EL OZONO EN EL TRATAMIENTO DEL HERPES ZOSTER
P. Bassi, S. Sbrascini, R. Mattassi, F. Dángelo y A. Franchina
El Herpes Zoster o (Zona) es una enfermedad infecciosa debida a un virus que se localiza en los ganglios de las raíces posteriores. Desde hace tiempo se estableció que el factor infeccioso responsable es el virus de la varicela (Goulon, 1966; Marey, 1977).
La invasión primaria por parte del virus se manifiesta en la infancia y penetra en los nervios durante la fase inicial de la varicela a través de las terminaciones sensitivas difundiéndose a lo largo de los troncos nerviosos hasta la raíz dorsal y los ganglios. En estos últimos el virus permanece en estado latente pudiéndose manifestar a distancia de tiempo, generalmente en condiciones de decaimiento temporal del estado del organismo. La enfermedad asume un aspecto de tipo poliradiculoneurótico con mecanismo inmunoalérgico. Existen varias teorías sobre el desencadenamiento del mecanismo inmunitario (liberación por parte del virus de material inmunogénico, inserción de antígenos virales en las membranas celulares, formación de inmunocomplejos, acción directa del virus sobre la membrana celular) aunque actualmente todavía no está claro cual es el mecanismo real inmunoalérgico.
Desde el punto de vista anatomopatológico se observa hinchazón y degeneración de las células de los ganglios con infiltración perivascular de polinucleados, linfocitos y plasmacélulas. A veces el proceso inflamatorio se difunde a las meninges.
A nivel cutáneo se observa degeneración y necrosis de las células del estrato basal de la epidermis, edema y filtrado inflamatorio y formación secundaria de ampollas. La enfermedad puede manifestarse con síntomas generales como astenia y fiebre, y con síntomas locales como hiperalgia y dolores de distribución “metamérica”.
Después de 3-5 días aparecen en la sede del dolor las manifestaciones cutáneas caracterizadas por grandes manchas eritematosas que se trasforman en ampollas para a continuación formar una costra de escamas que se cae dejando cicatrices superficiales casi siempre permanentes. La erupción cutánea se acompaña de lindoadenopatía satélite y evoluciona aproximadamente en dos semanas y los dolores pueden persistir incluso durante mucho tiempo después.
Las complicaciones consisten en las cicatrices corneales (en el Herpes oftálmico), en la parálisis post-herpética (de extensión del proceso a las astas anteriores del segmento afectado) y en las neuralgias post-herpéticas.
Han sido numerosas las tentativas realizadas ya sea para el tratamiento del dolor para las lesiones cutáneas pero sobre todo en la prevención de complicaciones. A continuación mencionaremos solamente las tentativas hechas con ACTH, y radiación e ganglios posteriores, coagulante como el extraído del veneno de Bthros Jaraca (Botropase); Neuramidum (Neuramede), anestésicos locales, “carbamazepina”, “amitriptilina” y muchos otros fármacos que sin embargo no han conseguido ningún progreso en la terapia de esta enfermedad.
El ozono es un gas de caracterísco olor que representa una forma alotrópica del oxígeno. Se obtiene artificialmente mediante descargas eléctricas, radiaciones ultravioletas y por disociación electroquímica. El ozono es un potente oxidante y ejerce su acción ya sea sobre sustancias orgánicas como inorgánicas con formación de ozonuros y ozónidos. En el medio acuoso en particular, las moléculas de ozono se descomponen continuamente con formación de oxígeno naciente, enérgico oxidante y por lo tanto muy eficaz desinfectante porque destruye bacterias, toxinas y virus (Cantarelli, 1969). Numerosos experimentos en particular han demostrado la excepcional capacidad viricida del ozono (Viebarn, 1977; Ewell, 1941; Augurg, 1938). Todavía no está completamente claro el mecanismo de esta acción pero se cree que esté ligado, probablemente, a una oxidación total del material viral (Sykes, 1968). Estas características han llevado a utilizar el ozono en la potabilización de las aguas con notable éxito.
A pesar de todas estas óptimas propiedades, ha costado mucho que el ozono se aplique como medio terapéutico para el hombre debido a la difundida creencia de que era tóxico; en realidad el ozono sólo es toxico si se inhala porque afecta al epitelio pulmonar (Thorp, 1950). En cambio otras vías de suministración (intramusculares, subcutáneas, endoarteriales, endovenosas) no provocan ningún efecto tóxico con dosis adecuadas. Incluso en la vía endovenosa que podría parecer la más peligrosa por la probable formación de embolias gaseosas se demuestra inocua porque el ozono (sobre todo si se obtiene mediante descarga del oxígeno puro, porque así no se forman los peligrosos derivados del nitrógeno que en cambio se forman si se utiliza el aire) es 15 veces más soluble que el oxígeno puro; en cambio el nitrógeno es poco soluble y por lo tanto responsable de las embolias en las inyecciones de aire (Wolf, 1979).
