Fundación Indra Devi

LA ANTIGUA MEDICINA DE LA INDIA: «EL AYURVEDA»

Dra. Paula A. Lifszyc Estos son, por orden alfabético, los temas tratados en este documento:

#Anatomía #Conclusión #Fisiología #Los fundamentos médicos del veda #Los tres elementos básicos del organismo #Tratamiento de abscesos, fístulas, amígdalas y fracturas
#BIBLIOGRAFIA #El «corpus» médico de Caraka #Higiene y régimen #Los grandes textos médicos clásicos #Patología #Tratamiento y prevención de contagios
#Cirugía #El «corpus» médico de Sushruta #La medicina en la antigua India #Los indios como precursores de la cirugía ocular #Prólogo
#Cirugía de litiasis biliar #Embriología #La varita mágica de la cirugía estética y un poco de historia #Los orígenes míticos de la medicina hindú #Relaciones entre las medicinas de la India y de Grecia
#Clínica médica y obstetricia #Escuela de cirujanos, su arte e instrumentos #Las doctrinas médicas del ayurveda #Los siete elementos sustanciales del cuerpo #Terapéutica

PrólogoLa importancia de la historia de la medicina hindú es con frecuencia poco reconocida en las obras de historia de la medicina; sin embargo, su papel en la formación de la cultura de la india ha sido tan importante como el de las diversas ciencias ísicas y naturales, ya que muchas de las doctrinas filosóficas aparecidas en la india están basadas sobre conceptos fundamentales de la medicina tradicional.La medicina Ayurvédica practicada en la india por los últimos cinco mil años, es un sistema comprensivo de la medicina que combina terapias naturales con acercamientos altamente personalizados al tratamiento de la enfermedad.La medicina ayurvédica pone igual énfasis en el cuerpo como en la mente, y el espíritu, y se esfuerza por restablecer la armonía natural del individuo, condición indispensable de la salud global.En este trabajo me propongo hacerles conocer y descubrir la maravillosa riqueza que se encuentra en el Ayurveda, y que es fruto de un pueblo muy especial como es el pueblo hindú. También me propongo mostrar el abordaje integrativo que tienen del paciente, y sus conceptos de salud, enfermedad, vida, y muerte. Conocer y entender los principales corpus médicos: sushruta y caraka. Saber cuales fueron las bases de su medicina, las especialidades que más desarrollaron, y su relación con la medicina griega.El Ayurveda que aparece completamente formado en los tratados didácticos inmediatos a la era cristiana, tiene sus bases esenciales (doctrina de los soplos y del viento, de la naturaleza, de la bilis) en los textos védicos más antiguos, anteriores a la formación de la ciencia griega.Los hindúes afirman que el ayurveda es la base del resto de las medicinas.Los invito a recorrer el apasionante tesoro que se encuentra en esta medicina ancestral pero tan nueva para la sociedad occidental.La medicina en la antigua IndiaLas teorías psicofisiológicas del Ayurveda, la medicina clásica tradicional, han impregnado el pensamiento filosófico hindú.El motivo de esta minimización de la historia de la medicina hindú parece radicar en la creencia, bastante extendida, de su falta de originalidad, motivada por el hecho de haber tomado sus elementos de la ciencia griega primero y de la árabe más tarde, sin olvidar a China. Los recientes trabajos del doctor J. Filliozat, indólogo y médico, Zimmer, Bloomfield, continuando los del Doctor Julius Jolly, Hoernie y P. Cordier han esclarecido, felizmente, la ciencia médica de la India, desde un punto de vista occidental. En la actualidad funcionan normalmente centros de estudio y hospitales ayurvédicos, y el número de obras escritas sobre el tema ha sido y sigue siendo siempre importante, como veremos. Onesicrito, por ejemplo, enviado por Alejandro para conferenciar con los gimnosofistas de la India, manifestó que estos filósofos investigaban sobre las enfermedades y sus pronósticos, según cuenta Estrabón. Es necesario subrayar la importancia de los médicos hindúes a los ojos de los griegos de Alejandro.Ha sido considerable la difusión de su medicina fuera de la propia India, país llamado en múltiples ocasiones «la Grecia de Asia»; fue aceptada y adoptada en el Tíbet, en el Asia Central, en todo el archipiélago de Indonesia, en la península del sudoeste asiático y con el budismo penetraría en China y en Japón. Los mongoles la conocieron y practicaron a través de los tibetanos, los cuales conservaron en sus libros textos inéditos escritos en sánscrito, cuyos originales se han extraviado.La cuestión de la originalidad de la medicina hindú ha sido frecuentemente discutida, comparándose a menudo los conceptos griegos con los indios. Las conclusiones de Filliozat a este respecto son las siguientes: «Tenemos que hacer constar que muchos datos que hasta ahora se han considerado como tomados por la India de la ciencia helénica, en tanto que se estudiaban solamente a través de los manuales clásicos posteriores a las grandes obras griegas, tienen de hecho, en la India misma, bases anteriores a tales grandes obras, y ambas tradiciones médicas, la india y la griega, se desarrollaron paralelamente».H.H. Wilson (1789-1860), a quien se debe el descubrimiento de la medicina hindú, era un médico británico, empleado en Calcuta durante veintisiete años por la Compañía Inglesa de la India, tanto en cuestiones referentes al servicio médico como a las monetarias. En 1833 ocupó la primera cátedra de sánscrito en Oxford y fue miembro importante de la Sociedad Asiática de Bengala, de la cual llegó a ser secretario. Estudió la medicina del país en textos sánscritos. Hacia 1850 se retiró a un monasterio con el fin de estudiar allí la lengua y los textos budistas, descubriendo un gran tratado de medicina en tibetano, traducido del sánscrito, cuyo original había desaparecido.El público europeo conoció la existencia del ayurveda por los numerosos artículos del profesor Liétard en el gran Diccionario de la Ciencias Médicas, editado en Francia y compuesto por un centenar de volúmenes aparecidos entre 1864 y 1889.Resulta interesante observar que las múltiples instalaciones de baños privados y públicos descubiertas en Mohenjo-Daro, que no tienen equivalentes en la antigüedad, son indicativas de una preocupación por la limpieza ritual que se ha conservado en la India y que domina la medicina india clásica. Se puede pues, admitir, en principio, una ciencia médica, quizás no elaborada, pero cuyos conceptos pasaron a formar parte esencial de la medicina tradicional del ayurveda.Los fundamentos médicos del vedaCon el nombre de Veda se designa «el saber, el conocimiento sagrado por excelencia», el conjunto de textos religiosos que los arios llevaron consigo a la India y desarrollaron durante largo tiempo en este país. Tales textos son considerados como una revelación directa de Brahman, que unos autores humanos, los rishis o sabios inspirados, han «visto», en una visión intuitiva directa, y han transmitido.Componen estos textos los Samhitas o «colecciones de himnos», fórmulas rituales, oraciones por lo general versificadas, los comentarios teológicos de estos himnos, Brahamanas, y sus anexos de caracteres esotéricos y metaísicos, Upanishads.Existen cuatro Vedas: 1, las estrofas, rik, recitadas durante el sacrificio ritual y que forman el Rigveda; 2 las fórmulas del sacrificio, yajus, agrupadas en el Yajurveda; 3 las melodías sagradas, saman, reunidas en el Samaveda; 4 las fórmulas mágicas, atharva, que forman el conjunto del Atharvaveda. La totalidad de estos textos constituye la base de la religión védica y del brahamanismo. A lo largo de miles de años, esta literatura se ha conservado oralmente, transmitiéndose cuidadosamente a través de los tiempos. Sólo en fecha reciente se han puesto estos textos por escrito.Debemos indicar que el Rigveda es anterior a los demás Vedas, pudiéndose situar su redacción entre el año 2000 y el 1500 a.C. Su contenido está formado por una colección de 1028 himnos, repartidos en diez secciones o «círculos», mandalas, con un total de 10462 estrofas. Cada himno posee de una a 58 estrofas.Este conjunto de himnos religiosos y de oraciones no resultaba demasiado adecuado para una descripción anatómica o fisiológica médicas, por lo que, a menudo, es necesario acudir a los comentarios de los Brahamanas o de los Upanishads, a fin de encontrar en ellos las especulaciones fisiológicas y médicas propiamente dichas. No obstante. En los textos védicos se encuentra conceptos y nociones cosmofisiológicas interesantes. Asimismo, podemos encontrar también numerosas alusiones a diversas partes del cuerpo, a los órganos, a las enfermedades y a sus adecuados tratamientos. Un gran número de himnos, especialmente los que componen el Atharvaveda, libro de marcado carácter mágico, sirven de encantamientos curativos.PatologíaLos dioses y los demonios védicos tienen asignado, con frecuencia, su papel en la medicina india, Los dioses curadores más importantes son los gemelos Ashvin, especie de Dióscuros que el Rigveda invoca como a «los médicos de quien es ciego, de quien ha adelgazado, de quien tiene una fractura»; son los protectores de los ciegos, de los ancianos, de los que han caído a un pozo a una fosa; son los «médicos de los dioses», los «médicos divinos». Recomponen las cabezas cortadas, los ojos perdidos; curan la impotencia, la parálisis del brazo. Otro dios védico sanador es Rudra, de carácter equívoco, maléfico y caritativo, y que más adelante se convertirá en Shiva, el gran dios moderno del hinduismo: un dios caritativo pero colérico y al que hay que tratar con cierta precaución en las invocaciones. Rudra es adorado como médico, el «primer médico divino», tal como le llama el Yajurveda. A menudo cura los males que él mismo produce. De él dice el Atharvaveda: «Quien lo ha hecho, que lo deshaga; él es le mejor médico».Varuna es otro de los dioses médicos, mantenedor del orden cósmico, guardián de las normas universales; a menudo la enfermedad no es otra cosa que un pecado contra el orden establecido; es como un desorden, a la vez moral y psíquico, una anomalía en el comportamiento que entraña una enfermedad de una manera automática y que no logra borrar la pureza de intención. Existe una enfermedad especialmente atribuida a Varuna, la hidropesía, una especie de castigo particular que ataca a cuantos violan el orden. Como puede observarse, los dioses y los demonios suelen poseer un papel médico importante.En el Veda, los demonios como Nirvit, que encarna «la perdición», Grahi o «la posesión», los Rakshas, demonios especializados en los abortos, son las causas de muchas enfermedades.La relación entre la falta y la enfermedad suele ser muy estrecha. Todas las causas de los males ísicos pertenecen al terreno del pecado, de la «anormalidad» en la conducta. Es como una contaminación que se apodera del ser sano y que los ritos tratan de borrar, algo así como «limpiar» una mancha psicoísica. Estos conceptos