así,  como un regalo de Dios, sino a través de un buen sistema energético (libre de conflictos), un lugar para dormir libre de interferencias así como una forma de vida que frena el crecimiento de bacterias nocivas. Todo esto se puede conseguir con relativamente poco esfuerzo, tal y como he intentado explicarles.