Para experimentar el efecto del ozono en el hombre en las enfermedades víricas hemos tratado un grupo de pacientes afectados de herpes zoster para nuestro estudio.
MATERIALES Y METODOS
Hemos tratado 11 casos afectados por herpes zoster localizado, como veremos a continuación:
Cara 2 casos
Tórax 3 casos
Abdomen 2 casos
Cuello 2 casos
Miembros superior 1 caso
Miembros inferior 1 caso
Para su suministro se utilizó el aparato que produce directamente el ozono extraído de una bombona normal de oxígeno al 99’5%. Mediante particulares regulaciones se puede dosificar con precisión la concentración de ozono que hay que suministrar, extrayéndolo directamente con una jeringa de una válvula especial. En todos los pacientes la terapia fue suministrada cotidianamente por vía endovenosa. En ningún paciente se verificaron efectos colaterales importantes, ni durante ni después de la terapia. La duración de la terapia varió de 5 a 10 suministraciones según fuera la evolución de la enfermedad.
De nuestros pacientes, 8 eran mujeres y 3 varones; la edad variaba de un mínimo de 41 años a un máximo de 75.
RESULTADOS
Todos los pacientes se curaron de sus lesiones cutáneas después de un mínimo de 5 y un máximo de 10 inyecciones de ozono.
En los casos tratados precozmente las lesiones cutáneas y con estas los dolores se atenuaban rápidamente hasta desaparecer (en 3 caos después de 3 inyecciones); las lesiones cutáneas en particular no llegan ni siquiera al estadio de ampollas con una perfecta restitutio ad integrum del cutis.
En los pacientes que iniciaron la terapia en un estadio más tardío la evolución de las lesiones resultó normal.
En 3 pacientes de edad superior a 70 años, se curaron rápidamente las lesiones cutáneas pero se mantuvieron dolores neuróticos residuales.
Un paciente, afectado de herpes en el cuello, se curó de los dolores y de las lesiones después de 2 inyecciones e interrumpió el tratamiento por su propia iniciativa. Después de 7 días tuvo una recaída en la misma zona. Esta se curó después de 8 endovenosas de ozono; de lo que se demuestra que la enfermedad se mostró menos sensible al ozono que la primera vez.
COMENTARIO
Los resultados de este trabajo demuestran, aún con las reservas de una casuística no lo suficientemente amplia, que el ozono es un medio terapéutico eficaz en la terapia del herpes zoster. Si a esto añadimos la ausencia de efectos colaterales, podemos afirmar que nos encontramos ante un nuevo medio terapéutico.
De los resultados obtenidos, podemos afirmar lo siguiente:
– Los resultados son tanto mejores cuanto más precoz es el inicio de la terapia.
– Parece importante no interrumpir demasiado precozmente la terapia para no favorecer la reaparición de las lesiones que parecen ser más resistentes a la terapia.
– Si se aplica correctamente, la ozono terapia no produce efectos colaterales.
RESUMEN
Los autores muestran los resultados obtenidos con la suministración de ozono por vía endovenosa como terapia en 11 pacientes afectados por el herpes zoster.
Los óptimos resultados obtenidos y la ausencia de efectos colaterales sugieren que el ozono es un medio terapéutico de optima validez en estas afecciones.
BIBLIOGRAFÍA
Auburg P. L’ozone medical: production, posologie, modes d’application cliniques. Buli. Mod. (Paris) 52, 745. 1938.
Cantarelli G. Sul trattamento mediante ozono delle acque inquinate. In “L´ozono nell’a e nell’acqua. Contrentrazioni ottimali . Atti 3º Convengo di Bioclimatología applicata. Universitá di Milano 1969.
Ewell A. M. Rescaeches of UV light ozone and theirelations as germicidad agents. Refrig. Eng. 41. 331. 1941.
Goulon P. Augustin P. Infections dues au virus varicelle zona. In. Illaladies infectieuses. Paris. ECMI- vol 7, 8051.
Marey S.M. Kilbrick S. Varicella and herpes zoster. In. Infectoius discases, 2nd ed. Hoeprich P.D. and Hagerstown M.D., Harper & Row, PP. 744-758.
Sykes G. Desinfection and sterilization 2nd Ed. Spon. London. 1968.
Thorp E.E. Toxicity of ozone. Ind. Med. And surg. 19, 45, 1950.
Viebahn R. Ergebnisse interhationaler ozonforschung- die inaktivierung- von Viren durch ozon. Erfahrungsheilkunde 5, 197. 1977.
Wolff H. Das medizinische Ozon. E. Fischer Veerlag, Heidelberg, 1979