védicos se han mantenido intactos en la medicina clásica hindú, especialmente en lo que a las creencias populares se refiere. El pecado, voluntario o no, es como un miasma maligno, un elemento ísico, un efluvio que puede actuar sobre la salud y que se traducirá en estados morbosos cuya terminología es, por otra parte, escasamente concreta. La nosología médica de la India conserva idénticos términos, pero cambiando los conceptos; el ayurveda clásico utiliza las mismas palabras pero en un sentido bien distinto.Así, por ejemplo, en los textos del Atharvaveda se habla de «dolores de cabeza, de «tos», de «fuerte dolor». Los nombres de las enfermedades de la piel son, tan sólo, los de sus síntomas morbosos, como por ejemplo, la afección vesiculosa «roja, blanca, pustulosa, penosa» que, sin duda, parece ser una flictena.Determinados nombres de enfermedades védicas pueden ser, asimismo, nombres de demonios. En asociación con el aborto, el Rigveda contiene un himno curioso sobre estos demonios, que actúan a un mismo tiempo como íncubos «que se acuestan entre los dos esposos» y como asesinos «que quieren matar tu progenitura». El profesor Filliozat estima que este himno alude, asimismo, a los diferentes tiempos del parto, que los autores védicos habían observado y distinguido. La obstetricia india, especialmente la de Sushruta, es una de las más completas y osadas de la antigüedad.TerapéuticaLa terapéutica védica es esencialmente mágica. Se emplean, ante todo, los encantamientos, los hechizos, los usos mágicos, las oraciones. Los himnos védicos poseen una propiedad curativa; son fórmulas de exorcismo contra los demonios autores de las enfermedades y de los desórdenes orgánicos. Existía, como es natural, un ritual mágico y religioso que se ha conservado en ciertos t4extos, de carácter eminentemente mágico. Las plantas mencionadas se utilizan ante todo como hierbas mágicas profilácticas; por otra parte, las encontramos en la farmacopea mágica universal.Estas prácticas mágicas de los tiempos védicos han desaparecido en la medicina hindú clásica del ayurveda. Puede afirmarse que las huellas védicas en la medicina clásica son raras y bastante reducidas, Las plantas, las drogas y el arsenal terapéutico utilizado conservan en tal caso sus nombres védicos, si bien su empleo es tradicional y dogmático, y se usan porque su eficacia médica se ha reconocido y probado científicamente. Ha sido la presión de las creencias y de los dogmas tradicionales la que ha conservado frecuentemente esta terminología védica en la terapéutica clásica de la India, el ayurveda, el que no contiene ninguna invocación, ningún mantram, si no es de una forma adventicia y al lado de la medicina propiamente dicha. Tales ritos religiosos acompañan los grandes acontecimientos de la vida social (nacimiento, boda, muerte), pero no poseen ningún significado terapéutico.AnatomíaEl Yajurveda y el Atharvaveda contienen un gran número de términos anatómicos, que han pasado del sánscrito védico al sánscrito clásico de los textos médicos. Las partes del cuerpo que son visibles, así como un gran número de huesos y de vísceras, se encuentra nombradas en los t4extos védicos. El profesor R. Hoernle ha estudiado particularmente la osteología de la anatomía hindú.Por último, algunos términos de origen védico conservaron su valor antiguo en la medicina clásica y han alcanzado una gran difusión en la psicología del yoga y de los textos tántricos. La palabra nadi es uno de éstos. Aparece en el Rigveda con el sentido de «conducto de aire» y de «flauta». Se ha conservado con este sentido en los textos de yoga con la significación de «tubo», de «conducto», de «vaso», de canal en general. La nadi es el vaso nutricio del cordón umbilical, los vasos por donde pasan los líquidos orgánicos; en el yoga tomará el sentido de conducto por donde circula el soplo vital, el prana corporal y la energía psíquica. Los tres principales nadis de la columna vertebral son, en los tantras, los conductos sutiles e invisibles por donde discurre la corriente ascendente y descendente del prana, así como la energía divina, la kundalini, que despierta los centros sutiles humanos. El viejo término védico nadi alcanzó un extraordinario éxito en la filosoía india.La anatomía de los diversos canales y vasos del cuerpo en los textos clásicos médicos es la heredera directa de los Veda. Asociados a los nadis nerviosos, los textos del ayurveda mencionan los marman, o centros neurovasculares; en ellos las heridas son graves y producen, a menudo, parálisis. Así pues, los Vedas mencionan ya estos centros y la medicina clásica ha desarrollado esta noción tradicional. Las grandes divisiones de los componentes corporales mencionados en los textos védicos han pasado a la medicina clásica, como la sangre, el hueso, la médula ósea, la carne, la grasa y el esperma. Parece ser que los Vedas contienen elementos anatómicos que se han conservado en la medicina clásica, en donde adquirieron un importante papel. FisiologíaLa fisiología védica contiene en germen las doctrinas fundamentales de la medicina clásica, basadas en los tres elementos activos: el viento, la bilis y la pituita. Estos tres elementos existían ya en germen en los himnos védicos, en los que la pituita o «flegma», elemento acuoso del organismo, aparece al lado de la bilis, elemento equiparado al fuego, y del viento, el cual domina la fisiología de la medicina tradicional. Existe una profunda relación entre el cosmos y el cuerpo humano en los Vedas, es decir, entre el macrocosmos y el microcosmos. Por esta razón, nos encontramos que determinadas partes del cuerpo representan elementos del universo. El ojo corresponde al sol, el soplo al viento, la bilis al fuego, que el Yajurveda llama «bilis de las aguas». Pero es, en especial, a partir de la teoría de los soplos de donde la fisiología védica elaborará los elementos que conseguirán muy pronto un gran éxito.En el organismo, el soplo o hálito, el prana, es múltiple y multiforme. En el Rigveda, el término tiene un sentido general de aliento, de vida, de viento, nacido del Hombre Cósmico. En el Atharvaveda se cuentan hasta siete pranas, no todos respiratorios; aparece ya una neumatología que adquirirá un gran desarrollo en la medicina hindú. Dos son los soplos más a menudo citados, la inspiración, apana, y la espiración, prana. G.W. Brown ha demostrado que los textos de los Upanishads entienden prana en el sentido de soplo abdominal, residiendo el primero en la boca y el segundo en la parte inferior del cuerpo. Ambos soplos simbolizan la alimentación y las aguas, respectivamente.Al lado del prana y del apana existen otros tres soplos: ya en los textos védicos tardíos se mencionan el vyana, aliento que circula en medio del cuerpo y que une los otros dos soplos ya mencionados. El soplo samana es otro soplo orgánico, de concepción teórica bastante oscura, al igual que ocurre con el soplo llamado adana. En el ayurveda volveremos a encontrar esta teoría de los soplos, pero las alusiones a los textos védicos demuestran perfectamente que esta teoría se encontraba ya en plena formación en la época del Atharvaveda y se la encuentra frecuentemente en los textos posteriores, especialmente en los Upanishads.Quizás sea más justo ver en ello el primer esbozo de concepciones fisiológicas, por lo demás muy simples, pero que han dominado después en la medicina hindú, así como en la técnica mística del yoga, basada en parte sobre la regulación de la respiración.Los grandes textos médicos clásicosLos textos védicos y brahmánicos nos ofrecen un conjunto de conceptos terapéuticos de base mágica y religiosa, pero en los que, sin embargo, se perfilan ya los elementos de una ciencia médica. La evolución de la cultura científica en la Indica provocó ciertamente la elaboración de tratados y textos de estudio sistemáticos, los que recogerán las ideas fundamentales, las recetas y las tradiciones de esta ciencia. Desgraciadamente estos textos han desaparecido y sólo nos quedan, como principales tratados antiguos de la medicina india, los «corpus» de Sushruta, de Caraka y de Bhela. Son escritos eruditos y elaborados, que afianzan una larga tradición que busca su respaldo en los Vedas. La tradición médica aparece en él ya completamente formada y, por lo tanto, estos textos no pueden ser considerados como primeros ensayos de compilación, puesto que, en realidad, presuponen la existencia de otros anteriores extraviados. Sin embargo, es muy notable la relación entre estos textos, y las enseñanzas médicas generales que presentan resultan bastante similares en el fondo, por lo que debemos suponer que se redactaron de forma independiente por diversas escuelas médicas sobre un fondo doctrinal mucho más antiguo y tradicional.Los orígenes míticos de la medicina hindúSegún Sushruta, la medicina ha sido revelada por «el Ser que existe por sí mismo», Brahman, a Prajapati, el «Señor de todas las criaturas», y éste la transmitió a los Ashvin, los médicos de quienes hemos hablado anteriormente: éstos a Indra, el rey de los dioses, y este último a Dhanvantari, el que se manifiesta bajo el aspecto de Divodasa, rey de Kashi. el Benarés moderno. Finalmente, el rey de Benarés la enseñó a los hombres propiamente dichos, revelando los secretos de la medicina a un grupo de médicos, de los que formaba parte Sushruta. Es, pues, este último quien trasmite las enseñanzas de Divodasa-Dhanvantari.Caraka, en su «corpus», da el mismo origen tradicional a la medicina hasta el dios Indra, si bien desde este punto su tradición difiere de la de Sushruta.: Indra la revelaría a un «vidente», a un rishi, Bharadvaja, delegado por los demás sabios ansiosos de combatir las enfermedades y a quienes inmediatamente comunicó su nueva ciencia. Entre estos sabios estaban Atreya Punarvasu, célebre en la historia mítica de la medicina hindú, quien formó seis discípulos. De ellos Agnivesha habría sido el primero en transcribir las enseñanzas divinas, situándose Caraka como reproductor de esta ciencia médica.Como puede verse, la tradición cambia a partir del dios Indra; hasta entonces, la leyenda de los orígenes de la medicina hindú se halla totalmente contenida en la tradición védica, lo que le otorga un sello de autenticidad tradicional, indispensable en toda enseñanza brahmánica. Bharadvaja y Divodasa-Dhanvantari son citados en el Rigveda e, incluso, asociados en sutras posteriores. Son personajes míticos cuyas historias difieren según los textos, sean reyes, rishis, «videntes» o encarnaciones divinas. Estos maestros legendarios de la ciencia médica de la India pueden representar una misma tradición a través de escuelas diferentes, identificadas por los nombres propios de sus fundadores. Puede ser que detrás de estos personajes míticos hubieran existidos autores reales, grandes médicos célebres, fundadores de escuelas, a quienes, para dar a sus sistemas y a sus personalidades la aureola tradicional indispensable, la leyenda hubiese creado a su alrededor los mitos de origen védico que acabamos de ver.De ello puede verse un ejemplo en el personaje de Atreya: las leyendas búdicas hablan de un médico célebre, Atreya, residente en la gran ciudad de Taxila, en el noroeste de la India, con quien va a estudiar Jivaka, otro cirujano famoso, médico de Buda y del rey Bimbisara.El «corpus» médico de SushrutaNo hay que ver en Sushruta un autor histórico en el moderno sentido de la palabra. Su tratado, el Sushruta Samhita, consta de más de 900 páginas en las ediciones modernas. Se halla dividido en seis secciones, de las que las cinco primeras son llamadas sthana, «el lugar que se trata de». He aquí una breve descripción:a.. Sutra-sthana. Se trata de la exposición de los grandes principios médicos y contiene, sobre todo, generalidades. Comienza indicando los orígenes y las condiciones de estudio de la medicina tradicional o ayurveda. Trata de la cirugía, de los instrumentos y de las técnicas quirúrgicas: a continuación se ocupa de los cáusticos, de los cauterios y del uso de las sanguijuelas, estudiando los componentes del cuerpo humano y su patología. Estudia el texto de las tumefacciones no supurantes, «crudas» y supurantes, «cocidas», las heridas y su tratamiento, las úlceras y sus causas. Las enfermedades pueden tratarse por medio de la cirugía, «el cuchillo», o por los ungüentos, el tratamiento médico. Prosigue el texto exponiendo las diversas clases de operaciones, los pronósticos, la extracción de cuerpos extraños. Por último, los capítulos finales tratan de los temperamentos, los climas y su acción sobre la salud, de los emplastos, de la materia médica, de las drogas, de los alimentos y bebidas y de su elección en la terapéutica. 20 20 b.. Nidana-sthana. Trata de patogenia y de etiología y consta de 16 capítulos. En ellos se estudian, sucesivamente, las causas de las enfermedades, las hemorroides, los cálculos vesiculares, las ístulas anales, las dermatosis, la orina y sus alteraciones, la hidropesía, las distocias, las erisipelas, las adenopatías, las afecciones genitales, las fracturas y luxaciones, las enfermedades de la boca. Esta parte del «corpus» es importante por las teorías de las causas morbosas y de la fisiología, el sistema de explicación de los fenómenos orgánicos y las hipótesis patogénicas. 20 20 c.. Sharira-sthana. Compuesta por 10 capítulos, trata de todo lo que se relaciona con el cuerpo humano: es una de las más importantes y demuestra una profunda y sorprendente observación clínica. En ocasiones, la teoría resulta un tanto sistemática y arbitraria, pero su originalidad es real. El texto comienza con una embriología muy desarrollada, un estudio de los temperamentos y la enumeración de los elementos anatómicos; sigue con la descripción de los marman, esos puntos vitales vasculo-nerviosos tan importantes en la anatomía hindú, de los vasos y de las flebotomías. Acaba con la descripción de la mujer embarazada. 20 20 d.. Cikitsa-sthana. Compuesta por 40 capítulos, esta parte trata de la terapéutica. Estudia las dos clases de úlceras, las «orgánicas», provocadas por enfermedades orgánicas, y las «accidentales», traumáticas. Los tratamientos de las enfermedades enumeradas en la segunda parte siguen su mismo orden aproximadamente; prosigue con el estudio de las inflamaciones, de la higiene en general y termina con los diversos medios de la terapéutica médica y con las formas farmacéuticas que han de utilizar. 20 20 e.. Kalpa-sthana. Es una parte corta (8 capítulos) y está dedicada a la toxicología: precauciones que deben tomarse para evitar el envenenamiento del rey, diferentes clases de venenos, animales venenosos y sus picaduras o mordeduras. 20 20 f.. Uttaratantra. Esta parte completa la terapéutica de las secciones precedentes. Contiene un importante tratado de oftalmología y otro de otorrinolaringología, que pueden ser considerados como los más importantes de toda la medicina antigua. Sigue el libro con un tratado de ginecología dividido en dos partes, una primera propiamente médica y otra religiosa, que trata de la posesión de los niños y de los tratamientos a seguir. Esta parte está unida, además, a las enfermedades mentales, algunas de origen demoníaco y otras de origen natural; para ambos casos se da la terapéutica a emplear. Termina esta parte con el estudio de las afecciones que no fueron tratadas en la primera parte, así como con cuestiones de higiene alimentaria. 20 20El «corpus» médico de CarakaEl segundo gran tratado médico clásico es el que se atribuye a Caraka. Fundamentalmente ambos «corpus» concuerdan, si bien el de Caraka concede menos importancia a la cirugía. En lugar de las seis secciones que compone el Sushruta, el texto de Caraka consta de ocho.Caraka aparece como médico cortesano (alrededor de 100 a.C.), salvador de la reina. Las fuentes árabes lo conocen como un autor médico cuya obra se tradujo del sánscrito al persa y de éste al árabe hacia el siglo IX. Al igual que el otro «corpus», puede ser anterior a la era cristiana, pero no demasiado.El texto de Caraka ha sido reelaborado por un autor médico más reciente, Dridhabala, según se deduce del texto actual y de sus comentarios. Dridhabala, nacido en Cachemira, parece haber vivido antes del siglo XI, fecha en la que el comentarista Cakradatta menciona su nombre.Analizando rápidamente esta obra, vemos que está dividida en ocho secicones, descritas de la siguiente forma:a.. Sutra-sthana. Compuesta por 30 capítulos, que tratan de los preparados medicinales, de la higiene y de nociones generales sobre la terapéutica y sus diversos modos. 20 20 b.. Nidana-sthana. Esta breve parte estudia las causas de las ocho categorías de enfermedades: las fiebres, las enfermedades de la sangre y de la bilis, los tumores, la orina y sus alteraciones, las dermatosis, la consunción, la locura y la epilepsia. 20 20 c.. Vimana-sthana. Consta de ocho capítulos y es bastante heteróclita. Trata de las epidemias, del pronóstico, de los vasos, de las distintas clases de enfermos y de la medicina en general. 20 20 d.. Sharira-sthana. Compuesta, también, por ocho capítulos, esta sección trata del hombre, de la embriología, anatomía y obstetricia. 20 20 e.. Indriya-sthana. La palabra indriya significa «los sentidos» y esta parte estudia las ideas fundamentales sobre los mismos como elementos de diagnóstico: inspección y palpación del enfermo, alteraciones sensoriales, sueños, perturbaciones del gusto y del olfato, alucinaciones, síntomas precursores de la muerte y perturbaciones psíquicas. 20 20 f.. Cikitsa-sthana. Esta sección de terapéuticas larga e interesante, comprende el tratamiento de las fiebres, los síntomas morbosos y el estudio de las causas. 20 20 g.. Kalpa-sthana. Comprende esta parte 12 capítulos y estudia las preparaciones farmacéuticas, definiendo cada una por el producto principal de su composición. Las fórmulas de estos preparados son numerosas, siendo en su mayoría eméticas o catárticas. 20 20 h.. Siddhi-sthana. Esta última sección trata de la terapéutica general, inyecciones uretrales, enemas, indicando la composición de los líquidos medicinales, sus indicaciones y contraindicaciones. 20 20 Tratados y comentarios posterioresEl tercer «corpus» médico de la India tradicional es el Bhela-samhita. atribuido a Bhela o Bheda. Este texto es conocido hoy en día por un solo manuscrito.Otro texto médico importante es el Ashtangasamgraha. Su autor podría ser Vasgbhata, hijo de Simhagupta, médico célebre en la tradición hindú. También se le atribuye un tratado de alquimia. Ambos tratados médicos forman, en realidad, una sola obra, el primero en prosa y verso, mucho más corto, y exclusivamente en verso el segundo. Ambos textos poseen las mismas divisiones que el «corpus» de Sushruta, tratándose, por lo tanto, de una recopilación, de una nueva redacción, en un estilo por lo demás más fácil, de las enseñanzas médicas del maestro.El Ashtangahridaya, por otra parte, fue el que mayor éxito obtuvo. El texto cita ampliamente a Caraka y Sushruta, así como a los «padres» de la medicina hindú, Bheda, Agnivesha y otros rishis. Todavía es muy apreciado por los practicantes del ayurveda, que encuentran en él informaciones médicas que completan los dos «corpus» anteriores. Conviene citar también el gran texto médico tibetano, el Libro de la enseñanza de los secretos médicos. En este texto se observa una innovación importante: el examen del pulso, desconocido en la antigua tradición médica hindú, y que aquí aparece por primera vez.Otro autor notable es Madjava, autor médico de Bengala, que situamos en el siglo VII. Es autor del Rugvinishcaya, «diagnóstico de los males», llamado también el Nidana, «la etiología»; se trata de una gran obra, uno de los principales tratados de patología. El orden en que este trabajo estudia las enfermedades más importantes, clasificadas en 79 causas o nidana, con sus síntomas y sus complicaciones, se ha utilizado sistemáticamente desde entonces hasta nuestros días en el ayurveda. El gran compilador Vrinda ha utilizado ampliamente su texto en su Siddhayoga, «el libro de las preparaciones perfectas». Filliozat cree que Vrinda es el Nidan citado por los autores árabes. El libro de Vrinda, en sus 82 capítulos, habla del tratamiento de las enfermedades, de las fiebres en particular, y de los envenenamientos. Trata de los afrodisíacos, de los elixires, de los signos de la muerte, de la higiene y estudia la actitud de los médicos, de los enfermos, los pesos y medidas que deben usarse y otras cuestiones generales. Vrinda pertenece a la época de los grandes autores que han comentado los «corpus», los samhita médicos que acabamos de ver.La medicina hindú del siglo XVI aparece dominada por la figura del gran médico de Benarés, Bhavamishra, en cuyo Bjavaprakasha se cita la sífilis, enfermedad introducida por los portugueses, así como su remedio, que debió ser importado hacia 1535. Trata su obra del origen de la medicina, de cosmología, anatomía, embriología, dietética, farmacología, patología y terapia, así como de afrodisíacos y elixires.Las doctrinas médicas del ayurvedaEl ayurveda significa el «Veda de longevidad» y constituye la ciencia médica tradicional de la India, unas veces considerada como miembro secundario, upanga, del Atharvaveda, según Sushruta y Caraka, quien declara que el médico debe mostrar devoción hacia el Atharvaveda. El texto tradicional, en su conjunto, constaba de 1000 capítulos, divididos en versículos o shlokas, habiendo sido reducido y dividido en ocho partes o miembros, ashtanga, palabra que habitualmente se emplea en la India para designar la medicina, especialmente entre los autores modernos.Las ocho partes tratan de las siguientes materias:a.. Shalya, cirugía de la extracción de cuerpos extraños, comprendidos los fetos muertos, evacuación del pus, etc., utilización del instrumental quirúrgico y cauterios. 20 20 b.. Shalakya, cirugía de los ojos, nariz, orejas y garganta; se trata, por lo tanto, de un tratado de oftalmología y de otorrinolaringología. 20 20 c.. Kayacikitsa (sección situada por Caraka en primer plano), terapéutica general. 20 20 d.. Bhuttavidya, conocimientos de los espíritus, que trata de los demonios y de las posesiones; es un tratado de demonología. 20 20 e.. Kaumarabhritya, sección que trata de la puericultura. 20 20 f.. Agadatantra, parte que trata de la toxicología, de los venenos y de los antídotos. 20 20 g.. Rasayana, «el camino de los humores orgánicos», que estudia los elixires, los reconstituyentes y las curas de rejuvenecimiento. 20 20 h.. Vajikarana o Vrisha, que trata de los afrodisíacos. 20 20 El ayurveda se apoya sobre una serie de conceptos teóricos que a continuación vamos a estudiar y que forman la base clásica de la ciencia médica hindú, así como su doctrina esencial.Los tres elementos básicos del organismoComo todas las medicinas tradicionales, el ayurveda ha utilizado la experiencia para establecer su terapéutica, si bien los datos así conseguidos se han reunido y ordenado según una teoría general fisiopatológica. La filosoía hindú sobre la que se funda tal teoría es la del Samkhya, doctrina muy antigua especializada en las enumeraciones y en las jerarquías clasificadoras de los fenómenos de la naturaleza. La base de todas las existencias fenoménicas es la prakriti, que engloba simultáneamente al mundo ísico y al psíquico formando una sola unidad; es el sustrato de los fenómenos, la causa eficiente y material del universo, la sustancia única, constituida por tres esencias, las guna. Frente a la naturaleza o materia primordial está el espíritu, purusha, pura espiritualidad que activa, esclarece y pone en movimiento a la prakriti. Unica en su esencia, espectador qué no puede actuar por sí mismo sobre el purusha, la prakriti es innumerable en sus manifestaciones. La acción catalizadora del purusha sobre la prakriti desarrolla toda la manifestación del universo en sus diversos planos, sutiles y groseros a la vez.Esta visión de la formación del cosmos se ha sobreañadido a las concepciones más especialmente médicas. La materia del universo, tanto la del microcosmos como la del macrocosmos, está formada por cinco elementos: el éter o el vacío, el viento, el fuego, el agua y la tierra. El cuerpo humano está compuesto de la compleja combinación de tales elementos, los que predominan en los órganos corporales según las funciones de éstos: el éter existe en los órganos huecos, el viento en los «soplos» que recorren el cuerpo, el agua en los líquidos, el fuego en el calor interno del cuerpo y la tierra en las carnes y los músculos. Pero tres de estos cinco elementos desempeñan un papel más importante y por ello se estudian en el ayurveda: el viento se presenta bajo la forma de soplo o de corriente en el cuerpo, idéntico al que recorre el universo, fuerza delicada y material a la vez, conocida bajo el nombre de prana; el fuego se presenta bajo la forma de bilis, del fuego interior corporal que aparece durante la digestión y es símbolo del sol; finalmente, el agua, que circula bajo la forma de pituita o flegma, materia común a todas las serosidades y secreciones de aspecto acuoso; está en relación simbólica con el soma védico, el licor vertido sobre el fuego del sacrificio, asimismo relacionado con la luna. Estos tres elementos del cuerpo humano forma el grupo de las tres fuerzas activas esenciales de la vida; obran en todo el universo, tanto en el microcosmos como en el macrocosmos, siendo la vida el resultado de su combinación perfectamente reglada. Cuando se produce un desajuste o perturbación en sus actividades, se convierten en los tres «desórdenes» o «defectos», tridoshas. La enfermedad es el desequilibrio de estas fuerzas y el médico debe intentar, con sus remedios, restablecer el equilibrio vital.El viento, vata, es seco, ligero, frío, delicado, claro, «crudo» y predomina en la vejez; su punto de partida se halla situado en la base del tronco y se divide en cinco soplos o prana: 1, el udana, que circula por la garganta y por el pecho y produce la palabra: 2, el prana, que circula por la boca y, fuente de vida, sustenta el cuerpo: es la respiración; 3, el samana, que reside en el estómago y en los intestinos, ayuda a la digestión de los alimentos «soplando» sobre el fuego que los cuece; 4, el apana, en la base del cuerpo (heces, orina, esperma, fetos) y 5, el vyana, que en todo el cuerpo provoca la división y circulación de los fluidos, el movimiento de la sangre, etc.Pitta, la bilis, es espesa, caliente, fluida y «acre», y predomina durante la edad madura. Se divide en cinco fuegos, agnis: 1, pacaka o paktikrit, entre el estómago y los intestinos, que es el fuego que cuece los alimentos, causa de la digestión y de las secreciones; 2, rañjaka o ragakrit, el fuego que tiñe, que enrojece el jugo orgánico, rasa, para transformarlo en sangre, que es la bilis del hígado; 3, sadhaka, el fuego que «realiza», que reside en el corazón, determinando la memoria, la vista y la decisión, u provocando los deseos; 4, alocaka, el fuego que «ve», reside en el ojo y permite la vista, y 5, bhrajaka, el fuego que «ilumina», que luce en la piel, que absorbe los ungüentos, «cuece» las grasas y las sustancias que sobre ella se depositan.Shleshman o kapha es pesado, frío, aceitoso, dulce, estable y flemático; predomina en la infancia. Asimismo, se halla localizado en cinco partes: 1, kledaka, que reside en el estómago, ejerce las funciones del agua en todo el cuerpo y humedece los alimentos; 2, avalambaka, en el corazón, mantiene el pecho, asegura la unión de la cabeza y los brazos y hace firmes los miembros; 3, rasana o bodhaka, en la garganta y en la lengua, asegurando la gustación; 4, snehana o tarpaka, en la cabeza, que favorece las facultades sensoriales, «engrasa» y refresca todos los órganos de los sentidos, y 5, shleshana, en las articulaciones, haciéndolas flexibles y asegurando su coaptación.Por ciertos signos, puede verse cuál es el elemento que predomina en el cuerpo a través de los gustos, las tendencias, las costumbres y los temperamentos. La alimentación provoca el incremento de uno u otro elemento: los alimentos ácidos aumentan el pitta, los alimentos dulces y azucarados el kapha, y los picantes el vata.Los siete elementos sustanciales del cuerpoSon los siguientes:a.. Rasa, el jugo orgánico o quilo, producido por la «cocción» de los alimentos en los órganos digestivos; su centro es el corazón, de donde mana por 24 tubos, dhmanis, de los cuales diez de dirigen hacia arriba, diez hacia abajo y cuatro son horizontales. Mantiene el cuerpo, lo sustenta, lo hace crecer y desarrollarse. Después de cinco días se transforma en sangre y, al cabo de un mes, se transforma en esperma o en óvulo. A causa de una digestión excesivamente lenta, se torna ácido o picante y provoca numerosas enfermedades. 20 20 b.. Rakta, la sangre, el rasa teñido de rojo en el hígado por el fuego del pitta, tal como anteriormente hemos visto. 20 20 c.. Mamsa, la carne, que proviene de la sangre digerida por el fuego corporal y condensada por el viento. 20 20 d.. Medas, la grasa que es la carne digerida también por el fuego corporal y que reside especialmente en el vientre. 20 20 e.. Asthi, el hueso, resultante de la digestión por el fuego de la grasa y su desecación por el viento. Sostiene la forma del cuerpo. 20 20 f.. Majja, la médula, jugo del hueso, digerido por el fuego corporal. 20 20 g.. Shuka, el esperma, elemento de la generación, procedente de la digestión de la médula, presente en todo el cuerpo, si bien muy especialmente alrededor de la vejiga. 20 20 Como puede verse, cada elemento sustancial, a partir de la sangre, da el siguiente, gracias a una cocción debida al fuego corporal vital, que los transforma sucesivamente. La quintaesencia de estos siete elementos es otro suplemento, el jugo vital, ojas, principio común, la vitalidad, llamada también bala, el poder; ojas es aceitoso, blancuzco, dulce y llena el cuerpo entero. Disminuye con el pesar, la fatiga, el hambre y los excesos sexuales; el exceso de estos últimos lleva consigo la total desaparición del ojas, provocando la muerte. El hombre casto economiza y retiene su shukra, aumentando así su ojas; el yogui sigue esta disciplina con idéntico fin. AnatomíaSushruta da trescientos huesos, en lugar de los trescientos sesenta tradicionales; la disección era conocida y este autor describe cómo se lo vaciaba al cadáver de sus excrementos, encerrándolo en un cajón, que se sumergía en agua corriente durante siete días y se rodeaba luego con hierbas kusha o con cáñamo para que no fuera devorado por los animales. Las carnes se volvían blandas y disociables, lo que permitía entonces al cirujano abrir la piel con un bastoncito o con un bambú y examinar los órganos del cuerpo.Este estaba dividido en seis partes principales, anga: los dos brazos, las dos piernas, el tronco y la cabeza; como partes secundarias, pratyanga, se les añadían el cráneo, el abdomen, la espalda, las sienes, las axilas, la nariz, las orejas, los ojos, los dedos, etc. Caraka cuenta cincuenta y seis pratyanga. Hay siete receptáculos, asaya o adhara, u órganos huecos, en los que están contenidos el aire, la bilis, la sangre, los alimentos; la matriz, garbhasaya, pertenece a esta última categoría. Cita Caraka quince órganos internos, koshthanga: corazón, hígado, riñón, estómago, etc. Existen los kalas, aponeurosis, las aberturas o conductos, srotas, que son nueve (boca, orejas, nariz, etc.), y las articulaciones, samdhi. Hay que añadir las impurezas, mala, de las que Manu distingue doce clases: orina, heces, lágrimas, etc. La anatomía del ayurveda cuenta novecientos nervios y ligamentos, snayus, setecientos vasos sira, diez vasos mulasira y setenta y dos mil vasos finos, nadi, los que parten del corazón.Este, llamado hridaya, posee la forma de un capullo de loto invertido, lo que es una descripción anatómica exacta; el corazón es la sede del entendimiento, cetana.En la descripción amplia y minuciosa de la anatomía ayurvédica, se atribuyen diferentes colores a los distintos conductos, según su contenido. Así, por ejemplo, los shleshamn son de color blanco.EmbriologíaLa concepción depende de la coincidencia del esperma con la sangre menstrual. El esperma es un jugo, rasa, que procede de la médula, tal como anteriormente hemos visto, e igual ocurre con la sangre menstrual. Narada escribe que se puede hacer una prueba de impotencia antes del matrimonio si el esperma se hunde en el agua. Se indican las fechas más propicias para la concepción de un niño o de una niña. Según las Leyes de Manu, dieciséis días por mes son favorables para la concepción y este dato tradicional ha sido adoptado por la medicina hindú.El embrión es vivificado por el ojas de la madre: se organiza bajo la acción de los soplos, según un proceso que el texto describe minuciosamente, pero que resulta bastante arbitrario. El feto se crea cuando el espíritu, el jiva, del individuo preexistente anda errante después de la muerte en busca de una nueva encarnación; si el esperma es preponderante, será macho; si dominas la sangre menstrual, será hembra. Los mellizos y los partos múltiples proceden de la división producida por los soplos, del esperma y de la sangre: de este modo, pueden penetrar en el útero diferentes almas.Durante el cuarto mes se forman los miembros y el corazón se convierte en el centro del entendimiento; en el quinto mes aparece la conciencia, manas, y en el sexto la sensibilidad, buddhi. Minuciosas prescripciones indican las precauciones que la mujer embarazada debe tomar con el fin de evitar todo daño al feto. Si la mujer se encoleriza con frecuencia o es contrariada, el niño puede nacer epiléptico; la calidad de su alimentación es también un factor muy importante. El niño no es viable en el octavo mes sino a partir del noveno. Se describen minuciosamente los cuidados del parto y los que conciernen a la madre y al niño. Las técnicas del aborto o del nacimiento prematuro están, asimismo, indicadas. PatologíaLa enfermedad resulta del desequilibrio entre los tres dhatu, en sus acciones e interacciones mutuas. Este desequilibrio se traduce en perturbaciones, dosha, actividades desordenadas o supresiones de actividad; los siete dhatu secundarios que antes hemos enumerado se alteran y sobreviene la enfermedad. Caraka indica ochenta enfermedades que son producidas por el vata, cuarenta por el pitta y veinte por el kapha. Las causas son múltiples: influencias de las estaciones, del hábitat, del género de vida, de los alimentos, la voluntad divina, intervenciones demoníacas, etc. Caraka describe los síntomas de las enfermedades que proceden de vata: temblores, fatiga, dolor de los miembros, sabor astringente en la boca, sordera, etc.; de pitta: calor, inflamaciones, sudores, ulceraciones, mal olor; de kapha: tumores, decoloración de la piel, pesadez, fatiga, rigidez, entumecimiento. No obstante, las enfermedades toman diversas forman según la actividad de uno o de varios dosha; las enfermedades hereditarias proceden de la sangre o del esperma viciado.Las enfermedades se dividen en tres categorías, según su grado de gravedad: curables, sadhya; con posibilidades de mejoría, yapya, e incurables, pratyakhyeya; siempre se hace referencia a esta división en la descripción de las enfermedades. Las enfermedades crónicas son consideradas como yapha, pero no pueden ser curadas y, de hecho, Caraka las considera como incurables. Distingue este autor igualmente las enfermedades fácilmente curables y aquéllas que presentan ciertas dificultades; en esta última categoría se clasifican los casos que reclaman la intervención de la cirugía, shastradisadhana.El ayurveda admite que las enfermedades dependen de malas acciones y de culpas de vidas anteriores, karmaja; por lo tanto, sólo pueden ser curadas con penitencias, prayashcitta.La clasificación más elemental de las enfermedades se basa en su localización, rogamarga: 1, las enfermedades externas, bahyaroga (enfermedades de la piel, hemorroides, tumores, etc.); 2, las enfermedades de los órganos internos (vómitos, diarreas, enfriamientos, fiebres, etc.); 3, las enfermedades de los órganos «medios» (consunción, hemiplejía, enfermedades del corazón, etc.). Igualmente se enumeran y estudian las enfermedades infantiles, los envenenamientos y las posesiones demoníacas.TerapéuticaLa terapéutica médica del ayurveda suele ser sintomática y empírica, si bien algunas veces se funda en la etiología de las enfermedades. La dietética y la higiene desempeñan en ella un papel muy importante, simultáneamente como medios preventivos y curativos.Más del setenta por ciento de las materias primas de la farmacología moderna proceden de la India. La medicina hindú posee su propia farmacología, la que se halla dividida según: 1, las propiedades ísicas y químicas, guna, de la materia médica; 2, su sabor, rasa; 3, sus propiedades recalentantes o refrescantes, virya; 4, su acción final sobre la digestión, vipaka, y 5, su acción específica, prabhava. Sería interesante estudiar la acción farmacológica de estos medicamentos y, en este sentido, se han realizado muy pocos trabajos de investigación, ya que sigue siendo evidente el empirismo en la mayor parte de sus usos. Así. Vaghbata recomienda, para las enfermedades de la sangre, hígado fresco crudo de una cabra, con su bilis; está también muy extendido el empleo de excrementos animales, tales como la orina y boñigas de vaca, de paloma y de becerro, etc. En la región de Andhra, muchos de los médicos ayurvédicos utilizan, contra la malaria, la absorción de cinco, siete o nueve chinches vivas en una hoja de betel, durante tres días sucesivos.Pero son las plantas medicinales las más ampliamente utilizadas; ya en los tiempos védicos se las empleaba paral as encantamientos y otras ceremonias mágicas. El manuscrito Bower menciona cierta cantidad de ellas.La terapéutica del ayurveda distingue los medicamentos que fortalecen y los que curan las enfermedades. Los primeros se presentan en forma de elixires, rayasana, y de afrodisíacos, vajikarana. Los medicamentos curativos son minerales, vegetales y productos animales, y se utilizan acompañados de ayunos, encantamientos y ungüentos. Los minerales empleados eran el oro, los cinco metales (plata, cobre, cinc, hierro y plomo), la arena, las piedras preciosas, la sal, el ocre rojo y el antimonio. De las plantas se aprovechaban todas sus partes. Caraka enumera dieciséis plantas cuyas raíces son curativas, otras diecinueve que lo son por sus frutos, tres que lo son por sus cortezas y otras tres por sus jugos. El mismo autor indica las ocho clases de orinas animales y las ocho clases de leche que la medicina hindú utiliza en terapéutica.La recolección de las plantas se hace según prescripciones minuciosas que son descritas ampliamente por Sushruta: calidad y aspecto del terreno, color, etc., enumerando 700 plantas divididas en 37 series, según su valor curativo. Caraka, por su parte, habla de 50 especies de cocimientos, kashaya, indicando sus efectos medicinales; cada grupo comprende una decena de plantas, lo que totaliza una lista de 500. Los glosarios del ayurveda dan largas listas de materias médicas, tales como el Ashtangahridayasamhita, editado en Bombay en 1939, con comentarios de Arundatta y de Hemadri.Distingue la terapéutica hindú seis clases de sabores diferentes, rasa, en la sustancia médica: dulce, ácido, salado, picante, amargo y astringente. Cada sabor corresponde a una terapéutica particular, y todas las formas medicamentosas están clasificadas en uno de estos seis grupos. Por otra parte, los glosarios médicos indican el sabor de todos los productos medicamentosos empleados.Cuando el producto entra en contacto con el «fuego» de la digestión, vipaka, en el estómago, es transformado por éste y actúa en consecuencia. La medicina estudia esta transformación. Los elementos, guna, que componen los medicamentos actúan igualmente según sus propiedades.Se utilizan frecuentemente las preparaciones medicamentosas en manteca clarificada, en aceite, así como en leche, en jugo de caña y en alcoholes. Existen diversos métodos de preparación: infusión, maceración, cocimiento; según el modo de empleo: lavado, colirio, pomada, gargarismo, etc. Son numerosos los preparados en forma de pasta: electuarios, ungüentos, etc., así como en forma de polvos. También emplea el ayurveda las técnicas de sudoración.Una de las unidades farmacéuticas utilizadas es el gunja, el grano de simiente del Abrus precatorius; corresponde al rati moderno de los joyeros y farmacéuticos actuales de la India. Seis gunja equivalen a un masha, y cuatro masha a un shana, que corresponde a 5,832 gramos.CirugíaLa cirugía ayurvédica es la más notable de la antigüedad. La cirugía mayor, shalya, comprendía la extracción de cuerpos extraños y las cauterizaciones; la cirugía menor, shalakya, se ocupaba de la otorrino-oftalmología. Sushruta concedía una gran importancia a la medicina quirúrgica.Las operaciones quirúrgicas se dividen en ocho partes: excisión, incisión, escarificación, puntura, sondaje, extracción, drenaje y sutura.La descripción de los instrumentos quirúrgicos, numerosos, variados y precisos, confirma el gran desarrollo que alcanzó la terapéutica quirúrgica del ayurveda hindú: aparatos, instrumentos punzantes y cortantes, quince clases de vendajes especiales, ungüentos, polvos, agua caliente y fría. Los textos indican los lugares peligrosos del cuerpo, marman, los vasos venosos y arteriales que hay que evitar. Se observa una asepsia rigurosa con el empleo de polvos, ungüentos y productos desinfectantes. Los «corpus» médicos tradicionales describen seis clases de instrumentos quirúrgicos, con un total de 101 instrumentos, cuya descripción resulta larga y minuciosa, según su empleo específico.Describe Filliozat la sorprendente osadía de la cirugía mayor hindú y dice que «la operación más arriesgada es la de la sutura de las heridas intestinales. En principio, el procedimiento preconizado parece un tanto extraño; se hacen coincidir los labios de la herida para entonces hacerlos morder por grandes hormigas, cuyos cuerpos son cortados rápidamente y arrojados, en tanto que la cabeza queda unida a los bordes de la herida, asegurando la sutura. Lo extraño del procedimiento viene aclarado por el hecho de que las cabezas de las hormigas pueden ser toleradas en el abdomen, mientras que un hilo no reabsorbible no lo sería. Se ha comprobado un procedimiento idéntico fuera de la India, en la costa oriental de Africa».Las cauterizaciones, kshara, son muy empleadas en casos de heridas infectadas y de úlceras que no pueden ser tratadas quirúrgicamente; las aplicaciones externas de cauterios forman parte de la terapéutica habitual en numerosas enfermedades. Los cauterios son casi siempre a base de potasa cáustica, mezclada con cenizas vegetales o con jugos animales que han permanecido largo tiempo en ebullición. Se escarifica y desinfecta la piel y se aplica el cauterio con una sonda, shalaka, hasta que la piel se torna completamente negra. A continuación se aplican ungüentos a base de miel y manteca para cicatrizar. En casos de tumores, ístulas, elefantiasis, ganglios, heridas infectadas, etc., se usa la cauterización con hierros al rojo vivo, de diversas formas, y también con líquidos en ebullición. A continuación se aplican ungüentos cicatrizantes. Señala Dutt que, incluso en la actualidad, los médicos de ayurveda prefieren tratar los abscesos por cauterización que con bisturí.La sangría, siravyadha, es muy utilizada por el ayurveda. La forma más suave es la utilización de sanguijuelas, cuyas especies venenosas deben evitarse. Existen seis clases de sanguijuelas no peligrosas. Asimismo, se emplean ventosas hechas con el cuero de una vaca o con una calabaza, en las que se hace el vacío aspirando el aire. Se dan indicaciones, además, para el tratamiento de los enfermos antes y después de las sangrías, con el fin de evitar las infecciones y la anemia del paciente.También conoce el ayurveda la operación de cálculos, la que se realiza por vía pernineal. Los textos describen la reconstrucción de la nariz por injerto, según un método todavía conocido actualmente en la cirugía moderna con el nombre de «método indio». En obstetricia, se indica la embriotomía del feto muerto. En oftalmología. La extracción de la catarata se efectuaba con una técnica minuciosamente reglada y descrita en el Ashtangahridayasamhita; la oftalmología del ayurveda es muy interesante, al igual que la otorrinología. La medicina hindú conoce veintiocho afecciones de oído, según Sushruta, y veinticinco según el Madhavanidana: la terapéutica consiste, habitualmente, en rellenar el oído con aceite que contenga diversas drogas medicinales. Asimismo, se emplean las fumigaciones, el lavado de nariz, etc.Escuela de cirujanos, su arte e instrumentosSe describen las instrucciones para aprender la técnica de las operaciones, de la apertura de tumores, quistes e inflamaciones hidrópicas, realizándolas primero sobre sacos de piel o vejigas llenas de agua o fango. La apertura de las venas debía estudiarse en los animales. El sondaje era probado y experimentado sobre plantas. Practicaban el arte de la sutura en pieles de animales o en tiras de algodón. Ensayaban la técnica de los vendajes en muñecos de tamaño natural. Las incisiones quirúrgicas las hacían primero en melones de agua, grandes pepinos y más adelante sobre las partes carnosas y musculares de los animales. Las ligaduras de vasos sanguíneos y las sangrías se ensayaban en tallos de loto y luego en las venas de los animales muertos. Las extracciones dentales se practicaban también en animales muertos.Según el susruta, el médico que emprenda una operación quirúrgica debe estar provisto de todo un equipo de instrumental quirúrgico exactamente enumerado, citándose cuchillos, cauterio, ventosas, sierras, sondas y agujas para sutura, unas rectas y otras curvas hechas de hueso y bronce. Las agujas de tres caras se usaban para las partes carnosas y las curvas para las partes vitales, el abdomen y el escroto. El hilo quirúrgico se hacía de cálamo, fibra de cortezas, cabello y tendones de animales. Las ligaduras se hacían con estos tendones. En la India el procedimiento de aplicar las pinzas de ciertas hormigas se usaba para suturarlas heridas intestinales, usando hormigas negras, que eran colocadas una al lado de la otra hasta que sus mandíbulas se cerraban como garfios alrededor de los bordes de la herida. Conseguido esto, los cuerpos eran separados de sus cabezas, quedando así realizada la operación. Una vez reintegrado el intestino a la cavidad abdominal. La piel era suturada con aguja. Habían aprendido que el hilo podrían pudrirse y supurar como un verdadero cuerpo extraño. En cambio, la sutura animal de la hormiga quizás protegida por el ácido fórmico, era reabsorbida sin infección.Se citan dos tenazas destinadas a la extracción de cuerpos extraños de la nariz y el oído, instrumentos tubulares de varios géneros, veintiocho especies de sondas cuyo extremo debe estar dispuesto como la cabeza de los gusanos y de los cuales el médico se sirve para explorar abscesos y cavidades, trocares de varias formas, pinzas para extracción de dientes, etc.Además de los cuchillos se describen como elementos cortantes navajas, tijeras, bisturíes, los que deben tener su hoja en forma de pétalo de lirio, lancetas de un solo filo, agujas y cuchillos de la forma de una hoja de kusa. Pero de entre los instrumentos obtusos, según el Susruta, el más importante es la mano.Tratamiento de abscesos, fístulas, amígdalas y fracturasReferente a los abscesos se indicaba que la incisión debía tener la profundidad de dos dedos y practicarse en la misma dirección de la cavidad. En ciertas partes, como por ejemplo en los párpados, las mejillas, las sienes, los labios y la axila, la incisión debe ser en dirección transversa. En cambio en la palma de la mano debe ser circular, y semicircular en el ano y el pene. Después de las operaciones el enfermo debe ser lavado con agua caliente, luego el absceso debe ser exprimido en su totalidad circundándolo con los dedos hasta vaciarlo completamente, y por último lavado con un astringente. En su orificio se introduce una tira de tela impregnada en grasa de sésamo y miel cubriendo luego todo con una papilla sobre la cual se coloca una tela, ni demasiado gruesa ni demasiado fina. Por último se venda. Al tercer día se quita el vendaje y se renueva, operación que sólo en caso de fuertes dolores se puede realizar en el segundo día. Se describe luego todo el proceso de granulación y curación.Está también demostrado que practicaban la operación de la ístula anal y la amigdalectomía. En este caso se usaba un cuchillo semicircular, después de que las dos amígdalas eran apresadas entre las dos ramas de una pinza y empujadas hacia arriba. También se ocupaban del tratamiento quirúrgico del prolapso del recto.En lo referente a las fracturas, indicaban como signo característico la crepitación de los huesos. Las prescripciones para las amputaciones eran precisas, así como el tratamiento de las luxaciones en todo lo cual eran expertos peritos. Así por ejemplo en la luxación del húmero, la reducción se indica empujando el hueso hacia arriba y manteniéndolo a lo largo del costado después que se ha puesto una almohadilla o una tela arrollada debajo de la axila. Luego se indica un vendaje que pase alrededor de la axila y de la nuca en forma de 8.Se refiere en especial a tres tipos de intervenciones quirúrgicas en que realmente fueron pioneros y maestros indiscutibles. Se trata de la operación de catarata, la talla vesical y la rinoplastia.Cómo los árabes aprendieron de los indios a operar las cataratasTenemos la técnica descripta en el siglo XII por el médico árabe Mohamed Al-ghafiqi, para comprender los altos niveles alcanzados más de dos mil años antes por la medicina india:»Colocar al enfermo sentado en un almohadón blando, con las rodillas contra el pecho y las manos apretadas contra las piernas. El médico se sienta en una silla para estar un poco más alto. Ocluir el ojo sano con una venda de espesor mediano. Esto ofrece dos ventajas, primero que este ojo o hace movimientos durante la operación, y segundo que en caso de fracaso, cuando el enfermo vea un objeto que se le presente, no puede decir que ya lo había visto con el ojo sano.Ordenar luego al ayudante quedarse parado detrás del enfermo y sostener su cabeza. Levantar enseguida el párpado superior del ojo para separarlo completamente del párpado inferior de manera que todo el globo del ojo sea visible. Se ordena entonces al enfermo girar su pupila hacia el ángulo interno prestando atención al médico. En seguida dirigir la mano (del médico) hacia el pequeño ángulo externo fuera del limbo a una distancia correspondiente a la longitud de la punta de la aguja. Hecho esto, marcar el punto en que se intenta perforar presionando con el mango del instrumento de manera de crear una depresión del ancho de un tercio de un grano de cebada. Esto por dos razones: primero, para habituar al enfermo a tener su mirada fija poniéndolo así a prueba; segundo, para crear a la punta de la aguja un emplazamiento en que quedará fija sin deslizarse ni desviarse en el momento de su penetración. Esta marca debe estar a nivel de la pupila o un poco más alta, pero jamás más baja. Se debe operar el ojo derecho con la mano izquierda y el izquierdo con la derecha. Enseguida se presiona la punta triangular de la aguja en forma enérgica hasta perforar la esclerótica, sintiendo que el instrumento se halla en un espacio vacío y amplio. La presión ejercida sobre la aguja debe inclinarla un poco hacia el ángulo externo, lo que es más seguro para las otras túnicas y para que el médico esté más protegido en caso de que el instrumento se deslice. Antes de presionar sobre la aguja es necesario que el pulgar y el índice de la mano libre tomen el globo ocular arriba y abajo por sobre los párpados para impedir al ojo que se mueva y ello entorpezca el acto operatorio. La longitud de penetración de la aguja debe corresponder a la distancia que media hasta la pupila sin excederla más de medio grano de avena, pues si no se corren riesgos peligrosos. Durante la penetración del instrumento hay que tener su punta firmemente con los dedos de la mano, haciendo reposar la aguja sobre la punta del pulgar como si estuviera sobre un lecho de dormir. Hablar con el enfermo usando palabras dulces para calmar su emoción. Es necesario además que no haya comido pues podría vomitar. Si esto acontece, darle a beber líquidos acidulados como el jarabe de granadas, de ageaz o de tamarindo. Cubrir el ojo con algodón nuevo, soplando encima suavemente para calmar la inquietud del ojo. Inclinar enseguida la aguja lentamente hasta verla sobre la catarata, puesto que el cobre es bien visible gracias a la transparencia de la córnea. En cambio el iris es rechazado durante la maniobra de la aguja y no perforado, dado que su superficie es lisa y redondeada, y precisamente la punta de la aguja se hace redondeada y no puntiaguda para evitar este accidente. Constatar enseguida en qué zona se halla la punta de la aguja. Si no ha llegado a la catarata, empujarla suavemente, y si se ha excedido se la retira hasta ubicarla correctamente sobre la catarata. Constatando esto, elevar el mango de la aguja lentamente, así la catarata es empujada hacia abajo y atrapada por las irregularidades de la uvea. Si la catarata cae inmediatamente, esperar sin retirar la aguja del globo ocular, por cuanto aquélla puede volver a su sitio. En este caso hay que bajarla otra vez, pues a veces los bordes del cuerpo ciliar son lisos y no la retienen. Otras veces la catarata es demasiado blanda. Hay un tipo de catarata que cuando se baja, cae y desaparece como una piedra en un pozo sin dejar ningún rastro. También hay otras muy diíciles de bajar pues siempre vuelven a subir en distintas direcciones ya se empuje abajo, arriba, hacia el ángulo interno o al externo. Si la catarata es diícil, hacer sangrar presionando con la aguja la región del ángulo interno para hacer correr sangre y hacer que ésta se adhiera a la catarata y la baje. En esta forma no vuelve nunca a subir. Lo mismo en caso de producirse una hemorragia involuntaria que se adhiere a la catarata, bajar ésta inmediatamente es lo más seguro para que se disipe yendo aquélla al fondo. El enfermo debe ayudar a bajar la catarata carraspeando la nariz como para escurrir mucosidad hacia la boca y no hacia la cavidad nasal. Una vez bajada la catarata. Se retira la aguja despaciosamente hacia fuera. Esta paracentesis no produce dolor. Si una vez retirada la aguja se nota el ojo intacto se venda con una yema de huevo mezclada con aceite de rosas. Pero si aparece hemorragia en el orificio de la paracentesis, comprimir con un vendaje con sal fina, la que es resolutiva. Se deben vendar los dos ojos fuertemente y hacer dormir al enfermo de espaldas en una habitación oscura con la cabeza almohadillada sobre ambos lados. Debe permanecer inmóvil como un muerto, sin deslizarse. Si desea alguna cosa debe hacer un signo con la mano para que lo satisfaga el encargado de su cuidado. Sobre las sienes convienen compresas estupefacientes para prevenir dolores de cabeza. Evitar la tos, el estornudo, el hablar, así como hacer cualquier movimiento. Si hay deseo de estornudar, debe frotar enérgicamente su nariz y morder el labio superior, y si hay deseos de toser darle pequeños sorbos de jarabe de aceite de almendras dulces. Así se calman. También pueden pellizcar enérgicamente la punta de la lengua. En cuanto al régimen, debe ser liviano con alimentos que no se mastiquen como ser los platos de legumbres y sopas de harina que, aunque son digestivos no se debe hartar ni beber demasiada agua.Al segundo día sacar la venda suavemente con el enfermo acostado y lavar el ojo con algodón embebido en agua de rosas, de manera que el paciente no sienta tu mano ni sea abierto el ojo. Volver a vendarlo sobre otro algodón embebido en clara de huevo diluida. Pero si esto se hace al tercer día aún es mejor. Entonces se lo puede sentar recostado sobre almohadones, pero evitando siempre los movimientos. Suspender delante de la cara una tela negra y continuar el régimen durante siete días. Si hubiese necesidad de aplicar remedios, sólo se debe usar hematita y antimonio. En caso de que la catarata remontara de nuevo no habiendo inflamación, introducir otra vez la aguja por el mismo orificio, pues aún no está cerrado debido a su naturaleza cartilaginosa. Si hubiera una plétora o una cefalea harían fracasar la cura. En caso de quedar en la zona de la paracentesis una carnosidad excedente extirparla y no habrá más problemas».Frente a este texto del siglo XII en que la medicina árabe había recogido en Bagdad las fuentes asirio-babilonias del código de Hammurabi, indudablemente influidas en este aspecto por la medicina india, vamos ahora a transcribir la redacción del Susruta Samhita hecha veinte siglos antes de Mohammed Al-gafiqi.Los indios como precursores de la cirugía ocularDice así: «Por la mañana, en un sitio claro, en que la temperatura sea moderada, que el médico se siente en un banco a la altura de sus rodillas frente al paciente. Este último, habiéndose lavado y comido, se sienta en el suelo, atado. Después que el médico ha calentado el ojo del paciente con el aliento de su boca, lo frota con el pulgar y detecta las impurezas que se han formado en la pupila. Ordena al paciente mirar hacia abajo, hacia la nariz. Entonces, mientras se le sostiene la cabeza firmemente al enfermo, el médico toma la lanceta entre los dedos índice, medio y pulgar y la introduce en el ojo, en dirección a la pupila, hacia un lado, a medio dedo del negro del ojo y a un cuarto de dedo del ángulo exterior. La mueve hacia delante, hacia atrás y hacia arriba. Que opere el ojo izquierdo con la mano derecha y el derecho con la izquierda. Si lo ha hecho bien, se escucha un sonido y sale una gota de agua sin producir dolor.Animando al paciente con sus palabras, le deja humedecer el ojo con leche de mujer y luego raspa la pupila con la punta de la lanceta sin producirle daño. Entonces, gradualmente, mueve la «mucosidad» hacia la nariz donde el paciente tiene que deshacerse de ella atrayéndola al interior de la nariz. Tanto si el paciente es sostenido firmemente como si se le permite moverse, dejad que el ojo se le caliente desde fuera. Si el paciente puede ver los objetos, el médico debe sacar la lanceta lentamente, debe colocar algodón mojado en grasa sobre la herida y dejar que el paciente repose con los ojos vendados».Como vemos, dos mil años después, prácticamente no se habían introducido variantes fundamentales en este prodigioso acto operatorio de la oftalmología india.Cirugía de litiasis biliarLa litotomía o extracción de los cálculos vejicales también fue otro alarde de audacia y técnica quirúrgica descripta en el Susruta Samhita. Ello es digno de tener en cuenta si vemos que a pesar de su mención en el juramente hipocrático, en Europa no aparece quien se ocupe de la misma hasta el final del siglo XV y a principios del XVI en que Giovanni de Romanis y Mario Santos son considerados por los historiadores como los modernos fundadores del nuevo arte de la litotomía, aunque Thronwald sugiere que su ciencia es el trasunto histórico de la antigua técnica india.Pero veamos primero cómo se describe la litotomía en el tratado sobre la operación de la alta piedra de Cheselden en 1723, tal cual lo relata Graham:»El paciente era trasladado a la sala de operaciones. En un extremo de la mesa se colocaba, a unos tres pies de altura, una manta doblada varias veces. Dos ayudantes ayudaban a colocarse al paciente sobre esta manta. Luego le hacían tenderse de espaldas y lo ataban diestramente, de manera que tuviera levantadas y separadas, una de otra, ambas rodillas. Uno de los ayudantes introducía el staff, varilla delgada, dotada de una ranura cuyo extremo ganchudo era romo, en la vejiga del paciente. La varilla tenía nueve pulgadas de longitud. El segundo ayudante cuidaba de sostenerlo en posición. Mientras tanto, míster Chelselden preparaba cinco instrumentos de apariencia inofensiva en el orden en que debía usarlos. Se sentaba sobre un escabel y tomaba el escalpelo. Los dos ayudantes lo miraban con atención. Estaba pálido y ansioso y tenía la cara estirada. Luego, los labios gruesos de míster Cheselden se apretaban casi imperceptiblemente. La hoja del escalpelo, afilada como la de una navaja, se hundía profundamente en la larga herida que quedaba bien a la izquierda de la línea media del perineo. El ayudante que empuñaba el largo staff sentía con qué infalibilidad el índice de la mano derecha de Cheselden buscaba y hallaba la punta del staff. El escalpelo cortaba en la dirección requerida sostenido de manera que la segunda incisión, más profunda que la primera, se hiciera de abajo arriba. Mediante un hábil juego de manos, se pasaba entonces por la ranura del staff una larga cuchilla y al propio tiempo se pasaban por la herida hasta dentro de la vejiga unas pinzas romas que se reunían al staff y a la cuchilla. Las pinzas avanzaban lentamente, se abrían rápidas, empujando la pared de la herida, se cerraban luego y, diestramente, extraían firmemente cogida entre sus romos extremos una piedra grande y tan blanca como el yeso. Piedra y pinzas se dejaban de lado. Una aguja curva y ya enhebrada pasaba prontamente por debajo de los vasos todavía sangrantes y con los dedos de la mano izquierda se evitaba el peligro al intestino. Una vez atadas las ligaduras se aplicaba a la herida un puñado de hilas deliberadamente manchadas de sangre. Míster Cheselden se volvía y examinaba la piedra; luego se acercaba a los estudiantes que habían presenciado la operación. Uno de ellos tenía en la mano un gran reloj.»Un minuto y quince segundos, sir.»Sonaba un murmullo de aterrada admiración.Pero XXX siglos antes los indios hacían lo mismo.Frente a este alarde, veamos ahora el Susruta Samhita, veinticinco siglos antes. «El cirujano tenía que frotarse los dedos segundo y tercero de la mano izquierda con grasa y estar seguro de que sus uñas estaban bien recortadas. Entonces introducía estos dedos dentro del año del paciente. Tenía que empujar con fuerza y suficientemente arriba para poder sentir la piedra en la vejiga, pues probablemente sería empujada hacia atrás y hacia abajo por la presión sobre la pared abdominal. Entonces tenía que apretar contra el recto y, con el cuchillo en la mano derecha cortar a través del perineo hacia la piedra. Entonces se introducía un forceps en la incisión, se agarraba la piedra y se extraía». Si bien no nos habla del tiempo empleado, con lo que ya hemos visto en técnicas de sutura podemos debidamente justipreciar el real valor de su técnica en la litotomía.La varita mágica de la cirugía estética y un poco de historiaPor inverosímil que ello parezca, las litotomía y la operación de catarata, ambas ceden aun en admiración ante el alarde que constituye su técnica de cirugía plástica para la reconstrucción de la nariz y las orejas. Según es sabido, la amputación de la nariz era la pena indicada en el código de Manú por el delito de adulterio, es por ello que los indios tuvieron un gran desarrollo en dicho tipo de cirugía.Clínica médica y obstetriciaComo observadores clínicos ponían especial cuidado en el estudio de la lengua, la piel y los excrementos, haciendo uso de los cinco sentidos para la semiología.Se hallan descripciones de insomnio, alucinaciones, delirios y parálisis súbitas.El embarazo es objeto de largas disquisiciones, distinguiéndose varias épocas durante la gestación con pronósticos bien detallados sobre las circunstancias que pueden afectar al feto. Es digna de señalar la mención sobre el hecho de que la embarazada violenta y de mal carácter produce un niño epiléptico, así como que la amiga de los licores tiene un hijo con memoria débil. También señalaban que la madre disoluta engendraba hijos depravados. Creían que la concepción era el producto de mezclarse el semen con la sangre menstrual, la cual fuera del menstruo estaba preparada para recibir la eyaculación masculina. A la matriz la llamaban «cama del niño», donde éste crecía hasta ser expulsado por uno de los cinco aires. La pelvis femenina está bastante bien descripta en el Susruta Samhita donde además se precisa la diferenciación del cuerpo en cabeza y extremidades hacia el tercer mes. En el cuarto mes se desarrollaban el pecho, el corazón y el abdomen. En el sexto, el pelo, las uñas, los huesos, los tendones y los vasos. En cuanto al parto, describían ocho presentaciones anormales, entre ellas la presentación en cruz, de nalgas y la presentación simple o doble de los brazos.El alumbramiento era facilitado por ciertas drogas. Si el niño moría en trabajo de parto, el médico debía intentar la corrección de su posición introduciendo una mano untada en grasa para sacar al niño lo más pronto posible a efectos de salvar la vida de la madre. Según Diepgen, también realizaban la cesárea. Al recién nacido se le debía dar una mezcla de manteca, miel y oro pulverizado.Tratamiento y prevención de contagiosEn lo referente a las fiebres, eran llamadas la reina de todas las enfermedades. Siva es la deidad productora de la misma. Se distinguían siete tipos principales de fiebre dependientes de perturbaciones humorales y una de heridas u otras causas externas. Por supuesto que la peor forma dependía de la perturbación de los tres humores fundamentales y sus días críticos eran el séptimo, el décimo y el duodécimo. Entre las fiebres intermitentes describían especialmente las terciarias y cuartanas, llegando en total a cinco tipos de acuerdo a los intervalos entre los accesos. Establecían vinculación entre la malaria y los mosquitos, así como el pasaje en que aconsejaban abandonar urgentemente una casa si las ratas se comportaban en forma extraña y morían, lo cual también presuponía cierta relación entre estos roedores y la peste bubónica.De la tuberculosis o tisis, llamada enfermedad real, se describen once síntomas principales, tres de ellos graves, a saber: fiebre, tos y esputos con sangre. Aconsejaban que para cuidar su prestigio el médico no debía hacerse responsable de la curación de estos pacientes. Cambiaba en cambio el pronóstico si el paciente tenía buen apetito, buena digestión y en especial si la enfermedad estaba en sus principios, pues entonces se puede alcanzar la curación.Describieron ya la viruela, adjudicándola a la diosa Sitala, que a su vez quiere decir viruela o, dicho de otra manera, la enfermedad lleva el nombre de la diosa y por lo tanto el tratamiento se encaminaba por la vía de las prácticas rituales. Según Castiglioni esas prácticas aún se realizan en el templo de la diosa Sitala en Benares, y en verdad lamentamos mucho no haber tenido noticias de hecho durante nuestra presencia en la ciudad santa.Además de las plantas medicinales, eran expertos en dietética, conocían las ventosas, las sanguijuelas y la sangría. También hacían uso de los vomitivos, purgantes y enemas, así como de los estornutatorios y baños de vapor o inhalaciones medicamentosas.Higiene y régimenLos deberes diarios pertenecen, a su tiempo, a la religión y a la medicina, y las reglas indicadas en los tratados médicos corresponden, a menudo, a las normas ético-religiosas de los sutra de la Smriti. El ayurveda insiste en la estrecha relación existente entre el espíritu y los sentidos y acentúa más la disciplina mental y psíquica que el buen funcionamiento mecánico del cuerpo. El cumplimiento de los deberes de estado, la expansión psíquica de la personalidad, la alegría de las actitudes altruistas, el apaciguamiento mental que sigue a la meditación, etc., tienen sus efectos directos y profundos sobre el buen estado del cuerpo ísico. Los textos subrayan que la palabra «felicidad», sukha, se deriva de su, bueno, y de kha, los sentidos; consiste, pues, en el equilibrio de los sentidos, y esta felicidad se logra mediante el control de éstos, el desprendimiento y la disciplina de los deseos. Los «corpus» médicos hindúes son tanto tratados de moral humana como de medicina propiamente dicha.Las prescripciones higiénicas son minuciosas: lavado diario de los dientes, cuidado de los ojos, higiene corporal, ejercicios ísicos, masajes y baños.Los regímenes indicados verían según las seis estaciones del año hindú. Caraka aconseja un régimen alimentario y minuciosas indicaciones de higiene según los diferentes períodos del año y las comarcas donde se resida. Sushruta enumera las diferentes clases de clima y sus repercusiones sobre los habitantes, así como las precauciones que deberán tomar los recién llegados.Relaciones entre las medicinas de la India y de GreciaSe han establecido comparaciones entre los fundamentos de las medicinas griega e india, investigando las influencias recíprocas. Ha sido opinión corriente la de la preeminencia histórica de la medicina hipocrática, que habría influido sobre la medicina de la India. Esta bien hubiera podido verse ampliamente influenciada por las escuelas occidentales. Pero, como hemos visto ya, las doctrinas esenciales de la medicina india tienen su fundamento en los textos védicos, por lo que su origen es, por lo tanto, históricamente anterior a la formación de las escuelas médicas griegas.Debemos situar, por consiguiente, la definitiva formación de la doctrina general de patología del ayureveda en este período, aunque no tengamos textos propiamente médicos de esta época.Tenemos el testimonio de los griegos contemporáneos de Alejandro, que nos hablan de la continuidad y de la actividad de las investigaciones médicas en la India antes ya de los tratados conocidos. El más importante es, desde luego, el embajador Megástenes, que permaneció largo tiempo en la India a final4es del siglo IV a.C. y que atestigua la existencia de especulaciones e ideas entre los indios análogas a las de los griegos sobre la cosmología, los elementos, etc.Por los datos de los textos indios, corroborados por los testimonios de extranjeros, la medicina india no cesó de cultivarse activamente ni de encaminarse hacia la definitiva constitución de sus doctrinas a lo largo de todo un período de siete u ocho siglos, anterior a la era cristiana, en torno al cual aparecieron los grandes textos clásicos.Llegamos, pues, a la conclusión, de que la medicina india clásica, que aparece completamente formada en los tratados didácticos inmediatos a la era cristiana, tiene sus bases esenciales (doctrina de los soplos y del viento, de la naturaleza ígnea, de la bilis, etc.) en los textos védicos antiguos, anteriores a la formación de la ciencia griega, si bien se elaboró y constituyó en sistema paralelamente, durante el período de florecimiento de la ciencia griega.Estudiando atentamente los conceptos del ayurveda, vemos, además, que los tres dosha se corresponden sólo superficialmente con las cuatro grandes categorías de humores de la medicina griega, a los que frecuentemente se los compara. Se ha intentado comparar, asimismo, las reglas de los estudiantes y médicos hindúes con el «juramento de Hipócrates», cuando, en realidad, el origen de aquéllas es pura y simplemente brahmánico y corresponde a la doctrina general tradicional de la India.Existen, sin embargo, concordancias entre ciertos puntos de la doctrina de la India y de la medicina griega. Por ejemplo, la similitud de la significación dada al viento en la naturaleza y en el cuerpo, tanto en el «corpus» de Caraka, Sushruta y Bhela como en el tratado hipocrático Sobre los veintos. Hemos visto que los tratados médicos indios más antiguos conocidos enseñan que toda actividad motriz en el organismo procede de los soplos orgánicos internos, idénticos al viento atmosférico. Filliozat llega a la conclusión de que la exposición del tratado médico griego concuerda, incluso, con la de los textos médicos clásicos de la India, especialmente con el de Sushruta. En resumen, el Tratado sobre los vientos pertenece a una amplia literatura griega de fisiología neumática que será continuada luego.Filliozat señala asimismo analogías e idéntico orden entre una teoría expuesta en el Timeo de Platón y la doctrina india de la patología. En esta última, las enfermedades son provocadas por el viento, la bilis y la pituita. Platón cita también una tercera clase de enfermedades debidas al pneuma, a la pituita y a la bilis.Aun cuando no pueda hablarse de una influencia fundamental de una cultura sobre la otra, ya que su desarrollo ha sido distinto, es bien cierto que existieron frecuentes contactos entre ambos países, especialmente a causa de la expedición de Alejandro a la India. En el momento en que los ejércitos griegos recorrían la cuenca del Indo pudo iniciarse el conocimiento verdadero entre griegos e indios.ConclusiónHemos llegado al final de este trabajo. Un largo camino fue el que recorrimos para tratar de conocer y cumplir con los objetivos de este trabajo expuestos anteriormente en el prólogo.Pudimos observar la riqueza que guarda su filosoía, su cultura, y la relación de estas en su medicina.También conocimos el concepto que tiene de salud, enfermedad, persona, cuerpo, mente, vida, muerte,=20Destacamos sus avances sobre todo en el área de la cirugía, obstetricia, y clínica. El papel de la higiene y la dieta como medios preventivos y curativos. Y su influencia sí bien poco reconocida a la medicina tradicional.A lo largo de estas paginas vimos el ayurveda no tuvo una reconocida difusión y se la ha catalogado como poco original, puedo decir que continua siendo en la India parte de dicha cultura, y su pueblo la sigue practicando en su vida cotidiana.Actualmente, en la India existen 75 universidades privadas y 50 públicas, y hay un hospital por universidad.El surgimiento del Ayurveda comenzó en 1980, cuando el Dr. Maharishi Mahesh Yogi nuclea a más de 5000 médicos en Nueva Delhi, durante 6 meses, para generar el resurgimiento del Ayurveda.A partir drabajo expuestos anteriormente en el prólogo.Pudimos observar la riqueza que guarda su filosoía, su cultura, y la relación de estas en su medicina.También conocimos el concepto que tiene de salud, enfermedad, persona, cuerpo, mente, vida, muerte,=20Destacamos sus avances sobre todo en el área de la cirugía, obstetricia, y clínica. El papel de la higiene y la dieta como medios preventivos y curativos. Y su influencia sí bien poco reconocida a la medicina tradicional.A lo largo de estas paginas vimos el ayurveda no tuvo una reconocida difusión y se la ha catalogado como poco original, puedo decir que continua siendo en la India parte de dicha cultura, y su pueblo la sigue practicando en su vida cotidiana.Actualmente, en la India existen 75 universidades privadas y 50 públicas, y hay un hospital por universidad.El surgimiento del Ayurveda comenzó en 1980, cuando el Dr. Maharishi Mahesh Yogi nuclea a más de 5000 médicos en Nueva Delhi, durante 6 meses, para generar el resurgimiento del Ayurveda.A partir de aquí hoy en día el congreso nacional de Ayurveda de la India recluta 200.000 médicos y en EEUU hay 6000.Gracias a los libros del Dr. Deepak Chopra esta medicina sé esta empezando a conocer y a difundir por todo el mundo, más que nada como complementaria de la medicina tradicional.BIBLIOGRAFIA*Abhimanyu Kumar:Child health care in ayurveda,Delhi, Srisatguru publications, 1994*Avalon,Albert:The serpent power,Madras,Chaukalia Orientalia, 1996*Bhagavat ,Sinhjee:A short history of aryan medical science, Londres, 1997*Fernández,A.:La India milenaria y su medicina tradicional , BsAs, Editorial Kier, 1974*Lain Entralgo,P.:Historia universal de la Medicina, Barcelona, Salvat tomo1, 1975=20*Simon,David:The wisdom of healing,EEUU, Three river press, 1997*Swami Sada ,S:The ayurvedic encyclopedia, EEUU, Ayurveda holistic center press, 1998*Vasant Lad,B.:The complete book of ayurvedic remedies, EEUU, Ayurveda holisticcenter press, 1998*Vasant Lad,B.:The ancient art of ayurveda pulse diagnosis, EEUU, Ayurveda holistic center press,1997*Wise,A.:Comentary of the hindú system of medicine, Calcuta, 1845*Zimmer, R.:Hindú medicine, Baltimore, 1948